Introducción
-¡ISABELLA SAL AHORA MISMO O YO MISMO DERRIBARÉ LA PUERTA!- Gritó por tercera vez Charlie en un intento de que su hija saliera del encierro en el que se encontraba.
-¡NO PIENSO SALIR HASTA QUE ROMPAS ESE MALDITO ACUERDO!- Fue su respuesta por tercera vez- ¡NO PUEDES OBLIGARME! ¡SOLO TENGO QUINCE AÑOS!
-Hija, por favor, haz caso a tu padre, es importante para el reino que ese matrimonio salga adelante- Pidió su madre- Es lo único que podemos hacer para defendernos de los vampiros.
-¡HE DICHO QUE NO!- Gritó angustiada- ¡NO ME CASARÉ CON NADIE HASTA QUE YO LO DECIDA!
-¡LO HARÁS O SUFRIRÁS LAS CONSECUENCIAS!
Charlie cogió a su esposa y se alejó de la habitación cerrada de su hija, preocupado por que su hija no cambiara de opinión, el rey William no era un rey muy indulgente, y una negativa sería terrible para el reino de Erth.
Los Swan eran reyes de Erth, reino ocupado por humanos, era amplio y hermoso, pero muy codiciado por el reino de los vampiros, ansiosos de beber la sangre de los habitantes de aquel lugar. Siempre habían conseguido defenderse de ellos, pero últimamente habían tenido numerosas bajas y Charlie había tenido que recurrir a la ayuda del reino de Wolfidia, el reino de los licántropos.
No era una alianza que le agradara mucho pero la raza lobuna era la mayor enemiga de los vampiros, serían una buena ayuda si los vampiros decidían atacar el reino. Por eso, los dos reyes habían decidido que unirían sus reinos de forma que nada pudiera romper esa alianza, con el matrimonio de los dos herederos a la corona.
Isabella no estaba dispuesta a aceptar esa unión, sus padres siempre le habían dicho que debía casarse por amor y no por obligación con nadie, y ahora la estaban traicionando, la vendían como un objeto por conseguir un ejército.
-No lo pienso permitir.
Isabella cogió una pequeña mochila con algo de comida y de ropa y se descolgó por la ventana de su habitación, agarrándose muy fuerte a las ramas de los árboles que había alrededor. Bajó hasta el jardín del castillo y salió a escondidas de aquel lugar. Una vez que estuvo lejos de la vista de los guardias, corrió todo lo que pudo, no le importó la dirección, solo quería correr, quería olvidarse de todo, quería huir.
Estuvo mucho rato corriendo, se internó en el bosque para que no pudieran seguir sus rastro, hasta que empezó a anochecer y sintió frío. Empezaba a tener dificultad para ver a su alrededor, escuchó ruidos a su próximos a ella y se asustó. Corrió sin saber a donde se dirigía hasta que tropezó con una raíz y cayó al suelo.
-¡Maldición!- Dijo agarrándose el tobillo y empezando a llorar. Estuvo allí, llorando durante más de tres horas, asustada y sola.
-¿Por que lloras princesa humana?- Se escuchó una voz aterciopelada.
-¿Quien está ahí?
-No has respondido a mi pregunta- Isabella se asustó más al no poder ver al ejecutor de aquella voz perfecta, se quedó bloqueada, sin poder decir nada- ¿Me tienes miedo?- Ella asintió- Es comprensible dada la situación de nuestros reinos- Aquel ser se puso ante ella, mostrando su piel pálida y sus finos colmillos asomando por encima de sus labios- Soy Edward Cullen, príncipe de Volterra y no voy a hacerte daño.
-¡Eres un vampiro!- Ella intentó alejarse de él, pero al intentar ponerse en pie el tobillo le falló haciendo que cayera de nuevo al suelo.
-Humana, ¿no crees que si quisiera hacerte daño ya te lo habría hecho?- Edward se agachó a mirarle el tobillo- Pequeña princesa, tienes una rotura en uno de los huesos, no podrás caminar- Colocó su mano fría como el hielo sobre el tobillo haciendo que el dolor disminuyera- Esto te rebajará un poco el dolor.
-Gracias- Ella bajó un poco la mirada- ¿Vas a morderme?
-No, pequeña humana, no voy a morderte.
-¿Por que?- Parecía decepcionada.
-Porque yo solo muerdo cuando debo alimentarme y normalmente son animales- Ella no se movió- Parecéis deseosa de ser mordida alteza, ¿puedo saber porque?
-Porque... Mi padre quiere obligarme a casarme con un licántropo solo para conseguir un ejército con el que defenderse de tu reino...- Empezó a llorar- No le importan mis sentimientos.
-Te entiendo- Bella lo miró- Mi padre quiere que yo me case con una Banshee para poder defenderse de esa unión que intenta hacer tu padre- Edward rió sin ganas- Pero yo me he negado en rotundo, las Banshees no son buenos aliados, y además, yo no quiero guerras.
-Me sorprendes- Bella miró fijamente los ojos de Edward- Siempre me habían dicho que los vampiros eran despiadados y unos asesinos, que solo querían acabar con nosotros.
-¿Y nunca te han dicho el motivo por el que nuestros reinos están enemistados?- Ella negó- Princesa, mi padre y uno de tus antepasados eran amigos, muy íntimos además, pero alguien cometió una ofensa que fue achacada a mi padre, él no la realizó pero tu antepasado creyó que si había sido él. Desde entonces tu pueblo difundió el rumor de que solo buscábamos acabar con vosotros, que solo queremos beber vuestras sangre.
-Pero es verdad, matáis personas.
-Solo las que intentan hacernos daño, mi padre odia la violencia por mucho que te hayan dicho lo contrario, pero no puede perdonar a tu familia por lo que pasó, se siente muy ofendido- Edward acarició la mejilla de Bella- Es una lástima que tengamos que ser enemigos, me gustas pequeña humana, me agrada tu compañía.
-Y a mi la tuya, pálido chupasangre- Edward rió- No quiero casarme.
-No quiero que te cases.
-¿Podré impedirlo? Ni siquiera conozco al lobo con el que me han prometido- Empezó a llorar- ¿Por que la vida es tan injusta?
-Yo podría llevarte conmigo si quisieras- Se acercó un poco a ella- Podría escapar contigo a un lugar lejano, donde nadie pudiera encontrarnos- Se fue acercando poco a poco a sus labios y ella no se apartó ni mostró temor alguno ante ello.
-¡VAMPIRO! ¡VAMPIRO!- Gritó una voz muy cerca de ellos, una voz que Bella no había reconocido, seguido de un murmullo de muchedumbre tras él- ¡ALÉJATE DE LA PRINCESA VAMPIRO!
-Debo dejarte por ahora, mi pequeña humana, pero volveré a verte pronto, te lo prometo.
Edward salió corriendo dejando a Bella apoyada en el tronco de aquel árbol, aun con los ojos llorosos, mirando en la dirección en la que se había marchado.
-¿¡Os encontráis bien!- Preguntó aquel joven moreno que ella no conocía- ¿¡Os ha hecho algo!
-No...- Respondió con un susurro sabiendo que tenía que ocultar la conversación que había tenido con aquel vampiro y que debía mentir sobre lo ocurrido.
-No os preocupéis, alteza- Dijo cogiéndola- Ya estáis a salvo.
Aquel joven la llevó hasta el castillo de nuevo y se la entregó a sus padres que estaban aterrados en la sala del trono.
-¡Hija!- Su padre la abrazó con fuerza al verla- Lamento lo que te ha ocurrido cariño, pero ¿entiendes ahora el motivo de nuestra alianza?
-Padre, él no me raptó, yo me escapé y me encontró en el bosque.
-¿Qué dices hija?- Su madre se llevó la mano a la boca- ¿Como has podido hacer algo así?
-No me casaré con nadie hasta que yo lo decida, y no pienso cambiar de idea.
-La princesa tiene razón, majestad, no hay que obligarla a hacer algo que no quiere- Comentó aquel muchacho- Puede que con tiempo ella pueda aceptarme por si misma, no tenemos prisa alteza.
-¿Aceptarte?- Ella lo miró- ¿Acaso tú eres...?
-Jacob Black, príncipe de Wolfidia, es todo un honor y un placer conoceros princesa Isabella.
Hola a todos, que tal?
Ayer volví de mi viaje de novios, ¡YA SOY UNA MUJER CASADA!
Estoy tan contenta que no pude evitarlo, me puse a escribir en cuanto llegué y me salió esto, espero que os guste la idea de esta historia, ahora estoy de vacaciones y seguramente podré escribir con frecuencia, así que si os gusta, la continuaré pronto.
Gracias por las felicitaciones por mi boda, os lo agradezco de corazón.
Si no es mucho pedir, dejar reviews para saber que os parece la idea de esta historia, ya estoy trabajando en el siguiente capítulo.
Nos leemos
