Capítulo 1

Hoolaa!! La razón por la que decidí escribir este fic es porque Ginger era mi dibujito preferido en 6º grado y me deprimió los pocos fics que hay TT Ni siquiera en inglés hay muchos. Así que decidí contribuir con uno mío, aunque no sea muy buena escribiendo. Espero que lo disfruten.

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Darren cerró la puerta de su habitación y se quedó sentado frente al espejo con expresión cansada. De qué, ni él tenía idea. Estaban en vacaciones, así que ya no tenía rugby que practicar. De hecho, se pasaba todos los días encerrado en su cuarto mirando la televisión o el techo. Quizás sólo estaba cansado de la vida.

En eso sonó el teléfono. Darren predecía quien iba a ser, por lo que suspiró resignado y se tapó instintivamente los oídos. No tenía ganas de hablar con Simone. Pero cuando escuchó "¡Darren, para vos!" desde la habitación de sus padres, supo que de ésa no se salvaba.

-Hola, amor¿cómo estás? –lo saludó la acaramelada voz de la porrista.

-Bien, Simone, bien –casi gruñó Darren. No estaba de humor para escuchar sus cursiladas.

-No, decíme¿te pasa algo? No te noto bien –dijo Simone cambiando el tono, dándose cuenta de que a su novio algo le preocupaba.

-Sí, sí, estoy bien –farfulló el pelinegro, que lo único que quería era largar el teléfono--.

Escucháme, Simone, perdoname pero ahora estoy un poquito ocupado. Más tarde te llamo --tras escupir con brusquedad estas mentiras, Darren estrelló el aparato y se tumbó en la cama de mal humor. Permaneció en silencio unos quince minutos hasta que no pudo más de aburrimiento y se estiró para alcanzar el control remoto en la mesita de luz. Desgraciadamente, a último momento perdió el equilibrio y se cayó de la poca. Y ahí no acabó la cosa, por el impacto de la caída se le cayó encima la mesita con control remoto y todo. Darren maldijo furioso, se levantó, se frotó las partes adoloridas y acomodó las cosas. Antes de volver a echarse en ella le pegó una fuerte patada a la cama, sin embargo lejos de aliviar su rabia tuvo que sumar ese dolor a los otros, y sobretodo al dolor de su alma.

Desde que Ginger se había mudado a la mansión del Dr. Dave hace unos pocos meses, se sentía enfurruñado y deprimido. Sentía que había perdido algo que le pertenecía. Incluso peor que cuando habían cortado. Y ahora que lo pensaba bien, ni siquiera entendía por qué habían cortado. Después de todo, la experiencia le había demostrado que las chicas se van volviendo cada vez más molestas al tiempo de haber empezado una relación. Por ejemplo, Simone le estaba resultando igual de insoportable de lo que le pareció Ginger en su momento… Ahora ninguna de las dos le llamaba demasiado la atención, pero lamentaba haber perdido a Ging como amiga. De Simone simplemente no sabía cómo deshacerse.

Volvió a sonar el teléfono. Darren cruzó los dedos por que no fuera Simone, pero no hubo caso. Oyó de nuevo el maldito "¡Darren, para vos!", puso los ojos en blanco y levantó el aparato, sabiendo que iba a tener que darle una buena explicación a su novia.

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Ginger se quedó parada frente a esa casa que tantos recuerdos le inspiraba. No sabía por qué había decidido regresar precisamente en aquel momento, pero sí sabía qué iba a hacer. O por lo menos eso creía.

Observó vacilante el reverso del sobre en el que ponía "Para Darren" y después de dar un largo suspiro, se agachó para deslizar rápidamente el papel debajo de la puerta. Si no lo hacía ahora no lo haría nunca.

Una vez cumplida su misión , se alejó un poco y se quedó mirando la casa por un rato bastante largo.

Si esto no funcionaba, dudaba que fuera a verla a menudo.

Continuará…