Sinopsis: Bella esta próxima a su boda con Edward, pero inesperadamente comienza a sentir cosas extrañas y diferentes por otra persona que es totalmente prohibido para ella ¿Qué hará? C&B

Ya saben los personajes no son míos son de S. Meyer.

AMIGOS, SIMPLEMENTE AMIGOS

Capitulo 1: Tacto

Me encontraba realmente entusiasmada, con dos tazas de café recién hechas, mientras caminaba rápidamente por el hospital, aun el olor de la sangre me mareaba así que camine todo lo aprisa que pude, hasta que por fin llegue al consultorio de Carlisle. Era una costumbre que habíamos adquirido en los últimos meses desde que me había comprometido con Edward, todos los jueves salíamos a caminar por cualquier lugar mientras hablábamos de cualquier tontería, y es que hablar con Carlisle era tan fácil, además el era tan interesante estaba segura que jamás me cansaría de escuchar todas sus historias; incluso como una niña pequeña tenia mis favoritas que le pedía me las volviera a contar, y el solo sonreía y siempre me complacía.

Toque suavemente en la puerta ya que lo más seguro es que se encontrara con algún paciente, por que además era de lo más dedicado a su trabajo, eso si, sin olvidarse jamás de su familia, el era… perfecto, esa era la palabra para definirlo… perfecto.

-Hola Bella, hoy llegaste más temprano- Me saludo dejándome pasar a su consultorio al parecer se encontraba solo.

-Hola- Salude –Espero que no sea inoportuna, se que me adelante pero… la verdad estaba muy aburrida en casa, así que decidí venir no te molesta ¿verdad?- Pregunte con cierto miedo.

-Para nada, además es perfecto, hoy termine más rápido con mis pacientes así que estaba intentando matar el tiempo- Me dijo mientras levantaba una revista de medicina.

-Genial, vamos que el café se enfría- Le dije mientras le daba su taza. La verdad no sabia si era por acompañarme o simplemente por que le gustaba, pero eso era lo único que se le vea "comer" a Carlisle, aunque yo sabia la verdad a nadie le parecía extraño que un medico fuera adicto al café, aunque a mi si me causaba curiosidad. El dejo su café sobre su escritorio mientras se quitaba la bata y se ponía su chaqueta de paño gris, la cual personalmente me encantaba, volvió a tomar la taza y me abrió la puerta para salir.

-¿Que tal has estado?- Me pregunto mientras salíamos del hospital – Me sorprende que aun no hayas enloquecido, Dios sabe que adoro a Alice, pero a 

veces realmente se pasa- Me comento y yo asentí en aprobación. Alice era la que estaba organizando mi boda, y como me lo esperaba se estaba saliendo totalmente de control. Era tan agradable tener un buen amigo con quien hablar, y no es que no pudiera hacerlo con Edward, pero últimamente se había aliado con Alice, así que yo queda indefensa… y pues con Jacob hace tiempo no sabia de el, por lo cual me había unido mucho a Carlisle, y a veces pensaba que el también a mi.

-Pero es tan feliz… no puedo romper sus ilusiones- Dije resignadamente.

-Y tu ¿Qué es lo que realmente quieres?- me pregunto mientras nos sentábamos en un parque cercano al hospital.

-La verdad…-Dije algo insegura –La verdad pienso que es totalmente innecesario todo aquello de la boda, le voy a dar mi vida a Edward… – Negué con mi cabeza tristemente- Pero parece que para el no es suficiente-

-¿Por qué le tienes tanto miedo al matrimonio?- Pregunto con una sincera preocupación mientras sus hermosos ojos caramelo se concentraban el los míos.

-¿Me guardarías el secreto? Esto es algo que ni a Edward le he dicho- El asintió, y es que era tan fácil ser sincera con el de mostrarme tal como era, sin la necesidad de impresionar o aparentar que soy mejor de lo que realmente era, con él simplemente era Bella, una humana más, no como cuando estaba con Edward que me hacia sentirme anormal por amarlo, y frágil… era gracioso pensar en eso ya que sus dichosos limites habían dejado su marca en mi, ya que no permitía que nadie me tocara ni tocar a nadie más allá de lo permitido, era… enfermizo –La verdad, es que… mis padres se casaron muy enamorados y mira como terminaron mi madre huyendo conmigo a media noche… temo que el matrimonio… mate mi amor por Edward… que fracasemos… es como si fuera una sentencia de terminación… tengo miedo de que la eternidad sea demasiado tiempo…- Dije mientras clavaba la mirada en el suelo.

-Todos hemos pasado por esos miedos, Bella, es normal, y te aseguro que habrá momentos difíciles en los que querrás huir, pero al final sabrás regresar- Eso me dejo muy curiosa y no pude resistirme de preguntar.

-¿Tu has pensado alguna vez en huir? ¿En dejar a todos y todo?- pregunto volviendo a levantar mi vista para concentrarla en el, cosa muy fácil por que era tan hermoso…

-La verdad… esto es algo que no le he dicho a nadie ni a Edward – Dijo imitando mi tono de voz, con una dulce sonrisa, que correspondí –Claro y más veces de las que realmente me siento en capacidad de aceptar… cuando tienes la eternidad el mayor monstro a vencer no es nuestra naturaleza, si no la costumbre… ella es la que realmente nos mata- Dijo bajando la vista y clavándola en la taza de café que se llevo delicadamente a la boca para tomar un poco, yo lo imite.

-¿Y entonces que hacer?- Pregunte mientras veía como las nubes se juntaban, seguro iba a llover.

-Nada, el tiempo lo cura todo y pone todo en su lugar- Me contesto resignadamente. Me encogí de hombros y frote mis manos el viento comenzó azotar duramente, no había duda iba a llover –Mejor te llevo a tu casa va a llover- Yo asentí mientras me tomaba otro sorbo de café. Nos levantamos y volvimos al hospital para recoger su flamante Mercedes. El manejaba un poco más lento que Edward, pero sin embargo iba rápido. Continuamos hablando de cosas sin importancia como cual era su comida favorita cuando era humano y si alguna vez se había enamorado como humano, a la cual me contó que el quería ser sacerdote entregarse a Dios, por lo cual se mantenía alejado de cualquier cosa que lo pudiera llevar a la tentación y de la tentación al pecado. Llegamos demasiado pronto a mi casa, más pronto de lo que yo deseaba, al salir del auto, vi con resignación que el volvo de Edward no estaba, eso significaba que aun no había regresado de cazar, últimamente salía a cazar más a menudo, como si estuviera pasando algo que no me quisiera decir.

-¿Por qué no entras un rato?, a Charlie le encantaría saludarte- Me miro por unos instante y asintió apago el auto y se acerco a mi. Entramos juntos a la casa y mi padre estaba en la sala viendo las noticias.

-Hola papá, saluda- Dije mientras el se volteaba para saludar. Al ver a nuestro invitado se levanto del sofá.

-Dr. Cullen, que sorpresa tenerlo por aquí- Dijo mi padre estrechando la mano de Carlisle. Mientras me fije que habían unas maletas en la otra orilla del sofá eso era extraño.

-Papá ¿y esas maletas?- Pregunte con curiosidad.

-Hay Bella te estaba esperando… tu ya eres mayor de edad… y se que valoras mi confianza… y no harás nada indebido… - Dijo mientras no dejaba de mover las manos.

-¿Qué pasa?- Pregunto algo confusa.

-Tengo que viajar a New York, para una capacitación, mi vuelo sale hoy y regresare dentro de una semana, odio dejarte sola, pero me informaron a ultima hora, así que te quedaras sola en casa…- Finalizó algo resignado.

-Pues…- Intervino Carlisle- Bella podría quedarse con nosotros esta semana, te quedarías con Alice, seguro a ella le encantaría- Propuso.

-Pues… yo estaría más tranquilo, Forks es un pueblo tranquilo pero uno nunca sabe-Dijo preocupado mi padre –Además Edward esta de viaje ¿verdad?- 

pregunto curioso, mientras yo me imaginaba el verdadero temor de mi padre, que me quedara con Edward a solas, me hizo gracia si mi padre supiera que desde hace más de un año que Edward se quedaba todas las noches conmigo, aunque obviamente no pasaba nada, por culpa de sus odiosos limites, así hasta que fuera menos frágil, nada pasaría.

-Si esta de excursión con Emmett, ya saben como son estos chicos de ahora, tienen que conocer el mundo por sus propios ojos- Dijo graciosamente Carlisle, algunas veces no estaba segura cual era la diferencia entre un vampiro y un ángel ya que con Carlisle cerca, parecían la misma cosa.

-Pues listo, así que te quedaras esta semana en casa de los Cullen- Dijo mi padre acercándose –Por favor, pórtate bien no hagas nada que yo no aprobaría- Dijo muy bajito mi padre, pero seguro nuestro invitado habrá escuchado.

-No te preocupes, voy a estar bien, y me portare bien-Le asegure –Si quieres te llevo al aeropuerto- Me ofrecí.

-No te preocupes llame un taxi debe estar por llegar- Mientras mi padre terminaba la frase se escuchaba un pitido que anunciaba la llegada del taxi. Charlie tomo las maletas mientras se acerco a la puerta- Pórtate bien, no hagas nada irresponsable, Dr. Cullen se la encargo mucho- finalizó mi padre con un beso en mi frente y rápidamente salió de la casa.

-Bueno, deberías alistar tu maleta, para llevarte a casa- Dijo Carlisle girándose hacia mí, con una preciosa sonrisa.

-Esta bien- Dije mientras subía las escaleras y vi como el se quedaba muy quieto en mitad de la sala – ¿No me vas a acompañar a alistar mi maleta?- Pregunte.

-¿No crees que es impropio que una hombre, que no sea tu esposo suba a tu recamara?- Me contra pregunto ensanchando más sus hermosa sonrisa.

-Estamos en el siglo XXI, nadie dirá nada, además no estoy subiendo a un hombre cualquiera; estoy subiendo a mi mejor amigo- Dije desde la escalera y aunque pareciera imposible sonrió aun más parecía un autentico ángel, era una visión hermosa de esas que quitan la respiración.

-No sabia que me considerabas tu mejor amigo…- Dijo mientras se acercaba hasta donde me encontraba – Me alegra mucho que me consideres así, por que tu también eres muy importante para mi- Dijo muy alegre –Ahora a empacar- Me recordó sacándome de mi de mis pensamientos.

-Claro- Finalice y subí las escaleras a toda prisa por alguna extraña razón mis piernas parecías gelatina, así que de repente perdí el equilibro cayéndome hacia atrás, pero el ágilmente me atrapo es sus brazos. Y ahí entre sus brazos teniéndolo tan cerca se me olvido todo, ya no era consiente del mundo, del tiempo, 

de nada, solo era consiente de su cercanía, y de lo bien que se sentía sus brazos alrededor de mi cuerpo, sentí como me giro para verlo, y comenzó a decirme algo, pero realmente yo no le entendía por más que concentraba mi atención para entenderle, solo era consiente de su cercanía, hasta que me empecé a sentir mareada y su voz dejo de ser un sonido distante para convertirse un murmullo cercano y poco a poco comencé a entender lo que me decía.

-Bella…. Respira…- Eso era que me estaba diciendo, que respirara y ahora que era consiente se me había olvidado respirar -… Respira…- Me volvía repetir, hasta que ruidosamente obligué a mis pulmones a inhalar todo el aire que había a mi alrededor pero no fue una muy buena idea por que me intoxique con el aroma que desprendía del hombre que me sostenía, inmediatamente exhale estrepitosamente, y nuevamente comencé a respirar aunque de forma muy agitada, era vergonzoso. Después de unos segundos pude articular una palabra.

-Lo siento- Susurre poniéndome cada vez más roja.

-¿Estas bien?- me pregunto realmente preocupado.

-Si, solo subí las escaleras muy rápido y me maree… no es nada- Dije ofreciéndole una tonta sonrisa, y me solté de sus brazos y corrí hasta llegar a mi habitación.

El llego poco después y comenzamos hablar de la música que me gustaba y la que le gustaba a el, aunque realmente lo intentaba no podía prestarle toda la atención que quería mi mente intentaba entender que era lo que había sucedido, ¿por que me había quedado sin respiración? Ese tipo de cosas solo me pasaba cuando Edward me besa y no tenía ni punto de comparación con lo que me había acabado de pasar, esto había sido totalmente diferente y más fuerte. La cabeza me había comenzado a doler, quería entender que era lo que me pasaba, pero no encontraba ninguna explicación lógica. Termine de empacar y Carlisle tomo mi maleta bajamos y nos dispusimos irnos para su casa, y esperaba de corazón que mi querido Edward ya se encontrara allí, que ya huera regresado de caza, por que realmente lo necesitaba con desesperación, aunque no sabia bien por que.

CONTINUARA…