Hola! Bueno como he escrito en el sumari estoy inspirada y tengo algo de tiempo... espero que os gusten mis pequeñas historias.


no me saques de aquí por favor estoy demasiado tranquilo no quiero enterarme de nada hoy así es el calor

Decoración de interiores :


La decoración de la nave brillaba por su ausencia, podría decirse que era aséptica, un sofá amarillo, una butaca y una mesita en medio. No había nada más. Echo un vistazo a su alrededor, realmente no había nada, las escaleras la puerta y una planta. ¿Una planta? Que demonios hacía allí una planta. Spike no recordaba que jamás hubiese habido allí una planta. Eso no era un bonsái. Él no sabía nada de plantas. Aunque si lo suficiente para saber que aquello no era uno de los estúpidos arboles en miniatura en los que Jet gastaba su tiempo.

Plantas que estupidez. Siguió tumbado en el sofá, pensando en quien habría traído aquella jodida planta a su nave. Bueno en realidad la nave de Jet. Escuchó el sonido que producían las patitas cortas de Ein sobre el suelo metálico de la nave. Era capaz de saber quien venia solo con el sonido de sus pasos. Bueno reconocer a Ein no era realmente difícil era el único que tenía cuatro patas. Siguió tumbado en el sofá sin abrir los ojos.

El perro se acercó y le lamió los dedos de la mano. El siguiente sonido que escuchó fue la puerta al abrirse. Los tacones de Faye apenas hacían ruido. Era una especie de gata que se movía sigilosa por la nave. Continuó con los ojos cerrados. Ella pasó a su lado y se quedó observándolo. No dijo nada, el seguía "durmiendo" pudo escuchar como entraba en la cocina y llenaba un vaso con agua. Cuando volvió a pasar la miró de reojo sin que ella se percatara. Vio como subía de nuevo las escaleras y echaba el agua en la planta.

Llevaba una vaporosa falda verde y una camiseta de tirantes blanca. ¿Desde cuando Faye vestía como una persona normal? Al ella agacharse vio su diminuto tanga asomándose descuidadamente. Sonrió como un estúpido. Ella se volvió y bajó las escaleras sin hacer un solo ruido. ¿Como demonios era tan silenciosa? Cogió uno de sus cigarros que reposaban sobre la mesa. Era algo que le gustaba de aquella estúpida mujer. Su familiaridad. La confianza con la que se tomaba las cosas. Claro que nunca se lo diría. Ella pensaba que eso le cabreaba. Y él disfrutaba discutiendo con ella. Sabía que Faye le estaba mirando, a veces era algo que ella hacía, mirarle en silencio. Intentando ver algo que él no lograba comprender.

¿Qué es lo que miras? – preguntó abriendo los ojos.

Mierda. – dijo ella solemne, aunque Spike habría jurado que había dado un respingo.

¿Qué demonios estas diciendo bruja?- preguntó incorporándose.

Tienes mierda de paloma en la chaqueta. – sentenció con una sonrisa triunfal.

Siempre tenía respuesta para todo, la muy…, llevaba puestas sus gafas de sol, ocultando sus bonitos ojos verdes…sus ojos verdes.

Mierda- dijo él.

Si, eso es exactamente lo que estaba mirando. – ella volvió a sonreír riéndose de su propio chiste.

Aquello era una declaración de guerra en toda regla, ahora empezarían una batalla dialéctica, hasta que alguno de los dos dijese algo que les mantendría días sin dirigirse la palabra. Pero no tenía ganas de discutir.

¿Tienes una toallita de esas?- preguntó Spike. - ¿Esas que soléis tener las mujeres?

¿Uh?- dijo ella entre curiosa y disgustada. – Creo que si.

Salió en dirección a su cuarto y Spike no le quitó ojo hasta verla desaparecer, aquella falda se movía con sus pasos de manera hipnótica. Sacudió su cabeza, solo era estúpida falda…una estúpida falda y unas largas y torneadas piernas que se dibujaban a contra luz. Volvió a concentrarse en la mancha de su chaqueta. Ella no tardó en aparecer y le extendió una cajita verde.

Aquí tienes, no las gastes.- dijo ella.

Toallitas de bebe.- leyó Spike .- Tu no eres un bebe, nena

Estúpido, son buenas para la piel… y ¿Qué demonios te tengo que explicar a ti? Solo limpia tu jodida mancha- dijo enfadada.

Spike se rió, era tan fácil cabrearla, comenzó a frotar la mancha y ella se sentó en la mesa mirándole atentamente. En su cara se formó una mueca divertida arrugando la nariz y frunciendo los labios. La mancha no quería desaparecer y los dos estaban concentrados absolutamente en ella. Finalmente logró quitarla y Spike sintió el mismo placer que cazando una gran recompensa. Volvió su mirada a Faye que parecía estar a millones de kilómetros de aquella habitación.

Quítatelas.- dijo Spike.

¿Eh?- preguntó extrañada ella.

Spike estiró su mano, para quitarle las gafas de la cara, rozó su mejilla con las manos y pudo ver como ella se ruborizaba ligeramente. Tenía los ojos hinchados y rojizos. Había estado llorando. Faye se levantó sin decir nada.

¿Por qué has traído esa planta?- preguntó Spike.

La he heredado.-suspiró ella quitándole de nuevo las gafas y volviéndoselas a poner.

La vio irse de nuevo en dirección a su cuarto y la escucho resoplar o ¿tal vez sollozaba? Sin decir nada volvió a tumbarse en el sofá cerrando los ojos. Esta vez si que se estaba quedando dormido. La última imagen que vio fue un tanga verde…


¿Que os ha parecido? Espero que me dejéis algún review así me animo a seguir escribiendo! de todas formas gracias por leerme!