Título: Criaturas Imposibles.
Autor: Leyla Zind
Rated: M
Pairinig: Hermione-Pansy
CRIATURAS IMPOSIBLES
By: Leyla Zind
Capitulo 1
HERMIONE POV
...
LA BIBLIOTECA:
Sentía como un par de ojos se clavaban en mi espalda mientras buscaba en las repisas de la biblioteca por cierto libro de pociones para completar un ensayo pendiente. Parkinson estaba observándome con esa mirada intensa suya que por instante me paralice sin saber que hacer o que decir. En el momento que ella se dio cuenta de mi estado mental me lanzo una sonrisa de suficiencia acercándose a mí. ¿Merlín que quiere? Y yo que pensaba que volver al colegio después de la pasada guerra alejaría de mi perímetro a los incomodos Slys.
"¿Buscabas esto Granger?" Me preguntó mientras blandía ante el libro de Extrañas hierbas para Pociones de Heather Turner.
"Gracias Parkinson," Dije tratando de sonar neutral.
Me incline para tomar el libro pero ella se movió apartándolo de mi alcance aun sonriendo.
"Uh, no no…Granger, primero deberás pagar por él un pequeño precio." Dijo mordiéndose suavemente el labio sin dejar de observarme con curiosidad.
"¡¿De qué carajos vas Parkinson, qué precio?!" mi neutralidad se había esfumado y en lugar suyo solo sentía una creciente incomodidad por su cercanía.
Clave mi mirada tratando de prestar mi total atención a ese par de frívolos ojos verdes; el corto y sedoso cabello negro –casi corte varonil- sobre sus hombros y a sus facciones faciales definidas. No me había percatado, pero ya era más de un año que no veía tan de cerca a Parkinson, la última vez que fije mi atención en ella fue cuando trato de entregarle a Harry a Voldemort, pero eso hasta yo lo entiendo, ¿Qué otra acción pensarías tener si el líder y maestros de tu sociedad promete dejarte en paz a cambio de alguien? Este verano mis amigos y yo habíamos entendido la manera de actuar tanto de parte de Parkinson como de Malfoy, esos jóvenes al igual que nosotros se vieron en medio de una guerra que no pidieron y ellos lo tenían más complejo ya que vivían con el constante mal humor de su señor. Joder que desvarió am…
Parkinson había crecido ese verano, se había vuelto mucho más alta. Era impresionantemente hermosa, sus labios provocaban una tremenda invitación a besar y morderles que rozaba en lo pecaminoso. Baje la mirada al darme cuenta de lo que había estado pensando, mis mejillas estaban sonrojadas por la pena que me habían causado mis pensamientos. Comencé a rezar y a pedir a los dioses, los que hubieran estado escuchando pensando de esa manera de la Sly frente a mí, que mi evidente atracción hacia esta fémina semi-masculina le hubiera pasado desapercibido. En especial porque Parkinson y yo aún éramos enemigas declaradas, no era como que el fin de la guerra hubiera ablandado a ninguna de las dos.
La pelinegra sonrió con suficiencia, recargándose en el librero a su lado con su antebrazo derecho.
"Seré una Sly educada el día de hoy Granger ya que el precio que pido es solo un beso. Oh, y Granger hazlo valer. Pon algo de esfuerzo en él." Dijo con diversión en la voz, como si ya por default supiera que yo no sabría dar ni un simple beso.
Sentí mi quijada desencajarse y tocar el suelo, mi cara seguramente estaría equiparable al color de cabello de mi amiga Ginevra. La mire a los ojos con asombro, seguramente mi rostro mostraba ya que estaba considerando la idea de huir de eses lugar a toda prisa para volver después por ese libro. Estaba consciente de cómo me miraba fijamente con esa sonrisa tan característica, eso me indicaba que ya había descubierto mis intenciones.
"Eso ni pensarlo." Respondí. Me giré sobre mis talones dispuesta a salir de ahí corriendo. Apenas me disponía a andar cuando su mano se hizo hacia mí tomándome por la muñeca, pude sentir su agarre suave pero sin dejar de ser firme en el área de mi piel donde ella se aferraba a mí.
"Dónde está ese tan conocido valor Gryffindor?"
Me gire a encararla aunque tenía el corazón latiéndome a mil por hora a causa de la anticipación que sentía por tener su mano tocando mi piel. Trague saliva, su tacto quemaba en el lugar donde ella me tenía sujetada. Aún seguía sonriendo segura de que yo no me atrevería a nada, estaba burlándose de mí.
Le tomé de su corbata plateada con verde entre mi mano libre y la atraje hacia mí dejándola a escasos centrípetos de mi rostro. Con determinación y lentitud roce mis labios contra los suyos. Comencé a ejercer un poco más de presión, la repentina suavidad sus labios me intoxico por completo repentinamente y más lo estuve al sentirla cederme el control en aquel beso. Abrí ligeramente mis ojos notando que ella tenía los suyos completamente cerrados y no pude evitar sonreír contra sus labios atreviéndome a aventurar mi lengua provocándola al tocar su labio inferior. La sentí contener un ligero espasmo para después sentir como separaba sus labios entrelazándolos con los míos. Olía a lavanda y sabía a chocolate con menta. Sus besos se sentían quemar como el wiskey de fuego y comenzaba a embriagarme en ellos no pude evitar que una de mis manos se posara en la parte trasera de su cintura clavando mis uñas en la tela de su uniforme. Ella fue quien rompió abruptamente el beso y se apartó de mí no sin antes colocar de manera soberbia el grueso tomo de Pociones contra mi pecho.
"No me tientes Granger," Gruñó sonriente mientras emprendida su camino lejos de mí, pude notar que sus labios se habían inflamado considerablemente y que estaba costándole controlar su respiración.
Me quede recargada contra la mesa en aquel rincón de la biblioteca sopesando los acontecimientos ocurridos. Ciertamente había conseguido el libro que buscaba pero había besado a Parkinson, le había tocado la cintura y un poco más allá… Me sentía ebria por ella y sentía incrementarse un ansia y necesidad de tenerla de nuevo que se equiparaba al hambre causada por resaca.
EN EL GRAN COMEDOR:
Seguí reproduciendo en mi cabeza ese beso entre Parkinson y yo antes de ir a la cama por varias semanas. Debía estar agradecida de que nadie lograba ver mi estúpido rostro ruborizarse en la oscuridad de mi habitación. Lo consideraba mi pequeño y oscuro secreto. A menudo me preguntaba si habría tenido el mismo efecto en Parkinson, ¿Acaso ella también se acostaba en su cama y fantaseaba sobre lo que podría haber ocurrido después? Eso en caso de haberme dejado poner ambas manos en su…no no Hermione Granger Detente! Esto se está saliendo de control ahora hasta me regaño internamente…
Con frecuencia lanzaba miradas discretas hacia la mesa de Slytherin aunque esta estuviera en el otro extremo del comedor durante la hora del almuerzo o la cena, durante cualquier momento que las casas convivían juntas, lo que ocasionó que Ginny comenzara a prestar atención a mi extraño comportamiento. Mi amiga pelirroja era bastante discreta ya que por lo general al atraparme ansiosa observando aquella mesa solo alzaba una ceja preguntándose algo internamente, algo que aún no me expresaba. Creo que ella ya comenzaba a pensar que me interesaba Malfoy, ya que este siempre estaba a lado del objeto de mis divagaciones, creo que debo decirle que no me interesan los tipos para nada pero aún vivo tranquila en mi burbuja de madera…el armario. Parkinson por lo general -es decir siempre- me ignoraba, pero se aseguraba de dedicarme su mirada cargada de… ¿Qué era? ¿Desprecio, deseo? al menos una vez cada vez que nos encontrábamos observándonos mutuamente.
No podía evitarlo, cada que su mirada se centraba de lleno en mí, tenía que apartar la vista rápidamente sintiendo mis orejas y mejillas enrojecerse, algo dentro de mi comenzaba a retorcerse con necesidad y ansiedad que solo había experimentado en la intimidad de una habitación. Me centre en mi comida, no se veía nada mal. Sentía un hambre atroz que nada tenía que ver con los alimentos que aparecías al frente y lado mío. Mi boca comenzó a salivar en exceso, y por alguna razón sentía una creciente humedad rozar por en medio de mis muslos, mi corazón comenzaba a ir a mil por hora. Alce la vista y pude mirar que Parkinson tenía sus ojos firmemente puestos en mí de nuevo pero esta vez sus ojos destellaban un triunfo inaudito. Era como si pudiera estar viendo –o sintiendo- lo que me estaba pasando, como si tuviera vista de rayos x. En ese momento perdí toda la confianza que me acompaña siempre, al grado de que no quise levantar la mirada nuevamente y ver la realidad de las cosas frente a mí ya que de descubrir que esto era causado por ella corría peligro de perder todo el decoro y educación con tal de exigirle que terminase lo que había desatado en mi aquella tarde en la biblioteca.
Sé que no soy la más inocente, estoy cursando mi séptimo curso pero es mi octavo año escolar si contamos bien. Además había salido con Viktor, más aun a mi favor tuve un desliz con Luna, un desliz que decidimos mantener a puerta cerrada por el bien de ambas. Lo de Luna fue… bastante intenso, pero no puedo compararlo con esto que siento al estar pensando en Parkinson. Luna, aunque es un ser libre, era demasiado tranquila para mí. Parkinson, por otra parte, era mi total contra parte, peligrosa y arriesgada, tenía esa parte peligrosa que me intrigaba por completo. Sin apartar el hecho de que era excelente besando, ¿Quién lo habría imaginado? Porque yo no. Aun no me sentía lista para salir de mi armario. No estaba muy segura de como la comunidad mágica veía la homosexualidad, pero había estado al tanto de cómo el mundo muggle la percibía y no quería arriesgarme a alguna represalia por parte de mis compañeros del colegio. Quería graduarme, había ayudado a Harry a vencer a Voldemort y ahora, por primera vez, comenzaba a interesarme en el amor. Por lo que no deseaba tener un desliz, estaba buscando algo serio y…no creo que Parkinson sea la ideal para intentarlo.
Tome un largo respiro y obligue a mi cuerpo a comportarse. No había sido nada más que un maldito beso forzado en la biblioteca y alguna que otra mirada compartida a través del gran comedor. No tenía por qué sentirme tan afectada.
"¿´Mione?" Escuche a Harry preguntarme.
"¿Qué pasa Harry?"
"¿Por qué observas donde Malfoy y apartas la mirada frustrada?" preguntó.
"Harry no estaba mirando a Malfoy. Solo me encuentro algo distraída últimamente. Ya sabes eh… aun trabajo en ese ensayo de pociones. Es el primer trabajo importante del año y quiero mantener mis notas altas."
Ron murmuro algo mientras trataba de tragar un puñado de puré de papa. Para mi desgracia la mirada de Ginny me indicaba que no se creyó ni una palabra de lo que dije pero tampoco dijo comento algo al respecto, el ligero movimiento de su alzada ceja izquierda me lo hizo saber. Me había quedado con la duda así que espere a que Ronald tragara su bocado, ¿Qué has dicho Ronald?
"Dije que si el hurón te ha hecho algo me lo digas y vamos a ir a patear su pálido trasero."
"No, Malfoy no es quien me ha causado problemas esta vez." Les asegure con una ligera sonrisa. Era verdad, él no tenía nada que ver. "¿Saben qué?… necesito ir a adelantar mi trabajo de Pociones, los veré por la noche en la sala común."
"Muy bien, no trabajes muy duro ´Mione," Me aconsejo Harry.
"Nos vemos ´Mione," Se despidió de mi Ronald mientras retacaba su boca nuevamente con puré de patatas. Merlín cuanta comida le cabe a esa boca.
"Cuando vuelvas al dormitorio hablamos entonces Hermione, cosas de chicas ¿De acuerdo?" Dijo finalmente Ginny con una mirada que me forzó a apartar la mía.
"Seguro." Conteste, mientras me esforzaba por no mirarla a los ojos.
Mientras me ponía de pie tome mi mochila para ponerla a mi hombro y comencé a andar hacia la salida del gran comedor. Miraba hacia adelante sin interrupción forzándome a no volver los ojos hacia la mesa de Sly, más exactamente me obligue a no mirar a Parkinson. Podía sentir como sus ojos estaban clavados en mí nuca nuevamente. Me estremecí ante la idea de ser la presa cazada por Pansy. Me comenzaba a agradar la idea en demasía muy a mi pesar. Tenía la intención de bloquearla de mi mente hasta haber terminado con mi ensayo de Pociones para después reparar en que iba a hacer en referencia a aquella mujer.
EN LA CAMA:
PANSY POV
¿Quién se habría imaginado que Granger era homo? Salí como bólido de la biblioteca cuando la sentí comenzar a acariciarme, me habría esperado algún beso insípido o un simple pico pero no ese tipo de beso. Había tratado de atentar contra la tranquilidad mental de la tonta empollona Gryffindor pero en lugar de eso me encontré con que me deje arrastrar por la enorme pasión y entrega que me hizo sentir al besarme, joder que era buenísima besando.
Llegue a la sala común Sly y me quede observando la entrada un poco desenfocada. "Murciélagos diurnos." Dije para activar la perilla y poder pasar por la entrada de las mazmorras. El muro se volvió transparente permitiéndome el acceso y comencé a andar. Apenas cruce la línea divisoria y el muro volvió a solidificarse tras mío.
Me encontré con que una de esas chicas de sexto, con la que me divertida de vez en cuando, estaba rondando por aquí, Gabby creo que se llama. Pronto levanto la mirada de su libro esperanzada y me observaba con atención. Tenía un largo, rizado y abundante cabello castaño oscuro que realzaba lo bello de sus ojos verdes. Esa chica también tenía una de las más talentosas bocas que había tenido la suerte de encontrarme en Hogwarts. Escanee el lugar en búsqueda de Draco, pero entendí que al no encontrarlo por aquí seguramente estaría enredado con alguna de estas faciluchas en su habitación. Necesitaba hablar con él, decirle lo que había descubierto sobre Granger. Había algo en aquella necia Gryffindor que me hacía no poder dejar de pensarla, quizá era su determinación, su lealtad o su valor…lo que fuera me estaba volviendo loca y necesitaba saber que era esto que sentía cada que la recordaba besándome al deslizar sus manos por mi cuerpo, definitivamente excitación era pero había algo más…joder quiero saber que es!
Centrándome en la reciente incomodidad y lujuria que pensar en Granger me causo le sonreí a Gabby tendiéndole mi mano como invitación, teníamos como un acuerdo no verbal donde en el momento en que alguna de las dos tuviera pareja dejaríamos esto por la paz… pero mientras eso ocurría no pasaba nada si nos divertíamos un poco más. Pansy Parkinson siempre era caballerosa y educada. La chica apenas podía contener su emoción, alrededor nuestro las caras de otras chicas decayó al ver mi interés fijarse solo en ella. Me gustaban casi todas las chicas de mi casa, pero Gabby era especial. Me siguió de cerca hasta mi habitación de premio anual Sly. Intentaba mantener a Granger fuera de mi cabeza al menos por un rato mientras estaba con Gabby. Aun así no podía dejar de pensar cuál lejos me permitiría llegar Granger, el premio final que yo quería no era simplemente conocer su cama o a ella en la mía... me sorprendí al pensar esto mientras tenia frente a mí a una linda y castaña Sly desvistiéndose con ansiedad.
Mi subconsciente aceptaba que entre Granger y yo no podría haber nada más que eso… un mero roce sexual o algo sin ataduras. Quizá la joven aquella pensaba que mis prejuicios de sangre pesaban en mi vida o que por ser la sabelotodo del colegio y yo seguía detestándola. Mas ella nunca ha sabido que lo aquello que, tanto Draco como yo sentíamos por ella, no era nada más que simples celos infantiles y presión por parte de nuestra familia para superarle. Quien sabe, quizá ella es la que tiene repudio por la gente como yo porque primero… los de mi sangre fuimos los que tratamos de amedrentar a los de su clase y ahora me detesta más que antes y segundo aún vivía en el armario, esto último sí que me traería problemas porque además de que sé que debo respetarlo me será muy difícil acercarme a ella frente a alguien y no quisiera resultar incomoda o peor aún… herida. Esto es algo que definitivamente tengo intención de seguir de cerca. Hoy me acuesto con Gabby y ya después lo hablo con Draco, en verdad me gusta Granger y ese bobo oxigenado seguramente me ayudara a pensar en algo para hacer que la prefecta Gryffindor piense en mí de manera distinta.
Un par de horas después Gabby yacía a lado mío durmiendo tranquilamente. Incluso sus habilidosos dedos y boca no pudieron hacerme olvidar de la perfecta prefecta Gryffindor, por un instante casi grito su nombre en lugar del de Gabby pero me detuve y di cuenta a tiempo.
Muy bien Parkinson, la única manera de sacarte de la cabeza a esa mujer es volverla a probar. Me levante a vestirme para dormir pensando en cómo haría aquello, esa Gry no es nada fácil y con nuestra historia será todo menos sencillo ganarme su confianza… demostrarle que no quiero jugar con ella no será sencillo.
LA MESA SLY
A la mañana siguiente me senté entre Draco y Blaise en cada comida, mientras hablábamos de Quidditch y nuestros resultados en los partidos, necesitaba mantener mi mente ocupada y alejada de cierta prefecta. Les deje hice de mi descubrimiento sobre Granger a total discreción, así como también mis intenciones de ahondar con esa Gryffindor. Al principio se mostraron molestos creyendo que me quería burlar de ella, sobre todo Draco. No sé qué ocurrió durante los últimos días que éste paso en su mansión a lado del Sr. Tenebroso que, desde entonces, se mostraba mas que político con el trio dorado pero a Granger parecía evitarla y hasta tratarla con respeto y cuidado cada que la encontraba. Incluso llegue a darme cuenta de como mi rubio amigo le dedicaba una sonrisa en algún corredor que él pensaba que estaban solos los dos. Después de un rato se mostraron incomodos con mi idea pero no les quedaba más que apoyarme al ver que mi interés era genuino y no solo para placer de una sola noche –aunque…pensándolo bien…no, no, concéntrate Parkinson- al confesarles lo mucho que me interesa y que en realidad me gustaba les hice volver su mirada hacia la mesa Gry con curiosidad. Se sobresaltaron y sonrieron pícaramente al encontrarse con una Granger embobada observando hacia nosotros con obvia lujuria contenida en su mirada, después de eso ambos me dieron su apoyo y unas leves palmadas en la espalda. Sonreí con suficiencia, su interés en mi era bastante obvio y no parecía preocuparse en lo absoluto por disimularlo. ¿Acaso estaba lista para salir del armario? En verdad espero que esa castaña no esté buscando una cama fácil, porque eso no es lo que me gustaría, al menos no con ella.
La vi discutir algo con cara rajada y con su amigo el de cabello zanahoria para después salir huyendo hacia las puertas del gran comedor. Con fuerza obviaba que evitaba mirar atrás para no encontrarse con migo. Así que vas a la biblioteca Granger, pensé, que predecible. Rodé mis ojos. En media hora me acercare a encontrarme con ella y comenzar a trabajar en la operación Quimera, ¿Suena bobo? Pues qué más da... todos los grandes planes merecen tener un nombre clave.
…
LA SECCION DE HERBOLOGIA
POV Hermione
Me acerqué al área de herbologia para enfrascarme leyendo un enorme libro para mi ensayo, "La flor de Artemisa con frecuencia tiene el efecto de darle a quien bebe la poción mucho más resistencia, pero si se mezcla con lavanda tiende a tener un efecto sedante como un tranquilizante o poción para dormir…" murmure mientras frotaba mis agotados ojos. Me hice una nota en el pergamino para agregarla después como extra de los posibles efectos secundarios.
Estaba muy consciente de que un par de ojos me asechaban a lo lejos, había decidido sentarme en un rincón oculto y apartado tratando de tener mejor concentración, ahora me parece que no era tan buena idea. Parkinson. Rodé mis ojos, tratando de ignorar lo mejor que podía mis malditas y traicioneras hormonas. Joder, que me distrae.
Así estuve por un largo rato. Cerré de golpe el libro y de un impulso me levante de mi lugar girándome tras mío para encontrarla sentada en la mesa que ahí estaba. La pelinegra estaba recargada con las piernas cruzadas sobre la mesa y sus brazos sujetando su cabeza tranquilamente estirada observándome. Al momento de verme a los ojos me lanzo una sonrisa torcida. La mujer ni siquiera trataba de ocultar que había estado todo ese tiempo observándome. No había libros frente a ella. Maldita sea, maldita bruja.
"Buenas tardes Granger." Saludo alegremente en voz baja.
"Parkinson, baja tus pies de la mesa!"
"Granger te recuerdo que yo soy el premio anual y tú eres solo una prefecta," me respondió estudiándome con cuidado paseando sus ojos por mi cuerpo, "mmm… Granger, ¿Te han dicho alguna vez lo sexy que te ves cuando te enojas…?"
"E-eso...es…eso…eso es inapropiado," respondí sintiendo mi rostro arder. Joder acabo de tartamudear? Yo nunca tartamudeo! Creo que siempre hay una primera vez para todo.
La sonrisa de Parkinson se ensancho mientras se ponía de pie andando lentamente hacia mí, pude ver como sus caderas se contoneaban suavemente al andar. Se detuvo a unos milímetros antes de que su cuerpo tocara el mío. Sentí como comenzaba a presionar su cuerpo contra el mío haciéndome chocar con la mesa que tenía a mi espalda. Comenzó a trazar un camino con sus dedos sobre mi mandíbula lentamente siguiendo el movimiento con sus ojos, esos verdes y hermosos ojos. Inevitablemente seguí el movimiento de sus labios.
"¿…O lo hermosa que te vez cuando tus mejillas se tiñen de rosa? ¿No? Esa es una pena pequeña princesa."
Me había quedado sin aliento al sentir como sus labios estaban a nada rozando los míos al hablar. Trague saliva al sentir que recargaba su peso contra mi cuerpo apoyando sus manos contra la mesa inclinándose hacia mí seductoramente. Instintivamente coloque mis manos alrededor de sus hombros. Parkinson inclino su rostro hacia abajo y comenzó a besarme. No había nada amable o inocente en ese beso. Era rudo, casi lastimero y al mismo tiempo cargado de lujuria. Comencé a preguntarme ¿Cómo rayos había sobrevivido tantas semanas sin haberle vuelto a besar? Me sentía de nuevo embriagarme en ese wiskey de fuego que era sentir sus besos y la locura que me llenaba al sentir sus manos tomando posesión de mis caderas. Sus besos eran adictivos. Podía sentir como mi cuerpo reaccionaba a ellos con urgencia y necesidad. Trataba de respirar por la nariz, pero ella se las arregló para succionar fuera de mi cualquier atisbo de aire haciéndome jadear dentro de ese beso.
La sentí dejar mis labios pero nunca despego de mi piel los suyos pues comenzó a delinear con labios y lengua por mi mandíbula, subiendo un poco a la vez,"Mmm…Granger me encanta besarte hasta dejarte sin aliento…" murmuro en mi oído para después besar tras él. Mordisqueando tras del lóbulo de mi oreja.
Suspire inclinándome contra su pecho respirando su aroma apretando mi agarre contra ella. Sentí como una de sus manos comenzaron a vagar por el lado derecho de mi cadera para apretar descaradamente bajo la tela de mi falda en mi muslo y eso hizo que me sobresaltara. Parkinson envolvió sus fuertes brazos al rededor mío sonriendo al notar mi reacción y recargando su frente contra la mía me permitió tranquilizarme un poco. Podía escuchar y sentir su agitada respiración, como si aquello que sentía a mi lado la obligara a detenerse antes de pisar el acelerador a fondo. No supe si alegrarme o preocuparme.
"¿Aww… Cariño me extrañaste?"
Me tense al escucharla llamarme aquello y ella con delicadeza me separe de ella. Tome de mi cintura sus manos para retirarlas con cuidado, "Veras Parkins…Pansy," corregir, supongo que este grado de cercanía es suficiente para dejar de lado la formalidad de llamarnos por el apellido, la vi sonreír al pronunciar su nombre, "Nor… normalmente yo… yo no voy por ahí besando chicas al azar y…y…" Joder que tartamudeo de nuevo!
"¿Me estas invitando a salir… Hermione?" apunto llamándome por mi nombre con… ¿Era emoción lo que escuche en su voz?
"Uhm…" dije bajando la mirada lentamente.
"Muy bien. Lo haré. Pero… ¿Serias mi novia?"
"¿Qué tal si primero salimos a una cita? Y ya si te pruebas digna…"
"Sabes bien que soy más que digna, pero en vista de que hay que convencerte, muy bien, será como digas."
"Como sea. Encuéntrame a las nueve de la noche este viernes a lado de la estatua de la bruja jorobada, iremos a Hogsmeade."
"Eso es contra las reglas."
"Y nosotras dos juntas es en contra de lo convencional, además las reglas han sido hechas para romperse." Remarque con cierta burla en mi voz sin dejar de mirarla con deseo. Merlín que me costaba lo mío mantenerme a discreción de ella.
"Granger eres solo una cría inocente comparada conmigo, además yo no soy nada convencional."
Resistí el impulso de hacerla mía en esa mesa hasta dejarla sin voz a causa de gritar de placer, la deseaba y de manera urgente necesitaba hacerla mía. Tendré que ver de qué vamos antes de nada, eso era lo más correcto, pero ¿Por qué mi cuerpo no hace caso?
"Esto… creo que será mejor que me dirija a mi sala común antes de que Ronald o Harry se preocupen." Comente sonriéndole dulcemente. Acaricie su mejilla con mis nudillos de la mano derecha. Me encanto ver que cerrara sus ojos como si tratase de grabar en su mente y piel esa caricia.
"Déjame acompañarte hasta la torre Gryffindor, no es recomendable que vayas tu sola. Especialmente no para una Gryffindor tan despistada como tú."
"Solo si puedes seguirme el paso," le dije rodando mis ojos.
"¿Sabes? te ves preciosa cuando ruedas tus ojos de esa manera Hermione." Susurro colocando su pulgar izquierdo sobre mi labio trazando su contorno.
"Oh cállate." Dije sonriendo comenzando a andar.
"Oblígame."
"Quizá lo haga."
"Ten cuidado princesa, porque quizá te haga cumplir esa amenaza." Respondió con media sonrisa mirándome con entusiasmo al ver que tome su mano entre la mía andando con determinación fuera de aquel rincón en mi recinto sagrado, la biblioteca.
Lo único que me haría querer retrasar mí llegada a la torre Gry es, además de pasar mi noche besando hasta el alma de esta Sly, era el hecho de que aún tenía una charla pendiente con Ginny. ¿Qué le voy a decir? ¿Merlín que hacer...?
11.00 pm Pacific time, Ca.
12/03/15
