Naruto Shippuden y sus personajes no me pertenecen.


So be it.

Al principio, temía justamente aquel rechazo. Fue por eso que cerró los ojos y se forzó a hablar con el Uchiha, a hallar un modo de elegir un camino o el otro, elegir entre un deseo y lo que debía hacer, como líder de su aldea y como uno de los únicos que conocía más del chico que sólo 'es miembro de Akatsuki'.

Pero, Sasuke no lo escuchó, vacío y enfermo bajo el instinto vengativo impreso en cada uno de sus gestos, risas maníacas y ataques desesperados. No negaba que era poderoso; de hecho, podía bien respirar ese tipo de poder único que sólo el odio brinda y lo oscuro incita.

Uchiha no volvería. Nadie ya era capaz de componer su mente y ofrecerle perdón, de nuevo. Tal vez lo merecía más de lo Gaara, alguna vez; pero, dudaba que siquiera pensara en contemplar la chance de regresar a la luz, a Konoha y a Naruto.

Naruto.

Naruto intentaría aún, sin embargo. Lo entendía, porque era Naruto y mil guerras transcurrirían antes que el shinobi de la Hoja renunciara a la idea de salvar a Sasuke. Si a él, asesino y psicópata de muchos, le llamaba amigo y salvó su vida sin pedir recompensa alguna. ¿Qué diferencia haría con Sasuke, su hermano, su mejor amigo, alguien más importante de lo que Gaara jamás sería?

Quizá esa lágrima (sí, esa) fue por sí mismo, por lo que perdería, por el mundo shinobi, porque ser Kazekage significaba justo separarse de sus sentimientos en sus decisiones, como Kankuro sostenía, o porque Uchiha y él eran individuos diferentes, y al escoger entre la petición de Gaara (¿quién es Gaara ahora?) y la salvación de Sasuke, la respuesta caía obvia.

La mano de Naruto rehusando la propia afianzaba el concepto mil veces, firme. Una alarma inconsciente murmuraba el rechazo hasta cansarse, traduciéndose en el visible fracaso de la empresa. Deseó sonreír, agrio, con todas sus fuerzas. Al menos lo había intentado, igual que con Sasuke; aunque el moreno se negara a dejar su odio atrás, y Naruto no desistiese a perseguirle.

Piedad, no obstante, es algo que no piensa mostrar. Vira lejos del rubio, pronunciando la sentencia de cierre y esa frase que, tal vez, de resultado y ocultando la expresión fatigada en la velocidad de sus pasos a Suna, antes que sus hermanos pudieran notarla.

Si la próxima vez asesinaba a Sasuke, por pocas que se mostrasen las posibilidades, y se ganaba el odio eterno de Naruto, lo aceptaría, aun si doliera. Si para conservar lo nimio de esperanza que el torcido mundo ninja tenía era su deber asesinar al moreno, lo haría sin meditar. Y la lágrima sería, sí, por él mismo y el rechazo pululando en las paredes de sus ojos, con el recuerdo de la mirada azul evitando la suya.

Como Kazekage, así había de ser.


N/A. Lo sé, es malo. Lo sé. Pero, adoro a Gaara, vi los últimos episodios del anime, uno llevó a lo otro y esto nació. No escribo mucho Shippuden (lo leo bastante, sí), así que espero comentarios de cualquier tipo, mientras no contengan insultos.