Review? Por el poli más lindo!

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La noche era fría y el humo del cigarrillo se elevaba en una fina nube hasta desaparecer en la profunda oscuridad, no tenía mucho tiempo y estaba comenzando a impacientarse cuando su acompañante se retrasó alrededor de 6 minutos, usualmente era muy puntual en sus encuentros.

Pensó como diablos era que había llegado hasta esa situación, no podía comprenderlo. El tan recto, tan entregado a su patria, tan honorable y honesto, se encontraba sumido en lo más oscuro de las redes criminales que conformaban Nueva York, era difícil de creer pero tenía que hacer esto para que su país fuera mejor, o al menos eso era lo que se repetía todas las noches al dormir.

Escucho un sonido chirriante y unos pasos lentos se dirigieron hacia él, no se dio la vuelta, sabía que era lo que se encontraría.

-Agente Jones, lamento mi retraso, tuve que arreglar unos asuntos de camino acá, sabe cómo son estas cosas ¿no?, suplico y perdone mi tardanza.

Arthur Kirkland, punk, delincuente genio, los ojos y oídos de la ciudad, nada pasaba sin que el chico se enterara, su habilidad en el manejo de la informática además de tener amistades que le debían demasiados favores compensaba el hecho de que hace años que debía de estar en prisión por robo de identidad y traicionar a su país natal, Inglaterra, por infiltrar información gubernamental.

-Acordamos una hora, nada de retraso ¿recuerdas? Ahora, ¿tienes lo que te pedí?

Se giró, y a pesar de haber visto cientos de veces ese rostro no pudo evitar sorprenderse como la primera vez. Blanquecino como la muerte, de rasgos finos y nariz pequeña, labios acolchados y rojos por el frio de la ciudad, cejas pobladas y bajo estas unos grandes u tristes ojos esmeralda, Jones sabía que escondían muchos secretos y el planeaba saberlos algún día, por lo pronto se conformaría con lo que tenía.

-Ahhhh, la tengo… pero me costó mucho conseguirla, tendrás que esforzarte esta vez Alfred, es un tipo muy cuidadoso ese Braginski, ya han sido 3 años y aún no se le ha encarcelado, implica mucho trabajo esconderse así.

Le tendió un sobre y Alfred lo abrió con prontitud, por fin le pondría las manos encima a ese malnacido, estaba en la ciudad, por lo que las letras decían había estado viajando frecuentemente entre China y Rusia, claro, por motivos desconocidos que a Alfred le sonaba más a Yao Wang, hijo del líder del grupo Wang, con el que Iván Braginski tenía una gran alianza.

Tiro al suelo el cigarrillo y se alejó de su acompañante hacia la puerta con paso firme, esta noche lo sorprendería, al bastardo de Iván, tendría que actuar rápido o no volvería a tener una oportunidad como esta en mucho tiempo y vaya que había esperado.

-¡ALFRED!

Se giró y un cuerpo se golpeó contra el suyo casi haciéndole perder el equilibrio, la cabeza de Arthur se enterró en su pecho y puso sus brazos en sus hombros impidiéndole alejarse, como si supiera que si lo soltaba no volvería. Alfred suspiró acariciando la rubia cabeza, pasaban por esto cada vez que se reunían, Arthur sabia de los peligros de su trabajo y aun así permanecía a su lado, deseando con ese simple abrazo que volviera con vida, aunque nunca lo diría, su orgullo le impedía ser tan honesto. Puso su mano en la cintura del británico y lo atrajo más hacia él, demostrándole que estaba ahí y que nunca se iría de su lado.

Y por un instante olvidaron, el sucio mundo en el que se encontraban, las corruptas personas con las que lidiaban día a día, los secretos que había entre ellos, la oscuridad que amenazaba con consumirlos, su relación que a pesar de continuar por años no podía definirse, su contrato como informante del agente, absolutamente todo, solo eran Alfred y Arthur, juntos y tal vez era eso lo que los mantenía a flote.

-Regresare pronto Artie, me debes una cita después de todo, o es que ya no te acuerdas ¿quién atrapo al tipo de Florida hace un mes? Prometo no llevarte a McDonalds, iremos a donde tú quieras.

El americano depositó un casto beso en los labios de su informante, para después salir de la azotea del horrendo edificio donde se encontraban, no estaba seguro de como eso es que había comenzado pero estaba seguro que lo mantendría a salvo, no dejaría que Braginski lo encontrara, no dejaría que le arrebatara a alguien preciado de nuevo, como lo había hecho con Matthew y Francis cuando era solo un novato en el mundo policial, destruyéndolo tanto a él como a Kirkland, esta vez sería diferente.

Arthur nunca lo sabría, pero él se encargaría de que Iván desapareciera para siempre, para poder comenzar de nuevo.

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Esta vez el cigarrillo que había encendido se consumiría y podría desvanecerse en la oscura noche.