Nada me pertenece, excepto la trama.
Agradezco a J.K por el haber creado este fantástico mundo con increíbles personajes que nos llenan la cabeza de magia.
"Itálicas" Pensamientos.
"Normal" Diálogos.
"¡Ayúdenme!"
Pasos…
Voces…
Murmullos…
Llantos…
Silencios…
Nadie me escucha, nadie comprende; grito con fuerza… cinco segundos. Nadie me ve… diez segundos. Nadie me encuentra.
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Un libro abierto, abandonado, esta posado sobre mi sillón favorito. Qué curioso, las cosas que antes me complacían ahora solo me fastidian. Una frágil sonrisa surca mis labios al pensar en la cara de Harry y Ron si lo supieran.
Hace frío, mis huesos tiemblan, está oscuro… lo único que ilumina es el débil mariposeo de una vela vieja sobre mi cómoda. Giro mi cabeza y observo el delicado y casi sensual baile que las llamas tan amablemente me regalan. Me siento atraída hacia el movimiento, alguien toca mi puerta… ignoro el sonido, me enfoco en las llamas.
Silencio.
Un libro abierto, abandonado, esta posado sobre mi sillón favorito. Qué curioso, las cosas que antes me complacían ahora solo me fastidian. Una frágil sonrisa surca mis labios al pensar en la cara de Harry y Ron si lo supieran.
"Hermione" cubro mi cara con la almohada.
"Hermione, abre la puerta " tal vez si apago la vela por fin desaparezca.
"Hermione no me importa derribar la puerta" la voz insiste mientras toca, toca, toca, la puerta. El sonido de los nudillos sobre la madera me irrita.
Silencio… al fin se ha detenido.
"Alohamora" es lo único que escucho antes de ser expuesta a la intensa luz del pasillo y a la sombra que se acerca a mí con paso determinado.
"Vamos Hermione tienes que comer" acerca un vaso con jugo de calabaza a mis labios, no quiero discutir y bebo lentamente; doy pequeños mordiscos al sándwich que me da, mi garganta
traga con dificultad. No lo soporto… vomito "¡Ayúdame!".
"Lo siento, lo siento mucho" mi voz se quiebra; lagrimas surcan mis mejillas.
Saca su varita y con un simple Evanesco limpia mi desorden, siento su peso sobre la cama.
"Descuida, pero será mejor que se lo digas a Dobby, el fue el que te preparó la comida" bromea ligeramente. Me susurra delicadamente al oído que todo está bien mientras me abraza con sus fuertes y protectores brazos.
"¡No me toques!" me levanto de la cama lo más rápido que puedo, pero el mareo me derrota y caigo al frío piso. "No te atrevas a tocarme" susurro entre dientes.
Su mirada me penetra, siento como intenta leer mi mente… se arrepiente; sabe que la sola acción es una gran equivocación. Resopla resignado. "Te dejare la comida junto a la vela". Se levanta de la cama y veo cómo lucha por no ayudarme a levantar o mirarme.
La puerta se mueve para cerrarse, pero se detiene en seco "Sabes muy bien que nadie te juzga, pero debes recuperarte, por el bien de todos… sobre todo por nosotros" sus palabras lastiman mi corazón. La puerta se cierra.
"¡Ayúdame!" No quiero sentirme así, no quiero sentir lo que siento. Más lagrimas caen de mis ojos ya enrojecidos, aprieto mis manos con odio, odio a mí misma.
Más llanto, sollozos…
Un gritillo se escucha cercano.
¿Qué es lo que escucho?
Risas, risas llenas de alegría.
Corro hacia la puerta… pero aun no me siento lista para abrirla, me limito a recostarme sobre la dura madera de cedro.
Muy a lo lejos escucho su voz, tan rica en cada una de sus palabras. "Te extraño, te extraño mucho" murmuro entrecortadamente.
"Lo siento, perdóname, Severus".
Han pasado años desde que no publico nada, pero me decidí a volver a intentarlo. Este idea surgió en mi cabeza y no he podido descansar hasta que la comencé a escribir, espero que les haya gustado y haber si adivinan a que se refiere Snape.
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