Disclaimer: Los personajes de Dragon Ball no me pertenecen son propiedad de Akira Toriyama, excepto los OC que son míos (aunque algunos estén basados en personajes de Shaman King o al menos algunos rasgos).


¡Majunia! —se escucha retumbar en el bosque mientras un pequeño Piccolo corre para alejarse de lo que él considera una gran amenaza para su plan y su supervivencia—¡Maldigo el día en que caí en esta casa! — dice al momento de tropezar con una rama y golpear con frustración el suelo mientras recuerda como llego a ese horrible lugar.—

*Flashback*

Hoy hay bastantes clientes, tengo que atrapar suficientes peces para la cena —dice sería una joven de diecisiete años de cabello rosa y ojos ámbar antes de unos movimientos rápidos e imperceptibles para el ojo humano (al nivel de los de Mr. Popo ) sacar una docena de peces del río sin que estos si quiera se percataran—con esto bastara —menciona para sí misma y con una leve sonrisa satisfecha con su pesca antes de ver como un enorme huevo venia del río en su dirección y con la misma velocidad mostrada hace un momento sacarlo del agua y llevárselo— debió de perderlo un dinosaurio, bueno seguro algún buen platillo se podrá hacer con él.

*Fin del Flashback*

¡Majunia vuelve aquí enseguida! —al escuchar el tono molesto de su joven madre no pudo evitar el entrar en pánico y tratar de huir aún más desesperadamente— ¡Tengo que salir de aquí! —dice al momento de correr más a prisa, para posteriormente detenerse— ¡No! Tengo una misión que cumplir y estoy seguro que incluso mi padre Piccolo aprobaría a esta mujer como mi entrenadora, por eso ¡Tengo que regresar! —menciona decido al momento de dar vuelta en dirección a donde su casa se encontraba, para posteriormente acobardarse y dar la vuelta—…después

¡Auch! —exclama una niña de aproximadamente ocho años, cabello rubio y ojos ámbar al momento de chocar con el pequeño namekuseijin.—

¿Tú quién eres y que haces aquí? —pregunta en pose ofensiva el infante dispuesto a atacarla.—

¡Hola! Soy Asanoha Asakura y vine aquí desde casa de mis abuelitos para entrenar con Tamao-Nee-san ¿Por cierto tú quién eres? —responde la pequeña alegremente y con una sonrisa mientras le muestra su mochila.—

¡¿Estás loca?! ¡¿Acaso deseas morir?! ¡El entrenamiento de Mamá Tamao es terrible! ¡Sera mejor que huyas ahora que puedes! —exclama Piccolo alarmado al ver a alguien tan tonto como para venir a sufrir lo indecible por su propia voluntad.—

¿Mamá Tamao? ¿Ósea que eres su hijo? ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? —pregunta con emoción y curiosidad mientras es arrastrada por Piccolo en la dirección opuesta a la que quería ir.—

Si y me llamo Majunia pero eso no importa ahora ¡Tienes que irte de aquí!— insiste el pequeño Namekuseijin dando el nombre dado por su madre mientras intenta salvar a la recién llegada de su tormento.—

Majunia, No me gusta mucho ese nombre, significa hijo del mal ¿No? Mmm… ¡Ya se! Como eres verde te llamare Yoshi —dice emocionada ante su propia idea molestando al infante y haciéndolo cambiar de parecer.—

Sabes que, pensándolo mejor yo mismo te la presentare —menciona en un tono serio antes de comenzar a llevarla a donde su madre se encontraba.—

¡Muchas gracias! Que amable eres — dice con una sonrisa y emocionada la joven sin saber lo que le esperaba.—

Luego me das las gracias —menciona en tono neutro mientras continua su camino a donde se encontraba su madre, después de todo si las cosas se ponían feas siempre podía usarla a ella como exclusa…o escudo.—

Días después

¿Majunia? Asanoha quiero que limpien bien los pisos de todo el lugar, incluidas las habitaciones de huéspedes (más de 10 en total), luego quiero que vayan al jardín y cosechen los vegetales, labren la tierra, recolecten frutas silvestres, vayan a pescar y a cazar y traigan y corten la leña—dice en un tono neutro mientras les das las herramientas de limpieza para el piso y unas canastas y demás artículos necesarios para cargar la recolección— tienen 15 minutos

¡¿Qué?! —exclama estupefacta la pequeña ante semejante demanda mientras observa como la joven de diecisiete años se aleja dejándola con una tarea prácticamente imposible frente a ellos.—

Hoy Mamá está siendo blanda, normalmente me da cinco minutos, a veces tres y cuando esta de muy buen humor me da siete, probablemente esté siendo indulgente porque estas tu aquí , solo te advierto ¡No me vayas a estorbar! —menciona tranquilo al tener tanto tiempo extra al principio de su entrenamiento diario, para decir lo último de manera amenazante a la recién llegada.—

20 minutos después

¿Qué paso Majunia? ¿Creí haberles dicho que tenían quince minutos no veinte? —menciona con un tono y aura aterradora la joven madre con los brazos cruzados.—

Ya lo sé, ¡pero Asanoha es muy lenta! apenas y pudo cumplir con las cosas a tiempo y para colmo ¡Tuve que traérmela casi arrastrando! De no ser por ella yo habría terminado hace mucho —exclama molesto el namekuseijin mientras jala a una rubia muy agotada y al borde del desmayo.—

Ya veo "parece que Asanoha tiene un nivel muy bajo, supongo que tendré que enseñarle algo más básico mientras se pone al corriente, pero aun así no quiero descuidar el entrenamiento de Majunia ¿Qué hare? Ya se" —dice y piensa con seriedad la de cabello rosa antes de poner una mano sobre la cabeza de su hijo y acariciarla, sorprendiendo un poco a este último— no importa, quiero que tú y Asanoha me vean en el risco/peñasco de entrenamiento en diez minutos y no olvides ponerte tu equipo (que consiste en un caparazón de tortuga de 20 kilos como el del maestro Roshi más un juego de pesas para los tobillos y muñecas de 10 kilos cada una) y darle uno a Asanoha…más unas extras de cinco kilos cada una por haberte atrasado.

¡Si madre! —exclama emocionado el pequeño mientras contento recibe la caricia de su progenitora, para luego ir por los equipos una vez que esta se fue y posteriormente ir a despertar a una inconsciente Asanoha quien había caído rendida ante el sueño debido al cansancio sin saber que el risco peñasco estaba a más de cien kilómetros de distancia.—

10 minutos después

Veo que esta vez llegaron a tiempo —menciona con un tono neutro la joven madre mientras ve llegar a ambos infantes, una al borde del colapso y prácticamente arrastrándose y el otro con tal calma y serenidad que pareciera que llegar ahí no le tomo esfuerzo alguno (bueno, hace eso seguido).—

Bueno, no quería otros cinco kilos extra —dice la Asakura jadeando y con mucha dificultad.—

Llorona, cinco kilos no son nada a mí me han llegado a poner hasta veinte—menciona un poco molesto con los brazos cruzados mientras observa la cima escarpada del risco y como en el centro de este se alzaban varios pilares naturales delgados e inestables y como en la punta de tres de ellos se encontraban unas jarras con agua hirviendo aun burbujeando por el calor— ¿Qué tenemos que hacer hoy madre?

Hoy empezaremos con un nuevo entrenamiento así que será fácil, tienen que tomar la jarra llena de agua hirviendo del peñasco y ponerla sobre su cabeza, luego quiero que hagan los movimientos de artes marciales que les voy a indicar, incluyendo el saltar de piedra en piedra y todo sin tirar una gota de agua, si lo hacen, aparte de que se quemaran yo misma los tirare del peñasco y tendrán que escalar de vuelta ¿Les quedo claro? —explica al principio con tranquilidad para terminar con severidad.—

Si madre —responde Piccolo serio al ver la expresión de su madre y al haber comprendido en qué consistía el entrenamiento, para posteriormente hacerle una señal con la cabeza a Asanoha como advertencia de que detuviera su actuar al ver que esta pretendía decir algo, cosa que tuvo el efecto deseado.—

Si lo hacen bien con el tiempo ustedes serán capaces de hacer esto —dice la de cabello rosa ante de, de un movimiento imperceptible para el ojo humano aparecer en la cima del peñasco con la jarra de agua hirviendo en su cabeza, para luego de otros movimientos igual de rápidos y sin derramar ni una gota de agua, hacer una serie de golpes y patadas y aparecer y desaparecer del resto de los peñascos, para posteriormente volver con su hijo y Asanoha—¿Empezamos?

¡Hi/Si! —dicen al unísono ambos infantes impresionados por semejante demostración y muy decididos a poner todo de su parte para hacerlo bien.—

15 minutos después

¡ITAIIIIII! —se escucha resonar por todo el lugar al momento en que gritan al unísono los dos pequeños al momento en que el agua hirviendo les cae en la cara, para luego ser seguido del sonido de ambos cayendo desde el peñasco al ser tirados de una patada por la de pelo rosa como castigo por tirar el agua.—

Mientras tanto en el templo de Kami-sama

Mr. Popo creo que vamos a tener que intensificar el entrenamiento de Goku —menciona en tono tranquilo, aunque ligeramente sorprendido mientras observa el intenso entrenamiento que Piccolo tiene que soportar desde su templo.—

Si Kami-samas.