Humano.
Disclaimer: Durarara! No me pertenece.
Nota: Contiene shonen-ai
—Monstruo, eres un monstruo Shizu-chan. —Siseó Izaya, mirándole desde la barandilla en la que estaba subido, con los ojos brillando tenuemente por la luz mortecina de la luna menguante.
Shizuo apretó las manos hasta formar dos puños, dos puños llenos de ira y dolor contenido, deseosos de descargar esa incontrolable furia contra la molesta pulga que venía a su Ikebukuro y lo llena de su apestoso olor.
De ese apestoso olor que tardaba horas en sacarse de las fosas nasales.
Lazó un puñetazo tras tomar impulso, Izaya saltó y su mano chocó contra la barandilla. Primero esta se dobló y luego se partió por la mitad igual que el suelo bajo esta, emitiendo un sonoro ruido acompañado por el humo que se alzaba hasta el cielo, formando hondas alrededor de su cuerpo.
Maldita pulga.
Izaya rió burlón, jugando con una de sus navajas tranquilamente, como si fuera un lápiz y no un arma diseñada para matar.
—Shizu-chan sin duda no eres humano. —Le repitió, volviendo a encender la furia que palpitaba en su pecho, contra sus pulmones.
Porque era un monstruo, no era humano e Izaya se lo repetía cada vez que podía. Shizuo sabía de memoria el número de veces que le había dicho: "Amo a los humanos" "No eres humano" y "Te odio". Podía decir el número exacto de cada una de ellas, pues se clavaban en su pecho como una cuchillada, recordándole cuan débil era.
Porque él odiaba la violencia y quería ser lo suficientemente fuerte como para no usarla, pero una parte de él se negaba a hacerlo.
Pues entonces, si controlase su fuerza, sería humano y eso haría que Izaya lo amase, igual que hacía con toda la raza. Y si ser un monstruo significaba despertar un sentimiento único en Izaya sería un monstruo, sería aquello que odiase con toda su alma.
Porque así Shizuo sería diferente, no tendría que ser uno más en la lista de amados y, en su lugar, sería el miembro VIP de los odiados de Izaya. Porque no era humano, no era alguien a quien Izaya pudiese amar.
Por ello, hacía tiempo, Shizuo había decidido ser el enemigo de Izaya, para que este quisiera matarlo, tratarlo de manera diferente a todos los humanos que habitaban la Tierra.
—¡IZAYA-KUUUUN! —Rugió, alzando su voz por encima del tráfico eterno de Ikebukuro, llorándole en silencio a la luna.
Y volvió a lanzarse contra Izaya, leyendo en sus labios la palabra monstruo, descubriendo en su mirada que era diferente, pues solo a él le miraba así. Y se dijo que era suficiente, era más de lo que podía pedir o tener.
-Fin.-
