Llevaba horas sentado en el escritorio de mi habitación haciendo tarea. Esta realmente harto de todo eso, pero no podia darme el lujo de bajar un punto mi calificación. Ni mucho menos dejar qe mi hermano mayor me supere.
Estaba a punto de terminar y me dio sed. Baje hacia la cocina por un vaso de leche, con el trasero entumido de haber pasado tanto tiempo sentado. Cuando regrese a mi habitación me disponía a terminar mi tarea, cuando por accidente mire hacia la ventana y vi un camión de mudanza al otro lado de la calle.
Me invadió la curiosidad y me acerque más a la ventana. Parecía que al fin los vecinos de enfrente habían decidido mudarse. No les guardaba rencor ni nada por el estilo. Supongo que ya no pudieron con la tensión de vivir justo enfrente de unos "monstruos acosadores, arrogantes y pervertidos", como nos habían llamado hace poco a mi y a mi hermano.
- Ah, pobres señores, que culpa tienen de tener una hija tan loca- me dije a mi mismo, dando un suspiro de aburrimiento.
Ellos se habían mudado hace unos tres o cuatro años, y tenían una hija de mi edad. Al principio era una chica de lo más normal, nos la encontrabamos de vez en cuando en el camión, ya que no estaba en la misma escuela que yo, y no habíamos tenido una conversación que pudiera considerarse trascendente, como para entablar una amistad o algo más.
Sinceramente ni yo ni Itachi le habíamos puesto mucha atención a ella. Lo que hiciera o dejara de hacer no era algo que nos interesará. Fue hasta después de 6 meses de haberla conocido que Itachi empezó a notar conductas un poco extrañas en ella.
Porque estaba bien encontrarte a tu vecina en la parada del camión, o en la tienda de la esquina o incluso en el centro comercial. Lo que no estaba bien era encontrartela cuando ibas saliendo de la escuela (la cual esta al otro extremo de la ciudad), o cuando estas en tu practica de soccer que se acaba a las nueve de la noche, o cuando sales de campamento con tus amigos al bosque que esta fuera de la ciudad, mientras te bañabas en el río (porque eso fue lo que hizo con Itachi).
Decidimos no darle mayor importancia, seguro era un extraño amor pasajero y ya se le quitaría. Pero el asunto no mejoro. Cada vez que salía de mi casa, por el rabillo del ojo podía verla medio escondida detrás de la cortina de su cuarto. Y cuando estaba haciendo tarea en mi escritorio ella estaba sentada en la azotea de su casa, mirandome por la ventana de mi cuarto. Lo que más miedo me dio fue cuándo la encontre trepada en el árbol que está afuera de mi casa tratando de asomarse por la rendija que esta en el baño, para ver como Itachi se duchaba.
Por dios, ¡Se sabía mis horarios mejor que yo mismo!. Entonces, uno de esos días de verano en que el sol estaba en todo su esplendor, Itachi y yo nos fuimos al patio trasero y comenzamos a mojarnos con la manguera para refrescarnos. Subitámente, escuchamos el flash de una camára detrás nuestro y ¡allí estaba ella!.
Al día siguiente, la vi sentada enfrente de su casa junto con otras chicas del barrio. En ese momento yo estaba regresando de la escuela y en cuanto me vieron intentaron disimular sus risitas bobas. Harto de todo eso, me acerque a ellas.
- Buenas tardes vecinas- les dije yo mirándolas.
- Hola sasuke-kun- dijo una, las demás no me contestaron.
- Mikami me pareció un poco extraño no haberte encontrado en la parada del camión-
La chica se puso colorada.
- Si, bueno esque hoy salí más temprano-
- ¿Que es lo que tienes allí?- dije señalando unas hojas que tenía medio escondidas en sus brazos.
- Etto.. yo.. sólo les mostraba mi tarea a las chicas-
- ¿Encerio? quizá yo te pueda ayudar.. dejáme verlas-
- No, no te preocupes, ya las revise y estan bien-
- Mmm- en ese momento, ella se distrajo un poco y le arrebate las hojas que tenía.
- ¡No Sasuke! yo...-
- ...- Me había quedado sin palabras. Aquellas hojas estaban llenas de fotos de Itachi y yo cuando estabamos jugando a mojarnos, todas desde diferentes angulos y a distinta distancia. Estaban tan bien tomadas que parecía que nosotros habíamos posado para esas fotos.
Entonces hice lo único que podía haber hecho: rompí las hojas en pedazos y me di media vuelta. Al entrar a mi casa Itachi estaba viendo algún programa tonto en la televisión. Al informarle de lo sucedido se quedo muy sorprendido.
- Eso explica muchas cosas..- dijo, y de nuevo siguió mirando la TV.
Estuvimos unos cuántos días sin dirigirle la palabra a Mikami, pero un sabádo en la noche, su madre llegó muy enojada a tocar la puerta. Según ella, la niña había estado deprimida toda la semana porque nosotro (Itachi y yo) nos habíamos puesto a insultarla, y que la acosabamos todo el tiempo, y que hasta le habíamos tomado fotos a escondidas, etc... El rollo fue que era su palabra contra la nuestra. Se convirtió en un verdadero escándalo por toda la cuadra, nuestra madre le gritaba y viceversa. Como la evidencia estaba destruída, la mujer no nos creyó ni una palabra y se fue a su casa maldiciendo hasta el último de los Uchihas.
De eso no hacía más que unos cuántos meses. Los que se tardarón en vender la casa, supongo. Realmente no me sorprendia demaciado. En ese momento, Mikami salió de la casa y vio que yo estaba en la ventana. La salude con la mano de manera burlesca y ella sólo me dirigió una mirada rabiosa y se dedicó a ignorarme.
Cuándo finalmente se subió a su auto para irse y nuca más volver, le grite:
- Adiós loca!!-
...
Había pasado una semana desde que los vecinos se habían mudado y todo se sentía más tranquilo. Al fin podía salir a la calle con mis amigos sin el temor de encontrar alguna foto mía en el internet, rodeada de corazoncitos. Hacía como dos días que se habían mudado a esa casa otras dos mujeres, madre e hija supuse. Ambas tenían un color de cabello bastante peculiar y eran muy parecidas.
La chica parecía ser más grande que yo, siempre que estaba en la calle, como a eso de las ocho de la noche, ella regresaba con bastantes libros y una bata. Quiza estudiaba medicina en alguna universidad de por ahí. Y por lo que sabía, mi madre y la suya habían entablado amistad.
Un día, regresando a mi casa, me encontre con mi mamá en la cocina.
- Que crees Sasuke-kun?
- Que sucede?
- Sakurako, la vecina nueva, nos invito a cenar a su casa-
- Oh, y supongo que quieres que vaya no?-
- Por supuesto. Me alegra que las nuevas vecinas sean más agradables que las otras. Esas mujeres si que estaban locas-
- Si, lo se-
- Pero sabes? No culpó a esa chica por haberse fijado en ustedes dos. Ciertamente tenía buen gusto, porque ustedes son muy guapos-
- Mamá no empieces...-
. Hahaha-
Así que al parecer mi sentencia estaba firmada. Hoy en la noche iba a conocer a las señoritas Haruno.
