Disclaimer: The Loud House y ninguno de sus personajes me pertenecen. Ya saben, lo normal
Sábado por la mañana en la casa Loud, el cual comenzó como casi todos los días de la semana; con una larga fila para ir al baño y con Lincoln intentando adelantarse algunos lugares gracias a uno de sus planes. A diferencia de otras ocasiones, él no era el último de la fila. Esta vez, dicho deshonor le tocó a Luan, que salió de la habitación que compartía con Luna con una expresión que luciría más normal en Lucy.
—Cielos, luces horrible, Luan. ¿Tuviste una mala noche? —preguntó el peliblanco a su hermana nada más verla. La comediante no respondió de inmediato… De hecho, al ver y oír a su hermano, un repentino y bien controlado sonrojo decoró sus mejillas por un breve instante.
—Si, mi noche estuvo como una visita a la tía Ruth o como el público ese día que estaban regalando tomates en el club. —Luan prefirió ser parcialmente honesta con su hermano y con cualquiera que preguntara, pero no diría para nada que fue lo que soñó. Era demasiado vergonzoso e inquietante.
—Si te sentías inquieta, me hubieras dicho, Luan. —comentó Luna desde su lugar en la fila. —Sabes que no me molesta que me despiertes por eso.
—No fue tan malo, Luna. De verdad.
La falta de alguna broma inquietó a la Loud mayor, pero si Luan decía que estaba bien, confiaría en ella. Por algo eran hermanas y compañeras de habitación.
El desayuno en la mesa de grandes estuvo normal, aunque Rita tuvo que ir un par de veces a poner orden con las gemelas. Quizás si alguien hubiera observado un poco mejor, habría notado que Luan hacía todo lo posible para no ver hacia la cocina.
Para las 12 del día, la mayor parte de los Loud había salido a hacer sus propias cosas. Lori tenía una cita con Bobby, Leni había salido con sus amigas al centro comercial, Luna estaba ensayando con Chunk y su banda y Luan tenía un par de fiestas infantiles. Fiel a su ética laboral, la comediante iba disfrazada de payaso y con una sonrisa enorme y auténtica de su rostro. Después de todo, la risa era su vida, su raison d'etre. Sin embargo, ahora le estaba costando un poco más de trabajo debido a ese sueño tan extraño que tuvo.
"Es decir, claro que lo quiero y lo amo, pero… pero no así. Y mucho menos actuaría… Rayos, que confuso."
Pero siendo la profesional de la comedia que era, Luan guardó sus preocupaciones en una de esas cajitas a las que se les da cuerda y sale un muñeco para darle vuelta a la manivela metafórica cuando regresara a casa. Ahora era hora del espectáculo.
La primera fiesta era para una jovencita de 9 años que, según su mamá, tenía una adoración por los unicornios y las hadas, así que la comediante había comenzado con un truco simple con el que cambió su atuendo de payasita por uno de hada cómica, o sea alitas adorables con brillitos donados por Lola y una varita mágica hecha con un pollo de goma con una coronita y alitas.
—Creo que este pollo quedó coronado. ¿Entienden?
Los chiquillos rieron a gusto con la no tan buena broma.
—Y sus risas son tan maravillosas que me tienen brillando de alegría.
Ver a todos esos pequeños reír llenaba el corazón de la castaña con una felicidad sin paralelo y le recordaba lo contenta y orgullosa que estaba con el camino que había elegido.
Tras un par de horas, la fiesta había concluido y resultó todo un éxito, y aparte de pastel y dulces extras, la mamá de la festejada le dio algunos dólares extras por su buen trabajo.
—Realmente eres increíble, Luan. Te recomendaré con todas mis amigas.
—Muchas gracias, señora. Solo hago lo que me gusta, y nada me gusta más que compartir una sonrisa con todos.
Si, esa fiesta fue todo un éxito… La siguiente, no tanto. El problema no fue con el festejado, un niño de 11 años que amaba las rutinas de stand-up, sino con uno de los invitados, un rapaz de 10 años que estaba inconforme con todo y con todos, desde el sabor del pastel, hasta el peinado del invitado. No era la primera vez que Luan tenía un público difícil, así que no se amilanó y siguió con su rutina. Para el festejado y la gran mayoría de los invitados, el espectáculo era risa tras risa.
—Por cierto, ¿nunca han ido a jugar golf? Dicen que para jugarlo, se necesitan lecciones de supervivencia. Ya saben, con todas esas trampas de arena…
La joven Loud se vio recompensada por nuevas risas y carcajadas… salvo de una persona.
—Tal vez la trampa fue como lograste que te contrataran. He visto cosas en mi nariz más graciosas que tú.
Aunque molesta, la joven Loud no le dio importancia y siguió con un nuevo chiste, esta vez sobre las series de moda y algo sobre como algunos actores tenían sueldos tan grandes que podrían armar una balsa solo con los puros billetes.
—Porque esa es la mejor forma de mantener una carrera a flote.
—Haber si tú también puedes mantenerte a flote, payasa. —Esa fue toda la advertencia que la chica recibió.
Hay un dicho que dice, palabras más, palabras menos, que piedras y palos podrán lastimarte, pero las palabras nunca te harán nada. El que dijo eso nunca consideró las pelotas de goma, particularmente las lanzadas por un mocoso de 10 años con tan buena puntería como para darle a la comediante justo en la frente.
Afortunadamente para la chica de los frenos, solo terminó con un leve mareo a pesar de haber caído como plomada. La fiesta, obviamente, se había arruinado para todos, así que una vez que la mamá del festejado se aseguró que Luan estuviera bien, la dejó ir a casa con algo de dinero extra para compensar el problema.
—Y le llamaré a tú madre para que sepa lo que pasó. Dios, estoy tan avergonzada… Cuando hable con la mamá de John me aseguraré de que le den una…
—No se preocupe. A veces suele pasar que una manzana no es tan saludable, pero no por eso se arruinan las demás manzanas del arbol.
Tras nuevamente agradecer las atenciones brindadas, Luan regresó a casa, no tan contenta como hubiera querido pero al menos, estaba tan bien como se podía. Si, tenía algo de dinero extra, pero de que le servía el dinero si no había logrado alegrar a todos y eso era lo que la estaba poniendo de mal humor. Por lo menos, llegó a casa sin problemas y confiaba que con un poco de descanso, las cosas se verían mejor.
Rita la recibió en la estancia y tras una revisión de su parte, y también de parte de Lisa para ver que el golpe y la caída no hubieran tenido consecuencias, la comediante fue a su habitación a dejar sus cosas y de allí, al baño para desmaquillarse. Al salir de allí, terminó chocando con alguien, lo que la llevó a caer de sentón. Eso no habría sido un problema de no ser por la persona con quien había chocado.
—¿Te encuentras bien, Luan?
—Sí, este… claro que sí, Lincoln.
¿Cuáles eran las probabilidades de que chocara con Linc justo al salir del baño? ¿Cuáles?
—¿Llegaste a casa hace poco?
—Hace unos minutos, Luan. Ya supe lo que pasó. ¿Te encuentras bien?
—Claro, Lincoln. Se necesita más que un golpe para frenar la locomotora de la risa. —respondió la chica con un entusiasmo un tanto fingido.
—No lo digo por el golpe, sino porque la fiesta se arruinó. Se que esas cosas te afectan mucho.
Luan sonrió nada más escucho esas palabras. Para ser su hermano menor, hacía un buen trabajo consolándola, lo que era prueba de lo bien que la conocía. Eso era tan dulce de su parte y lo amaba por eso.
… pero también la inquietaba.
—Ya habrá otras fiestas, Lincoln, y además, si me dejara deprimir por cada fiesta o espectáculo que sale mal, entonces deberían llamarme "Titanic Loud". Jajajaja. ¿Entiendes?
—Claro que sí. —dijo el chico en un tono de tedio, lo que para la castaña era signo de que todo estaba normal en casa.
El resto de la tarde y noche estuvieron tan normalmente caóticos como siempre, aunque Lynn hizo un par de comentarios en la cena sobre lo que le haría al cretino que había arruinado la actuación de su hermana mayor. Luna y Luan ya estaban en su cama y listas para dormir, aunque la comediante le hizo un último ajuste a su cámara.
—Listo. Si cuento algún buen chiste, lo sabré por la mañana.
—Y espero ser la primera en escucharlo. —comentó Luna desde su lugar en la litera.
—Serás la primavera y te lo garantizo.
Luna rió con sinceridad y al cabo de unos minutos, las dos estaban completamente dormidas, sus cuerpos y mentes ansiando el merecido descanso tras un día pesado.
Era la mitad de la noche cuando Luan se levantó al baño y por un poco de agua. La joven subió nuevamente las escaleras, pero no fue de vuelta a su habitación, sino a aquella que antes había sido un cuarto de blancos.
La comediante abrió la puerta muy despacio, como si temiera despertar a quien en esa habitación dormía. Iba vestida con un camisón amarillo y llevaba su cabello suelto en esta ocasión. Con mucho cuidado, cerró la puesta tras de si y sonrió un poco al ver la figura de su hermanito dormido. Con mucho cuidado, se acercó a él y se sentó al borde de su cama, sacudiéndolo con gentileza mientras susurraba su nombre suavemente.
—Mmmm… Mmhh… ¿Luan? ¿Qué haces aquí? Estaba dormido.
—Perdóname por despertarte, Linc, pero no podía esperar a mañana para agradecerte de nuevo tus palabras de esta tarde. Significan mucho para mí.
—No fue nada, Luan. Sabes que haría lo mismo por todas ustedes.
—Si… Por todas nosotras.
Lincoln falló en notar el tono ligeramente molesto con el que su hermana dijo eso, pero no falló en notar cuando ella apartó las sábanas y se metió en la cama con él.
—Luan, espera. ¿Qué estás…
—Pensé que, a manera de disculpa, podría ayudarte a calentarte un poco hasta que te duermas. Hace bastante frío esta noche.
—Bueno, supongo que está bien. —terminó por ceder el chico. Había pasado mucho tiempo desde que había dormido con alguna de sus hermanas. Bueno, no tanto si contaba a Lynn y a Lucy, pero había pasado mucho más tiempo desde que lo había hecho con Luan. Casi había olvidado lo cálido que era su cuerpo… y aparentemente no había notado lo mucho que había crecido en ciertas partes, aunque seguro era porque su crecimiento no era tan notorio como en Lori o Leni.
—¿Qué tal van las cosas entre Ronnie Ann y tú, Linc? —El peliblanco salió de su ensoñación gracias a la pregunta de su hermana.
—Bastante bien, Luan. Ayer la pasamos muy bien juntos jugando donde Gus.
—Ya veo… ¿Pero has pensando que quizás ella no sea la chica para ti?
Intrigado, Linc le preguntó a su hermana a que se refería.
—A que ella puede ser muy brusca contigo y podría lastimarte. No muy distinto a Lynn, si lo pienso. Tú necesitas a alguien que te comprenda mejor y que te apoye a cada momento. Alguien… que te haga reír.
—¿Reír? —Lincoln pareció entender la indirecta, pues sintió como el calor aumentaba de repente, así como también sintió la sangre agolpándose en su rostro.
Aunque quizás eso último había sido provocado por los dedos de Luan que ahora recorrían sus mejillas con ternura y delicadeza.
—Sí, reír. La risa es la medicina para el alma, y creo que la tuya está muy herida, Linc. Necesita de alguien que pueda curarte con amor y sinceridad… y conozco a alguien.
Lentamente, la chica le quitó muy despacio a Lincoln su camisa, dejando su torso expuesto a las caricias de sus suaves manos, las cuales no necesitaron ni esperaron invitación para su viaje de exploración.
—Y esa alguien soy yo. —Luan tomó el rostro de su hermano con ambas manos y lo acercó lentamente al suyo. —No necesitas de nadie más. Ni Ronnie Ann, ni esa Cristina, ni ninguna de nuestras hermanas. Solo me necesitas a mí, Lincoln… y a nadie más.
El chico no vio nada más que los ojos de su hermana, que a la escasa luz que entraba por su ventana se veían hipnóticos, hermosos y perturbadores a la vez, y esos ojos se acercaban cada vez mas y mas a su rostro.
Luan sentía la dulce respiración de su hermano sobre sus labios. Pronto tomaría el premio que tan justamente merecía. Era una lástima que no fuera su primer beso, pues ese lo había robado esa perra infeliz de Santiago, pero al final, no importaría. Una vez que ambos se unieran, su Linc sería de ella y de nadie mas… De nadie mas.
Solo faltaban unos milímetros…
Ya sentía sus labios sobre…
Luan ahogó un grito lo mejor que pudo. Volteó su cabeza en todas direcciones y se dio cuenta de que estaba en su habitación, con su cabello peinado en cola de caballo, sudando frío y con escalofríos recorriendo todo su cuerpo como si se tratara del agarre de la muerte. Al menos, no parecía haber despertado a Luna.
La comediante fue al baño tan rápido como pudo; los recuerdos de su sueño aún frescos en su mente, lo que provocó que devolviera su cena en el retrete. Se vio tentada a encender la luz, pero no quiso hacerlo. Se sentía demasiado asqueada para eso. Asqueada por haber soñado de esa forma con su hermano, y sin embargo, eso no era lo peor.
—Ya… son dos noches… Dos noches con un sueño así… Por los cielos, que me pasa. ¿Por qué estoy soñando así con Lincoln?
Y Luan cayó de rodillas y así regresó al retrete, dando nuevas arcadas y terminando de limpiar su estómago. Intentaría dormir una vez más, pero temía a lo que soñaría de nuevo.
Y temía que demonios podrían significar esos sueños.
Hi, everypony. Heme aquí una vez más con un nuevo fic que a diferencia de otros, esta vez no es un one shot. Ya habrán visto un poco de que irá tratando esta historia, pero es justo contarles que me inspiró.
Se que la mayoría de ustedes conoce o habrá leído el comic de JumpJump. No soy la excepción. He visto varios fics bastante oscuros tanto en inglés como en español, pero curiosamente, creo que ninguno, al menos de los que he visto, ha tocado el tema de Luan Yandere. Eso me hizo pensar que era tiempo de arreglar eso, pero eso me llevó a otro punto, el cual era terminar haciendo una historia demasiado... cliché. La idea de una Luan Yandere que de buenas a primeras comienza a celar a Lincoln y termina haciendo lo que la mayoría de las Yanderes hace se me hizo poco atractiva, sobre todo porque el comic de JumpJump ya hace un excelente trabajo describiendo eso.
Entonces pensé, ¿qué tal si abordo ese tema desde otra perspectiva? Y es aquí donde entra la secuencia de sueño que vimos hace un momento. Luan ama a Lincoln como hermano, pero su sueños están empezándole a transmitir un mensaje doblemente perturbador. No solo se trata del asunto del incesto, sino también de las tendencias que ella muestra y mostrará en esas secuencias. A lo largo de esta historia veremos como Luan reacciona a esos sueños, como se mata pensando que podrán significar aparte de lo aparentemente obvio, y como eso irá afectando su relación con Lincoln y con sus otras hermanas.
Y bueno, creo que ya dije mucho, pero tampoco creo haber dicho tanto a la vez. Espero disfruten de esta historia, así como de los capítulos subsecuentes. Luan es una de mis Loud favoritas... y quizás por eso es que la torturaré un poco... o un mucho, quien sabe.
Los veré pronto en el siguiente capítulo o en algún otro one shot que se me ocurra. Les agradezco su tiempo y les deseo muy buena suerte en todo lo que hagan.
