Declaimer: Saint Seiya y Aioria no me pertenecen (tristemente) son copyright de M. Kurumada y Sueisha.
Secrets Of The Heart
By Goddess Rhiannon 28/8/03
Capítulo I: De flores y Felinos
Santuario 2:00 p.m., Grecia
"Creo que pude escaparme de Milo, vaya, no sé porque demonios no entiende que no soy "raro" por no querer salir con chicas que él me presenta... algún día le voy a tener que sacarle esa idea a golpes de la cabeza" Pensaba Aioria mientras caminaba por un sendero perdido en el bosque que, por cierto, él conocía como la palma de su mano. Era su lugar favorito para relajarse y pensar o leer un buen libro arriba de su árbol favorito; nadie podía encontrarlo cuando se internaba en el bosque.
Al llegar a un frondoso y centenario arbol, salto ágilmente hacia una de sus ramas más altas y se acomodó con un libro a leer y tratar de olvidarse que tendría que, tarde o temprano, bajar a la "realidad" y discutir un bueeeeeen rato con Milo, que para peor era apañado por Camus que en cierta forma, le daba la razón.
"Por qué no pueden entender que aún no he encontrado a mi chica ideal... sé que sabré si es ella en el momento en que la vea, pero eso hasta ahora no ha ocurrido" Soltando un gran suspiro se dedicó a leer por un rato.
"¡Dónde rayos se fue! ¡Siempre hace lo mismo!" El caballero dorado de Escorpio le decía a Camus, aunque era más para él mismo que para su amigo.
"Cálmate, Milo, sabes que Aioria se niega a salir con nosotros porque prefiere, por ahora, estar solo... o sea, sin compañía femenina" Contestó Camus, ya un poco harto de las quejas de Milo y de las constantes "desapariciones" de Aioria.
"De todas maneras no lo podrás encontrar si se metió en ese condenado bosque que sólo él conoce" Así concluyó Camus, acallando las protestas de Milo al respecto, el cual se retiró a su propio templo aún gruñendo por lo bajo, a lo cual Camus puso los ojos en blanco.
"¡Vera! ¡¿Dónde estas?" Una guerrera de cabellos rosados y ojos color chocolate llamaba desde lo lejos, porque no quería adentrarse en el bosque, que era bastante escabroso... por supuesto, desde su punto de vista.
"Otra vez están buscándome, vaya, ¡no puedo estar sola ni un minuto!" Exclamó Vera, una de las guerreras del santuario, que tenía la maldición de atraer a casi todos los hombres con los cuales se encontraba, aunque llevaba máscara, es por eso que casi nunca dejaba el recinto reservado para ellas en el santuario, porque para colmo, el santuario estaba compuesto en su gran mayoría por HOMBRES.
Kalani, que era el nombre de la chica de cabellos rosados, se detuvo al lado de Vera y, exhalando un suspiro de alivio, le dijo que no podía pasarse el día entre los arbustos de jazmín, que eran los favoritos de Vera.
"Ya, Kalani, ya voy... las demás no se van a morir por esperar un poco más, ¿o sí? Además, está Marin" Respondió.
"Si claro, eso sólo lo sabes tú, ¡yo no la he visto por ningún lado!" Retrucó Kalani, un poco enfadada por la tranquilidad con que se tomaba las cosas su amiga.
"OK, ok, ya voy, déjame llevarme un ramillete de jazmines y vamos."
Ambas chicas se fueron caminando hacia el campo de entrenamiento, Vera sin mucho animo por cierto.
"Después regresaré e iré más hacia el centro del bosque, así no me encuentran por un rato" Con estos pensamientos, Vera puso un poco de orden al caos que se había formado con las aprendices.
Ya eran casi las cinco de la tarde cuando Aioria se desperezó como un enorme gato y saltó de la rama en donde había estado dormitando un poco.
"Bueno, creo que regresaré a mi templo por una buena taza de café, y con suerte evitaré encontrarme con Milo en el camino" dijo, mientras se encaminaba de regreso.
De repente, escuchó una voz, femenina por cierto, que le hablaba a otra persona, eso supuso él, y se acercó sigilosamente evitando que algún rayo de sol le llegara a su armadura y lo delatara.
"¿Quién será? Realmente debe conocer el bosque bien para adentrarse tanto"
Lo que no se esperaba el león dorado era encontrarse con la criatura más hermosa que hubiera visto jamás.
Ella tenía un largo cabello castaño que le llegaba hasta la cintura, era ondulado en las puntas y cuando el sol se reflejaba en el, despedía reflejos cobrizos, vestía un traje de amazona como el de Marin, pero este era negro en el cuerpo y con calzas azul marino, con una faja blanca en la cintura; pero lo que más llamó su atención fue que no llevaba máscara en ese momento, y su rostro era bellísimo, ojos café que reflejaban una sonrisa al gatito con el que ella estaba hablando, un rostro con una piel tersa y mejillas redondeadas, pero lo que dejó a Aioria completamente sin habla fueron esos labios rojos como la sangre, que esbozaban una sonrisa muy tierna.
"¿Quién es ese hermoso ángel? No sabía que hubiera una amazona tan hermosa... bueno, convengamos que siempre usan máscara a excepción de Shaina, que sólo la usa si pelea." Pensaba, mientras miraba a la doncella recoger un ramillete de jazmínes para luego atarse el cabello en media cola y ponerse el ramillete en la cinta, el perfume de esas flores era especialmente dulce, perfecto para la chica que tenía adelante, pensaba Aioria, no sabía si acercarse a ella y preguntarle cual era su nombre, o quedarse donde estaba... optó por lo segundo, ya que ella estaba sin máscara y probablemente lo iba a tomar a mal, además era demasiado tímido para ir a preguntarle tan frontalmente su nombre.
"¡Oh, cielos! ¡Ya es tarde!" Exclamó Vera, mirando a su gata gris plomo que estaba muy interesada en un o de los arbustos que era en donde Aioria estaba escondido y con una mirada de total pánico hacia la gatita que estaba por delatarlo.
"¡Estoymuerto-estoymuerto-estoymuerto-estoymuerto!"
"Vamos Elise, no nos podemos quedar aquí por siempre o Marin va a pensar que me caí en algún pozo."
Tomando a su gata, Vera se alejó, sin darse por enterada que un caballero dorado, ahora pálido como un papel, la había estado observando; al mismo tiempo que tomaba su gata dejó caer parte de su ramillete del moño prácticamente a los pies de Aioria, quien no perdió tiempo y lo tomó en cuanto ella desapareció del claro.
"Como me gustaría tener el valor de devolverle esto" Aioria miraba pensativo las minúsculas flores blancas que tenía en la palma de su mano, luego decidió que, ya que Marin parecía conocerla, preguntarle mañana quien era ella.
Al otro día, Milo encontró a un pensativo Aioria, observando con una mirada perdida a una florecitas blancas que tenía en la mano; se acercó por detrás, notando que Aioria ni lo había notado... que era muy raro en él, y con una sonrisa maliciosa le gritó en pleno oído al pobre Aioria. "¡BUENOS DIAAAAAAS!"
"¡AAAAAUCH! ¡qué haces, imbécil! ¡Quieres dejarme sordo o qué!" Contestó un pálido Aioria, con una mirada asesina destinada a su amigo que no paraba de rodar en el suelo de risa, cosa que le hizo todavía menos gracia al león dorado.
"Tu cara de susto es suficiente castigo por haberte escapado ayer"
"¿Qué? Porqué no puedes dejar de molestarme con eso, Milo"
"Te perdono si me confirmas mis sospechas"
"¿Qué sospechas? Aioria comenzaba a ponerse realmente nervioso por la mirada significativa que Milo le echó al pequeño ramillete.
"Bueno, si me dices que al menos te escapaste para ver a una chica de tu gusto... a la que por cierto le deben gustar esas flores, entonces me daré por satisfecho" concluyó con una gran sonrisa a su amigo que se había sonrojado levemente.
"¡Estás loco o qué! No encontré a ninguna 'chica' en mi camino para tu información" Le respondió, dándole la espalda a Milo y caminando hacia el frente de su templo, Milo no se tragó esa respuesta pero ni de chiste, sabía que Aioria no podía mentir con facilidad, era tan transparente como un estanque después de lluvia. Esto y el hecho de que no lo hubiera mirado a los ojos cuando le respondió le dio pie para seguir aguijoneándolo un poco más... tarde o temprano Aioria se delataría solo.
"Me estás mintiedoooo" canturreó Milo.
"A quién crees que estás engañando, león, no sabes mentir para nada." Aioria seguía sin mirarlo, y, con un gran suspiro de resignación, decidió que sería mejor contarle lo que le había pasado ayer.
Santuario, biblioteca 11 a.m.
Vera se encontraba muy contenta de poder haberse escapado hacia la biblioteca, que era inmensa, y a la cual ella adoraba, le fascinaban los libros, especialmente los de mitología griega, se podía pasar horas leyendo en una especie de sofá que estaba adherido al ventanal principal, pero todo lo bueno tiene que acabar.
"¡Aquí estás, te estuve buscando hace como una hora!" Una indignada Marin le dijo a la Srta. "quiero-estar-sola-por-favor"
Ella levantó la vista del libro y le sonrió a Marin "Veo que me es imposible perderme de ti por mucho tiempo, verdad?
"Claro, con ese perfume tan característico que desprenden esas flores, sabemos exactamente por donde pasaste" Le respondió Marin, acercándose a Vera y quitándole el libro de las manos.
"¡Hey!, ¡Devuélveme eso!"
"Sólo si vienes conmigo"
"Oh, está bien" respondió Vera con un mohín, que se hubiera visto si no llevara la máscara puesta.
Ambas salieron de la biblioteca cinco minutos antes de que Aioria llegara para devolver el libro que estaba leyendo ayer, cuando entró, sintió un leve perfume a jazmines que le recordaron inmediatamente a la preciosa guerrera del bosque.
"Rayos, ni aquí puedo sacármela de la cabeza ¿cómo es que adonde quiera que voy "algo" me la recuerda?"
Pensaba el pobre caballero, que ya había tenido suficientes bromas de Milo, que no había dejado de reírse de él todo lo que su relato duró.
Flashback:
"Así que así fue como la viste" Un sonriente Milo le contestó a un sonrojado Aioria, que estuvo a un tris de golpear a Milo por quinta vez.
"Sí,sí, pero no sé ni como se llama, y tampoco sé como preguntárselo a Marin sin parecer tan obvio, y además sin que la chica se entere de que la vi SIN máscara... si se entera, me va a odiar; y eso es lo último que quiero..."
"Bueno, déjame a mí, a ver que puedo averiguar, a Marin seguramente no le parecerá raro que le pregunte sobre alguna chica, así que tú tranquilo"
Aioria miró con cara de total y absoluta resignación a su amigo, que pronto rompió en carcajadas otra vez, a lo que Aioria respondió con otro puñetazo.
Fin del Flashback
Recinto de las Amazonas 11:30 a.m.
Marin y Vera estaban recostadas en uno de los prados, mirando el cielo azul, esperando la hora del almuerzo.
"Bueno, creo que ya quedó el cronograma organizado, así que mañana no quiero que me busquen"
"bueno, bueno , ¿Vera, no te gustaría ir al pueblo conmigo mañana?"
"Sabes que no salgo porque los hombres no me dejan en paz un segundo, por más que los golpeé, creo que son todos unos inútiles, cavernícolas, sadomasoquistas... "
"No todos son así, Aioria no es así... el realmente es un buen hombre, además sería incapaz de faltarle el respeto a ninguna mujer."
Vera la miró pensativa, luego le sonrió pícaramente.
"Ohhhh, con que esas tenemos ¿huh?
"¿De qué hablas? ¿Qué quieres decir con eso?" Marin se incorporó un poco y miró a su sonriente amiga que se desperezó aún más.
"Bueeeno, creo que alguien esta e-n-a-m-o-r-a-d-a de un caballero dorado que no quiero nombrar"
Marin se sonrojó y volteó su rostro para otro lado.
"¡No es cierto, Aioria y yo sólo somos AMIGOS!"
"Si, claro, Marin... lo que tu digas. Si tú sólo lo consideraras tu AMIGO, no te brillarían los ojos de esa manera cuando hablas de él"
A esto, Marin sólo se quedó observando el cielo por un rato.
"Bueno, me gusta un poco... pero no estoy perdidamente enamorada como Shaina de Seiya, sé muy bien que él jamás me verá de otra manera más que como amiga"
"Si te quitaras la máscara, estoy segura de que el te notaría y vería lo hermosa que eres, Marin."
"Y si tú lo hicieras, tendrías una miríada de hombres para elegir con cual quedarte"
A esto, Vera comenzó a reírse y le contestó "Si claro, así podría formar mi propio harén de tontos"
Ambas empezaron a reírse con ganas de sólo imaginar la situación.
NdA: Hola, siento no haber puesto ningún comentario al principio del capítulo -_-, espero que alguién lea esto, y al menos me diga que está horrible, pues es mi primer fanfic. Como no he visto ninguno parecido con Aioria de protagonista, decidí hacer uno yo... por muy malo que sea 0_o, y si les gustó, sientanse libres de hacer reviws o mandarme mails, cosa que me encanta recibir ^_^. Bueno, que lo disfruten!
