Disclaimer: recordando que los personajes pertenecen a Hajime Isayama. Gracias a quien se anima a leer esta locura que escribo con amor.
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CAPÍTULO 1. VICTORY.
–¡Ah! ¡Sería grandioso estar ahí!
Suspiró una jovencita mientras veía el televisor en la comodidad de su departamento, acostada boca abajo en el sillón de cuero rojo que existía en la mitad del pequeño complejo, con las manos en el mentón, enfundada en un short de mezclilla claro, playera blanca dos tallas más grande que el talle de su portadora, cabello suelto bailando al compás del ventilador y jugando con sus pies descalzos. Las uñas de sus veinte dedos estaban bien recortadas pero con un poco de mugre traviesa enterrada. No era una mujer a la que importase la vanidad.
Lo que sus ojos admiraban a través de unos anteojos ovalados de armazón café claro, era el primer evento de gala de la Organización Internacional de Fútbol Soccer, mejor conocido "La ORIF-SOCCER", donde por primera vez en la historia se darían reconocimientos a los jugadores más destacados del mundo del balompié. Esta organización fue fundada por los más grandes pioneros y estrellas del fútbol: Jorge Pikel, Dallis Zacklay, Megane Kyokan y Keith Shadis. Pioneros ahora retirados de patear el balón pero siguiendo dentro de su mundo tras las bambalinas administrativas. Hartos de los fraudes y artimañas de la antigua organización futbolística, estos cuatro grandes unieron esfuerzos, dinero y tiempo para crear la ORIF-SOCCER. Tras una lucha constante de diez años, lucha entre ataques de desprestigio, amenazas de muerte a sus creadores así como otras situaciones, esta organización rendía sus frutos al encarcelar a todos los corruptos que vendieron el alma del fútbol por dinero. Solo aquellos que sentían el verdadero amor por tan noble deporte fueron invitados a la nueva era.
Tras un arduo proceso logístico, el segundo más grande evento de gala en el fútbol, solo detrás de la Copa del Mundo que tuvo lugar un mes atrás coronándose como campeón el equipo de las tierras del rìo de La Plata, cobraría vida. La intención era reconocer a los jugadores que entregaron más allá de sus fuerzas y que así fuese una inspiración para el resto de sus compañeros, pero sobre todo, alentar a aquellos aspirantes a grandes estrellas a perseguir sus sueños. Pero la quinta ediciòn generaba grandes expectativas causadas por el anuncio que hasta ese entonces se mencionarían los jugadores del primer "Dream Team" de la ORIF-SOCCER, es decir, "El equipo de ensueño", tan perfecto, tan utópico que ningún equipo podría tenerlo. El talento de esos once jugadores estaba distribuido en ligas de todo el mundo, permitiendo a diferentes masas de la población disfrutar de la magia del fútbol.
La gala inició con el recibimiento de las estrellas de los ámbitos del deporte, artístico y político que desfilaban sobre una alfombra tapizada con pentágonos negros y hexágonos blancos tal piel de balón. La jovencita no prestò atención a nadie más que las celebridades futbolísticas, ya habiendo desfilado las menos conocidas. Como divinidades, los más grandes entraron hasta el final.
La cámara enfocó a la que alguna vez fue llamada "La dupla fantástica" formada por los jugadores Levi Ackerman y Farlan Church. Cuando llegó el tiempo de transición definitiva de las organizaciones, eran considerados de los mejores jugadores por la calidad de sus goles trabajados en equipo. Ambos pertenecìan al mismo cuadro alemàn y en la selecciòn germana eran los indiscutibles titulares. Generaron altas expectativas que finalizaron cuando Levi sufrió un accidente automovilístico que lesionó de gravedad sus piernas al extremo que los doctores afirmaban que ni siquiera volverìa a caminar, pero el ìmpetu del jugador fue màs grande. Por dos años seguidos estuvo totalmente fuera del mundo del fútbol para recuperar la movilidad de sus piernas, lo que es considerado por el mundo como todo un milagro. El año en curso era en sì el tercer año en que no ingresaba a un partido pero sí a una cancha de fùtbol debido a su rehabilitaciòn como jugador. El siguiente torneo que serà despuès del merecido descanso tras este evento, serà su regreso a la canchas con el mismo equipo que dejò. Las expectativas que recaen en sus hombros son opuestas, hay quienes apuestan en que serà un fracaso pero hay quienes apuestan a que serà todo un èxito, como su tío el entrenador Kenny Ackerman.
Su compañero y mejor amigo, Farlan Church, le juró que harìa los goles de ambos. Promesa que cumplió pero solo le fue suficiente para su liga local al coronarse como el màximo goleador por tres años en Alemania. Aunque estuvo nominado nunca pudo superar a los dos jugadores que sobrepasaron los estàndares de talento: Erwin Smith y Carlo Pikel.
La cámara enfocó la llegada de uno de esos jugadores. Él era otra estrella viviente: Erwin Smith. El rubio inglès era considerado la sexta joya del fútbol. Su juego, su liderazgo, su inteligencia y creatividad para lograr los goles eran excelsos. Aun cuando era solo un novato varios equipos disputaban el tenerlo en sus filas pero él siempre se rehusó a abandonar al equipo de su ciudad natal al que guió hasta la cúspide de los torneo europeos, lo que le hizo ser acreedor de un alto respeto como persona. Lo ùnico que le hacìa falta en su carrera era una Copa del Mundo, ya que la organizaciòn de la selecciòn de su paìs natal no se le apoyò como èl hubiese querido. Este hombre llegaba acompañado por su novia, la actriz estadounidense Marie.
Seguido de la llegada de Erwin, arribó el astro Carlo Pikel acompañado de su padre, la estrella Jorge Pikel. Carlo era considerado la quinta estrella del fútbol. De forma natural tenía un gran respeto y admiración por Erwin ya que compartían las mismas características de líder aunque por ciertas cuestiones personales también tenía una gran rivalidad y aversión contra Erwin. La familia Pikel en los tiempos de guerra se mudó a la tierra argentina donde echó raíces, especialmente en el mundo futbolístico. A diferencia de Erwin, Carlo gozaba en su carrera con el èxito de dos Copas del Mundo.
Luego del tumulto causado por la llegada de las dos estrellas, la atención fue enfocada hacia el guardameta inglés Mike Zakarius, un talento el cual también había sido preso de la desgracia. Por salvar a su equipo del descenso, atajó un gol de último minuto, el balón no entró a la portería, el árbitro silbó el final pero el portero se quedó tirado en el piso; se había dislocado el hombro. Esto lo dejó fuera un torneo y su desgracia fue la oportunidad de muchos, siendo aprovechada en mayor parte por Nile Dawk, que era el suplente de ese equipo. Cuando Mike recibió el alta lo hizo como suplente durante dos temporadas seguidas. Ha cambiado de equipo para el siguiente torneo y se espera tenga la titularidad.
El desfile de piezas del balompié siguió, llamando la atención la ahora entrenadora María Carstedt por lucir un flamante embarazo, acompañada de los jugadores Kyklo y Solm Hulme este último su esposo. También le acompañaba Ángel Aalthonen, quien era uno de los jugadores más jóvenes en las canchas mundiales al ser el defensa estrella de la selección italiana y una de las promesas a ser otra de las joyas del fútbol.
La jovencita que miraba el evento en la comidad de su hogar, gritó de emoción cuando se inició la transmisión en vivo de la ceremonia de premiación. La apertura corrió a cargo de las estrellas artìsticas del momento, la cantante Frida Reiss y el actor y cantante Nicolás Cotton. Ambos interpretaron una melodía que motivaba a llegar lejos, a alcanzar las estrellas y hacer los sueños realidad.*
Luego de ello siguieron las premiaciones, dando como reconocimiento un balón de fútbol hecho de cristal con una base negra donde al frente lucían cuatro figuras de cristal colocadas de izquierda a derecha: un bebé, un niño, un adolescente y por último un adulto levantando los brazos como en señal de victoria. Esas cuatro figuras simbolizaban los sueños que se persiguen desde niño y que se cumplen con esfuerzo.
La terna de la atajada del año fue para el portero Nile Dawk. Para sorpresa de todos, el gol del año lo ganó Farlan Church por una chilena de medio campo que anotó y que con ella le dio el campeonato a su equipo; está por demás decir que la dedicatoria del premio fue para su mejor amigo. El premio de defensa del año lo ganó Ángel Aalthonen. Se declaró empate en la terna de goleador del año entre los contendientes más fuertes: Erwin Smith y Carlo Pikel. El silbante del año fue para Kitts Verman apodado entre sus amigos como "crazy-card" ya que no se contenía en amonestar con tarjetas amarillas y era el árbitro que mayor expulsiones tenía en su registro. Kenny Ackerman fue nombrado como el entrenador del año
Después de una intervención cómica por parte del presentador Dot Pixis, llegó el momento más esperado por todos: los jugadores que formarían el primer Dream Team de la ORIF-SOCCER.
Los cantantes invitados fueron los portavoces de los ganadores los cuales pasarían al frente, por parte de Zacklay, Keith y Kyokan se les darían una caja que contenía el uniforme especial del Dream Team además de un reconocimiento en forma de balón chapado en oro blanco, tendrían un minuto para agradecer y serían llevados tras bambalinas para que se colocaran su uniforme especial. Después los posicionarían tras la cortina cerrada para el cierre con broche de oro.
Y fueron anunciando a los elegidos en el orden de la porterìa hasta el àrea contrincante:
Nile Dawk el portero.
Àngel Aalthonen y Flagon Darriet los defensas.
Sayram y Uri Reiss los mediocampistas.
Solm Hume el volante derecho y Heath Munsell el volante izquierdo.
Farlan Church y Kyklo los mediocampistas ofensivos.
Y los delanteros por excelencia: Erwin Smith y Carlo Pikel.
Kenny Ackerman obtuvo la menciòn honorìfica de entrenador del Dream Team.
Luego de dos minutos de silencio y oscuridad, la luz se encendió lentamente al mismo tiempo que para intensificar las emociones sonó una canción de tintes épicos cuyos sonidos traían a la mente a un grupo victorioso.** El escenario se había convertido en una cancha de fútbol y todos los ganadores lucían en su posición. El público se puso en pie lanzando grandes ovaciones a los once mejores jugadores del mundo. Frente a ellos tenìan al equipo soñado. Solo una pregunta rondaba en los espectadores presenciales y a distancia ¿Quién de todos sería nombrado capitán?
Sería el máximo astro del fútbol quien lo mostraría al mundo. El héroe Jorge Pikel. Él colocaría el gafete de capitán a quien consideraron merecedor de ello. Todos contenían la respiración. La música bajó de intensidad, se colocó frente a su hijo y el àureo. Uno de ellos tendría el máximo reconocimiento del fútbol. La chica de cabello café en su casa se mordía las uñas del nerviosismo.
Jorge extendió el brazo y exclamó: –Felicitaciones, Erwin Smith.
Por lo tanto Carlo Pikel quedaba como capitán suplente. Una vez que estuvo colocado el gafete de oro en el àureo colocó el gafete de plata a su hijo, sentenciando que quedó por debajo de Erwin.
La jovencita gritó de alegría: –¡Yahoooo! ¡Lo sabía! ¡Sabía que Erwin ganaría! ¡Él es el mejor!
Los dos hombres se miraron fuertemente y sin expresarse felicitación. Regresaron la mirada hacia el frente para disfrutar en seriedad el termino de la canción, los juegos pirotécnicos y con ello la clausura del evento.
Nuevamente se tiró en la cama. Con esa gran sonrisa vio las entrevistas y los programas de comentarios sobre el evento. Ella deseaba estar ahí porque era su máximo sueño. Desde la primera vez que sus pies tocaron un balón de fútbol supo que quería dedicarse a eso toda su vida. Pero su vida habia sido totalmente desgraciada. Su madre la odiaba tanto al grado de golpearla y en la escuela sufriò el estigma de "marimacha" ya que a ella no le llamaba la atenciòn las cosas que hacìan las demàs niñas. Pero su padre y el fútbol le habían salvado la vida. Por eso todos los dìas despuès de trabajar como mesera en un restaurante se iba a entrenar con el equipo masculino de su barrio, ya que no habìa femenino. Todos los dìas aun y estuviera enferma entrenaba. Todos los hombres del equipo la respetaban y le tenìan aprecio. Aunque deseaban que jugara con ellos en los partidos oficiales no era posible al ser mujer. Pero esperaban que los sueños de la jovencita se hicieran realidad. Y ella no desistìa en su meta de llegar a jugar fùtbol en las ligas mayores.
Pasadas las dos de la madrugada y después de ingerir dos bolsas de frituras y un sexteto de cervezas, apagó el televisor, se colocò el pijama y se dispuso a dormir. Tomó una fotografía enmarcada que estaba sobre el respaldo de su cama y pasó la yema de sus dedos sobre la imagen. Dentro del marco estaba su figura en su graduación de la preparatoria. Ese momento fue de esas ocasiones muy especiales en que usaba un vestido que la hacía ver femenina, cabello suelto y maquillaje discreto. Sonreía de oreja a oreja mostrando su blanca dentadura mientras abrazaba a un señor de edad avanzada notoria en sus arrugas y cabello canoso, tez morena, delgado pero más alto que ella, enfundado en un perfecto traje blanco con camisa azul y corbata a juego con el celeste del vestido de la castaña. El señor de igual manera sonreía pero sin despegar los labios. El fondo de la fotografía era un jarrón repleto de flores que estaba en la mesa de entrada en el salón de la graduación.
–-Mañana será otro día, otra oportunidad. –-Dio un beso sobre el rostro del señor y soltó una risilla traviesa–-. Buenas noches papá. –-Dejó la fotografía en su lugar y se dispuso a soñar.
Ella era Hanji Zoe. Y jamàs imaginarìa que a partir de esa noche el camino por sus sueños no hacìa màs que comenzar.
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*"Puedes volar" de Gloria Estefan.
**"Victory" de Two Steps from Hell.
