Rated: M+
Género: Romance
Advertencias: Hard Yaoi
Disclaimers: Francisco (México) Pertenece a: nennisita1234
Aclaraciones: Es un drabble -3-
No. De palabras: 554 más el Título.

A escondidas

Otra aburrida reunión, otra aburrida pelea, otra vez China aburría ofreciendo comida para calmar a Francia e Inglaterra. Todo era normalmente aburrido. Alfred estaba realmente confundido ¿Desde cuándo las conferencias mundiales eran tan aburridas? No era justo, se había acabado la diversión, pero entonces, Francisco pasó frente a él, obviamente tratando de evitarlo, mientras cargaba con un maletín al parecer muy importante. Oh sí, se divertiría de lo lindo con el mexicano, ya se imaginaba la escena, Jojo, babeaba de sólo imaginarse la cara del mexicano, sonrojada y llena de "liquiditos".

- ¡Oi, México! -Se acercó rápidamente, le tomó del brazo y se metieron a una sala vacía del edificio, a lo que el mexicano respondió enojándose y tratando de salir de allí, tenía cosas más importantes qué hacer antes que estar peleando con el molesto gringo de lentes.

- ¡Déjame, gringo idiota! -Pero antes de que pudiera salir siquiera de la sala, Alfred le tomó de las muñecas y las juntó, posicionándolas sobre la cabeza del mexicano y presionándolas para evitar que huyera.

- ¡Que me sueltes, bastardo! - Francisco forcejeaba intentando soltarse ¡Maldita sea la fuerza sobrehumana del gringo ese! No podía liberar sus muñecas, pero podía mover sus piernas, y pataleó como pudo.

Mas Alfred no se rendiría, se pegó más al mexicano, posicionándose bien y con su mano libre comenzó a levantarle una de sus piernas. Francisco se sonrojó al sentir rozar su intimidad con la del americano, y gimió al sentir el bultito que se le había hecho al gringo rozar su ya caliente traserito.

- Que violable te ves~ -Alfred sonrió con malicia, y lo besó fogosamente, apoderándose de sus labios, sintiendo la excitación del mexicano rozar su masculinidad; Bajó entonces a su cuello y mordió, dejando marcas rojas en la piel blanca. Comenzó a desvestir al mexicano, dejándolo únicamente con su camisa puesta, desprendida, comenzando a devorar el pecho descubierto a besos. Jugaba con sus pezones, le hacía gemir con sus caricias, hasta que no pudo resistirlo más, lubricó al mexicano con sus dedos, pero antes, abrió ese maletín. Se sorprendió al ver lo que Francisco llevaba ahí dentro: Condones… un maletín lleno de condones. "¿Por qué desaprovechar?" pensó el americano, y pues, ya deben saber lo que hizo. Comenzó a introducir lentamente su miembro en el mexicano, mientras sentía la cálida estrechez de este.

- A-Ahh~ -gimió el mexicano al sentir el gran miembro de Alfred introducirse en su interior, sentía su cuerpo derretirse internamente.

Alfred oía los gemidos cual dulce canto, y una vez dentro, tomó el miembro contrario y comenzó a frotarlo con rapidez. Entraba y salía sin cesar, mientras con cada embestida se hundía más en el placer, se cegaba más por el deseo. El mexicano sólo gemía, disfrutando de las embestidas, cegado por el calor que su cuerpo sentía. Ambos estaban llegando, y Francisco pasó de gemir a gritar, gritarle rogando que fuese más adentro. Hasta que por fin, terminaron, ambos viniéndose al mismo tiempo. Alfred dentro del mexicano, y Francisco sobre su americano. Desde ese día, por muy extraño que eso fuera, Francisco y Alfred comenzaron a salir, sin decirle a nadie las travesuras que cometían dentro del baño y las salas de reuniones.