"Sé muy bien llorar, reír. Sé muy bien lo que la vida es, sé muy bien lo que la vida no es. Sé muy bien, lo que la vida me quitó, pero sigo sin descubrir qué es lo que la vida me dio…"
Corre, corre desesperado, es un desierto.
Hyioga está congelado en la casa de Libra. Hyioga está agonizando en brazos de Isaac. Hyioga es muerto a manos de Minos de Griffo.
Shiryu está muerto en la casa de Capricornio. Shiryu es asesinado por Poseidón. Shiryu muere a manos de los tres jueces.
Seiya muere en el camino de las rosas malditas. Seiya muere al salvar a Saori del sustento principal. Seiya muere en la corte del Silencio. Seiya muere al ser atravesado por la espada de Hades.
Ikki muere en la Isla de la Reina Muerte. Ikki muere a manos de Seiya. Ikki es muerto por Poseidón. Ikki es asesinado por Pandora. Ikki es asesinado por Hades.
Su maestro está muerto en la destrozada Isla de Andrómeda.
June está muerta en la entrada de la Casa de Virgo.
Saori es asesinada por Hades.
Los caballeros dorados mueren para dar paso a los caballeros de bronce.
Su madre mientras se pregunta qué será de sus hijos.
Finalmente… Sus amigos, sus hermanos, su diosa, Todo lo verdaderamente importante para él muere lentamente en una fría cama de hospital, mientras él, él está dormido en la suave cama de la mansión de los Kido.
Se despierta con la garganta seca, detesta esa sensación, le recuerda a la sed que se siente en el desierto.
Desesperado corre hacia la cocina, se detiene en seco y "él" reaparece en su mente.
-"¿Dónde vas? ¿Qué buscas? ¿huyes? ¿tienes miedo? ¿te asusto? ¿estás molesto? ¿quieres a tu hermano? ¿quieres a tu diosa? ¿quieres a tus amigos? ¿necesitas a tu madre? ¿quieres a tu maestro? ¿a tu padre? ¿a tu amiga? ¿quieres a la Elite dorada?"- preguntó.
Se lleva las manos a sus oídos. Niega desesperado por espantarlo. -¡Cállate!- grita en su interior, pues sabe que si grita en voz alta, despertará a los demás.
Se pierde, se pierde en la oscuridad. Se pierde, se pierde en la luz.
Siente como alguien lo sujeta y lo arrulla, lo abraza y le susurra "ya pasó"
Jabu sabe que su amigo no está bien. Sabe que algo lo atormenta.
Sale a ver si Shun está dormido. En su camino se lo encuentra.
"Eso" ha regresado. Lo arrulla, lo abraza y trata de tranquilizarlo.
No pasa nada, eso lo tranquiliza, luego lo aturde, por último lo asusta.
Shun se ha quedado inmóvil, no respira, no se mueve en absoluto.
-Tatsumi, ¡Ven!- grita desesperado mientras sacude a su amigo.
No sabe cómo reaccionar, está asustado y no puede evitar llorar.
-¿Qué sucede?- pregunta el mayordomo.
-No se mueve… para nada… no respira… no está aquí.- dice el rubio mientras acaricia el cabello lacio y verde.
-¡¿Qué dices?!- Tatsumi corre a verificar las palabras del menor.
Estaba a punto de soltar un par de lágrimas cuando el más joven empieza a toser desesperado porque el aire entre en sus pulmones.
-Gracias al cielo.- dice Jabu mientras ayuda a su amigo a levantarse.
-¿Qué ha pasado?- pregunta.
-No lo sé. Solo sé que me habló.-
-¿Qué te dijo?-
-…-
-Está bien. Pero trata de descansar.-
-Sí. Gracias.-
-No sé por qué me agradeces pero… de nada.-
Cierra la puerta y se va.
El peliverde está solo y un impulso más grande que su voluntad lo hace saltar hacia las oscuras y solitarias calles.
Corre, corre buscando algo sin saber qué busca.
Corre buscando algo que no quiere ser encontrado.
Corre buscando algo que no debe ser encontrado.
Corre buscando algo que debe ser destruido.
Corre y se da cuenta de que ese algo es él.
Corre y se detiene en un charco, contempla su reflejo y el agua se vuelve negra.
-"¿Qué es lo que te asusta? ¿a dónde vas? ¿Qué es lo que buscas? ¿quiere ser encontrado? ¿lo encontrarás? ¿lo cuidarás? ¿Qué harás cuando lo encuentres?"- vuelve a decir "él".
Vuelve a correr, vuelve a gritar, vuelve a perderse.
La luz o la oscuridad, no importa cuál sea, siempre lo absorbe, y lo lleva al inmenso abismo.
En medio de la carrera en contra del viento, el joven santo de Atenea se detiene y contempla el extraño paisaje que se le ha presentado.
-¿El Coliseo?- se pregunta.
-"¿Qué te sorprende?"-
-No me molestes.-
-"¿Qué te sorprende?"-
Seguía sin poder creerlo. Había estado corriendo por JAPÓN no por Grecia.
Es cierto, su mente divagaba por todas partes desde que regresaron del Hades, pero estaba enteramente seguro de que el Coliseo no estaba en Japón, había una imitación pero no el original.
Estaba en el centro del Coliseo, su asomó por las gradillas y solo logró ver oscuridad, estaba solo con el simple Coliseo… ok, no es tan simple. Pero eso no le quita lo extraño.
Volvió a correr.
El paisaje cambió. Estaba en Siberia.
Volvió a correr.
Estaba en los cinco picos de Rozan.
Corre de nuevo.
Está en el santuario.
Huye.
Está en la Isla de la Reina Muerte.
Corre.
Está en la isla de Andrómeda.
Vuelve a correr.
Está en Asgard
Corre desesperado.
Está en el inframundo.
Vuelve a correr, huye.
Está solo, el mundo a su alrededor se cae a pedazos.
-"Has estado corriendo, tres días sin para ¿Por qué no te mueres de una vez?"-
-No pienso morir porque tú lo digas.-
-"Muérete de una vez"-
-No quiero.-
-"ya no importa…"-
Cae, se desmaya y se pierde, pero esta vez se siente cálido.
Empieza a ver una luz, linda y acogedora…
-¿Seiya?-
Seiya está junto a su amigo. Está asustado, le asusta el perderlo, pero sabe que nadie permitirá que eso pase.
Un rayo de esperanza; Shun comienza a reaccionar y habla.
-¿Seiya?-
-Sí, aquí estoy.-
El peliverde se incorpora. Esboza una linda y sincera sonrisa que se convierte en una pequeña risa.
-¿De qué te ríes? A mi no me hace ninguna gracia.- dice el castaño medio molesto.
-¿Qué cosa?-
-¡Estuviste desaparecido tres días, a penas te encontramos anoche y te encontramos más muerto que vivo!-
-Seiya… me estás asfixiando.-
-Te lo mereces. Me asustaste mucho.-
Todo quedo en silencio. Ese silencio asustó al Pegaso.
-Shun… ¿Shun?-
-"Seiya. Seiya. Amigo del precioso Andrómeda"-
-¡¿Qué es eso?!-
No hubo respuesta. Supuso que fue producto de su imaginación.
Aún tenía abrazado a Shun, se volvió hacia él y acarició su frente.
-De nuevo tienes fiebre.- le dijo, aunque su amigo no logró escucharle.
-Seiya…- llamó Tatsumi.
-¿Qué pasa?-
-Manda a decir la señorita Saori que deberías descansar.-
-No quiero. Ya estoy bien y Shun nos necesita.-
-Jabú lo cuidará.-
-No. Quiero hacerlo yo.-
-Seiya. Hazme caso.- dijo la pelilila.
-Saori. Aunque sea raro, ya todos estamos bien.-
-Y quiero que siga así.-
-¡Shun necesita ayuda!-
-Se la daré.-
-¡Me refiero a ya! ¡no respira!- grito el Pegaso desesperado.
-¡¿Qué?!-
Paso lo mismo, el peliverde tosió y sonrió despreocupadamente.
-¿Estás bien?- preguntó el mayordomo.
-Sí.-
-¡SHUN!- Jabú entró alarmado.
-¡Hola Jabú!-
-Qué alivio, ya estás despierto.-
-¡Shun!- Hyioga entró seguido de Shiryu.
-Hola, chicos.-
-¡¿Después de haber estado medio muerto solo me dices hola?!- reclamó Shiryu al tiempo que le revolvía el cabello.
-¡¿y yo dónde quedo?!- reclamó el ruso.
-Ya, muchachos, denle aire.- dijo la diosa.
-Tengo sueño…-
-¡¿Qué?!-
Shun volvió a quedarse dormido. Pero con un sueño tranquilo.
Ikki estaba sentado. Pensaba. Mientras más pensaba más se llenaba de odio.
Lloraba. Cada lágrima era una parte de su bondad. Se quedó seco.
Miraba el cielo que se teñía de rojo y naranja. El rojo de la sangre de "ese" le repugna.
Corre hacía donde sabe que está "ese".
Continuara…
Notas: hoy traigo otro fic!
Vengo con terror psicológico, amistad de la buena, drama, sorpresas y un Ikki muy malo.
Dejen comentarios para saber si les da curiosidad la historia!
