Disclaimer: Okusama wa joshikousei y sus personajes son propiedad de Hiyoko Kobayashi

Hola, gracias por entrar n.n

Estuve viendo algunos animés shoujos viejitos y se me ocurrió homenajearlos con una trilogía de fics a partir del concepto tan en boga de "stalker", por eso los tres shots tendrán el mismo título pero serán publicados con el número de serie correspondiente.

En esta segunda entrega quise aportar un drabble muy sencillo sobre esta pequeña historia de amor, espero que les guste, aunque desconozco cuántos fans pueda tener el fandom actualmente XD

Disculpen por los posibles fallos y gracias por leer :D


Stalkeada


El timbre determinó el final de la clase. El profesor Ichimaru Kyosuke indicó las páginas para la tarea, se despidió, reunió sus cosas y se dispuso a salir del aula. Antes de cruzar la puerta, sin embargo, giró en dirección a cierta alumna, su esposa secreta, con quien intercambió una dulce mirada de entendimiento. Luego se marchó.

Pensando en ella, sonriente, se dirigió a la sala de profesores. Una vez allí, al sentarse en su escritorio, se percató de que había olvidado un libro y, contrariado, se resignó a tener que volver por él.

Así lo hizo, pues dudaba de que alguno de sus alumnos, ansiosos por el período de descanso, repare en aquel olvido. Entonces desanduvo el camino pensando ahora en ese importante objeto perdido y en su poco frecuente distracción.

¿Se estaría haciendo viejo? ¿Sería a causa de la prisa? ¿Empezaba a hacerse difícil la extraña convivencia escolar con Asami? Él nunca se olvidaba de nada, mucho menos de un libro, por lo que no hizo más que barajar posibles explicaciones.

Sumido en ese trance, abrió la puerta del aula y una inesperada visión lo dejó de piedra, clavado en el umbral. Asami, sonriente y ruborizada, se hallaba en el centro de un concurrido círculo de especímenes masculinos no mayores de diecisiete años, quienes la rodeaban libidinosos con ojos fijos y acechantes sobre su agraciada figura femenina.

Kyosuke observó la escena con perplejidad. Luego, con una creciente marejada de celos. ¿Cómo le llamaban ahora…? Stalkeada, ¡su ingenua, tierna e inocente esposa estaba siendo stalkeada alevosamente por ese descarado hatajo de bribones! Era de no creer.

Definitivamente olvidado del pobre libro, en dos zancadas se ubicó junto a ella para espantar a esos molestos moscones adolescentes.

-¿Qué sucede aquí, Onohara? –inquirió ceñudo escrutando a los enemigos como el Exterminador del futuro a los seres humanos.

-¿Ichimaru-sensei? –se sobresaltó ella.

-¿Se les perdió algo? –increpó él a los desconcertados alumnos.

-Ichimaru-sensei… por favor… -intentó Asami, al notar que creía que la estaban molestando.

-Deberían estar en el descanso –los amonestó Kyosuke-, y no pululando en torno a una chica.

Los jóvenes intercambiaron miradas de incomprensión. Asami, tal vez más ruborizada que antes debido a ese innecesario rapto de caballero andante que acometió a su esposo, intentó contenerlo una vez más.

-Ichimaru-sensei, no es lo que está pensando –aclaró tímidamente, inconciente del cliché-. Mis compañeros me han pedido que les dé clases de apoyo después de hora, hay ejercicios que aún no entienden.

Kyosuke abrió la boca para reclamar, pero al terminar de comprender las palabras de Asami la cerró de inmediato. Acto seguido, el abochornado fue él.

-Ah… -profirió débilmente, vacilante acerca de qué convendría hacer-. Bu-Bueno… pensé… yo pensé que…

Asami sonrió. Era raro verlo celoso, por lo que procuró disfrutar íntimamente de ese inesperado regalo del amor. Kyosuke, en cambio, se sintió más tonto que nunca. Una vez que se repuso, no obstante, también consiguió sonreír con torpeza al menos para disimular. La amaba demasiado.