Yu-Gi-Oh! DM Second series

Season 1

Intro:

Era un día como cualquier otro, Yugi se divertía junto a sus amigos Jounouchi y Anzu en el receso del almuerzo, jugando el popular juego de cartas "Duel Monsters", dentro de su salón de clases 1-B. Tras una segunda victoria consecutiva de Yugi sobre su menos experto amigo, Jounouchi, pudieron ver que Honda, llegaba al encuentro del grupo, trayendo consigo, una bandeja de almuerzo con humeantes takoyaki, unas bolas de pulpo, cuyo intenso aroma les habría el apetito a los demás.

- "¿Acaso fuiste a visitar a la pelirroja codiciosa del salón 1-D?"- preguntó Yugi, con inocencia.

- "No fantasees Yugi, todo el mundo sabe que esos son rumores"- agregó Jouno.

- "¿Quién es esa pelirroja codiciosa de la que hablan?"- preguntó Anzu.

- "¿Qué no sabes, Anzu?"- dijo Yugi.

- "Dicen que una estudiante del salón D sostiene un negocio de almuerzos a escondidas de los sensei"- agregó Jouno, sin sonar muy convencido.

- "¡Aaah!"- dijo Anzu asombrada-. ¿No está prohibido para los estudiantes trabajar hasta antes de graduarse de preparatoria?

- "Mira quien lo dice"- dijo Yugi, sonriéndole a su amiga.

- "Ese rumor se cuenta desde hace 1 año, si hubiera alguien haciendo ventas a escondidas en la escuela, ya los habrían descubierto"- volvió a debatir Jounouchi.

- "¿Tú no trabajas repartiendo periódicos por la mañana, Jounouchi?- preguntó Anzu.- ¿No me digas que no te han descubierto?".

- "Jounouchi tiene permiso especial"- afirmó Honda, en lo que terminaba de tragar su bocado-. "Además, si no fuera por eso, el pobre se moriría de hambre, nada más mira lo que trajo para almorzar".

El rubio le dedicó una mueca de reproche, pero antes de comentar palabra alguna, le echó un ojo a la escasez de bocados que efectivamente, conformaban su almuerzo.

Yugi y Anzu se quedaron apenados y dispuestos a oír el inminente reproche de su amigo.

- "¡Ya me harté!"- gritó Jounouchi, y apresuradamente, partió del salón, seguido por sus amigos.

La puerta del salón 1-D se encontraba bloqueada por un alto estudiante de fornida contextura. Jounouchi se sintió intimidado por un segundo, pero eso no le hizo retroceder.

- "¿Qué quieres?"- le dijo el grandulón, con una atemorizante voz, en cuanto Jounouchi se aproximó lo suficiente.

- "V-vengo por... Un delicioso sándwich, creo que aquí puedo conseguir uno..."- respondió Jounouchi, nervioso.

El grandulón se encorvó hacia adelante, aproximando su rostro a Jounouchi, para investigarlo.

-"¡¿Q-qué te traes?!"- le gritó Jounouchi, incapaz de entender las acciones del sujeto.

En ese momento, el grandulón se volvió a erguir, lo que espantó brevemente al rubio.

- "No son bienvenidos"- les dijo, antes de cerrar la puerta del salón.

Los amigos se quedaron consternados ante esto, pero Jounouchi no estaba dispuesto a aceptar la negativa, así que se quedó golpeando la puerta por unos momentos, para reclamar la situación.

- "Creo que no tuviste suerte"- le dijo Honda, no muy asombrado.

- "Pensé que no creías en estos rumores"- agregó Anzu, con el mismo tono.

Jounouchi seguía enfadado, haciendo callar a sus amigos, pero sólo unos segundos después, por ese pasillo apareció uno de los sensei, para preguntar qué era todo ese alboroto. Jounouchi y los demás se hicieron los desentendidos, fingiendo que sólo pasaban por ahí. El sensei, incrédulo, se dispuso a abrir la puerta del salón 1-D con fuerza, para investigar por sí mismo. En cuanto la abrió, se encontró con el mismo grandulón, que había bloqueado el paso a Jounouchi. El sensei dio un pequeño brinco hacia atrás, espantado por la cara sombría del estudiante, pero rápidamente se repuso para preguntar qué estaba pasando.

- "No está permitida la entrada, sensei".

- "¿Y por qué rayos no?"- respondió el hombre, alterado.

- "La razón es..."- comenzó a explicar, el grandulón.

- "¡...Una sorpresa para el día del profesor!"- exclamó un recién aparecido desde detrás del grandulón, abriéndose el paso hacia afuera del salón-. "Señor Yamamoto, como presidente de la clase, puedo decirle que todo está en perfecto orden para celebrar de la mejor forma el día del sensei, ya hay candidatos para recibir el premio al Sensei del Año..."

Tras oír aquellas palabras, el hombre adulto se quedó pensativo y dispuesto a seguir oyendo al joven presidente de la clase, mientras éste le tomaba del brazo, llevándolo lejos del salón 1-D por el pasillo, sin dejar de hablarle con un increíble poder de persuasión.

- "Con que así es como funciona"- comentó Yugi a sus amigos, quienes se quedaron asombrados tras lo que acababan de presenciar.

- "No puedo creer que el sensei se tragara esas patrañas"- agregó Honda, con cara de vergüenza ajena.

- "Tal vez, podamos entrar ahora"- dijo Anzu, señalando la puerta.

En ese minuto, la puerta se abrió repentinamente, lo que hizo a todos ponerse en guardia.

- "Causarán menos problemas si los dejo pasar y se largan de una vez"- dijo el mismo grandulón de siempre.

Finalmente, los cuatro amigos lograron entrar al salón, donde pudieron notar la presencia de una gran cantidad de estudiantes con las mismas características del que estaba vigilando la puerta, fornidos y con cara de "pocos amigos", los mismos que disfrutaban de sus almuerzos, con mucho placer. Observaron alrededor, hasta que Jounouchi se aproximó a un círculo de compradores, que rodeaban a quien parecía estar llevando a cabo el negocio.

De un momento a otro, la misma chica, protagonista de los rumores, se apartaba abruptamente desde el interior de ese círculo, lanzándose a los recién llegados. Jounouchi se dispuso a hablarle a la pelirroja, pero fue ignorado completamente, puesto que ésta le prestó toda su atención a Yugi Mutou.

- "¡Lo sabía! Finalmente vienes a obsequiarme tu pirámide dorada, Yugi"- dijo ella, bromeando con una gran sonrisa.

Anzu, por su parte, no podía dejar de apretar los dientes, al ver que una chica invadía el espacio personal de Yugi.

Yugi se apenó y explicó que sólo venían por algo de comida para Jounouchi.

[...]

Las clases pronto terminaron, y la pelirroja codiciosa del salón 1-D aka Greedy-san, se dispuso rápidamente a marchar hacia la mansión Kaiba, hogar de los hermanos ricachones del mismo apellido: Se trataba de un trabajo que le traería buenos dividendos, y estaba emocionada por comenzar de una vez por todas. No sería sencillo, pero estaba dispuesta a enfrentar esa importante y esforzada labor:

- "Gis-san, aquí hay otro que no entiendo"- le dijo Mokuba, extendiendo sobre su hombro un libro con ejercicios matemáticos.

- "Este también es avanzado para un niño de tu edad, Mokuba, tendremos que revisarlo en una próxima lección"- respondió ella-.

Así pasaron cerca de 45 minutos, en los que Gis se dispuso a realizar la tutoría semanal avanzada al pequeño Mokuba Kaiba. El chiquillo era el mejor de su clase, un estudiante destacado para su edad, pero la presión del negocio familiar siempre lo llevaba a querer aprender mucho más, y qué mejor manera de recibir la tutoría de una estudiante del mismo grado de su hermano mayor.

- "Bueno, creo que es todo por hoy, seguiremos mañana"- exclamó la dichosa tutora.

- "Por cierto Gis-san, mi hermano dejó un sobre para ti sobre la mesa del vestíbulo, puedes tomarlo al salir".

Gis se sonrojó al escuchar tales palabras. ¿Sería lo que ella se esperaba?

Mokuba se sorprendió al ver a Gis emanando rubor fuera de sí, y se preguntó si acaso a ella le gustaba su hermano Seto. La emocionada joven dejó la habitación con suavidad, se aproximó al lugar que Mokuba le había indicado y pudo encontrar su sobre, el que se dispuso a abrir. Dentro, se encontraba la suma de dinero que habían acordado.

- "¡Tal y como lo esperaba!" -gritó ésta, dando un gran salto de victoria, ruborizada como si estuviera frente al hombre más guapo del planeta.

Mokuba se quedó mirando detrás de la puerta, con una mueca de vergüenza ajena, comprendiendo que a ella sólo le gustaba el dinero.

Gis se volteó enérgicamente y le agradeció, despidiéndose, pero justo antes de salir, pudo notar que en el correo, había un paquete color marrón, que le llamó la atención. Ella lo cogió y se preguntó de qué se trataba. En la inscripción, pudo ver que se ofrecían grandes premios a los ganadores de un torneo. Ella se sintió muy curiosa y al ver que Mokuba no estaba ya más allí, decidió llevarse el paquete, pensando que lo devolvería después.

[…]

El día siguiente, una gran noticia recorría la escuela. Ya más que un rumor, era todo un hecho: Seto Kaiba, el mismísimo campeón de duelo de monstruos, había sido derrotado en su propio juego.

Duelo de monstruos se había convertido en un juego popular para chicos y adolescentes, incluso existían torneos en los que se jugaba este singular juego y los participantes ganaban renombre y títulos por sus victorias.

Seto Kaiba era el campeón de este juego y desde que se supo sobre su derrota a manos de un estudiante de su misma clase, no fue vuelto a ver en la escuela. Por su puesto que los amigos cercanos de Yugi conocían la identidad del incógnito duelista, pero el pequeño prefería mantener un bajo perfil, después de todo, siempre fue un joven tímido.


FLASHBACK

Yu-Gi-Oh Season 0

"El negocio de las riquezas prohibidas" Parte 1

Era costumbre para Yugi Motou atravesar cierto pasaje para acortar camino hasta la tienda de juegos; pero aquella tarde fue interceptado por un muchacho de su misma escuela, no mucho mayor que él, pero indiscutidamente más siniestro y dotado de mayor fuerza física. El tipo le miró con recelo, lo que tomó por sorpresa a Yugi.

- "¿Se te ofrece algo?" le preguntó Yugi, con toda tranquilidad.

El chico se tomó unos segundos para observarle, antes de contestar.

- "Hmp, mi nombre es Tadao Meisuke y he venido para desafiarte, Yugi."

Yugi no acababa de comprender a qué se refería el desadaptado, pero de un momento a otro, no pudo evitar sentir temor ante una possible pelea.

-"¿Por qué quieres desafiarme?"- le gritó Yugi, guardando la distancia.

Antes de cualquier respuesta, Meisuke se quedó inmóvil y luego podía verse que su rostro se tornaba ruborizado.

"¡No me cuestiones, yo sólo deseo demostrar que soy mejor que tú!"- gritó él y presa de su propia irracionalidad, trató de abalanzarse sobre Yugi, para golpearlo.

"¡MEISUKE-KUN! ¿Qué diablos intentas hacer?- gritó una voz femenina aproximándose a la pelea.

"Greedy-san"- gritó el atacante, deteniéndose en el acto.

Gis volteó los ojos por unos segundos con desagrado.

"Les he dicho que no me llamen así. Ya déjalo en paz o perderás los descuentos que ofrezco a los estudiantes de nuestro salón".

Aquellas palabras calaron como estacas en el pecho del bully, su cara de horror no tuvo precio y pronto, partió corriendo del lugar.

- "No le hagas caso"- dijo Gis- "Es obvio que está celoso de ti".

- "¿C-celoso?"- preguntó Yugi con timidez, quien no acababa de entender de qué iba toda la situación.

- "Hay chicos raros en nuestra escuela, y ése es uno de los más raros, Meisuke Tadao… Pertenece a mi salón. Ese tipo ha estado enamorado de Anzu Mazaki desde que llegó a Domino Highschool y todos saben que tú eres el amigo más cercano de esa chica".

- "Ohh… Ya veo"- dice el pequeño- "Etto... Soy Mutou Yugi, por cierto".

- "Hidaka Gis, mucho gusto. Si vuelve a molestarte, no dudes en llamarme. Ninguno de mis compañeros de salón soportaría perder los descuentos que les ofrezco"- le dice ella, antes de partir.

- "¿Descuentos?"- Se preguntó el inocente.

[...]

Era tarde, cuando el pequeño Yugi Muotu se dirigió al salón de arte de la escuela, engañado por una nueva amiga.

- "Mutou Yugi... Ha llegado el momento de que pagues por mis servicios... Ese pequeño artefacto. Entrégamelo"- dijo la pelirroja.

- "P-pero... Este objeto es muy preciado para mí, no puedo dártelo"- respondió él, indefenso.

- "Si me lo entregas ahora, olvidaré el pago por todas las veces que te saqué a los matones de encima"

- "E-eso..."

- "¡No te resistas, entrégamelo ya!"- dijo ella, tomando el artefacto entre sus manos.

Tan pronto Gis logró arrebatarle el Millenium Puzzle por unos segundos, el objeto emitió un destello que provocó que la muchacha se asustara y lo lanzase. De vuelta en las manos de su poseedor, el Item volvió a brillar, dotando a Yugi de los poderes oscuros provenientes del interior del Millenium Puzzle. Esta vez, Yugi Motou no se dejaría intimidar, más bien, sería él quien tomaría el control de la situación.

- "Hidaka Gis, ya que me haz desafiado, yo acepto el reto"- dijo Yugi, usando una voz distinta a la habitual.

La pelirroja pronto se vio envuelta en una ilusión que transformaba el salón de arte en un espacio oscuro y el temor le invadió como nunca.

-"¿Qué es esto?" dijo ella, con voz temblorosa. - "¿ Y qué rayos le pasó a tu voz?"

- "Haz estado tras mi Millenium Puzzle todo este tiempo, fingiendo ser mi amiga… Pero, todo lo que te importa es obtenerlo para obtener ganancias de él"- dijo el Yugi oscuro.

Gis lo observó con determinación… Seguía siendo Yugi Mutou… ¿O no?

- "Ahora que lo sabes, ¿por qué no me lo entregas por las buenas?"- le dijo ella.

- "Si tanto lo quieres… Juguemos un juego."

FIN DE FLASHBACK


Una semana después, Yugi y co. se encontraban jugando Duelo de Monstruos en su salón; fue Anzu quien derrotaba a Jounouchi por quinta vez consecutiva. Era obvio que el rubio hacía muy mal uso de sus estrategias y es por eso que le pide a Yugi que le enseñe. Jounouchi es sometido al duro entrenamiento de Solomon Motou, el abuelo de Yugi, el verdadero experto en Duel Monsters, quien al mismo tiempo, era dueño de una tienda de juegos.

Era una tarde agradable, cuando se podía observar a una joven pelirroja sosteniendo un paquete color marrón, que no dejaba de girar en todas direcciones, como auto-convenciéndose de que en algún rincón, encontraría una razón importantísima para abrirlo.

Pasaron varios minutos, hasta que se decidió a hacerlo, después de todo, ya había pasado el marco de lo legal, anteriormente... Cuánto daño causaría husmear tan solo un poco, dentro de un paquete que ofrecía grandes premios. Quizás se trataba del destino.

El objetivo de abrirlo con cuidado no se cumplió, cuando la chica hizo añicos el envoltorio por la curiosidad que éste le provocaba. Dentro de él, se encontró con un guante color burdeo, un par de estrellas doradas y un pequeño folleto explicativo. Procedió a leer de qué se trataba, cuando escuchó una voz familiar delante de ella.

- "¡Pero qué sorpresa encontrarte aquí!"- exclamó una mujer que se presentó frente a sus ojos, con una gran emoción.

- ...¿Mai?- exclamó la pelirroja, sin poder creerlo.

Acto seguido, la rubia se dispuso a darle un fuerte abrazo, dejando a la pequeña Gis sin aire.

- "¡Ha pasado tanto tiempo!... Espera, ¿Eso que tienes ahí es...?" - dijo Mai, al darse cuenta del controvertido paquete.

- "Ah... Sí, eso"- dijo Gis nerviosa, manifestando su culpabilidad.

- "¿Así que tú también vas a entrar? ¡No sabía que jugabas Duelo de monstruos! ¿Ya viste los premios?"-

Gis se quedó inmóvil y en silencio por un largo momento, a lo que Mai respondió con un "¿Eh?"

En seguida, la pelirroja sonrió con desfachatez y le preguntó:

-"¿Puedes guardar un secreto?"

[...]