Los personajes de esta historia pertenecen a Bioware.


Habían pasado tres semanas desde que Garrus estaba de vuelta en la Normandía. Encontrarse una vez más con Shepard era lo mejor que podía haberle ocurrido, deseaba más que nada en el mundo ser capaz de apoyarla una vez más en su interminable pelea contra los segadores. Sin embargo, esta vez había algo diferente. Se sentía inexplicablemente nervioso a su alrededor, y comenzaba a notar que últimamente había estado "cuidándole la espalda" más de lo que debería. Algo estaba seriamente mal con su organismo y con sus prioridades. Le había tomado trabajo aceptar que se sentía atraído hacia la pelirroja, pero se reprendía especialmente por momento en que sus hormonas habían comenzado a actuar. ¡Estaban en medio de una guerra! Su mente había estado repasando sin parar las consecuencias que podría llegar a tener el crear un vínculo amoroso con su comandante, y para ser realistas, los resultados no sonaban nada alentadores. Todo eso por supuesto, si es que ella estuviera de acuerdo con intentarlo, cosa que sonaba aún más desalentadora en su mente. Soltó un suspiro frustrado, mirando fijamente el brazo en el que tenía su omni-herramienta. Su mente seguía diciéndole que era una mala idea, pero había una voz en su cabeza con una simple frase que logró hacer que ignorara todo lo demás.

"Si no es ahora, ¿Cuándo?"

Sin poder contener más su curiosidad intentó plantear su pregunta lo mejor que pudo para obtener la información que buscaba.

Cómo conquistar a una humana.

Si bien el solo leer su criterio de búsqueda le hacía sentir avergonzado, pronto comenzó a perderse entre artículos que daban mil y un consejos con respecto a rituales de cortejo típicos de los seres humanos. Algunos más extraños que otros, pero sentía que comenzaba a hacerse una idea de lo que necesitaba.

"Pon atención a su lenguaje corporal y a las expresiones de su rostro", sí, probablemente tendría problemas con eso. Pero ya se encargaría luego de cambiar su búsqueda a "Expresiones humanas y cómo identificarlas"

Su mente ya había comenzado a divagar en cómo aplicar todo lo que había aprendido cuando una voz conocida logró hacer que se sobresaltara. Dejó lo que hacía con rapidez y se volteó con un aire culpable, como si hubiera estado haciendo algo que no debía.

-¿Mal momento?-. Preguntó la recién llegada al notar la incomodidad en la actitud del turiano.

-N-no, tan solo estaba… Ya sabes, investigando un poco sobre calibraciones y armas gigantes… Ejem, ¿Necesitabas algo?-. Contestó torpemente, sacándole a Shepard una sonrisa. Sabía que el turiano intentaba ocultar algo, pero si no quería hablar de ello, no lo forzaría a hacerlo.

-Nada importante, solo venía a hablar. ¿Tienes un minuto?

-Seguro-. Recuperó rápidamente la compostura, intentando dejar de lado su reciente nerviosismo. -¿Tienes algo en mente?-. Preguntó genuinamente preocupado por su bienestar mental. La última misión no había sido exactamente fácil.

La pelirroja caminó en silencio hasta quedar de pie frente a la baranda y se inclinó sobre ella pensativamente. Se tomó unos segundos antes de contestar.

-Pensaba en los salarianos. Es un poco frustrante intentar pensar en formas de obtener su apoyo en la guerra cuando los segadores avanzan. Además… Mordin…- Se detuvo abruptamente al pronunciar ese nombre, como si de pronto su boca se hubiera secado. No tuvo que decir más, ya que su acompañante entendió perfectamente a lo que se refería. Garrus se acercó para quedar en la misma posición que ella.

-Esa no fue tu decisión, Shepard. Fue suya. Además, ayudar a los krogan fue lo correcto. Quien sabe que hubiera ocurrido si hubieras saboteado la cura y ellos se hubieran enterado. Necesitamos trabajar unidos, no crear motivos para iniciar otra guerra.

La pelirroja sintió que cada palabra del turiano alivianaba el peso que le quitaba el sueño. Aun sentía la muerte de Mordin, pero Garrus tenía un buen punto. Incluso si el líder del clan Urdnot no fuera un gran amigo, no podía darse el lujo de perder el apoyo de los krogan en esa guerra. Se reincorporó antes de hablar nuevamente.

-Tienes razón. A veces pienso demasiado. Me alegra que estés aquí para hacerme entrar en razón.

El turiano asintió con la cabeza. –Cuando sea que me necesites, Shepard.

La pelirroja sonrió débilmente y le tocó el brazo con suavidad en un gesto de gratitud antes de salir del lugar.

Garrus la observó caminar por el pasillo hasta que las puertas se cerraron y quedó solo una vez más. Su estómago se había encogido ante aquel último gesto, y se maldecía por estar pensando en lo afortunado que se sentía de que ella hubiese recurrido a él para hablar de sus problemas.

- o -

Poco después de lo ocurrido en Tuchanka y el desastre de la Ciudadela, finalmente recibieron noticias de los quarianos. Si bien todos se alegraban de ver a Tali sana y salva, la noticia del reciente inicio del conflicto contra los Geth no era tan agradable de escuchar. Especialmente, no en un momento como ese. Shepard se puso manos a la obra rápidamente, accediendo a desactivar la señal de la nave de los Geth para que la flota quariana pudiera retirarse de la pelea.

En lo personal, una guerra contra los Geth no le parecía la mejor de las ideas. No solo por los tiempos de guerra en los que vivían, sino también porque desde que tuvo contacto con Legión, la pelirroja tenía la esperanza de que ambas especies pudieran coexistir tranquilamente, y le alegraba saber que Tali pensaba igual.

Tali, Garrus y Shepard avanzaron rápidamente dentro de la nave. Los tres habían pasado más tiempo trabajando en equipo del que podían recordar, por lo que no les costó adecuarse al estilo de pelea del otro una vez que tuvieron que comenzar a disparar.

Garrus notó que la pelirroja se acomodaba en un punto relativamente seguro y sacaba su rifle para apuntar desde la lejanía, aprovechando la distracción que producían los drones de la quariana. Estuvo a punto de devolver la vista a sus propios oponentes cuando un extraño movimiento llamó su atención. Claramente un hereje se acercaba a Shepard por la espalda, siendo mucho más evidente una vez que lo identificó con su visor. Apenas tuvo tiempo suficiente para apuntar en su dirección y derribarlo de un par de tiros antes de que lograra su objetivo, cosa que lo dejó con el corazón latiendo a mil por hora. Se permitió respirar una vez más cuando la pelirroja se volteó a ver como el enemigo se materializaba y caía a su lado. Cuando entendió lo que había ocurrido asintió con la cabeza en dirección al turiano como agradecimiento. Este devolvió el gesto y regresó a sus labores, pero su mente seguía corriendo mil escenarios en los que Shepard resultaba herida.

Siguieron su camino, pero esta vez a Garrus se le hacía notoriamente más difícil mantener el ritmo. Su nueva manía por estar constantemente vigilando a su comandante no le permitía desplegar sus habilidades en su totalidad, y muchas veces tomó decisiones estúpidas o reaccionó más lento de lo que debía. El ritmo del equipo había disminuido, pero se hizo aún más evidente cuando Tali le preguntó si se encontraba bien.

-Estoy bien, no te preocupes por mí-. Contestó el turiano sintiéndose algo avergonzado por llegar al punto de incluso preocupar a su equipo.

Shepard sintió una mezcla de alivio y ansiedad cuando se toparon con Legión. Tenía seguridad en que podía confiar en él, pero también sabía que un difícil trabajo de persuasión vendría de ahora en adelante si quería lograr detener el conflicto. Decidió intentar no pensar en eso y concentrarse en la gran cantidad de herejes que se habían acumulado frente a ella.

Nuevamente el turiano continuó en su misión secreta de mantenerla siempre dentro de su campo visual. Luego de la sensación que tuvo al inicio de la misión se le hizo imposible aquel fuerte instinto de protección. No se perdonaría si Shepard resultara dañada en una misión junto a él. No lo permitiría.

Salió de cubierto para cambiar de posición al notar que la pelirroja no se encontraba cerca, pero no tardó en descubrir que ese había sido un error crucial. Maldiciéndose por no haber sido más cuidadoso, esquivó un misil que le lanzaba un geth prime justo a tiempo para evitar que le diera de lleno en el torso, pero no pudo evitar que su brazo izquierdo resultara terriblemente dañado.

Maldito escudo, pensó para sí mismo mientras se ponía a cubierto una vez más sujetando su brazo, que sangraba de forma alarmante. La herida le ardía a horrores, pero afortunadamente para él, Tali no tardó en hackear a su oponente, dándole tiempo a la pelirroja de acercarse y aplicarle medigel a toda velocidad.

-Maldición, Garrus. No me digas que eres adicto a recibir misiles-. Bromeó sin sonreír realmente, sacándole una pequeña risa al turiano que acabó sonando como un jadeo.

-No podía dejar que las cicatrices desaparecieran-. Contestó mientras sentía el alivio del medigel hacer efecto en su herida. Si bien lo más urgente había sido curado, aun se le hacía difícil mover el brazo. Definitivamente, no podría utilizarlo. Le alegraba que no hubiera sido el derecho.

-¿Puede levantarse?-. Preguntó Tali acercándose tras haber eliminado el último oponente de la zona. Garrus se puso de pie antes de que pudieran siquiera dudarlo, y comenzaron a correr tras oír los planes de los quarianos con respecto a la nave de la que se encontraban a bordo.

Escaparon justo a tiempo gracias a Legión, pero aquello no disminuyó la impotencia de los miembros del equipo una vez que regresaron a la Normandía. Garrus sentía ganas de arrancar la cabeza del almirante a cargo de la Flota de combate quariana, pero estaba seguro de que aquello no sería un acto muy diplomático. Aun dudaba si debía quedarse junto al ascensor o bajar para que la doctora Chakwas revisara su brazo. Estuvo a punto de irse cuando notó que el Almirante Gerrel abandonó la junta caminando encorvado y con una mano sujetando su estómago. Sonrió para sus adentros, tan solo pudiendo imaginar lo que había ocurrido allí dentro.


Creo que podré actualizar seguido, ya que tengo varias ideas en mente~ Y especiales agradecimientos a un amigo sin el cual probablemente esta historia no existiría :')