Bieeen... Yo aqui otra vez con mis historias sacadas de mi loca y retorcida mente... aunqe esta si es sana

Se que deberia de estar actualizando las otras que no he tocado, pero la idea estaba ahi, y no se iba y tenia miedo de que se fuera y no la recordara, asi que la preferi escribir.

Adevertencias: Ninguna por el momento. Relamente creo no no habra nada malo aqui... Tal vez la lengua de un hombre de mar, pero no en este capitulo.
Disclaimer: Ni Hetalia ni sus personajes me pertenecen. Yo solo hago esto por ocio y porque no quiero hacer el trabajo que cuesta toda mi calificacion de literatura.

Oh! una cosa mas, es un Pirate!UKXFem!US con algunas parejas que entraran mas adelante. Y les recomiendo que escuchen "I'm a Pirate, you're a Princess de PlayRadioPlay!, esa cancion fue mi inspiracion ;)

Sin nada mas que decir, los dejo.


Cap.- 1

Era de noche, la luna llena brillaba en todo su esplendor ayudada por las estrellas que se plasmaban en el firmamento, y todas las calles del reino estaban en silencio exceptuando aquellas donde se veía algún pobre diablo ahogado de borracho.

Eran aproximadamente las once de la noche cuando Madeleine Williams cerro su libro, se quitó sus lentes y se fue a dormir. Ella no acostumbraba a estar hasta tan tarde despierta, pero la historia la embriago de tal manera que no puedo evitar quedarse más rato del que ella y su dama de compañía le permitían.

Tomando la vela que la ayudó a leer hace un momento, se dirigió a su cama para arroparse con sus cálidas cobijas y poder por fin acomodarse en brazos de Morfeo.

No pasaron ni cinco minutos cuando, en medio de su ensoñación, escucho como golpeaban su ventana. Al principio pensó que era un sueño, o que eran las ramas del árbol que estaba justo a un lado de su ventana, así que no le dio importancia. A lo que si le dio importancia fue sentir que su ventana estaba siendo abierta y alguien entrando por ella.

Madeleine se hizo la dormida; si ese era un ladrón, que se lleve lo que quiera, menos su libro y su osito de peluche. Con lo que no contó era con que el intruso retirara con cariño los cabellos de su frente y acariciara su mejilla.

– Hey, despierta – escucho que le decían. La joven no podía estar más asustada: un extraño había entrado a su habitación, que, para acabarla, era hombre, y ahora la trataba con tal delicadeza como si fuera una muñeca de porcelana… ¿Y ahora que hacia? –. Vamos Emily, despierta – ¿Emily? ¿El joven extraño estaba ahí buscando a su prima? – Emily, no tengo todo el tiempo, despierta o me largo – amenazó. Para ese momento el joven ya estaba agitando su brazo muy bruscamente, tanto como para que le fuera imposible aparentar estar dormida.

– Di-disculpe – empezó a hablar con su suave voz, por lo que el chico se tuvo que acercar para escuchar bien –, yo… yo no soy Emily. Y-yo soy su prima – dijo lentamente mientras se daba la vuelta y se dejaba ver por el extraño, quien al principio la vio sorprendido, después confundido, para después verla un tanto enojado.

– Haberlo dicho antes niña. Llévame con Emily – le ordeno. Maddy lo miró sorprendida. ¿Quién se creía ese sujeto para ir a despertarla en su castillo (en realidad, era de la familia Jones, sus tíos), y empezar a ordenarle cosas?

– ¿Por qué debería de hacerlo? – le pregunto ligeramente enojada, a lo que el chico solo levanto una ceja y se empezó a reír. Lo que ella no se espero, es que el chico la tomara del brazo, para ponerla de espaldas a él y oprimir algo frio contra su cuello, lo cual luego identificó como un cuchillo.

– Porque no tratas con un hombre cualquiera querida. Tratas ni más ni menos que con el conocido capitán Arthur Kirkland. Con el pirata, Arthur Kirkland. ¿Cómo se llama usted, bella dama? – capitán Arthur Kirkland… Arthur Kirkland… Kirkland… capitán Kirkland… Pirata Kirkland… ¡PIRATA! ¡¿Qué rayos estaba haciendo su prima con un pirata? Y lo más importante, ¡¿Por qué mierda la estaban metiendo a ella en todo eso? ¡Ella solo quería dormir! – ¿No me dirá su nombre? Usted sabe, tengo que recordarlo para cada vez que me equivoque de cuarto o cuando ocupe a alguien que me ayude a verla, ¿no es así? – la chica trago duro.

– M-Madeleine, Madeleine Williams. ¿Por qué me dijo usted su nombre?

– Emily te lo hubiera dicho en la mañana cuando lo preguntaras, de cualquier modo. Y estoy casi seguro de que te pedirá que la ayudes con esto. No te niegues, ocuparemos tu ayuda. Ahora, ¿serias tan amable de llevarme hasta donde ella se encuentra? – preguntó con la educación impropia de un pirata.

La chica solo se alejo un poco del capitán, como pidiéndole permiso para seguir caminando. El se lo dio quitando el cuchillo de su cuello. Acto seguido, Williams se acerco a su armario para sacar una bata, se acerco a la puerta y le hizo señas al pirata para que la siguiera. Así lo hizo.

Una vez fuera del cuarto, Madeleine empezó a idear un plan de escape. Tal vez si corría y gritaba, alguien la escucharía y arrestaría al pirata. Si, esa era la mejor opción.

– Solo te hago saber que si gritas, corres, ambas, o haces algo para llamar la atención, te mato a ti, a todo aquel que se ponga enfrente, y violo a tu prima – Madeleine se quedó helada. ¡¿Ese chico podía leer mentes o algo así? Con un suspiro, desechó todos sus planes de escape y empezó a caminar en dirección al cuarto de su prima.

El cuarto de Emily estaba relativamente cerca, pero cuando un pirata te acompaña, cualquier distancia se hace eterna. Varias veces volteo su cabeza para ver si había alguien cerca o para cerciorarse de que Kirkland no estuviera haciendo nada, todas esas veces lo encontraba cerca, pero respetando el espacio personal de la chica. Unas veces le respondía 'no hay nadie', otras solo levantaba una de sus cejas. Y, ahora que lo pensaba bien, sus cejas eran muy grandes…

– Tú y tu prima se parecen físicamente ¿no? – la voz del pirata la saco de sus pensamientos. Giró un poco su cabeza en dirección del capitán, solo para ver su apacible cara. No parecía que trajera algo entre manos.

– Pues sí, nos parecemos mucho, solo que ella es más grande por un año – respondió regresando la mirada al frente.

– ¿Por parte de quien son parientes?

– Por nuestras madres. Ellas son gemelas, y es por eso que tenemos tanto parecido, o al menos eso creo – se quedaron en silencio un momento mientras que se ocultaban en una esquina, ya que un guardia acababa de pasar.

– ¿De qué color son tus ojos? – pregunto una vez se fue el guardia.

– ¿Para qué quiere saber todo esto? – pregunto de vuelta.

– No me gustan los silencios incómodos – fue todo lo que respondió. Madeleine se quedo un rato en silencio para después suspirar.

– Son lilas, como los de mi padre. Nuestras madres los tienen azules, como Emily. Pero ella los tiene de un azul más intenso, pareciera que-

– Que el cielo se refleja en ellos, ¿no es así? – le corto el capitán. Madeleine se giro lo suficiente para poder ver su cara, y en la obscuridad que solo era disipada por las antorchas en las paredes, pudo apreciar como una leve sonrisa se asomaba en los labios del hombre de mar. Él la quería…

–… así es – respondió aun asombrada por esa visión. Unos cuantos pasos más los llevaron frente la puerta a la que querían llegar –. Bueno, aquí es. Si me disculpa, yo me retiro. Tengo sueño – y la chica se dio la vuelta para irse, o eso intento.

– No tan rápido Williams – la detuvo tomándola de la muñeca –. Tengo que cerciorarme primero que esta si es su recamara, si no lo es, te puedo usar a ti como escudo. Así que te quedas aquí – Madeleine no podía maldecir más su suerte.

Lentamente abrió la puerta, la cual dio un ligero chirrido. Tomando una antorcha de la pared, se adentro a la habitación -no sin antes lanzarle una mirada de advertencia a Madeleine-, y se acerco a la cama que estaba en medio de ese gran cuarto.

Bajo la luz de la antorcha, Madeleine pudo apreciar bien sus rasgos: pudo ver sus grandes cejas, sus impresionantes ojos verdes, su rostro varonil, pero que a la vez tenía un 'no sé qué' que lo hacía ver delicado y muy atractivo. Pero lo que más le sorprendió ver, fue como las facciones de su rostro se suavizaron al ver la cara su prima dormida. Pasó una mano por la frente de esta removiendo algunos cabellos que se pegaron, y se inclino para darle un sencillo beso en la frente. Madeleine no podía sentirse más incomoda y aterrada con esa situación. Su prima tenía algo con un pirata, ¡un pirata! Y al parecer, después de eso, a ella la meterán para que los ayude en sus escapadas. Realmente Maddy no sabía que había hecho mal para que le tocara ese tipo de suerte.

– Buenas noches princesa – escucho al pirata hablar. Se había sentado en la orilla de la cama de su prima mientras acariciaba su rostro.

– Pensé que no vendrías – escucho la adormilada voz de Emily. Según lo que Madeleine podía escuchar, esa no era la primera noche que el capitán iba a visitarla.

– Me equivoque de habitación. Pero no te preocupes por nada, era la de tu prima. Dijo que está dispuesta a ayudarnos – eso desconcertó bastante a Maddy. ¡¿Cuándo había aceptado eso?

La de ojos lilas solo quería irse a su cuarto y que la dejaran dormir, pero no estaba segura de que podría hacer Kirkland si se iba de la nada. Aunque ya no se le hacia una persona tan aterradora. Al menos, no cuando besaba con tal cuidado y amor la punta de la nariz de su prima -quien ya se había sentado en su cama-, y le sacaba unas risitas a la de ojos azules. Madeleine no se podía llamar experta, o conocedora en lo que se trataba del amor, pero hasta una ignorante como ella en esos temas se podía ver que realmente había algo entre ese pirata y esa princesa.

– ¡¿Quién está ahí? – se escuchó la voz de uno de los guardias. Volteó a ver al par de enamorados, solo para ver como Arthur se levantaba y empezaba a desenvainar la espada que traía sujeta a su cadera. Madeleine lo paro con un gesto de su mano.

– No hagan nada, yo me encargo – y sin decir más, cerró la puerta.

Justo cuando la emparejo, sintió como alguien la tomaba bruscamente del hombro y la giraba, para encontrarse con el seño fruncido de Vincent, el caballero más fuerte del reino, y al cual, al parecer, le tocaba patrullar esa noche.

– Señorita ¿qué hace levantada a estas horas? – le preguntó una vez la reconoció.

– E-es que… – piensa Maddy, piensa se repetía en su cabeza, hasta que bajo la mirada y vio al osito entre sus brazos – es que se me olvidó Kumajiro en el cuarto de mi prima, y no podía dormir sin el – Vincent solo la vio con el cejo fruncido.

– Escuche voces – respondió fría mente –. Más claramente, la voz de un hombre. Y – dijo viendo hacia el lugar donde antes estaba la antorcha que Arthur tomo –, ahí falta algo – ese caballero era muy astuto. Madeleine no podía estar más asustada.

"– ¿No ha escuchado nada usted señorita? – le preguntó Vincent mientras la seguía observando inquisitivamente.

– Pu-pues, ahora que lo dice, creo que mientras buscaba el peluche escuche algo. Tal vez, pasó frente al cuarto y tomó la antorcha. Realmente no estoy muy segura – Vincent seguía viéndola como si no se tragara ni una de sus palabras. Después suspiró mientras cerraba los ojos y se agitaba el pelo.

– Es tarde, la escoltare hasta su habitación.

– Muchas gracias – fue todo lo que Madeleine dijo antes de darse la vuelta y empezar a caminar hacia su cuarto. Sentía como el sudor frio recorría su cuerpo por la situación que acababa de pasar, y la cual deseaba que no volviera a suceder. Suspiró dándose cuenta de que lo más probable, es que eso fuera imposible.

Mientras tanto, Arthur envainaba su espada al escuchar las pisadas alejándose de la puerta. La chica había hecho un buen trabajo. Volteó a la cama, donde Emily seguía sentada y le sonrió. Se había acercado a la puerta para escuchar la conversación de Williams con el guardia y para que no los traicionara. En dado caso de que lo hubiera hecho, hubiera raptado a Emily en ese momento.

– ¿Todo bien? – susurro la chica mientras lo miraba con un poco de preocupación. Kirkland le sonrió cálidamente.

– Todo perfecto – dijo antes de acercarse a la cama para volver a sentarse en la orilla y empezar a contarle esas historias de aventuras que su princesa tanto amaba.


Y ese fue el primer cap. Lo mas seguro es que los suba de una manera desordenada, o es lo que planeo. Se que mi mente despues no me dejara hacerlo.

Por si alguien no lo sabe, Vincent es Holanda.

Maldiciones, tomatazos, criticas comentarios, lo que sea que quieran decirme lo podre saber por un review ;)

Y hoy intentare actualizar "No puedo decir ni una mentira", por si a alguien le interesa.

Los leo luego!

Love'sLike, fuera!