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Disclaimer: los bosques del districto 12, Katniss y mi preciado Peeta pertenecen a Suzanne Collins.

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Pestañas

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Sintió como rayos del sol chocaban sobre su piel y le trasmitían una agradable sensación de calor. Suspiró, aliviado de poder disfrutar de un día más; y sencillamente de eso: un día más. Entreabrió los ojos y divisó a su izquierda unas ondas oscuras que se mecían con la suave brisa. Alargó el brazo y atrajo hacia su cuerpo aquella silueta obligándola a recostarse junto a él sobre la hierba. Escuchó la suave risa cantarina de ella y la sensación de calidez se acrecentó.

Ella apoyó su cabeza en el pecho de Peeta, su almohadón personal, y permitió que la tranquilidad de aquella tarde de verano se hiciera lugar en su corazón. Con los años había aprendido a valorar estos pequeños momentos de calma, su chico del pan le había enseñado a atesorarlos y grabarlos en su alma. Con una mano comenzó a hacer figuras sobre el pecho del chico mientras su mente viajaba entre sus recuerdos. Elevó entonces su mirada para observarlo de perfil: su rostro trasmitía paz, una pequeña sonrisa asomaba en sus labios mientras enredaba sus dedos en el cabello oscuro de ella. Los ojos grises viajaron entonces hacia arriba encontrándose de lleno con unas pestañas largas y rubias.

Katniss se acomodó mejor mientras recorría el rostro de su esposo con un dedo. Primero por su ancha frente, prestándole principal atención aquel lugar en donde el fuego había alcanzado y había dejado una pequeña cicatriz, que generalmente era ocultada con el flequillo rubio. Pasando luego por su nariz y desviando su camino hacia los pómulos pálidos ahora rosados debido al calor que trasmitía el sol. Entonces, delineó los finos y rosados labios que lograban tantas emociones en ella con un solo roce sobre los suyos. Los recorrió con avidez recibiendo a cambio pequeños besos. Sin embargo, volvió a subir y se concentró en los parpados cerrados de su chico del pan.

Observó con renovada curiosidad las pestaña srubias. Entonces, coló su dedo índice de costado y comenzó a moverlo en forma lenta y suave contra las puntas de las pestañas, provocándose pequeñas cosquillas allí donde su piel hacia contacto con las largas hebras. Le agradó mucho la sensación, siempre quiso saber cómo se sentirían bajo su toque.

El chico comenzó a reír suavemente y automáticamente otra pequeña sonrisa se instaló en los labios de la chica.

- Creo que me encantan tus pestañas – comentó de repente. Peeta volvió a reír y centró su vista, más bien su ojo libre, en la mujer que amaba y sonrió aún más al percibir su rostro concentrado, con el entrecejo fruncido. Y la miró curioso, ella sonrió en respuesta dejando momentáneamente de lado su tarea. - Incluso puede que esté un poco obsesionada con ellas. – admitió.

El rubio no respondió, solamente la interrogó con la mirada y esperó.

- Es que… son tan largas y rubias que a simple vista no se ven, pero todavía me es imposible entender cómo no se enredan cuando parpadeas. – agregó resoplando y provocando de nuevo la risa del chico.

- Nunca me di cuenta de eso. – respondió él. - ¿Alguna otra cosa más que le obsesione de mi, señora Mellark?

Katniss fingió pensarlo por un momento. – Tus bollos de queso – comentó levantándose súbitamente y dirigiéndose hacia el árbol más cercano donde se encontraba su bolso del picnic. Cuando encontró sus preciados bollos, Peeta ya estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el tronco del árbol, se sentó entre sus piernas mientras devoraba la comida. – Definitivamente me obsesionan tus bollos de queso. – concluyó satisfecha.

Él rió de nuevo, tomando su cabello y dejando expuesto el largo cuello de la chica. Besó dulcemente esa porción de piel aceitunada y luego la acarició con su nariz inspirando su aroma en el camino, cuando se le ocurrió una idea. Sonriendo, giró su rostro hasta que sus pestañas estuvieron en contacto con la suave piel y pestañó varias veces provocándole cosquillas. Ella rió al sentir el toque y giró su rostro divertida.

Entonces lo besó tranquilamente, trasmitiéndole toda la felicidad y el amor que sentía solamente al tenerlo a su lado.

- Hazlo de nuevo. – exigió Katniss cuando se separaron.

Mientras tanto el sol comenzaba a ocultarse y pequeños rayos alcanzaban a colarse entre las ramas de los arboles que los rodeaban, bañándolo todo en tonalidades anaranjadas.

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Holaa! Nunca escribí nada sobre este fandom pero cada vez me obsesiona más MI chico del pan y un día, de pronto, bam! se me ocurrió esta idea. Lo cierto que una de las pocas cosas que comparto con Katniss es la obsesión con las pestañas (creo que se debe a mi escasez de ellas). En fin, tengo esa extraña manía de jugar con las pestañas particularmente largas de las personas allegadas a mí y me pareció una linda y divertida escena, así que aquí esta.

Les recomiendo este gesto (de verdad que provoca cosquillas!) Pero tengan cuidado con el ojo del portador de las pestañas (se recomienda que permanezca con los ojos cerrados para evitar inconvenientes, desde ya muchas gracias por su colaboración).

Espero que les haya gustado!

¿Alguien más que se sume al club de los obsesionados con las pestañas? :D

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