Disclaimer: Todo personaje o situación parecida o igual a los libros pertenecen a J.K. Rowling, Warner Brothers y demás, y si la trama es parecida a la de algún otro escritor, pues bien, pertenecen a ese escritor, la forma de escribir sí es mía.
Cuánto hace que lo vi por última vez...Cuánto hace que sentí sus caricias, su delicado tacto... Cuánto hace que lo abracé contra mí y sentí su respiración, suave, apacible, calmada... Cuánto hace que probé sus labios por última vez...
Han trascurrido seis años desde la última vez que yo, al igual que otra mucha gente, vi sus ojos, sus hermosos ojos verde esmeralda, brillando con una sensación indescriptible debajo de esa rebelde cabellera negra, pidiendo a gritos ser amansada.
La última vez que lo vi, hace seis años en la estación, seguía siendo ese mismo niño asustadizo de once años que conocí tiempo atrás, tan tímido, callado, y con el corazón tan grande que hasta era increíble pensar que tanta bondad existía en su pequeño cuerpo. Sus últimas palabras aún llegan a mi oído, como un lejano eco traído por el viento... "Nos veremos pronto"... y aún así, sigo esperando a que cumpla su promesa.
Aún me veo a mí misma tratando de retener esas lágrimas que tanto amenazaban por salir, tratando de emitir sonido alguno para expresar cuánto dolor sentía al ver a mi mejor amigo irse de mi vida, así no más, como otra cosa más que el viento se llevó.
"Hermione, no llores, volveré. Es algo que tengo que hacer" me decía él, con su sonrisa bondadosa y sus ojos brillando de tristeza, mezclada con excitación por el nuevo giro que daría su vida.
"No... no puedo Ha-Harry ¿cuándo volverás?" le pregunté yo insegura, tratando en vano de sostener las lágrimas.
"Cuando todo haya acabado, volveré a ti" murmuró acariciando mi mejilla suavemente.
"¿Lo prometes?" pregunté absorbiendo su delicado tacto.
"Lo juro. En un abrir y cerrar de ojos, estaré junto a ti, viendo televisión en un desgastado sillón de tu propia casa" dijo tratando de subir mis ánimos tomando sutilmente mi mano, trazando su dedo índice sobre mi palma lentamente.
"Eso espero" dije dándole un ligero empujón esbozando una débil sonrisa.
Nos miramos a los ojos profundamente, y lentamente se fue acercando. Podía oír el latir de su corazón y su respiración que se aceleraba cada vez más, mientras los dos cerrábamos los ojos y nos dejábamos sumir en un mundo de fantasías, en un mundo donde sólo existíamos los dos, un mundo tan ajeno a todos, excepto nosotros mismos, un mundo que sólo podíamos explorar los dos, cogidos de la mano, absorbiendo cada instante de belleza y placer en nuestra memoria y al cual nadie podía penetrar.
"Te quiero" me dijo una vez se separó de mí tomándome nuevamente de la mano.
"Yo también... por favor cuídate mucho" le dije entre pequeños sollozos.
"Lo haré" dijo dándole una suave apretada a mi mano y yendo hacia los demás para despedirse de ellos. Miré cómo se alejaba, paso a paso, y sentí que cada paso era señal de cómo se alejaba de mi vida, y sentía mi corazón oprimido y un dolor inimaginable en mis entrañas, que no podía ser saciado con nada.
Se preguntarán por qué lo llamé mi mejor amigo y aún así, no nos comportábamos como tales, bien, en realidad siempre fue mi mejor amigo, y nunca pasó a ser más que eso.
El día en que nos besamos por primera vez, en que esa "amistad especial" empezó, corríamos por nuestras vidas al ser pillados por Filch después de medianoche donde Hagrid, visitando a nuestro enorme amigo. Los tres corríamos en direcciones opuestas para despistar a Filch, quien procuró perseguir a Ron primero, dejándonos escapar. Entré rápidamente al castillo y me metí en un pequeño armario de limpieza, que se encontraba cerrado con llave, algo que perfectamente podía arreglar. Cerré la puerta con sumo cuidado mirando que no hubieran moros en la costa, y al voltear me encontré con una gran sorpresa.
"Hola" oí frente a mí y si no fuera porque me hubiera tapado la boca, nos habrían descubierto al instante. Me calmé al ver que el poseedor de esa voz no era más que el mismo que tenía esos enormes ojos verdes esmeralda, que siempre tenían una influencia secreta en mí, y que no me atrevía a desobedecer jamás.
"Harry... ¿qué haces aquí?" dije en un murmullo una vez que él hubiera retirado su mano de mi boca.
"Lo mismo que tú" dijo picándome el ojo, "escondiéndome de Filch".
"Pobre Ron" dije tratando de mirar entre la abertura de la puerta por señales de vida al otro lado suyo. "Si lo atrapan, será nuestra culpa".
"Lo sé" dijo Harry sintiendo el remordimiento "nosotros lo obligamos a ir donde Hagrid, y él no quería porque era muy tarde y peligroso"
"Era porque estaba durmiendo" dije yo reprobadoramente "no porque fuera tarde y nos pudieran atrapar". Harry rió levemente ante mi comentario. En ese momento me di cuenta de que el espacio dentro del armario realmente era reducido y nuestros cuerpos estaban muy juntos. Al parecer él lo notó también por la mirada que me dio.
"Ehh... ¿cómo te fue en tu cita?" pregunté yo tratando de alejar su mente del hecho de que nuestros cuerpos se presionaban uno contra el otro.
"No me gustó" se limitó a decir mirándome muy extraño.
"Supongo que no aguantó tu 'calmado' temperamento" dije mirándolo furtivamente.
"Está bien, lo acepto. Eso fue lo que sucedió... pero es que odio que se comporte como la reina del mundo sólo porque está saliendo conmigo... así son todas. Soy una persona normal, ¿cuál es la diferencia?"
"Harry, tú eres 'El niño que vivió' y mucha gente te ve así" dije como si fuera lo más obvio del mundo.
"No todos me ven así" mencionó mirándome como lo había hecho antes.
"Lo sé" me limité a decir. Nos quedamos callados por un tiempo, y noté durante ese laxo que a veces me miraba de reojo, como esperando a que sucediera algo.
"¿Qué sucede?" le pregunté un poco cansada de sus no disimuladas miradas.
"Nada, nada" dijo él mirando a todos lados menos a mí. Después de un tiempo, volvió a hablar "Es que... me gusta tu olor" dijo un poco reluctante al confesármelo.
Lo miré perpleja, sin saber si era en broma o no y lo único que se me ocurrió fue echar una carcajada. Me miró un poco incrédulo y una vez terminé de reírme habló.
"¿Terminaste?" preguntó de mal humor.
"¿Hablabas en serio?" le dije limpiándome las lágrimas de los ojos.
"Por supuesto" dijo en tono áspero. Lo miré un poco apenada, sin saber qué decir.
"Ehh... lo siento" murmuré con la cabeza gacha. Sentí su mano tomar suavemente mi barbilla y levantándome el rostro, encontrándome con su penetrante mirada. No me dijo nada, simplemente se me acercó y... pasó su nariz detrás de mi oreja, inhalando mi olor, que para mí no existía puesto que no me echaba ningún tipo de perfume o cosa por el estilo. La punta de su nariz tocó mi cuello, y sentí una agradable sensación esparcirse por mi cuerpo. Momentos después sentí algo mucho más suave sobre mi cuello, y al momento me percaté de que estaba dándome suaves besos de pluma sobre él. Quedé paralizada, sin saber que hacer o decir, siquiera pensar, sólo sentía la misma sensación de antes diez veces magnificada penetrar por cada célula de mi cuerpo, que me nublaba la memoria y no me dejaba pensar en nada, sólo en que sus labios rozaban mi cuello una que otra vez. Tiempo después, oí a lo lejos mi nombre y noté que me llamaba mirándome un poco extrañado.
"¿Ehh?" pregunté incoherentemente.
"¿Estás bien?" preguntó levemente preocupado.
"Claro, claro" dije sintiendo la sangre subir a mi cabeza.
"Eh... siento lo que hice... es que... quería saber a qué sabía tu piel" confesó como si fuera lo más natural del mundo. Lo miré entre apenada y extrañada, aún sintiendo la agradable sensación en mi cuerpo que poco a poco se iba evaporando.
"No... no te preocupes" dije tratando de formar nuevamente palabras en mi mente. "¿cuánto llevamos aquí?"pregunté tratando de cambiar el tema.
"No lo sé" respondió él "creo que el camino está libre, no he oído nada del otro lado desde hace tiempo".
"Bien" dije yo tratando de voltearme para mirar por la abertura de la puerta para verificar que no hubiera nadie. Lentamente, la abrí y empecé a correr lo más rápido posible, con Harry detrás de mí siguiéndome los pasos. Rápidamente llegamos a la torre de Gryffindor y di la contraseña a la señora Gorda quién nos permitió la entrada al recinto. Me senté en un sillón frente al fuego que hacía tiempo se había extinguido mientras limpiaba las pequeñas gotas de sudor que bajaban por mi frente. Harry subió a su dormitorio y momentos después bajó con una mirada preocupante.
"No me digas que...
"Ron no está" terminó él la frase por mí "¿crees que lo atraparon?" preguntó sentándose a mi lado.
Fruncí el ceño preocupada, sin saber qué decir. Mi mente aún no funcionaba del todo bien y ahora con la desaparición de Ron me confundía más.
"De seguro... aún se está escondiendo de Filch, él no sabe que somos nosotros al fin y al cabo" dije tratando de darle seguridad a mi voz y creer en mis propias palabras.
"Espero que tengas razón" dijo él pasándose una mano por su rebelde cabellera, una costumbre que había adquirido siempre que se sentía nervioso.
Me quedé mirándolo, admirando su propia belleza. No me refiero físicamente, aunque tenía su gracia, sino a su belleza interior, que salía como vapor por todo su ser, y le daba ese brillo especial que yo tan bien conocía y que me cautivaba.
"Harry..." dije yo tiempo después de que hubiéramos llegado "¿Por qué... me dijiste aquello de... que olía bien? No creo que huela a nada" Él me miró como sólo él sabía hacerlo y me sonrió dulcemente, acomodándose para quedar frente a mí.
"No lo sé sinceramente, pero siempre que tú estás a mi lado, percibo cierta aroma que no conozco, pero que es exquisita y perturbadora a la vez, y simplemente quería que tú lo supieras" dijo un poco sonrojado. Le sonreí un poco apenada y callé, sintiendo que su mirada aún estaba puesta sobre mí.
"¿Puedo... probarla?" me preguntó al rato dudando de sus propias palabras.
"¿Probar qué?" pregunté confundida, sorprendida de la nueva sinceridad de Harry.
"Tu aroma" respondió tímidamente. Lo miré extrañada sin comprender qué quería decir en realidad.
"Pensé que ya lo habías hecho, con mi cuello" dije señalándolo.
"No, probé tu piel, no tu aroma" dijo él como si fuera lo más obvio.
"No entiendo cómo vas a probar mi aroma si se supone que es algo intangible..." empecé
a decir pero callé cuando él hizo un súbito movimiento quedando frente a mí, mirando mis labios tentadoramente a la vez que se mordía los suyos, dando a entender que hasta él mismo estaba sorprendido de sus inexplicables y nuevos arrebatos, pero que no daba marcha atrás una vez todo dicho. No dije nada, lo miré con expectación, dándole a entender que dejaba la decisión en sus manos, no en las mías. Él lo tomó como luz verde y acortó la distancia entre nosotros, sus manos frías y temblorosas tomando las mías con miedo, como un pequeño niño inseguro de si está haciendo bien o mal. Ahí fue el momento en que ese mundo nuevo, al cual sólo pertenecíamos los dos apareció. Comprendí qué quería decir con lo de la aroma, ya que yo probé de la suya y era la más dulce y exquisita que alguna vez había probado, y que era tan adictiva que después no pude renunciar a ella, y necesitaba mi dosis diaria para estar feliz.
Este nuevo descubrimiento entre los dos se quedó así, entre los dos, jamás lo quisimos llevar a otro nivel, ya que nos contentaba estar así, y además el secreto y el misterio lo hacía más emocionante.
Sentía cómo él absorbía de alguna manera mi aroma, me absorbía a mí, con su beso tímido que se tornó en uno apasionado y desenfrenado, al cual yo respondía con el mismo fervor, a la vez que yo lo absorbía a él y lo dejaba entrar a mí. Cada vez me sentía más débil, sin embargo con una fuerza que iba más allá de las fronteras, y no me dejaba parar. A medida que el tiempo transcurría, mi mente se nublaba más, hasta que hubo un momento en que perdí toda noción del tiempo y el espacio, y sólo sabía que él y yo existíamos por esa conexión que teníamos.
Cuando sentí que mis pulmones clamaban por aire, rompí el beso y sentí como mis pies tocaban tierra nuevamente, y todo volvía a ser como antes.
Lo miré en la oscuridad, con la luz de la luna como única fuente de visibilidad, y vi que él me observaba igualmente tomando grandes bocanadas de aire como yo. Su mirada era tan penetrante que en ese momento me sentí desnuda, expuesta como un cuadro en un museo a ser juzgada por el coleccionista, y sentí vergüenza, abrazándome para que no pudiera verme más.
En ese momento el retrato de la señora gorda se movió y rompimos el contacto visual para observar quién llegaba. Ron entraba un poco agitado pero con una sonrisa triunfante que quería decir que se había librado de problemas. Y sin decir más, cada uno se dirigió a su habitación, con una sonrisa en su rostro y yo con un nuevo sentimiento en mí. Antes de entrar por la puerta que dirigía a los cuartos femeninos, le lancé una mirada furtiva a Harry y él me observaba también, y comprendí que él sentía lo mismo, y que aquello no fue algo de una noche, sino que seguiría hasta que uno de los dos lo diera por acabado.
Esa fue la causa de mis desaventuras, eso fue lo que dio inicio a un nuevo tipo de amistad entre él y yo, y en el que tiempo después, mucho después, cuando él ya no estaba, me dio a entender que no sólo lo quería a él y a sus besos y caricias por la amistad y el sentido de peligro por ser atrapados, sino porque en realidad, me había enamorado de él y si lo hubiera aceptado en vez de negado en aquel entonces, todo habría sido diferente.
N/A: Pues bien... mi segundo intento de fic, la pareja es obvia, pero ustedes deciden si lo dejo en sólo esto o le pongo más capítulos o qué. Pues espero que les haya gustado, lo escribí en un momento de depresión y esto fue lo que me salió, y me cuesta mucho compartirlo ya que es lo que sentí pero... espero que lo acepten positivamente y por supuesto que me dejen sus opiniones respecto a esto, y que ya saben, me digan si les gustó o no y si debería continuarlo o dejarlo así.
DEJEN REVIEWS!!!
