-¡Te prometo que volveré!- La coge de las manos, clavando sus ojos fijamente en aquella mirada castaña que lo único que refleja es una profunda tristeza- por favor Akane, lo que ocurrió esta noche… fue lo mejor que pudo haberme pasado ¿y sabes qué? ¡Me voy inmensamente feliz! Porque sólo ahora sé que me amas, además me iré con ese recuerdo…- sonríe ampliamente, puesto que en los labios de ella una dulce sonrisa ya tiene lugar-, y ese fue el mejor regalo de despedida que me pudiste dar.
¡¡Y ahí estaba de nuevo!! Él y su don miserable, y es que en ocasiones hubiera deseado ser mudo...
-No digas 'despedida'- otra vez el cálido mirar castaño se comienza a cristalizar, y siente él su corazón agrietarse.
-Akane, no quise decir eso, yo…- traga con dificultad- …volveré, lo prometo.
Aquella mirada grisácea le transmite la profunda sinceridad que acompaña sus palabras.
-Confía en mí- aprieta un poco más sus manos como reafirmando lo dicho.
Akane suspira brevemente y brinda al momento unos instantes de silencio, entonces, él cree poseer al fin la confianza que reclama, cuando ella cuestiona un sorpresivo y débil:
-¿Por qué 'debes' irte?
-Quiero ser digno de ti, quiero ser un buen padre…
-¡Yo creo que serías un buen padre con o sin esa maldición!- lo interrumpe soltándose de las manos con desmedida violencia, y añade con firmeza- ¡¿Qué no te das cuenta?! La maldición no es más que una nimiedad.
Ahora él pedía más que confianza, él le imploraba con la mirada, aquella mirada suplicante y ese tono de condescendencia. ¡Definitivamente él sí sabía cómo manejarla a su antojo!
-Para mí no Akane, compréndelo por favor, quiero ser un hombre completo, quiero a un hijo que no me vea transformándome en mujer con el agua fría porque no quiero que se avergüence de mí, no quiero…, Akane, dame una oportunidad. Te prometo que volveré- y ahora la mira serio- Tú… ¿prometes que me esperaras?
Ella le sonríe de medio lado, y suspira mirándole con resignación, a lo que él se limitó a sonreír.
-Sabes que siempre te esperaré, y si esto es tan importante para ti, pues…- desvía la mirada y casi inaudiblemente añade el tan ansiado-… Adelante.
Unos inesperados brazos la rodean por la cintura y la apartan vilmente del suelo.
-Gracias mi amor, te prometo que no te arrepentirás- le sonríe, y sólo en ese instante, ella logra verlo con sus ojos brillando de felicidad y aquella sonrisa... ¡Condenado encanto éste que lo rodea!
Une sus labios con los de ella y la chica rodea su cuello con sus brazos. ¡Tan emotiva escena no podía sino compararse con la misma felicidad que los embargaba!
-Señor Saotome, mucha suerte en el viaje- son las palabras de Soun a su viejo amigo.
Se dieron la mano y un abrazo fuerte. La amistad que los une se ha fortalecido en el último tiempo, lo que justificaría el temor y el mal presentimiento que el hombre de larga cabellera comienza a experimentar silencioso.
La tristeza era perfectamente bien disimulada, los años de compartir con aquella familia que cierto día llegó a cambiarles la vida no son en vano, al afecto ha crecido, la costumbre..., sería aquel un periodo que se les haría eterno.
-Cuídate mucho, cuñadito- le sonríe traviesa Nabiki- mira que mi hermana no te esperará por siempre.
En ese instante, la mirada grisácea se cruzó con la castaña tan expresiva, y una sonrisa discreta fue intercambió junto a un asentimiento de cabeza. Sí, era una promesa, la promesa de que él volvería sola y únicamente para casarse con ella.
-Adiós, tío Genma, Ranma, cuídense mucho ¿sí?- se despide Kasumi, con una pequeña sonrisa.
-Lo haremos, Kasumi- le dice Genma, y seguidamente, mira a su viejo amigo- Volveremos para que Ranma pueda casarse con Akane, y al fin cumplir el acuerdo- sonrió.
Soun asiente con la cabeza, y ahora con lágrimas en los ojos, dice las últimas palabras:
-Los extrañaremos mucho- sí, aquello era un hecho, cada uno de los integrantes de la familia Tendo era consciente de ello, y los dos Saotome también, especialmente el joven, quién de pronto y sin previo aviso, se acercó a su prometida y la abrazó con fuerza para dedicarle al oído las siguientes palabras:
-Esta noche ha sido muy especial para mí, Akane, volveré, espérame- susurró, y al apartarse ella le dedicó la última sonrisa.
Continuará...
