Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, excepto uno que es mío, al igual que la trama.

Valerie Kincaid es una joven de 17 años, ojos azules y cabello dorado rizado. Ella vive con sus padres adoptivos en Filadelfia, ya que sus padres de sangre murieron dejándola sola en el mundo. En pocas palabras en una chica cualquiera, sin historia, sin familia.

Sin embargo las cosas están a punto de cambiar para ella. Un día común ella estaba en la habitación de su "hermano" menor de 3 años (ese pequeño sí es hijo de la pareja Smith, su nombre es Duncan) cuando Silvia, su madre adoptiva la mandó llamar, pues su padre, John, quería hablar con ella.

- Valerie, hay algo importante que queremos decirte–. Dijo John sentado tras su escritorio

- ¿Sí?

- Verás hija nuestra situación económica está mal–. Explicó Silvia – últimamente no nos ha ido bien, así que hemos decidido mudarnos a un lugar algo…diferente.

- ¿Y a dónde vamos a ir? – preguntó Valerie

- Washington, a un pueblo pequeño llamado Forks – respondió su padre inmediatamente, y obviamente algo preocupado por la reacción de la chica

Valerie no dijo nada, estaba pensando en la idea de irse de aquel estado tan maravilloso. Pero ella no podía quejarse ni protestar, finalmente sin John y Silvia ella no sabría que hubiera pasado con su vida, ni con ella misma. Se levantó de la silla donde estaba y abrazó a sus dos padres, asegurándoles que no había problema con ello.

Sus padres obviamente se sorprendieron de que se lo tomara tan bien y le dijeron que al día siguiente comprarían las cajas para que empezaran a empacar. Ella asintió comprensivamente y se retiró a su habitación con la excusa de que ya se iba a dormir.

Esa noche los sueños comenzaron. Valerie tardó en conciliar el sueño, la idea de mudarse no le hacía gracia, esa era la verdad mas no podía hacer nada al respecto, esas decisiones no las tomaba ella y no quería hacer sentir mal a sus padres.

Se quedó dormida pensando en cómo sería Forks, por ahí de las doce. En su sueño aparecía una mujer hermosa muy parecida a ella, casi idéntica, escribiendo una carta con una pluma y tinta negra. Mientras remojaba la punta de la pluma en la tinta las lágrimas surcaban sus mejillas sin control. Valerie no sabía porque lloraba, pero ella también lo sentía.

Valerie empezó a removerse inquieta entre sueños y dijo:

No…no te vayas…no me abandones…Emmett.


¿Qué les pareció? debo admitir que esta historia no es como la de La Niñera de los Cullen, esta es más seria y pues como se podrán dar cuenta, es más acerca de la vida humana de Emmett.

Bueno eso es todo por ahora, gracias.