Pues, este es mi primer fic de esta magnitud así que, si en ocasiones llega a sentirse pesado, soso, y apresurado, se debe a mi inexperiencia y por eso me disculpo.
Y eso, si vas a leer este fic completo, muchas gracias.
Créditos de la imagen de portada: DiAyase en Twitter. ( DiAyase_draw): /DiAyase_draw?s=09
Un concierto solo para ti.
Era una tarde de sábado bastante tranquila en la Residencia Kurosawa, los pasillos de la residencia estaban vacíos y había un silencio bastante relajante. Los únicos sonidos que se podían escuchar eran el de la fuente shishi-odoshi y el de un instrumento siendo tocando.
El sonido provenía de uno de los cuartos y la persona que lo producía no era otra que Dia Kurosawa de 10 años, hija mayor y futura heredera de la familia Kurosawa. Al ser la futura heredera de una familia de bastante renombre en la zona, Dia recibía clases adicionales para perfeccionar su caligrafía, también recibía clases de danza Japonesa de una instructora privada y desde pequeña, se le enseño a hablar de una manera muy formal.
Aún cuando su familia le imponía estas clases extra, ella personalmente había elegido tocar el Yamatogoto. Había escuchado a su padre hablar del instrumento y le tomo interés al punto de querer aprender a tocarlo.
Aunque tenia una maestra que le enseñaba, Dia había decidido practicar por su cuenta cuando estuviese libre, y era exactamente lo que hacía cuando escucho que una voz la llamaba del otro lado de la puerta.
"Señorita Kurosawa, ¿puedo pasar?" Una de las personas del servicio de la residencia había llegado hasta donde se encontraba, había pedido que no la molestaran así que si la interrumpían, debía ser algo importante. Se dio la vuelta y habló.
"Adelante." Dijo mientras se acomodaba.
"Lamento interrumpir su práctica señorita pero, tiene una visita."
"¿Una visita? ¿Yo?"
"Si señorita, la pequeña heredera de los Ohara está en la puerta principal he insiste en verla."
"La heredera… oh, ¿Mari-san?"
"Si señorita, Ohara Mari-san. Le dije que usted estaba ocupada pero insiste en verla."
"¿Hay alguien más con ella?"
"No señorita, solamente está ella."
Era un poco extraño que Mari la visitara un sábado por la tarde y era más extraño que estuviese sola ¿habrá pasado algo con Kanan? Dia se quedó con una cara pensativa y la persona del servicio noto esto.
"¿Quiere qué le diga que no puede salir a atenderla?"
Aún cuando en su interior deseaba responder "si" sabía que sería demasiado descortés no salir a ver que necesitaba Mari, así que se levantó de su lugar y dio su respuesta.
"No, no será necesario. Saldré a ver que es lo que quiere. Muchas gracias por avisarme"
Hizo una pequeña reverencia y salió de la habitación hasta la puerta principal. Todo el camino no dejaba de pensar que era lo que Mari quería y porque no estaba con Kanan. Llego hasta la puerta principal y la abrió y pudo ver a Mari jugando con una pequeña rama en el suelo.
"¿Mari-san?"
"¡Oh Dia-chan por fin sales! Esa horrible mujer me dijo que no estabas 'disponible'." Mari decía esto mientras hacía comillas con sus dedos.
"Por favor no te refieras así a ella, solo hace lo que le dije."
"¿Ehhh? ¿Le dijiste que me dijera que no estabas?" Los ojos de Mari se pusieron un poco llorosos.
"¡Por supuesto que no! Simplemente le dije que no me molestaran. En fin ¿porqué estas aquí tu sola? ¿En donde está Kanan-san?"
"Kanan-chan está enferma y no puede salir a jugar así que vine hasta aquí a invitarte a jugar a ti."
"¿Kanan-san esta enferma? Eso es terrible, luego la llamaré para preguntarle cómo sigue. En fin, lo siento Mari-san pero estoy en medio de algo y no puedo salir a jugar."
"¡Diiiia-chan! ¡por favooooor! ¡estoy muy aburrida! Solo sera un momen- ¿eh? ¿qué tienes en los dedos?"
Dia había olvidado por completo que tenia las tsume aún en los dedos, se reprochó internamente tal descuido. Sin más opción le respondió a Mari.
"Ah, se llaman Tsume y su usan para tocar el Yamatogoto."
"¿Yagomo qué?" Mari inclinó su cabeza hacia un lado producto de la duda.
"¡Se dice yamatogoto! Y es un instrumento musical." Dia se cruzó de brazos y miró hacia otro lado.
"¡Oh! ¡no sabia que tocaras un instrumento! ¿Puedo quedarme a escuchar?"
"¿Eh? ¿Quieres quedarte a escucharme tocar?"
"Pues, no es exactamente lo que tenia planeado pero, si así puedo pasar tiempo contigo quiero quedarme."
"No lo sé… no creo que te guste Mari-san, no es tu estilo y podr-"
"¡Por favooooor!" Mari sujetaba ambas manos de Dia con las suyas y la miraba con ojos suplicantes.
"Cielos… esta bien, puedes quedarte."
"¡Yeeeey!" Mari se abalanzó a abrazar a Dia.
"¡PERO! Si te ríes, ¡te juro que me molestaré!"
"¿Yo? ¿Reírme? Sabes que no haría eso Dia-chan" Mari la miró con una enorme sonrisa en su rostro.
Dia dio un pequeño suspiro, se soltó del abrazo de Mari y tomó una de sus manos y la guio dentro de la residencia.
Luego de un momento, cayó en cuenta que esta sería la primera vez que alguien más aparte de su maestra y familia la escucharía tocar y eso la puso un poco nerviosa, llegó hasta el cuarto en el cual practicaba, deslizó la puerta y entró junto con Mari, le indicó que se acomodara en algún lugar y ella se puso tras el instrumento.
Pudo ver como Mari seguía cada uno de sus movimientos atentamente, casi fascinada. Cuando por fin estuvo tras el instrumento he iba a empezar a tocar, escucho una pequeña risita proveniente de Mari.
"¡Mari-san! ¡dijiste que no te reirías!" Dia se levantó de su lugar y fue hasta donde se encontraba Mari y comenzó a tirar sus mejillas.
"¡Duele Dia-chan! Y no me reía de ti, ¡lo juro! Es solo que verte detrás de ese instrumento se me hizo divertido."
"¡Eso es reírse de mí!" Dia tiraba aún más las mejillas de Mari.
"¡Perdón! ya no lo haré pero por favor, ¡suelta mis mejillas!"
"Cielos… eres mala, Mari-san." Dia soltó las mejillas de Mari y volvió tras el instrumento.
"¡Auch! Lo shiento Dia-chan, me quedare cashadita." Mari decía esto mientras frotaba sus mejillas.
Una vez tras el instrumento, Dia comenzó a tocar las notas que ya conocía, el sonido del instrumento inundó la habitación una vez más. Pudo ver como Mari dejó de frotar sus mejillas en el momento en el que ella empezó a tocar, no sabía exactamente como describir la expresión en la cara de Mari, era una mezcla entre curiosidad y fascinación.
Miraba el instrumento porque ver a Mari la ponía un poco nerviosa, aunque en ocasiones, desviaba su mirada hacia donde Mari estaba. La pequeña rubia estaba en total silencio mirándola y escuchándola tocar atentamente. Cuando por fin dejo de tocar, escucho pequeños aplausos venir desde donde Mari se encontraba.
"¿Mari-san? ¿por qué aplaudes?" La acción de Mari la había tomado un poco desprevenida.
"¡Eso fue increíble Dia-chan! ¡En verdad tienes talento para esto!"
"N-no es para tanto…" El comentario de Mari la había avergonzado, sus mejillas se habían puesto un poco rojas.
"Si ya eres buena no quiero imaginarme cuando seas toda una experta."
"¿Yo? ¿una experta? No creo que llegue hast-"
"¡LO TENGO!" Mari dijo tan de repente que asustó a la pequeña peli negra.
"¡Mari-san por Dios! ¡casi me matas del susto!" Dia llevó una de sus manos hasta su pecho debido al susto.
"Dia-chan, cuando seas una experta ¡haz un concierto de yotagomoto solo para mi!"
"¡Se llama YA-MA-TO-GO-TO! No es tan dific- espera, ¿un concierto dices? N-no creo que me vuelta experta algún día así que será imposible." Ahora Dia era una manojo de nervios ¿de dónde había sacado Mari una idea tan descabellada?
"¡Por supuesto que lo serás! Se que si, eres bastante buena tocándolo Dia-chan."
"Q-Que cosas dices, Mari-san… de todos modos, no podría hacer un concierto solo para ti… sería demasiado vergonzoso."
"Anda Dia-chan ¡di que sí!"
"Cielos, no lo se…" Invitar a Mari a escucharla tocar por un momento era una cosa pero, ¿un concierto entero solo para ella? Ni siquiera podía tocar una canción completa ¿cómo se suponía que iba a tocar todo un concierto? Dia se giro para ver a Mari y vio que la pequeña rubia esperaba ansiosa una respuesta, así que suspiró y habló. "No puedo creer lo que diré… esta bien, Mari-san, haré un concierto solo para ti."
"¿En serio lo harás?" Mari tenía una enorme sonrisa en su rostro.
"Si Mari-san en serio, aunque no se si resultara bien" Dia decía esto soltando un pequeño suspiro.
"Promételo." Dijo Mari casi en un susurro.
"¿Eh? ¿Mari-san dijiste algo?"
"Promete que cuando seas una experta, harás un concierto solo para mi." Mari tomó ambas manos de Dia y la miraba con mucha determinación.
"Cielos Mari-san…" Dia sabia la importancia de las promesas, sabia que no debía hacer una tan al azar pero, el ver a Mari tan entusiasmada la hizo querer prometerlo.
"Esta bien, tu ganas Mari-san. Te prometo que cuando sea una experta con el yamatogoto, haré un concierto solo para ti."
"¿De verdad lo prometes?" Los pequeños ojos de Mari se iluminaron.
"Si Mari-san, de verdad." Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Dia al decir esto.
"¡Yeeeey! ¡eres la mejor Dia-chan!" Mari se abalanzó sobre Dia para abrazarla.
"¡Mari-san! ¡harás que nos caigamos!" Dia intentaba mantener el equilibrio pero le fue imposible.
Ambas niñas cayeron al suelo y rieron por un momento, se reincorporaron y estaban sacudiendo sus ropas cuando una persona del servicio de la residencia Kurosawa entró en la habitación.
"Lamento interrumpirlas señorita Kurosawa pero, una persona del hotel Ohara ha venido por la señorita Ohara."
"¿Ehh? ¿Cómo me encontraron?" Ese comentario llamó la atención de Dia.
"Mari-san ¿no te escapaste para venir hasta acá o si?"
"¿Yooo? ¿escaparme? Que cosas dices Dia-chan." Mari reía nerviosamente al decir esto.
"MA-RI-SA-N." Dia se paró frente a Mari y le dedico una de sus miradas asesinas.
"Bien, bien, quizá si me haya escapado un poquito…"
"Eres increíble Mari-san."
"Solo lo hice para pasar un rato contigo." Mari decía esto mientras hacía un puchero.
Ambas niñas estaban tan concentradas hablando que olvidaron que no estaban solas.
"Ejem, como sea, el auto la espera afuera señorita Ohara debería darse prisa."
"Esta bien." había un poco de tristeza en la voz de Mari.
"Me gusto mucho pasar el rato contigo Mari-san, aunque todo lo que hayas hecho fue verme tocar."
"¡A mi también me gustó Dia-chan! Y no te preocupes, me gusto mucho."
"Gracias Mari-san. ¿Te veo en la escuela en lunes?"
"¡Claro! Y no olvides tu promesa ¿si?"
"No lo haré Mari-san.
Mari abrazo una última vez a Dia y ambas niñas caminaron hasta la salida, Dia vio a Mari subirse al auto he irse. Mientras se despedía, recordaba la promesa que le había hecho y eso la hacia feliz. Estaba decidida a esforzarse aún más con el yamatogoto, quería cumplir sus propias expectativas y su promesa con Mari.
Y así fue, como Dia Kurosawa hizo su primera promesa a Mari Ohara.
