Ex silentio
En realidad, nadie que viera a Ronnie beber y hablar más consigo mismo que con los demás, profiriendo un "oh, no tiene importancia" cuando sus monólogos de borrachera se hacían demasiado densos y profundos para seguirlos, como si no tuviera los treinta y tantos mal llevados que aparentara, sino tres mil como mínimo y realmente estuviera hastiado de la vida, encontrándola un simple espectáculo pasajero del que hacía lo posible por disfrutar al máximo, podía decir que no era humano. A penas Firo (y después de beber el elixir) podía decir que a su alrededor olía vagamente a azufre, que su sombra parecía estar viva y que sus ojos tenían un resplandor extraño, al igual que su risa, resonante esta última fracciones de segundos posteriores a que su boca se cerrara. Pero tras un par de tragos y abrazos familiares, era una diferencia salvada.
