El inicio del sueño

Orihime yacía ahí sentada... sola, en ese manto de oscuridad eterna que cubría ese lugar llamado Hueco Mundo... "¿Por qué estoy aquí?" Se lo preguntaba repetidamente la peli naranja, pero entonces recordaba a su amor platónico... Ah, si... Kurosaki Ichigo, alto, fornido, decidido, jamás se rendía. Valla que parecía el chico perfecto ¿No? El héroe que ella esperaba que fuera a rescatarla...

- Mujer...

Aquella voz saco a la chica de sus pensamientos, y volteo a ver al dueño de aquella voz, de aquella frase, y ahí estaba... Un chico de tez muy pálida, ojos grandes color verde, de cabello negro algo largo y la mitad de su cabeza cubierta por alguna clase de casco roto, y... Esas marcas, esas marcas que parecían como lagrimas. Si, ahí estaba, Ulquiorra Cifer, su guardián y al tiempo carcelero. Había que admitir que su "look" no era tan malo, y esas lagrimas podrían provocarle a cualquiera correr y abrazarlo... Pero no, Orihime no haría algo como eso, era leal a sus sentimientos por Kurosaki-kun...

- Mujer... Vamonos, Aizen-sama te ha llamado.

- ¿Eh? ¿Para que-?

- No hagas preguntas solo sígueme -Él ni siquiera la dejo terminar de hablar, y cuando termino de decir sus ultimas palabras, dio vuelta y empezó a caminar hacía afuera. Orihime claro, no tenia mas opción que seguirlo-

Ambos, Orihime y Ulquiorra caminaban por los largos pasillos blancos de ese castillo llamado "Las noches". Aunque para la chica, eso no era un castillo, si no, su prisión e incluso su tumba si no tenia cuidado con lo que hacía...

Algunos Arrancar observaban a la chica mientras ambos se dirigían a la sala del trono, donde su ahora "amo" Aizen, la esperaba... Pero ella sentía como esos seres la miraban con desprecio, e incluso se preguntaban por que una simple humana seria de tanto interés para su Señor Aizen, y... Ella también seguía preguntándose lo mismo

- Lamento el retraso, Aizen-sama. -Dicho esto, Ulquiorra hizo una pequeña reverencia a su señor, el cual con una suave sonrisa resivia a ambos

- Te lo agradezco Ulquiorra. Ahora por favor, déjanos solos...

Aizen observo a la pobre humana, aún con esa suave y amable sonrisa en su rostro mientras Ulquiorra salia de aquella sala, dejando sola a la pobre e indefensa chica, la cual temblaba de miedo en su interior y rogaba por que sus piernas no la traicionaran y la hicieran sucumbir al pánico

- ¿M...Me llamo? Aizen... sama -Dijo finalmente la chica

- Así es Inoue Orihime, veras... Hay algo que me gustaría que hicieras por mi... Pero no temas, nada de esto afectara el trato que tienes con Ulquiorra sobre herir a tus amigos, al contrario, podría beneficiarlos...

"Beneficiarlos" Esa palabra se quedo muy grabada en la cabeza de la chica, mientras Aizen seguía explicando lo que debía hacer...

No paso mucho tiempo cuando finalmente Orihime salio de la sala, Ulquiorra por su parte, debía esperarla afuera para escoltarla de regreso, pero... Esa no era la Orihime que vio en el mundo de los humanos, no... Algo le había hecho Aizen, mas seguro, la chica no hablaría, y él, realmente no estaba interesado en saberlo

- Vamos, te escoltare de regreso a tu habitación...

Al decir esas palabras, Orihime ni siquiera se molesto en decir algo, y empezó a caminar de regreso con su captor... Estaba tan cabizbaja, ni siquiera se molestaba en ver hacia enfrente, sólo mantenía su mirada en el suelo y se mantenía callada...

Una vez llegando a la habitación de la chica, ella fue directo a ese gran sofá que había y se sentó ahí, mientras que Ulquiorra solo podía observarla

- Le diré a algún súbdito que te traiga la comida, así que...

- No... Tengo hambre... -Sus palabras hicieron que Ulquiorra la observara fijamente, como si ella estuviera retándolo

- Esa no es tu decisión, es mi deber mantenerte con vida hasta que Aizen-sama te diga que hacer

- Aizen-sama me mando a dormir, así que... sólo déjame sola...

Entonces, Orihime simplemente se recostó en aquel sofá, empezando a dormirse... Ulquiorra estaba algo confundido por la actitud de la chica ¿Se había resignado ya a toda esperanza? Él al menos esperaba que diera batalla en sus algo cotidianas discusiones desde que la chica llego. Pero, esta vez no...

El Arrancar solo dio media vuelta y salio de esa habitación, aun preguntándose sobre que le pasaba a la chica, y preguntándose a si mismo "¿Por que le importaba?" Pero rápido ahogo esos pensamientos diciendo que una vez que duerma todo volvería a ser como antes... Sin embargo, el plan de Aizen, apenas comenzaba...