Yo estaba con mi mamá yendo al cole para recoger unos trabajos de arte, ya estábamos en carapongo, cuando bajamos del carro y nos encaminamos a nuestro destino.
Pasaron 2 cuadras aproximadamente cuando note que mi mama había desaparecido, estaba allí sola y encontré al sospechoso perfecto, estaba como en una limosina, cosa que era algo casi inusual en carapongo.
Camine hacia mi derecha, era una zona casi sombría aunque lo raro era que aun era de día, comencé a sentir desesperación y parecía como si mis ojos se me salieran, acelere el paso, la camioneta iba casi a mi paso y yo iba perdieron la cordura cada vez mas; llegue hasta la próxima cuadra, y paso lo inesperado, la camioneta bajo la velocidad y me sentí mas aliviada.
Comencé a caminar un poco mas despacio para poder respirar, ya que el aire me iba faltando. Sentí un alivio completo.
Paso poco rato y alguien de la camioneta me subió, yo tenia mucho miedo, comencé a sudar y quería gritar tan fuerte como para que alguien me escuche, pero la voz no me salía, sentí mucha inquietud por querer escapar y empuje la puerta y rodé hacia mi libertad, pero al caer, ví como una cuadra mas adelante, soltaban a mi mamá.
Fui corriendo donde ella cuando el carro desapareció y la abrace; ansiosa le pregunté qué pasaba y no me respondió, pero luego escuché en un susurro que decía:
nos quieren a las dos
Me aterre aun más y volvió esa camioneta aun a una velocidad increíble, nosotras estábamos en el paradero de nuevo; yo pensaba que esto ya había terminado cuando paro a unos centímetros de nosotras y subimos.
No tenia ni la menor idea de por qué lo habíamos hecho pero me sentía complacida conmigo misma, volteé a hacer algo que no había hecho antes: me fije en el conductor y copiloto, nuestros supuestos raptores; al conductor no lo reconocí, pero el copiloto era una hermosa dama, una dama que pensé que solo iba a ver en sueños, era alice, tan agraciada y tan bella como siempre la imaginaba.
Sentí por una parte alegría y curiosidad por hablar con ella; yo sabía lo que era, solo yo, pero hubo algo en ella que me hizo callar, note una gran severidad, algo que no es propio de ella, algo que me hizo temblar.
Fuimos muy lento, tal vez mas lento de lo que la camioneta podía, pero llegamos. Era una casa muy pequeña, solo había un baño y un dormitorio, era tan angosta que cualquiera no hubiera podido ingresar, adentro, alice se veía de mejor humor aunque se notaba que no era feliz por eso.
Le pregunte qué es lo que hacíamos ahí, pero no respondió, luego le oí decir que no podía responder a mis preguntas y me negué a hacer otra de esas tantas preguntas que tenia, fui al pequeño baño y me miré al espejo, pero todo era oscuro y no pude ver más que una sombra.
Pronto, salí del baño y me dirigí a alice con una mirada de piedad, era eso exactamente lo que quería: piedad
- ¿alice, pero los vas a matar? solo responde lo que tu quieras responder
- sabes que no puedo responderte. Ella se puso pensativa y comenzó a cantar al tiempo que me miraba.
- nooo! alice sabes que no deben morir, le grite desesperada, como si no hubiera otra opción
Al momento, comencé a acordarme de algo, algo que unía las piezas y formaba la clave de este difícil acertijo, pensé en la posibilidad de que tal vez yo no era quien creía ser, era una simple chica, no bella. Grité hasta que la voz me falló, y entonces, todo tuvo sentido, ellos querían reunir gente para hacer su ejército de neófitos para salvar a su familia, querían convertir a todos en vampiros.
Iba a morir por ellos.
Fin
