Disclaimer: NO poseo nada; sólo el OC.
Faltaba muy poco para que la campana que daba por finalizada las horas de clase en la mañana sonara; cuando ella entró en el aula, dirigiéndose directamente a su escritorio. La maestra no había podido asistir a la clase, por lo que esa hora antes del almuerzo la tuvieron libre. Oikawa estaba guardando sus libros y de repente se dio cuenta de una presencia en frente de él. Al alzar la vista se topó con una chica de grandes ojos verdes cubiertos por lentes y cabello negro largo trenzado. A juzgar por su aspecto, intuyó que se trataba de una chica de un grado inferior al suyo; probablemente una de las niñas de primer año. Pero francamente, le sorprendió que su popularidad fuera tanta que hasta las niñas de nuevo ingreso fueran a verle.
―Hola, eres Oikawa Toru, ¿verdad? ―ella preguntó bruscamente, cosa que lo hizo sospechar inmediatamente que algo estaba mal en ella.
Sin embargo, el capitán y armador del equipo de voleyball se acomodó en su escritorio y le sonrió a su vez. ―Sí, ese soy yo.
De repente, la cara de la niña se iluminó y sonrió de oreja a oreja.
―¡Perfecto! es bastante atractivo como dicen y de seguro ha de saber de moda; además probablemente ha tenido muchas novias antes. ―parecía que estaba hablando más para sí misma que para él.
Se rio un poco mientras rascaba la parte posterior de su cabeza. ―¿Necesitabas algo? ―en realidad, él ya se imaginaba de qué se trataba.
La pelinegra juntó sus manos con las de él, logrando que este se sobresaltara un poco. Ella aún tenía esa sonrisa enorme. ―Realmente no sé cómo preguntarle; pensé que esto sería un poco más fácil…
Si, definitivamente de eso se trataba. De hecho, siempre era muy predecible; aunque la mayoría de confesiones (o a las que él estaba acostumbrado) por lo general no se hacían públicamente. Teniendo eso en cuenta, en verdad tenía que felicitarla por ser tan directa. Pero el otro punto a tener en cuenta es que apenas y la conoce (en realidad esa era la primera vez que veía su rostro), por lo que el rechazo sería inmediato.
―No estoy realmente interesa-
―¡No! ―lo interrumpió poniendo una de sus pequeñas manos en su boca. Oikawa pudo divisar lágrimas en sus ojos, literalmente. ―¡Tiene que ser usted! ¡De lo contrario, moriré!
Pero que locas a las que él conseguía gustarle.
Haciendo uso de su paciencia (porque es consciente de lo desagradable que puede llegar a hacer), retiró la mano de la chica para poder hablar nuevamente.
―Es bastante halagador que me digas eso, pero yo-
―Tiene que ayudarme para que pueda confesarme a Iwaizumi-sempai.
Se había enojado por la segunda interrupción, pero ante tal declaración, sólo atinó a abrir y cerrar sus ojos color café lentamente mientras su cerebro registraba aquellas palabras dichas.
―¿Iwa-chan? ―preguntó, temiendo que no hubiera escuchado correctamente la primera vez.
Pudo ver el muy notable rubor que se instaló en las mejillas de la chica de lentes mientras asentía lentamente.
―Si… es el único que puede ayudarme, Oikawa-sempai. Estoy segura. ―dijo llena de convicción. ―Los dos son buenos amigos, ¿nos es así? además ambos están en el equipo de voleyball, y al ser una persona popular, es el único lo suficientemente capaz como para ayudarme. ¡No voy a aceptar un no por respuesta!
De alguna forma, esta situación le parecía completamente absurda; y ni hablar de extraña. ¿De verdad estaba escuchando lo que él piensa que estaba escuchando? ¿Esa chica se acercó a él por estar interesada en un amigo, y no en su persona? ¿Esto era un truco? ¿Por fin habían llegado los alienígenas a invadir la tierra? su cabeza estaba girando en torno a un sinfín de posibilidades.
En cualquier caso, el sonido abrupto de la campana fue suficiente para convencer a la chica de salir de aquella aula. Aunque no sin dirigirle antes unas últimas palabras al chico.
―Mierda….me tengo que ir. De todas formas, Oikawa-sempai, ¿tiene algún tiempo libre hoy? ¿Después de la escuela? prometo que le pagaré de alguna manera. ¿Sabe qué? voy a esperarlo después de la práctica de voleyball. No tengo nada mejor que hacer, de todos modos. ―sonrió nuevamente, antes de marcharse hasta la puerta del salón de clase.
La idea de declinar ante la petición iba a ser ejecutada, pero no encontró una forma de rechazar aquellos suplicantes ojos verdes. Considerando el hecho de que todo esto tenía que ver con Iwaizumi, tal vez aceptar no era tan mala opción después de todo. Podría dárselas de cupido con su amigo, y de esa forma conseguir menos golpes al día. Aunque, muy en el fondo de su mente, tenía sospechas con respecto a los motivos de esa niña. Quizá todo eso era sólo una excusa para poder acercarse a él.
―Por cierto… ―Toru volvió de sus pensamientos al escuchar el grito de la chica desde la puerta. ―Soy Hotaru Kaori. ―se presentó, tardíamente, pero lo hizo. Con eso, abandonó la sala.
Tan pronto como las actividades del día llegaron a su fin, Kaori se encaminó alegremente al gimnasio, directo al entrenamiento de voleyball. Al llegar a dicho lugar, se instaló en una de las bancas y esperó pacientemente a que la persona que necesitaba saliera por las puertas de aquel lugar. Unos minutos más tarde, podía ver el grupo de jugadores abandonar el gimnasio, algunos con expresiones de cansancio por el intensivo entrenamiento.
―¿Alguien está esperando por Oikawa? ―expresó Matsukawa.
El dueño del apellido dio un respingo, antes de girar su cabeza en la dirección en donde se encontraba Hotaru. Internamente deseaba que a ella se le hubiera olvidado eso, o que no hubiera podido ir, o cualquier cosa.
―¿¡Por qué tiene que ser por mí!? ―a pesar de eso, se estaban acercando a la pelinegra.
―¿Más niñas locas gritonas? ―aquella voz brusca logró que Kaori se inquietara un poco, y a la vista del vice-capitán del equipo, su corazón se aceleró. Parecía que estaba dirigiendo una mirada de desaprobación al capitán que caminaba a su lado, para luego golpearlo con la mano derecha en la cabeza, provocando un gemido por parte de Oikawa.
―H-hola, I-Iwaizumi-sempai. ―había ignorado olímpicamente a Oikawa, y se supone que venía era por él.
―¿Ah? ―Hajime pareció un poco confundido por el rostro, hasta que por fin logró reconocerlo. ―Oh, sólo eres tú, Hotaru.
El cuerpo de Kaori comenzó a temblar. ―Lamento ser…..t-tan m-molesta... ―Oikawa rio internamente. La gran confianza que tenía esa mañana parecía haber desaparecido completamente, dando lugar a tartamudeos y sonrojos bastante notorios.
―Iwa-chan, no la intimides. ―bromeó, ganándose una mirada de advertencia por parte de Iwaizumi.
―Cállate, yo no hice nada. ―ladró de inmediato. Luego su mirada se posó en Kaori, casi preguntándose la razón por la que ella estaba ahí.
Hotaru se tragó la lengua y todas las palabras que pudo haber dicho cuando hizo contacto visual con el chico. Rápidamente tomó del brazo a Toru y, literalmente, lo arrastró con ella.
―¡Disculpen! ―dijo ante las miradas interrogantes.
Tan pronto como estuvieron a la vuelta de la esquina del gimnasio y lo suficientemente lejos para no ser oídos, Kaori finalmente liberó a Oikawa de su agarre, dándose cuenta tardíamente de que había ejercido demasiada presión contra la piel ajena. Podrían culpar a sus nervios.
―¿Estás tratando de matarme? ―el chico se quejó.
―Lo siento. ―al menos parecía que lo decía sinceramente. ―Me congelo y no sé qué hacer cuando él está cerca. ¿Acaba de verlo? soy un desastre.
Si él era honesto, eso había sido totalmente patético; pero Oikawa, cuando se trata de chicas, trata de endulzar la verdad para que no hayan lágrimas de por medio. Por lo tanto sonrió tranquilizadoramente.
―Si te hace sentir mejor, estoy seguro que Iwa-chan se dará cuenta algún día de tus sentimientos.
―Dios, eres un muy mal mentiroso. Yo te hacia uno mejor ya que eres popular y todo eso.
La sonrisa comenzaba a ser forzada. ―Yo estaba tratando de hacerte sentir mejor.
―Bueno, no necesito ese tipo de cosas. ―Hotaru se acercó a él y de repente puso el dedo índice contra la punta de su nariz. ―Lo siento, pero realmente no me gusta la gente como usted. Su sonrisa es falsa, es deshonesto, hace como que siempre está alegre pero oculta algo. ―suspiró, antes de cambiar su tono de voz radicalmente. ―Nada que ver con Iwaizumi-sempai. Él siempre es franco y directo, además muy dulce.
¡Ja! decir que Iwaizumi es dulce es como querer abrazar un cactus. En otras palabras, lo que ella estaba tratando de decir es que él e Iwaizumi eran totalmente diferentes. Y eso no era algo necesariamente malo, si no que le irritó la forma en cómo lo dijo.
Ciertamente, era la primera vez que una chica le dedicaba tales palabras, pero desde un principio él no quería involucrarse con ella y sus cosas, así que… ¿Por qué estaba ahí todavía?
De repente, la niña ya no fue más de su agrado. Por un momento, juró haberla visto con la cara de Ushijima, por lo que, insultarla le sería mucho más fácil. Además, las trenzas que usaba le recordaban a una niña de un programa infantil que veía cuando era niño.
―No necesito escuchar este tipo de cosas de alguien que se acercó a mí buscando ayuda. ―eso logró que ella retrocediera unos pasos. ―De todas formas no me da la gana de ayudarte. ¿Por qué no mejor vas y ordeñas vacas hasta que Iwa-chan te preste atención, granjera?
Aquello hizo que Kaori se enojara. ―¿¡Cuál granjera!? ¡Ojalá llegaran los alienígenas y lo raptaran! tal vez de esa forma libremos a la humanidad de su estupidez.
―¡Que me rapten los alienígenas es lo que llevo esperando desde que nací, niña boba! ―Toru le sacó la lengua a lo que ella lo miró como el bicho raro que es. ―Boba, boba, boba…
―¡Boba su abuela! ―gritó ella, cayendo en las provocaciones infantiles de Oikawa.
―¡No insultes a mi abuela, niña subnormal! ¡Ve a cuidar la granja y no molestes!
―¡Ahhhh! ―Hotaru gritó exasperada, jalándose de ambas trenzas. No podía creer que un sempai podría ser tan infantil. ―Bien, lo siento. ―esas palabras lograron que Oikawa dejara de llamarla granjera boba. ―Supongo que fui muy grosera al haberte dicho eso, cuando yo fui quien pidió su ayuda en primer lugar.
―Que inteligente. ―le alzó el pulgar en señal de aprobación.
―Por lo que me disculpo profundamente, ya que de verdad, necesito que me ayude.
―No quiero. ―Toru se cruzó de brazos y miró a otro lado.
Una seria intención asesina emergía de Kaori. ―¿Cómo que no quiere, sempai?
―Eso, que no quiero. ¿Te lo deletreo? ―el chico volvió a sacarle la lengua.
Kaori lo miró con resentimiento. Luego cayó en cuenta de algo; Si él no quería ayudarla después de que se disculpó, entonces eso significaba que….
―Oikawa-sempai, ¿usted es gay? ―el muchacho la miró con los ojos muy abiertos. ―¡También le gusta Iwaizumi-sempai!
―¡Hey granjera, para el tren! ―dijo fuertemente. ―No soy gay, y aún si lo fuera no me gustaría Iwa-chan…..bueno, probablemente sí, pero no es el caso en este momento.
―¿Eso quiere decir que me ayudará? ―la pelinegra usó su mejor mirada de cachorro.
Esa chica sinceramente le causaba jaqueca; pero algo le decía que si no aceptaba, no podría vivir su último año en la preparatoria con la tranquilidad que quería.
―Bien. ―la respuesta positiva le iluminó el rostro nuevamente. ―Pero…. ―y eso la hizo bajar del pedestal. ―Todo lo que yo quiero, es que me ayudes a lidiar con las chicas que van a gritar a los entrenamientos, para que Iwa-chan no me golpee.
―Está bien, pero tengo una condición a cambio.
Ella no estaba en el derecho de poner condiciones, por lo que Toru puso una mueca, pero la dejó proseguir.
―¿Quieres más aparte de obtener a Iwa-chan? bien, ¿Qué es?
―Está prohibido enamorarse de mí. ―dijo, haciendo un signo de paz con la mano derecha.
Ella se tenía mucha fe.
Oikawa estalló en risa de inmediato. Era el turno de Kaori para hacer una mueca. ¿Estaba hablando en serio? ¿Enamorarse él de alguien tan loco y de personalidad desagradable como ella? eso era ridículo. Ya suficiente tenía consigo mismo.
Podría reírse de ello ahora mismo sin ningún tipo de reparo, pero puede que la idea no fuera tan ridícula cómo pensó inicialmente.
Después de todo, soldado avisado, no muere en guerra.
¡Hola!
Aquí reportandome con una nueva historia, en un nuevo fandom :3 esta historia tiene toda su dedicatoria a Bella1203, quien fue la que me acosó para escribir y publicar este primer capítulo; será corta, si mucho 10 capítulos. Espero que la idea guste y que se diviertan leyendo y, creo que está de más decirlo pero aún así, saben que los reviews animan mucho, hace sentir amados a los escritores.
¡Muchas gracias por pasar y leer!
