Prologo:

Natsu estaba enfadado, no, enfurecido. Todo era culpa de Gajeel. O así es como se quería convencer el desesperado mago. No era justo, ¡Gajeel tenía sus propios hijos!

Con toda la paciencia que le quedaba abrió las puertas del gremio para salir y allí los vio, a los mellizos Redfox jugando muy divertidos con el cabeza de metal y su pequeña Layla… esa fue la gota que derramó el vaso, se acercó con grandes zancadas llegó hasta donde estaba la pequeña rubia que veía al patriarca de los Redfox con admiración y la tomó en sus brazos y para llevarla a casa. La pequeña de siete años no entendía que estaba pasando, pero tan temperamental e impaciente como su padre, se removió inquieta para que le soltase, se sentía avergonzada del comportamiento infantil de su papá, ella era una niña grande y él la había dejando en ridículo frente al señor Gajeel. Una vez en casa la soltó y la niña le miró con el ceño fruncido esperando que se explicase. La explicación jamás llegó, ella se dio por enojada y le dio la espalda mientras cruzaba sus pequeños brazos en un gesto de indignación que el Dragneel había reconocido de inmediato. En ese momento se prometió que haría todo lo humanamente posible para que su hija dejara de jugar con el Dragon slayer de metal, antes de que se le siguieran pegando sus mañas.

Layla le había contado a su madre como su papá le había avergonzado, Lucy disimuló una sonrisa al notar que lo que más le preocupaba a su hija era lo que pudiera pensar el pelinegro.

Este es mi primer fic, no estaba segura de si subirlo o no... al final si lo hice xd