Ranma ½ no me pertenece .
Volar
¡Corre!
¡Corre!
¡Corre!
Correr era fácil, el problema es hacerlo en medio de la noche con cientos de personas que están persiguiendo tus pasos, armados hasta los dientes. Podía sentirlos detrás del árbol en que me ocultaba. Cuidadosamente apreté la preciada carga más cerca de mi pecho. Hablaban y proferían maldiciones. Uno de ellos pasó tan cerca de mi cara con su antorcha que pensé que era el fin, quizás debería agradecerle a mi padre por el Umisen-ken.
Sí. Definitivamente lo haría, si salía vivo de esto. Con mucho cuidado vuelvo a correr, camuflándome entre las ramas de los arbustos, volvíamos a tomar distancia.
Miro a alrededor, tratando de ubicarme. Deberíamos estar cerca de un arroyo. Paseo la vista tratando de encontrar alguna señal en esta oscuridad, ¡Diablos! Ni la luna es capaz de asomarse entre la copa de las arboles. Hay algo extraño, lo sé.
El lugar parece seguro, pero hay demasiado silencio. La miro a ella, jadeando. Aún tomada de mi mano, siento como se ruboriza mi rostro. ¡Piensa Saotome!
Esta fatigada y demasiado helada. ¡Está sudando demasiado! ¡MALDICIÓN! Debe ser su herida, debe estar abierta nuevamente, ¡por favor, resiste un poco más! Le pido, pero nada salió de mi boca.
¡Es tan valiente!
-¡Devuélvenos a la chica!-Gritó Tarou apareciendo entre las ramas portando una antorcha encendida.
¡Demonios!
-¡JAMÁS! ¡TENDRÁN QUE MATARME!- Les arrojo con rabia.
-Recapacita Saotome-Kun, solo acarrearas la desgracia a tu familia- Me dijo Daisuke.
-¡No pueden obligarla, no pueden!- Digo con aire autoritario.
-Ella le pertenece al Rey Kuno, justo ganador de la batalla- ¿Sasuke aún estaba vivo después de tamaña golpiza? Aterrador.
-Es su derecho Ranma, debes entender- Miro a Hiroshi que trataba de decirme algo más con sus ojos, ¿arriba?
-¡Jamás! ¡Todos saben que gané! Nos pertenecemos desde antes de nacer, cuando nuestros padres nos comprometieron, nadie podrá alejarla de mí.
-Lo siento Ranma, esto no tenía por qué ser así. Arqueros apunten…
Estábamos acorralados, lo sabía. Había al menos treinta hombres con antorchas y armas en sus manos haciendo una especie de círculo entre nosotros, ¡era imposible salir vivo de aquí!
-¡DISPAREN!
¡Era imposible retroceder! ¡Estaban por todos lados! ¡MALDICIÓN!
¡Imposible para otro, no para Ranma Saotome!
Me gire rápidamente mientras soltaba su mano y la agarraba de los hombros.
-¿Confías en mí Akane? Ella me miró conmocionada y sonrió.
-¡Con mi vida!- Dijo.
Y eso era más que suficiente, es tiempo de volar.
