El cumpleaños de América
Llovía. Se escuchaban los fuertes truenos que la tormenta traía consigo, volviéndola poderosa, como aquella extraña magia que el inglés realizaba en su sótano. Hacía mucho tiempo que a América le daba mucha curiosidad lo que su novio hacía en el sótano de su casa, nunca quería decírselo. Siempre, pasaba por la puerta de su sótano, sólo para escuchar raras palabras por parte del inglés quien parecía sabérselas de memoria, aunque siempre decía fallar. Siempre escuchaba otras voces, y cuando abría la puerta para ver qué era lo que hacía, tan sólo lo veía hablando solo, o tomando el té con sus amigos imaginarios, que el inglés insistía en decir que eran reales. Una vez que se hartó de no saber lo que Arthur hacía en el sótano, decidió sorprenderlo en alguna de sus "travesuras". Oh sí, ahora sí sabría lo que su amado inglés hacía en el sótano. Mala idea. Entró de un portazo al sótano, y encontró al inglés arrodillado en el piso, enfrente de un extraño dibujo que estaba trazado en el suelo, el cual lanzaba extrañas luces. Arthur se dio vuelta siniestramente, con sus ojos ocultos en la sombra que le hacía la capucha de la túnica negra que traía puesta. Se acercó a él sonriendo malévolamente, recitando aún las palabras del extraño hechizo que no había alcanzado a terminar. El americano se alejaba, pero su novio seguía acercándose más y más. Fue entonces que escuchó un bufido por parte de su amado.
- ¿¡Por qué te alejas! ¡Sólo quiero abrazarte, baka! –Se acercó más y lo abrazó cariñosamente. – Eres un miedoso, Alfred. –se rió y encendió las luces, dejando ver que en realidad, el dibujo era la bandera de Estados Unidos, y detrás estaban todos los demás países.
- P-Pero… ¿Y esas frases? ¿Y-Y la t-túnica y…? – fue callado por el dedo índice del inglés que se posaba sobre sus labios.
- Feliz cumpleaños, baka. –Y, con un dulce beso en los labios, dio comienzo la fiesta del 4 de Julio.
Quizá Alfred nunca descubriría lo que en realidad su amado hacía en el sótano los días de lluvia, pero ya sabía bien que cada 4 de Julio, lo esperaría una sorpresa diferente en el sótano. ¿Quién sabe? Quizá el próximo año Arthur se disfrazaría de unicornio sexy sólo para él.
