Good Girls like bad boys
(A las chicas buenas, les gustan los chicos malos)
By
Izaku-chan
"Dicen que a las chicas buenas les gustan los chicos malos, ¿tú que piensas Sakura? Sakura se ruborizó, ella era una chica buena según decían, y la imagen en su cabeza de chico malo tenía nombre y apellido, ¿sería aquello posible?"
Capítulo uno.
.
.
Sakura no pudo evitarlo, se removió increíblemente incomoda en su sitio, ella simplemente no había creído posible que alguien pudiera perturbarla con la mirada de esa manera. Vestía un corto y algo infantil vestido rojo, de esos que son entallados hasta la cintura y de ahí para bajo se vuelven algo bombachos, sus castaños cabellos cortos apenas lograban rozarle los hombros en uno que otro movimiento descuidado, dejando apreciar así, las suaves luces naturales de algunos mechones color miel.
-Tomoyo – le jaló el vestido a su amiga en un intento para llamar su atención, ya que Tomoyo Daudoji parecía muy ocupada metiéndole la leguan y viceversa en la boca a su novio Eriol Hirahizawa.
La aludida se despegó de su novio un tanto mareada sin soltar en ningún momento las manos que tenía enrolladas posesivamente en el cuello del inglés, vestía un seductor vestido negro, que, a diferencia del de su amiga era completamente pegado a cuerpo, peligrosamente a cada una de sus curvas, como una segunda piel, tenía el cabello largo, ondulado y negro, le sumaba a sus bellos rasgos unos impactantes ojos azules enmarcados fuertemente con delineador negro, dándole así una apariencia de chica mayor, aunque solo tenía 17 años.
-¿Pasa algo, Sakura? – Sakura miró por tan solo unos instantes y de reojo al chico que la observaba insistentemente desde hacía varios minutos, seguido devolvió su mirada a Tomoyo con rapidez .
- Me voy a casa – informó dibujando una de sus típicas sonrisas dulces en su rostro, vió como Tomoyo la observaba a ella y a Eriol sin poder decidirse y eso la hizo reír un poco – no te preocupes por mí, estaré bien.
- Pero…
- Te lo prometo, no me hagas sentir como que te he arruinado la noche Tomoyo – la vio dudar unos segundos pero luego Tomoyo le sonrió asintiendo en acuerdo.
- Te hubieras quedado un poco más pequeña Sakura – Los ojos de la joven fueron a dar esta vez con el de Eriol que la miraba con esa inmensa calidez y amabilidad que frecuentemente se le salía hasta por los poros.
- Gomenasai – Sakura se inclinó en disculpa, terriblemente apenada, ellos le habían invitado y ella se iba cuando el club ese no estaba siquiera lleno – Sabes que este no es exactamente el lugar que suelo frecuentar. – dijo un poco cohibida.
- Claro que lo sé – soltó el inglés de inmediato – La pequeña Sakura es una chica buena.
- Claro que lo es – afirmó Tomoyo, sonriendo.
"La pequeña Sakura" Como le llamaba Eriol, se sintió tremendamente apenada, era cierto que ella no solía frecuentar aquellos lugares, ni tenía vicio alguno, pero cuando la calificaban con aquellas palabras se sentía un poco extraña, como fuera del mundo adolescente, ella notaba que todos o la mayoría de sus amigos, gustaban de las fiestas "locas" entre otras cosas, pero ella simplemente… no había nacido para esas actividades.
- Bueno, yo… – empezaba a decir a modo de despedida removiéndose un tanto nerviosa e incómoda – me marcho ya.
- Ve con cuidado Sakura – escuchó que le decía Tomoyo a lo que ella solo asintió al igual que hizo con las palabras de despedida de Eriol Hirahizawa.
Sakura observó fugazmente una vez más al chico que llevaba cerca de media hora observándola y de inmediato sintió una corriente eléctrica recorrerle el cuerpo al encontrarse con que aquellos potentes ojos seguían en ella, clavándose en cada milímetro de su piel y ¿Por qué no? de su alma.
Tragó pesado, girándose velozmente y enfocando sin certeza la salida, que logró reconocer por el típico letrero verde o rojo, aunque en ese caso era verde y muy chillón, que decía "EXIT" , apenas sus grandes ojos que de casualidad también eran verdes vieron esto, camino con cierta prisa hacia aquella puerta.
Apenas puso un pie fuera de aquel club, que se había vuelto muy popular entre los jóvenes, Sakura sintió una ráfaga de viento, como esas de los más fríos inviernos, tal vez era una que se había escapado sigilosamente de su estación y llegaba de vez en cuando al apenas inicio del verano.
Se detuvo un momento tan solo para envolverse en su abrigo casual de lana café y frotarse los brazos por unos instantes intentando calentarse un poco, habiendo hecho eso, empezó a caminar por el callejón semi iluminado por una luz de neón con el nombre de aquel lugar que no era nuevo, de hecho era uno de los clásicos que estaba empezando a renacer.
El chico que estuvo vigilando a Sakura, la observó saliendo del club, formó una sonrisa ladeada en su rostro y marchó tras ella sin impaciencia alguna que fuera visible, acomodó un poco su chaqueta de cuero negra antes de salir de aquel lugar.
No le costó mucho visualizar a la pequeña Sakura Kinomoto en la distancia, apenas logrando salir del callejón, donde el poste de luz de la calle le dio de lleno, dejándole observar su delicada figura enfundada en aquel estúpido vestido rojo y unas zapatillas café.
El chico pasó una mano por sus desordenados cabellos, y sus ojos ámbares se posaron con fiereza en su objetivo, llevaba apenas unos dos meses asechándola, le gustaba esa palabra, dado que Sakura lucia perfectamente como una víctima, por lo que había visto era a veces tímida aunque tenía unos grandes ojos verdes muy vivaces que parecían mirar un poco más allá que los ojos de los demás.
Mientras se iba acercando, logro esconderse entre las sombras, justo en el momento en que ella había girado la cabeza con rapidez, quizás sintiéndose observada, la vio acomodarse el cabello tras la oreja izquierda y empezar a avanzar nuevamente.
El joven la estuvo siguiendo en sigiló un par de calles, sin despegar la mirada de ella, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón negro y a un paso que cada vez se tornaba más rápido pero igualmente silencioso, cuando al fin llegó hasta ella, al doblar en una esquina, la acorraló de inmediato en una pared, sin preocuparse en absoluto en si había peatones circulando por el lugar, que no los había, para su suerte y dicha.
Sakura respingó automáticamente, aterrorizada, fue estrellada contra la pared con cierta violencia, según su percepción, y un grito ahogado había inundado su garganta cuando aquellas manos grandes se había aferrado a su cintura con brusquedad y un rostro se había colado en su cuello, aspirando ahí con fuerza.
Después de inhalar aquel aroma fresco, el joven se sintió un tanto viciado, apunto casi de pegar los colmillos en aquel delicado cuello y succionarle toda la sangre, probablemente lo hubiera hecho…si hubiese sido un vampiro.
- Estas no son horas de andar sola en la calle – soltó lentamente, con una voz masculina y ligeramente ronca que hizo a la joven estremecer, la vio girarse hacia él y abrir los grandes ojos verdes con sorpresa, que luego se bañaron con algo de miedo que lo satisfizo a medias, porque sabía que ella reaccionaria así, pero al mismo tiempo estaba esperando otra cosa, se veía aterrorizada y frágil.
Ella en lo único que podía reparar en ese momento, era en esos ojos ámbares que parecían brillar con diabólica fluorescencia en la oscuridad, y las típicas ropas negras de su tormento, inconscientemente se llevó las dos manos al pecho como en una súplica y al intentar retroceder la pared se lo impidió.
- Li – soltó el apellido del muchacho algo nerviosa, sin sentirse aliviada e intento salir de aquel encierro con rapidez, cerró los ojos con fuerza cuando notó que el joven la había sujetado, sin delicadeza alguna del brazo y la jalaba hacia a él, volviéndola a estrellar contra la pared.
-¿Estas intentando huir de mi Kinomoto? – Le preguntó con un tono amenazadador y Sakura tembló ante su nuevo rostro serio y desalmado, la castaña negó con la cabeza con frenesí y se sobresaltó cuando lo oyó pegarle un puñetazo a la pared, justo a unos centímetros de su rostro.
- ¿Te atreves a mentirme? – La jovencita rehúyo aquella mirada cargada de dureza – Las niñas buenas no mienten, Kinomoto – soltó en la oreja de la muchacha ocasionando que el cálido y húmedo aliento proveniente de aquella boca pecadora hiciera que su cuerpo se retorciera levemente por si solo – ¿Qué pasa? – Esbozó una sonrisa algo sádica – ¿Te pongo nerviosa pequeñita compañera de clases?
Sakura, quien seguía mirando al suelo, lentamente levantó la mirada encontrándose con aquellos ojos ámbares que la miraban con fijeza, Shaoran Li, definitivamente la ponía nerviosa, su cercanía era un tormento para su alma, su compañero nuevo había llegado al inicio del curso, hace apenas algunos meses, al principio ni siquiera pareció reparar en su insignificante presencia, pero en las últimas semanas esto había cambiado radicalmente.
Sakura recordaba que al principio de su llegada podía respirar en paz, caminar en paz, hacer el aseo del salón en paz, pero hace poco tiempo empezaron aquellos "encuentros" que le ponían la carne de gallina, ella juraba por todo lo sagrado que se le pudiera ocurrir, que ella nunca se había metido en el camino del matón de la clase, Shaoran Li.
Siempre que pasaba a su lado, ni siquiera se atrevía a mirarle a los ojos, la asustaba como el mismísimo demonio a causa de su fama y de su fuerte e imponente presencia, hasta Tomoyo le había aconsejado que se mantuviese alejada de él, así que ella lo había hecho, evitaba a toda costa aquella mirada perturbadora, y nunca, nunca le había dirigido la palabra excepto cuando él había llegado y ella decidió presentarse. Pero llegó aquel día, en la que el chico de uniforme desordenado y aquel piercing en la ceja, había golpeado con fuerza en metal de su casillero cuando ella había intentado abrirlo.
- Me molestas, Kinomoto – le había soltado de una sola vez a una atemorizada Sakura que solo había podido observarlo marchar con el corazón literalmente a punto de salírsele por la boca.
Juraba y volvía jurar, que nunca se había metido en su camino, no sabía qué era lo que había llegado a molestarle tanto a Li de ella que era la típica chica dulce, que le dedicaba una sonrisa a todos en las mañanas, la típica chica que depositaba hasta el último centavo que le sobrase en el vaso de algún indigente y ayudaba a cuanta persona pudiese.
Los encuentros habían aumentado un poco, y después de un tiempo Shaoran Li ya se tomaba el atrevimiento de colocar sus manos envueltas en llamas sobre su piel, además de invadir su delicado espacio personal, en el que siempre había alcanzado solo ella, Sakura no se había atrevido a confesarle aquellos encuentros a ninguna persona, temerosa de que Li pudiera molestarse, aún más de lo que siempre parecía estar.
Aun en su encantadora inocencia, lo miró con toda la sinceridad posible y sus mejillas tomaron ese atractivo color rojo que hizo a Shaoran fruncir visiblemente el ceño.
- La verdad sí me pones nerviosa Li – le dijo tímidamente en respuesta a aquella pregunta que pretendía ser irónica.
- ¿Y por qué será, Sakura? – le preguntó él con aquel tono que también le daba escalofríos, aunque tratándose de él, cualquier tono que usase le causaría escalofríos.
- Si no estuvieras tan cerca – contestó y en un impulso rápido de parte del joven de cabellos rebeldes, se vio envuelta en aquellos brazos y de espaldas a él.
- ¿Dices que te desagrada mi contacto Kinomoto? – le oyó preguntar con rabia aunque ella no supo descifrar el trasfondo, Sakura tembló por un momento, al borde del ataque nervios, que tonta era, una vez más había dicho algo para que Li la odiara, se reprimió a sí misma, y notó como su visión se tornaba borrosa, a como sucedía cada vez que no sabía muy bien que hacer.
- No, lo que quiero decir…- intentó decir.
- Yo que tú, me voy con cuidado Kinomoto – él restregó las palabras contra la oreja de la chica, confundiéndola un tanto con el rose de sus carnosos labios – ¡Deberías pensar lo que dices cada vez que abres esa jodida boquita tuya!
Diciendo eso, la soltó de la misma forma violenta con la que la había sujetado con anterioridad, causando que Sakura casi cayera, recobrando el equilibrio, la joven pudo divisar en la lejanía, la chaqueta de cuero negra de Li, sin poder evitarlo se sintió sumamente nerviosa y estuvo a punto de echarse a llorar.
Sakura suspiró un par de veces, intentando no llorar y a la vez odiándose a sí misma por no haberlo detenido y tal vez, intentado explicarle un poco las cosas, no era que a ella le desagradara su contacto, era tan solo que nadie había estado tan cerca nunca, eso era todo, no estaba acostumbrada ¿pero porque no había podido explicárselo?
Ella no quería que Shaoran Li le odiara, no sabía que había hecho para que eso sucediera, pero no lo podía soportar más, aquellos ojos ámbares la atormentaba hasta en sus más dulces sueños, ella no quería desagradarle, lo peor, era que siempre terminaba por decir algo que hacía que el joven se molestara aún más y terminara alejándose a como había hecho hace unos pocos minutos.
La jovencita, cuando se hubo calmado un poco, emprendió una vez más su camino a casa, debía encontrar alguna forma de que Li dejara de odiarla así, debía haber alguna, pero en ese momento, solo se le pudo ocurrir disculparse por haberle dicho aquello. Porque la verdad era, que no soportaba la idea de llevarse mal con él.
.
.
Bueno, no olviden agregarme al Facebook -Si lo sé, lo he repetido mucho- pero bueno. Búsquenme como Izaku Chan o si no, vayan a mi profile pinchando mi Nick y ahí encontraran el Link.
En lo personal me gusto esta idea, vamos, Sakura es tan dulce e inocente en este fic que dan ganas de golpearla, pero véanla ahí pensando en disculparse con Shaoran.
Les gusto? Espero que sí, con amor…Izaku-Chan
