Prólogo

Verde. Praderas verdes. Grandes e infinitas praderas verdes; para la época y situación que abordaba el mundo en ese entonces, era realmente impresionante que existiera un lugar así. Pero ¿Por qué un lugar podía tener tal subliminadad? Probablemente era por sus habitantes, que podría decirse (aunque suene imposible) disfrutaban de cuidar sus tierras, si; no era un pequeño pueblo, pero tampoco podía entrar en el rango de "gran magnitud", era modesto, cantidad de habitantes moderada; la mayoría se dedicaba al mercader de materias primas, otras al ganado, otra parte a cuidar los campos que estaban en los límites del reino; el resto quizá en negocios muy particulares como la hechicería, pero no como en muchos otros lugares, esta clase de profesiones no eran mal vistas ahí, ya que todas eran profesadas por personas con dignidad, sin dobles intenciones. ¿Por qué al describir todo esto sonara como una buena armonía? ¿Por qué las personas disfrutaban de sus trabajos? ¿Por qué este reino era tan particular, comparado con sus reinos vecinos donde gobernaba el caos y el desorden? La respuesta es esta: Sus gobernantes. Si, a diferencia de los reinos vecinos, aquí los reyes eran amados por su pueblo, que de generación en generación, independientemente de quien subiera al trono (siempre respetando la línea de sucesión), procuraban el bienestar de sus habitantes, nunca aprovechándose del poder que tenían, poniendo en primer lugar que se trabaje con justicia; con mano estrictica, más nunca con crueldad; esa palabra no moraba en su vocabulario; estaba en casi todas las familias reales; a excepción de la familia Tachibana. Vaya fortuna aquel que naciera en el Reino Iwatobi a pesar de ser plebeyo.

Estaba el rey, en su habitación, claramente la principal en el castillo. Mientras era examinado por uno de los médicos de la época; su reina estaba sentada en uno de los largos sillones rojos carmín de terciopelo, junto a su única hija, cepillando sus cabellos castaños. Le hacía un trenza y en esta distribuía pequeña flores que ella misma había recolectado en uno de sus ratos de ocio. El rey disfrutaba mucho esta escena, debido al examen que le realizaban, le relajaba ver en este tipo de situaciones a las únicas dos mujeres que había amado en toda su vida. Al terminar el peinado, la niña saltó del sillón y se dirigió al pie de la cama donde estaba su padre

-Papi, ¡mira! ¿No me hace ver más linda?- Refiriéndose a la trenza, mientras daba vueltas en un solo pie

-No cariño, tú ya eres muy linda, esa trenza solo es un accesorio para hacerte resaltar aún más- Le dedico esa cálida sonrisa jovial que a pesar de su estado, nunca desapareció

La niña sonrió y fue a donde su madre- ¡Mama! ¡Deberías hacerme más seguido trenzas como estas! Me hace ver más linda

-Claro cariño- Le sonrió la reina a su princesa

-Mi Señor- Dijo el doctor rompiendo un poco ese ambiente, le dedico una mirada dándole a entender que debía hablar con él a solas, y probablemente no para dar buenas noticias

-Si. . . mi princesa ¿Por qué no vas a jugar con tus hermanos? Papa y mama deben atender un asunto

-Si. . . pero no se dónde podrían estar . . . y voy a tardar mucho en encontrarlos-Dijo haciendo un pequeño puchero, inflando sus rosadas mejillas de infante

-Probablemente estén en el establo, ya sabes como les gusta pasarse la tarde en el, ¿Por qué no averiguas directamente ahí?

Lo meditó un momento, su madre tenia razón, pero en caso de que no fuese así, su hogar no era "muy pequeño" que digamos para hacer una búsqueda sencilla; pero se rindió-Si. . . . entonces regresaré en un rato- dicho esto, le dio un beso a su madre, después a su padre, y le entregó una dulce sonrisa al doctor, que más que un servidor, era un amigo de la familia

-Bien, ¿cuáles son las nuevas?

-Bueno mi Señor, su pulso no pareció mejorar, hay intervalos en donde se nota anormal, probablemente la medicina no actuó como debería, o la dosis no fue la corre. . .

-¿Cuánto tiempo?- interrumpió con una voz seria

-¿Señor?

El rey sonrió, mientras se incorporaba en la cama- No necesito saber de qué manera se está deteriorando mi cuerpo; yo soy el enfermo y puedo sentir que tan grave es mi situación-soltó una pequeña risa- no quiero enterarme que parte mi cuerpo se desmorona primero, solo quiero saber cuánto tiempo me queda, para poder pasarlo con mi familia. No quiero más medicinas, no quiero estar esos días postrado en cama con mis amados alrededor llorando, quiero disfrutar hasta el último segundo mi estancia aquí, quiero dejar mi reino con cada cosa en su lugar, y dejar a mi familia segura; esto es algo que mi padre nos enseñó antes de partir, no ser descarado, y dejar alguna cosa pendiente, antes de marcharte ; ¿no es así querida?- volteó a ver a su reina, quien estaba con los ojos vidriosos tratando de no estallar en llanto

-Si. . .así es querido- ella trataba de devolverle la sonrisa, pero en ese momento, era ella quien se desmoronaba lentamente

-Bien. . . Señor, no puedo darle un cifra exacta. Pero no más de un mes

-¡Me parece muy bien!, me da el tiempo suficiente para ordenar todo; y aún más importante, hablar con mi hijo mayor- al mencionar esto, su semblante cambio un poco

-Señor si lo desea, puedo yo mismo convocar la reunión de los consejeros

-No no, aún no, primero hablare personalmente con él; mi hijo es un buen muchacho, no merece que así de rápido lo deje solo con esos buitres longevos- soltó una carcajada, el médico no pudo evitar dar una

-Bien, mi señor, sin más que decir; con su permiso- hizo una referencia, tomo sus cosas y se dispuso a salir de la habitación

-Hazuki

-¿Si, mi Señor?

-Gracias. Por tantos años de fiel servicio, tanto tu como tu familia, siempre tienen las puertas abiertas en este lugar, me haría muy feliz que tanto tu como tus vástagos siguieran velando por el bienestar de mi familia- le mostro otra sonrisa; no tan única; ya que uno de sus hijos la había heredado

A pesar de los años de servicio, la cabeza de la Casa Hazuki aún no se acostumbraba a la humildad del rey-Tanto yo como mi familia estaremos más que gustosos de hacerlo- le devolvió la sonrisa y se retiro

Detrás del anterior, la reina se dirigió a cerrar la puerta, no sin antes agradecerle al médico por su servicio. Ya a solas, ella se recargó en la puerta, y solo se dedicó a observar al hombre postrado en la cama cubierta por modestas telas de seda, al soberano no le gustaba tener tantas en su cama, ya que para él la cama solo servía para dos cosas.

No pudo más, corrió hacia su esposo, desmoronándose a la orilla de la cama, dejando caer su cabeza y brazos en las piernas del rey; soltando un llanto que no cesaría en un rato

-Querida. . . tranquila. . . estoy aquí, pase lo que pase, nunca te voy a dejar sola, ni a ti ni a nuestros hijos- depositaba un beso en su cabeza-Oye ¿Qué dirán los niños si te ven así?

-Puedes estar tranquilo, no lo harán, solo en este momento, permíteme soltarlo todo- por más que trataba de controlarse, no podía

Después de un rato, cuando ella ya estaba relajada, se encontraba a un lado de su marido; mientras este la abrazaba por encima del hombro; soltó la pregunta que tenía al rey desde hace rato pensativo:

-Entonces, ¿Cuándo hablaras con él?

-Estoy pensando hacerlo dentro de dos días

-¿Dos días? Pero. . .dentro de dos días. . .

-Si, no eh olvidado que es su cumpleaños números diecisiete ¿vaya regalo eh?

-¿Por qué has escogido dicho evento?

-No quiero que él lo vea como algo pesado y forzoso que debe cumplir porque no le queda otra salida, quiero que lo procese y lo acepte bien. Antes de mi posición como rey, soy padre; su padre; además, puedo darle un último regalo al ser su cumpleaños, de alguna manera, eso podría apaciguar un poco las cosas

-Es como si le dieras algo a cambio de otro algo, mi rey ¿acaso planea corromper a nuestro inocente hijo?- frunció el ceño y lo miro directo a los ojos, su expresión era de molestia, pero le divertía iniciar este tipo de conversaciones con su marido. Como le haría falta cuando esté ausente

-Hey, ¡no pienses en mi como un tirano mujer!, sólo pensé que serviría para relajarlo un poco. . . .además-su expresión de ser efusiva y animada, se relajó, como si reflexionara algo- tenemos un buen hijo. . . . realmente no nos pide nada, él podría tener un poco más, más sin embargo no lo hace, y constantemente nos da las gracias por las cosas más insignificantes. Quiero por lo menos, una vez, sea egoísta; le concederé lo que él desee, todo padre quiere cumplir los caprichos de sus hijos; yo quiero que por lo menos él, me de la dicha de cumplirle uno

-No quiero más animales en el establo- soltó de repente- si no, tendrás que mandar a construir otro- quejó la mujer

-¡Mandaré hacer 10 granjas enteras si él así lo desea! –su voz era firme y decidida- aunque seamos realistas, la mayoría de los animales que tenemos, son pedidos por nuestros otros hijos- y si, los pequeños mellizos, a pesar de que podían pedir cualquier cosas, eran igual de modestos que su hermano mayor, igual de humildes que sus padres. Pero tenían una admiración por los animales, específicamente los caballos, el rey al ver esto no pudo resistirse a regalarle a cada uno su propio corcel, y así cada cumpleaños, en lugar de pedir quizá algún lujo innecesario; pedían algún animal, sin exagerar como para pedir un oso pardo; ellos preferían los conejos para cuidar y jugar con ellos.

-Además, al mencionarle que construirás 10 granjas más, él te va a reprochar en seguida

-Solo es un ejemplo mi señora-beso la mejilla de su compañera- pero te repito, no importa lo que él me pida, es más; aunque parezca imposible o aun más, no exista, yo procurare en dárselo- él rey seguía sonriendo, solo que ahora tenía un semblante más serio

-Bien, cariño, no iré en contra de tu palabra, pero cuando hables con él, permite estar presente

Por un momento se dedicó a ver a su reina, y después curveo sus labios- No puedo negarle nada a mi reina- la abrazó aún más- está bien, además, eso hará que él esté más relajado

-Hablando tanto de nuestro hijo. . . ¿Dónde está ahora?

Soltó una sonora risa, casi llegando a carcajada- Mujer. . . si no está en el castillo, ni en los jardines, es demasiado obvio el lugar en el que se encuentra en este momento

La reina no pudo evitar reír a unisonó

-Tienes razón, tienes razón. . .

...

Y si, efectivamente, mientras los dos príncipes menores continuaban en su ardua búsqueda en los establos (aunque en realidad solo jugaban con los caballos), el primer descendiente estaba en los alrededores del reino, donde comúnmente estaban las casas de familias con un poco más de presupuesto para poder tener un hogar más grande, fruto de su trabajo. Para llegar a la casa; modesta de dos plantas, con un gran granero a un lado; se debía cruzar un pequeño riachuelo por un puente pequeño; esa era la primera opción, la segunda era cruzar nadando, pero no había necesidad, si, había dos formas de llegar a la Casa Nanase.

-Oye, despierta, el sol se está ocultando- hablo unos de los jóvenes que se encontraban bajo un gran árbol, recargados en este; a pesar de que ambos tomaban la siesta, este puedo percatarse de que el viento cambio, volviéndose más fresco, señal de que la noche estaba por llegar- vamos, tus padres deben estar preguntando por ti

El otro muchacho, de cabellos castaños, estaba reposando en las piernas del otro joven cabello azabache, refregó sus ojos y soltaba una pequeña queja

-Mmm ¿Cuánto tiempo nos quedamos así?- se incorporó y se percató que el sol se escondía entre las montañas- Tienes razón, ya debería irme- dicho esto, se acercó aún más a su acompañante- Pero, sabes; a pesar del tiempo que hemos estado de esta manera, ¿Por qué se ha vuelto más difícil irme ahora?

Desde que ambos tienen uso de la razón, siempre habían estado cerca; uno; era el hijo menor* de la Familia Nanase, hijo del Señor y Señora Nanase, comerciantes por herencia y respetados en muchos lugares; el otro; era hijo de un rey, un príncipe. La familia Nanase siempre se pasaba por el castillo para llevar los encargos de este, siempre acompañados del infante para que desde temprana edad aprendiera el negocio que heredaría. Fue donde ellos se conocieron. A la reina nunca le molesto que su primer hijo tuviera una amistad con el otro ;al contrario; el príncipe era un niño tranquilo y muy amable, pero también era algo tímido y asustadizo, y verlo convivir con tanta confianza con otro niño de su misma edad, la dejaba tranquila. Y así esa amistad fue creciendo durante mucho tiempo; comúnmente, solo se encontraban en el castillo en los encargos; pero apenas el príncipe aprendió a cabalgar, se las ingenió para escabullirse y llegar a la Casa Nanase, previamente explicado por el otro claro. Y así la mayoría de los recuerdos que tiene de su infancia, no fueron en el castillo, si no en la casa de los comerciantes.

-Quizá porque has estado tanto tiempo aquí, que ya no conoces ni tu propia casa

-Jajaja, probablemente. . . pero Haru, ambos sabemos que no es ese el motivo. .

De hecho, eran dos motivos; el primero, era que dentro de unos días, los Nanase tendrían que dejar Iwatobi. A pesar de que estaban estables financieramente, el dinero tarde que temprano, se acaba, y uno de comodidades no puede vivir; no todo era miel sobre hojuelas en el reino, tenía sus problemas. Era tanto lo que había crecido la comercialización, que quedarse ya no era opción; se asociaron con otro comerciante en uno de los reinos vecinos, y así salvar su patrimonio. Esto significaba que ambos muchachos debían separarse, y por la época en que estaban, mudarse era no verse en años, quizá nunca más. Y aquí es donde vamos al segundo motivo, el porque les duele tanto ahora cada vez que el sol se va y le deja lugar a la luna.

Ambos estaban enamorados

-Ya lo sé. . . ya lo sé. . . –quedo cabizbajo

-Haru- tomo entro sus manos el rostro de su enamorado y repartió pequeños besos en ambas mejillas, en su frente, después en su nariz, después en su boca; solo presionando sus labios contra los suyos, después con movimientos suaves bajo hacia su cuello y repartió besos en este, para seguir en lo poco que se podía ver de sus clavículas, no eran besos lascivos, ni rudos, simplemente eran besos, que con devoción, llenaba el cuerpo de su ser amado- sé que debe haber alguna forma, de que no nos separemos; no estoy seguro de cuál, pero debe haber una

-Ya hablamos de esto, no puedes venir conmigo, eres el príncipe de este lugar; quien sigue en la línea; debes cumplir con tu deber antes que nada- al decir esto, todo dentro de Haru se descomponía- y yo debo seguir con el negocio de mis padres- algo que realmente irritaba al menor de los Nanase

-¡No necesariamente debe ser así! Sé que aunque sea pequeña, hay una posibilidad de que te puedas quedar conmigo- dicho esto, recordó lo que una vez platicaron sus padres sobre que hacen los príncipes al subir al trono; no era un requisito, era opcional, pero mientras más pronto se efectuara, mejor- ¡Haruka!- dijo exaltado su nombre, en un movimiento rápido, el príncipe estaba apoyando una sola rodilla, y la otra estaba flexionada- ¿Qué pensarías. . . no, más bien. . . ¿Qué respuesta me darías, si te pidiera, casarte conmigo?

El de ojos oceánicos quedo estupefacto, realmente le sorprendió la propuesta, y también la determinación de su adorado. Como aún estaba recargado en el árbol, se acercó gateando a su amante, lo abrazó y le dio un profundo beso, muy diferente al de hace un rato

-No tendrías que preguntarme, sabes bien mi respuesta- dijo mirándolo de frente y sonriendo discretamente- pero, ambos sabemos que no es posible, no soy alguien de la nobleza, y aún más; soy un hombre

Y aquí es donde el aura cálido de hace un rato, desapareció. Si de por si por la época, la sociedad en la que debían vivir día a día era difícil; que dos personas del mismo género se amen, era motivo de locura. Algunas cosas ya habían cambiado, por ejemplo; ya no era requisito ser una princesa para casarse con un rey, se podía ser simplemente hija de un noble; pero la iglesia seguía con sus ideas conservadoras y aún formaba un papel importante en la democracia. Era algo que ambos no podían evitar. Continuaron abrazándose, solo unos segundos más para que el dolor desapareciera, para que de alguna forma, ellos pudieran estar en su propio mundo, amándose, entregándose todo el amor posible

-No. . para la época en que estamos, podemos hacer un cambio; no todo tiene que seguir un régimen, Haru- tomo ambas manos del otro- realmente te amo. . .inclusive siento que esta frase no es suficiente para describir mi devoción por ti; eres mi razón de ser, si no te puedo ver, si no estás junto a mi; realmente voy a enloquecer; quédate, quédate a mi la. . .

No lo dejo hablar más, se abalanzó sobre el, y lo lleno de mas besos, era como si este acto no fuera suficiente para ambos, se necesitaban, no solo ellos, sus cuerpos, sus almas; era como si hubiesen sido moldeados el uno para el otro; como si estuvieran hechos a la medida.

El príncipe era conocido por no ser caprichoso ni egoísta. Pero en este tema, lo era y bastante, y no dejaría de buscar un plan para que su amado se quedara con él, sea cual sean las condiciones.

En cuanto a Haruka, si tuviera que pagar con algo suyo, dar algo cambio, para quedarse al lado de su amante; lo haría, si tuviera que renunciar a su amada libertad; no lo pensaría dos veces y la entregaría totalmente.

Porque Haruka no estaba enamorado de "El Príncipe de Iwatobi". Haruka estaba enamorado de Makoto.

Pero, la vida no era tan mala después de todo; y probablemente el viento este a su favor en esta estación del año.


-Oye Haru, ¡mañana es tu cumpleaños! ¿Hay algo que quieras en especial?

El niño de los ojos del mismo color que un zafiro, solo se limitó a verlo, siempre había mantenido una apariencia serena; muchas personas lo hallaban extraño y hasta cierto punto desagradable, pero el de ojos esmeralda, no lo percibía así; para él, Haruka tenía muchas expresiones, y el sentía la dicha de conocer a la mayoría de ellas

-No en realidad, quizá le pida a mi madre que cocine caballa- continuaba jugando con uno de los gatos que vivían en el establo del castillo- puedes venir a mi casa, si quieres. . .

-¡Claro que iré! Siempre lo eh hecho ¿no?; pero además, quiero darte un regalo Haru, después de todos, cumples 10 años; creo que es una edad importante, así que déjame regalarte algo, ¡por favor!- suplicó el joven príncipe

-. . . . . el mar

-¿Eh? Haru, se que te gusta mucho el agua, pero no creo que pueda regalarte el ma. .

Interrumpió-Hace mucho tiempo que no voy al mar, además, nunca hemos ido juntos. . . quiero eso

-¡Si! Definitivamente te llevare al mar Haru, es una promesa- unió sus aun pequeñas manos, para sellar su promesa

…..

Los primeros rayos del sol atravesaron las cortinas rojas, reflejándose en el rostro de un joven de apenas dieciséis años, quien se refregó los ojos por el brusco cambio; y no solo por eso, sino por la visita que estaba en ese momento en sus aposentos. . .

-¡Buenos días su majestad! Ya levántese que hoy es un gran día. A pesar de la celebración por sus diecisiete primaveras en la noche, no se salvara de sus deberes reales- soltó esa risa elegante pero muy escandalosa, muy típica de él; era como si disfrutara de la molestia de su señor

-Rei, ni siquiera ha cantado el gallo, ¿Por qué debo levantarme aún más temprano de lo normal?- quejó el príncipe y se cubrió la cabeza para disponer a volver dormir

-¡Nada de eso su excelencia! Hoy debe levantarse aún más temprano para cumplir con sus tareas diarias rápidamente, y así comenzar a preparase para la noche; ¡así que arriba!- jaló las sábanas dejándolo descubierto y exponiendo su delito- ¡Señor! ¡¿Por qué aún sigue con las ropas de ayer?! No me diga, ¡regreso muy noche de nuevo! Ah! ¿Qué voy hacer con usted? Simplemente no cambia

-Rei, primero, ¿Podrías dejar de hablarme tan propiamente? Es como si no fuéramos amigos después de haber crecido juntos. Además, decirme Señor cuando tenemos la misma edad, es algo incómodo

-Lo siento mucho SEÑOR, pero es mi deber ver que usted cumpla con sus deberes reales SEÑOR, también es mi trabajo asegurarme de su integridad y que no continúe cometiendo imprudencias MI SEÑOR – finalizó sacando del armario ropas limpias para que pudiera su amo bajar a desayunar, nada pesado, después podría tomar un baño y ponerse algo más adecuado

-Supongo que no te haré cambiar de parecer. . . en fin; Rei, ¿Qué tenemos que hacer hoy?- se levantó con más ganas y comenzó a cambiar sus ropas; no es que Rei, el acompañante del príncipe fuera completamente estricto; mucho menos que no se llevaran bien, era simplemente que ese era su trabajo: Ver que el príncipe cumpliera sus deberes reales, que no cometiera barbaridades; y aún más; prepararlo para ser un rey. Makoto estaba al tanto de esto, por eso, a pesar de las exageraciones de Ryugazaki, terminaba haciendo lo que le demandaba, no quería hacer más difícil su trabajo, conociendo al padre de Rei, si este no hacia bien su trabajo; sabía que su padre no estaría contento; así que siempre trataba de cooperar

-Bien, primero, vayamos al comedor principal y después le diré sus actividades de hoy

Y así comenzaba el día de Tachibana Makoto, caminaban por los pasillos mientras Rei seguía hablando revisando su agenda. En el recorrido observaba como todos estaban en movimiento, arreglando todo el castillo, Makoto hacia pausas en su caminata para ayudar a cargar y llevar una que otra cosa, a pesar de que la servidumbre le decía que no, el insistía.

-Señor, debe dejar a los sirvientes hacer su trabajo

-Si Rei, te prometo que la próxima vez que vea a una mujer con una torre de veinte platos a punto de desmoronarse, no la ayudaré- uso un tono sarcástico, pero en la voz de él la dulzura nunca se perdía

-Que comprensible es usted joven príncipe

-Ryugazaki, tener siempre la frente fruncida; solo te hará parecer más viejo pronto- una nueva voz apareció, bajándole un poco con los dedos, por el tabique nasal los lentes de apariencia pesada

-Yamazaki por favor, te suplico que el día de hoy no interfieras con nuestras tareas-dijo acomodándose sus gafas

-Buenos días, Sousuke- sonrió el príncipe

-Buenos días, Makoto- le devolvió la sonrisa- además Rei, hoy Makoto tiene clase de defensa, entonces debe venir conmigo

-Si. . estas en lo correcto- no es que Ryugazaki odiara a Yamazaki, era simplemente que cuando ambos estaban juntos, solo se molestaban el uno al otro- entonces señor, lo espero en el salón real después de esto para discutir unos asuntos de la noche- y así, se retiro

Sousuke Yamazaki, hijo del capitán de las tropas del reino; estaba siendo entrenado para ser al igual que su padre, un caballero al servicio del rey. Desde niño él sabía que esa era su destino, pero nunca quiso cambiarlo, sabía a quién serviría; no era un completo desconocido, era su amigo desde la más tierna infancia, y estaba consciente de que serviría a un buen ser.

-¡Makoto! Es como si estuvieras en las nubes, pon más precisión en tus ataques!- dijo rozando su espada con un costado de su contrincante, sin llegar a lastimarlo claro

-¡Lo siento! Es sólo, que estoy pensando en lo que va a pasar en la noche; realmente no disfruto estar entre tantas personas- dijo aun moviendo su espada- además, mi padre me ha pedido hablar terminando la fiesta; a solas con él y mi madre sobre un asunto importante

-Quizá sea sobre tu subida al trono- ambas espadas chocaron y rechinaban- Makoto, no es por querer desalentarte en tu día, pero creo conoces bien la situación de tu padre – ambos ponían más presión en sus espadas- sabías que un día así iba a llegar, te doy este consejo no como compañero de batalla, si no como amigo; trata de aceptar las cosas de la mejor manera

-Lo haré, pensaré antes de hablar- las espadas por la fricción de más, se separaron de un manera brusca- pero eso no es lo que realmente me tiene intrigado- seguían los dos muchachos danzando con las espadas

-¿Entonces?

-Aparte de mi familia y seres queridos, ¿Qué es lo único que tengo en la cabeza todo el tiempo?- las armas comenzaron a chocar, una y otra vez, pero ahora de una manera más acelerada

El caballero sabía la respuesta, no debía preguntar nada- en ese caso. . –en un movimiento rápido, cruzo su espada con la de su contrincante y la envolvió de una manera imposible para el movimiento de la muñeca humana, pero quizá no para él; y tiro a un lado suyo el arma de su majestad, con su espada en forma horizontal señalándolo - ¿Qué harás con Nanase?

-Seguiremos juntos- dijo con firmeza el castaño

-¿Pero por cuánto tiempo más? Cuando subas al poder, tendrás que desposar a una mujer de la nobleza; aunque pensándolo bien, todos los matrimonios en la realeza son arreglados, y cada rey o reina tiene sus amantes regados por todas partes; pero en cuestión de matrimonio, siempre es con personas de ese mismo nivel, y para serte aún más específico, te lo recordare: Con mujeres. Además, no puedes escaparte del matrimonio, ya que te será exigido un heredero; es algo de lo que estabas consciente desde hace mucho tiempo, tanto tu como él, y aun así, no pararon con su juego

Su expresión cambio, Makoto alejo con la palma de su mano la espada, estaba cabizbajo, reflexionando todo lo que su amigo le había dicho; eran palabras crueles para él, pero prefería que fuera Sousuke quien se lo dijera, a otra persona desconocida sin ser solidario.

A pesar de la rudeza con la que Sousuke había dicho todo lo anterior, no le gustaba ver así a su amigo. Si, él estaba al tanto desde hace mucho tiempo sobre la relación que tenía con el hijo menor de los Nanase, nunca tuvo las intenciones de ir y delatar tal acto; tampoco Rei, porque ambos conocían la rudeza con la cuál podría actuar el consejo sobre su amigo; el que dos hombres se quisieran de esa manera, era condena de muerte, ni el mismo rey podía prohibir tal castigo; la iglesia era aún muy importante, y lo que ella decía, era ley.

-Estoy consciente de todo, no me eh saltado ningún detalle, pero, no voy renunciar a Haruka. Le hice una promesa, que buscaría la manera de que podamos estar juntos, cueste lo que cueste

Sousuke solo lo miró más inmutado, sin expresión alguna en su cara, tomo un gran bocanada de aire y cerro sus ojos como analizando aun más la situación- bien, no iré en contra de lo que digas; eres mi amigo antes que nada. Te ayudaré en lo que necesites

-Sousuke. . . muchísimas gracias, me hace muy feliz tu ayuda

-Pero, que sepas que lo hago por ti; por nuestra amistad, por el hecho de que te desvives por ese hombre, no por él- Si, a Yamazaki no terminaba de agradarle Nanase; no porque sintiera celos porque tuviera otra clase de sentimiento por el de ojos verdes, era más bien un sentimiento de hermandad; como querer proteger a tu hermano menor, de algo que poco a poco lo lleva a la perdición

-¡Bien! Basta de discursos emotivos, ambos realmente huelen mal; aunque en ti no es raro Yamazaki- y apareció de nuevo el poseedor de gafas extrañas- se acerca la noche, su Majestad, es hora de comenzar a arreglarse, vamos; tu también deberías de darte un buen baño

-Claro, lo haré; es más- se acercó abrazando por detrás al amante del orden- ¿Por qué no nos bañamos juntos,Ryugazaki? Así terminaríamos más rápido y podríamos atender rápido a Makoto, los dos- dijo susurrando en su oído, haciéndole temblar

-¡QUE REPULSIVO! Respeto sus inclinaciones carnales, ¡pero no me hagan parte de ellas!- grito a todo pulmón mientras los otros dos espadachines solo reían al ver lo histérico que podía llegar a ser su amigo


Todo ya estaba listo, el castillo, la entrada principal, el salón, el banquete, los invitados ya estaban llegando; y el príncipe no quería salir de su habitación. Realmente el no hallaba el motivo para hacer cada año una celebración de esas magnitud, el hubiese preferido una cena con su familia, sus seres queridos, y un día entero al lado de su amor; es más, solo pedía tener a Haruka consigo todo el día, y con eso él era más que feliz. Pero las cosas no eran así

-Señor por favor ya están llegando los invitados, el rey se enojara si no baja ahora mismo

-¡Ya voy! Solo estoy tratando de acomodarme bien el cuello- si había algo que más odiara Makoto, era la ropa elegantemente ridícula que debía vestir para este tipo de eventos

-¡Déjeme ayudarlo! Será más fácil si abre la puerta

-No te preocupes Rei, en serio, no tienes que hacer todo por mi

- (En realidad, no dejas que haga algo por ti) Señor, quiero ayudarlo a que se encuentre más tranquilo para llevar a cabo la situación que vivirá en un momento por favor, ábrame- dijo el servidor ahora más calmado

-. . . . ¡Bien! Pero no dejare que arregles nada de mi ropa ni zapatos, ya te eh dicho muchas veces que no me gusta que hagas es. . . . –Después de abrir la puerta, vio que no era Rei quien estaba frente a él en ese momento- Haru. . .

-Es muy fácil saber que tan nervioso estas, no puedes ni acomodarte la camiseta tú mismo, tus dedos se vuelven realmente torpes en situaciones así- dijo siempre con esa presencia sería tan característica de él, pero que hacia volver loco al otro muchacho

-¿Cómo llegaste aquí sin que te vieran?

-Rei me trajo hasta aquí, se aseguró que no hubiera nadie en este pasillo; él me pidió que te ayudara a calmarte- Rei no era tan estricto después de todo; Makoto le dio paso a su habitación- puedes arreglarte con calma, aun queda tiempo para que tengas que presentarte

-Bien. . . pero- abrazo de sorpresa por la cintura su amor-¿Por qué no mejor ese tiempo, lo usamos para otra cosa?

Dicho esto, comenzó a besar detrás de su oreja, sabia que era una de las muchas zonas que lograba que su querido enamorado comenzara a retorcerse entre sus brazos; después era su oreja a quien besaba y levemente mordía; con su lengua la contorneaba; su manos masajeaban su espalda, bajando lentamente a sus caderas; y así llegar hasta sus glúteos para masajearlos y apretarlos un poco solamente

-Mh. . .no. . Makoto-jadeaba de una manera muy baja y corta; trataba de no perder la cordura- ahora no, no debemos

-¿Por qué no Haru? Ahora tenemos oportunidad

-Pero yo no quiero que sea de esta forma, no tan apresurado

-Pero Haru, solo tenía la intención de tocarte; como siempre. . . ¿tenías en mente otra cosa?

Y es que ambos amantes no habían llegado a "esa fase", cuando ellos se enamoraron, era porque amaban el ser tanto el uno del otro, amaban su presencia mutua, con el hecho de mirarse por horas, y entablar esas conversaciones con miradas que solo ellos dos entendían era suficiente. Llegaron a un punto en que querían conocerse un poco más, y así fue como poco a poco, sus cuerpos comenzaron a conocerse. Primero fueron simples besos, que conforme se sentían cómodos, aprendían la manera de hacerlos más profundos; se sorprendían de cómo solo con este acto, otras partes de sus cuerpos podían responder. Después de eso, los besos ya no eran suficiente, querían más; Haru fue el primero quien se atrevió acariciar otras partes de Makoto, y así le dio a entender al otro que tenía la aprobación para tocarlo de la misma manera, o incluso más. Conforme subían sus temperaturas, sus ropas se convertían en un estorbo. Y así, fue como ambos quedaban completamente desnudos, se contemplaban mutuamente; el deseo de complacer el uno al otro era recíproco, trataban de tocar cada parte de sus cuerpos, que nada fuese desconocido para ellos. Pero de ahí, algo más, nada. Nunca habían consumado el acto sexual. No era por miedo, o porque no se sintieran seguros de sus sentimientos; era Makoto, quien no quería que fuese en cualquier lugar como un establo incomodando a su pareja sobre la paja y con el mal hedor de los animales; o que tuvieran un límite de tiempo por el miedo a que los encuentren. Quería que fuera un lugar seguro y agradable, que su pareja pudiera disfrutar y más aún, recordar, atesorar.

Haruka volteo hacia una esquina de la habitación, con un sonrojo muy leve- ¿Te lo dije, no? Que te daría un regalo por tu cumpleaños. . .le dije a mi padre que me quedaría hospedado aquí, ellos siempre se retiran mucho antes de que terminen las fiesta. . así que

Y así Makoto paso a recrear un rojo tan elevado, que podía camuflarse con las cortinas de su cuarto

-Bi-Bien!. . .ah. . .entonces. .h-hoy . . bueno ahora que lo dices, no sería una mala ocasión p-para eso. . –las palabras en su cabeza, no estaban en orden- entonces, mientras, deberíamos disfrutar de la velada- soltó una risa nerviosa- ¿Por qué no bajamos ya?

-No. . . yo, quiero quedarme aquí. . para, preparar todo- Makoto no era el único nervioso en la habitación

-¿Estas seguro? Me parece que la cena de hoy es muy variada; además habrá el baile que a ambos nos gusta, que estés en la fiesta un rato no afectará en lo que viene después

-Eres tu quien siempre me obliga a bailar, no hables por los dos. . . bien, pero cuando yo me retire para venir aquí, no me detengas

-No lo haré, vamos Haru- tomo su mano, para salir del cuarto, pero antes le deposito un beso en la mejilla- hoy, va a ser una noche realmente especial- Makoto le dio una sonrisa dulce

-Si. . . –le devolvió la sonrisa a la persona que más amaba en el mundo

Y así comenzó la celebración; los invitados se acercaban al joven príncipe a felicitarlo, y este los invitaba a continuar en la fiesta. Comenzó uno de los bailes típicos del lugar, y todos comenzaban hacer un circulo alrededor del salón para comenzar la danza; era en parejas, y con esto las doncellas lo veían como una buena oportunidad para acercarse al príncipe y porque no, coquetear con él. Pero el de cabello azabache era un especie de repelente para todas estas mujeres, un repelente que estaba colgado casi todo el tiempo de Makoto.

El rey miraba a lo lejos desde uno de los balcones del alrededor del salón; veía a sus hijos menores siendo correteados por una de sus nanas para que le devolvieran la gallina que habían salvado de ser un aperitivo más, veía a su esposa charlando con los cónyugues de los nobles; y después vio a su hijo mayor, amaba a sus tres hijos, pero este era realmente su orgullo; veía como a pesar de cuanta joven se le acercase para comenzar una conversación con él, el parecía no estar interesado; es como si a pesar de todas las personas del salón, el solo tuviera la mirada fija en una de ellas

-Vaya que ha crecido mucho, cuando era niño, no pensé que fuera a quedar tan grande

-Desde muy pequeño le han gustado las actividades físicas

-Eh. . . entonces mis hipótesis siempre fueron acertadas

-¿Y se puede saber cuáles eran esas "hipótesis"? Nanase

El jefe de la Familia Nanase recargo sus brazos en el barandal; se dedicó a ver la misma escena que tenía muy interesado al rey desde hace un buen rato

-Es parecido a ti; es amable, obediente con sus padres, su presencia es acogedora, tiene gracia, sus principales intereses no incluyen cosas materiales; en conclusión, se está transformando en buen hombre, pero. .

-¿Pero?- ahora el rey tenia centrada su atención en su acompañante

- Pero, el es esa clase de personas que siempre pondrá primero lo que sus emociones, en especial algún sentimiento hacia alguien; le digan. ¿Cómo lo se? Es sencillo, la mirada que desprende al ver a mi hijo, no lo eh visto efectuarla con ninguna otra persona, realmente creo que aprecia mucho esa amistad de años; ¡mira justo ahora! Hay muchas jovencitas, incluyendo princesas; hijas de otros reyes de poderosas naciones, alrededor de él,¡y él ni siquiera las nota!- soltó una corta carcajada- es verdaderamente impresionante. . . es por eso, que puedo saber el que día que el en verdad se enamore, solo tendrá ojos para esa persona

El rey ahora lo miraba de una manera muy seca, algo irritada, como pensando que palabras podría decirle para dañar a la otra persona, como el otro lo acababa de hacer con él- Tu realmente aún me guardas mucho rencor, ¿verdad?

Ahora su mirada se dirigía al rey, sosteniendo una tenue sonrisa, debían ambos conocerse, muy bien, para hablarse de la manera que lo hacían, a pesar de la gran diferencia de clases de ambos

-Su majestad, no se de que esta hablando- claro que sabía, solo que no quería volver a tocar ese tema, no quería que los agrios recuerdos regresen; o por lo menos quería que su alteza fuera quien comenzara ese tema de conversación

-Nada, olvídalo. . . olvídalo. . . si. . . solo. . .olvida lo que dije- y fue aquí donde Nanase supo que nunca lograría que Tachibana hablara, habían pasado 22 años, y el seguía con su juego de "debo servir a todos los que me rodean y hacer todo lo que me ordenen, y de último pienso en mi"

Trago un gran bocanada de aire- Bien, yo debo partir, solo yo y mis dos hijos menores asistimos a la fiesta, creo que Haruka dijo que se quedaría con el príncipe por no se que asunto, jóvenes- hizo ademanes muy rápidos cerca de su cara- que siga disfrutando de su linda velada, su majestad; con su permiso- hizo una reverencia y se dispuso a la salida

El rey solo se quedo mirando como se iba el mercader, a decir verdad; no era la primera vez que lo veía partir, de hecho, habían sido varias veces, y no refiriéndose a las veces que visitaba el castillo para dejar la mercancía que pudo haber encargado; mucho antes, antes de que se convirtieran en adultos, antes de que ambos tuvieran sus propias familias, antes de que ambos tuvieran obligaciones que cumplir; antes de que todos los planes y sueños que habían escrito juntos, se los arrebataran


Hola hola! Muchísimas gracias por haber leído el primer capítulo :D! Hace muchísimo tiempo AÑOS! que no escribía una historia, y esta surgió en una noche de epifanías (?). Espero que no los haya aburrido, si creen que los capítulos son demasiados largos, puedo acortarlos y fin :v En esta historia, no se los puedo ocultar, habrá mucho mucho drama,recargado de muchos "amores y desamores"; PERO! no se preocupen, también habra hard bien hardoso (?) y del bueno c; pero tranquilos, el principal tema de esta historia es el romance, ese que es tan dulce que te saca caries. En fin, actualizó cada semana, ya que ya tengo varios capítulos hechos c:

*En esta historia, Haru tiene hermanos, y el es el menor o.ó su familia tomará un papel muy relevante en esta chan chan. En fin, adiu ~