Objetos de mi afecto

Well… después de ausentarme más o menos un chingo de tiempo, estoy de vuelta para terminar mis fics inconclusos, retirar unos y subir nuevos.

Tendré que empezar este con la breve bio de mi personaje original, la cual estaba incluida en mi primer fic, que fue borrado AMABLEMENTE por los administradores de God bless America.

Su nombre es Saori Tomokatzu, pertenece a la generación de Tai, Matt y Sora. En su niñez solía vivir en Odiaba, en el mismo complejo de apartamentos donde viven la mayoría de los elegidos. Cuando la empresa de sus padres se volvió exitosa, se mudaron a una casa cercana a ese lugar. Sin embargo, la cambiaron de escuela, inscribiéndola a un colegio privado.

SE SUPONE… que estuvo en el campamento en el que los elegidos fueron transportados al DigiMundo y viajó con ellos. Tiene el mismo emblema que Ken en Digimon 02, pero como "Amabilidad" es un nombre estúpido para un emblema, lo cambié por "Bondad". Su Digimon acompañante es… Pegasusmon? La neta ya no me acuerdo bien… Ah no! Era Unimon, me acordaba que era un caballo… En fin, al volver del DigiMundo se cambia a la escuela a la que asisten Tai, Sora y Matt. Estudia con ellos desde entonces.

Dejando eso claro, pasemos a los detalles metafísicos en la esencia de su ser… o sea, su personalidad. Durante la primera temporada es algo reservada, pero muy amable con el resto de los elegidos, se lleva especialmente bien con Joe e Izzi, pues es buena alumna y una fanática de los gadgets electrónicos y con Matt, pues se conocen desde el kindergarten, al que asistieron juntos. Con el tiempo ella y Sora se vuelven mejores amigas.

Una vez de regreso, es mucho más extrovertida con sus amigos y más animada. Su actividad extracurricular es el voleibol y clases de fotografía. Su relación con Matt, la cual existe desde la primera vez que llegan al DigiMundo y que podría considerarse una atracción mutua platónica, nunca se formaliza y termina cuando Matt comienza a salir con Sora. A pesar de esto, intenta mantener el contacto con ellos como en los viejos tiempos.

Ahora pasemos a lo que verdaderamente importa de una persona… la apariencia (solo bromeo). Saori tiene ojos verde esmeralda, el cabello oscuro (entre grisáceo y violeta) y ligeramente ondulado, algo estilo Nadeshiko, la madre de Sakura Kinomoto. Es de complexión atlética, como Sora, pero de tez clara, aduraznada.

Well, eso es todo.

Ahora las notas generales. Esto no es un songfic, la trama no está basada en una canción, pero contiene varios interludios musicales donde los lyrics ayudan a expresar mucho de lo que los personajes piensan o sienten, pero no expresan.

La lista de canciones estará al final de cada capítulo en caso de que a alguno le interese escucharlas (vamos, pueden recurrir a youtube en un santiamén), se los recomiendo, pues el soundtrack es importante en este fic.

Dicho eso, espero que lo disfruten.

Saori está sentada con algunos de sus amigos en el bar donde Matt toca seguido. Sabe que tocará hoy también, pues alcanza a divisar a Sora en una de las mesas del frente. Verla ahí la hace recordar el año pasado, cuando Matt por fin decidió que era con Sora con quién quería estar. Y ella ha sentido que le falta el aire desde entonces. Después de eso, ella y Tai se hicieron cercanos, deseando sanar sus heridas. Hasta tuvieron una breve relación. Aún puede ver en su mente la reacción de Matt, con un brazo alrededor de Sora, al enterarse. Una mezcla de incredulidad y… enojo?

Los aplausos de la gente la sacan de sus pensamientos, voltea al escenario y ve a Matt, acomodando su bajo para comenzar a tocar.

"Esta es una nueva canción" – dice, justo antes de que comiencen los golpes de la batería.

Yo sé que mentí

Yo sé que fallé

Que te traicioné

Y que me alejé de ti

Nadando en el denso

Mar de la falsedad

De espalda al infinito…

Saori se queda absorta, la letra de la canción le da cierta sensación de deja vu. Mira a Sora, parece no conocer la canción, lo cual es raro pues va a todos los ensayos de Matt.

Me puedes matar

Me puedes dejar

Pero nunca tendrás

Que te deje de amar

Tú sabes que eres

Mi otra mitad

Mi espíritu gemelo…

Algo la hace voltear de nuevo al escenario, abre totalmente los ojos al ver que los de Matt están clavados en ella.

Me falta tu mirada

Tu sonrisa dulce

Y tu cuerpo al despertar…

¿Dónde estás?

¿Dónde estás?

¿Dónde vas…?

Sora se percata de que Matt mira a alguien en el público. Se le detiene el aliento cuando ve a Saori, mirándolo con la misma intensidad, como si…

"como si la canción fuera para ella…" – musita silenciosamente.

Saori siente su corazón a punto de estallarle en el pecho, desvía la mirada de Matt, temblando.

"No puede ser…" – se dice, mientras piensa cómo salir de ahí.

Saori se levanta abruptamente y le dedica una última mirada a Matt antes de salir del lugar. Sora la ve y sale detrás de ella. Para cuando Matt se percata de sus alrededores, ambas se han ido.

El frío le cala los huesos a Saori, pero la razón de que su cuerpo siga trémulo se debe a la ola de sentimientos que le recorren el cuerpo. Escucha pasos detrás de ella.

"SAORI!!" – la llama Sora, corriendo tras ella.

"Sora…" – piensa mientras se detiene. Luego se voltea para verla de frente.

Sora de detiene frente a ella, Saori no adivina qué hay en su mirada. ¿Por qué no se ve enojada?

"Porque está triste…" – adivina, mientras espera que su alguna vez mejor amiga hable.

"¿Qué fue todo eso?" – le pregunta Sora, al fin.

"¿A qué te refieres?"

"Sabes de qué estoy hablando" – le responde Sora, observándola detenidamente. No puede evitar notar que Saori sigue luciendo tan frágil como cuando eran niños.

"No lo sé… no sé qué es lo que pasó allá. Es la verdad" – le dice Saori, bajando la mirada.

O podría decirle de los "encuentros nocturnos" que tienen ella y Matt desde hace algunas semanas, que comenzaron en la fiesta de cumpleaños de Mimi a la que ni ella ni Tai pudieron asistir, dándoles una oportunidad a dos adolescentes alcoholizados y atraídos uno por el otro de desahogarse.

Mientras Sora permanecía en silencio, no pudo evitar añorar los días en que eran sólo niños. Con digimons brincoteando alrededor y sin bandas, ni parejas, ni celos, ni peleas entre ellos. Pero el tiempo no puede retroceder, así que en su lugar, prefiere decirle otra verdad que existe entre ellos.

"El te eligió a ti… lo sabes, no?" – dice por fin Saori – "Te escogió a ti…"

Sora se sorprende un poco al escucharla. Frente a ella está su mejor amiga de la infancia, quién no interfirió cuando ella y Matt comenzaron a salir, a pesar de que todos conocían la profunda relación que existía entre ella y su actual novio.

"Saori-" – comienza Sora.

"Déjalo así" – la interrumpe Saori, mientras se da media vuelta para subir a su auto.

Sora la ve alejarse, hasta desaparecer en la oscuridad. Se queda pensativa unos instantes, hasta que por fin algo escapa de su interior.

"… pero creo que nunca te ha olvidado". – dice.

Después se da la vuelta y regresa al bar. Una vez dentro, nota que Matt ha comenzado a tocar sus canciones usuales. Se sienta en su mesa para seguir escuchándolo.

Mientras tanto, Saori llega a su casa y sube directo a su habitación. Cierra la puerta de un portazo. Busca algo dentro de su mochila, sin éxito. En su lugar, sale al balcón y se sienta en el suelo. Se pregunta qué demonios pasó en el bar hace un rato, no está menos confundida que Sora. Cierra los ojos y cada vez que lo hace sólo ve imágenes de Matt, moviéndose con ella en la oscuridad. Habían pasado 2 semanas desde la última vez, pero ella lo recordaba como si hubiera sucedido hace minutos.

Traía puesta la camiseta de Matt, mientras veía las luces de la ciudad por el balcón de su departamento. Su padre no estaba, para variar. Tal vez la vida para ellos ahora era muy diferente, pero hay cosas que simplemente nunca cambian, como el hecho de que los suyos tampoco estaban en casa, preguntándose donde estaba su hija.

"Qué piensas?" – le pregunta alguien, desde la oscuridad.

"En el Constructivismo Soviético" – le responde, sin emoción.

"Debí haber adivinado" – le responde Matt, tomando otro trago de su botella de agua. Observa cómo la luz escasa hace que la silueta de Saori se deje ver debajo de su camiseta. Es difícil de explicar la sensación que le recorre el cuerpo.

"Por qué?" – musita de pronto ella.

"Por qué… qué?"

"Por qué hacemos esto?"

Matt deja su botella de agua en el suelo y suspira hondo. Sabía que era demasiado bueno para no complicarse o intentar explicarlo.

"Porque… es lo que queremos"

Saori se da la vuelta abruptamente y clava sus ojos en los de él.

"Esto es lo que tú quieres? Tener alguien a quien decirle "te amo" durante el día y alguien con quien olvidarla por las noches?..."

Matt se queda mudo. Saori regresa a su antigua posición, observando la ciudad iluminada.

"Yo nunca quise esto" – continúa – "Yo quería los días y las noches, quería las canciones y los "te amo" para siempre. Para mí".

Matt siente el impulso de decirle "Eso es lo que yo quería también", pero sus músculos no responden. Está confundido, piensa en Sora, piensa en la razón por la que la eligió sobre Saori…

Y no la recuerda. Con Saori frente a él no recuerda nada.

"No está bien… no está bien lo que le hacemos a Sora" – le dice ella, volteándose para verlo. Matt no le responde y eso la motiva a recoger su ropa y salir de ahí.

Matt la ve levantar su ropa, regada por todo el suelo de su habitación y vestirse. La escucha abrir la llave de agua y la imagina salpicando su cara con agua helada, acomodándose el cabello y borrando cualquier rastro que él haya dejado sobre ella. Imagina que ella desearía poder borrar cualquier rastro que él haya dejado en su corazón así de fácil. La ve salir de la habitación, como si nunca hubiera estado ahí, como si él nunca la hubiera tocado.

Saori lo ve cabizbajo, sin idea de lo que pasa por su mente. La piel le brilla con el reflejo de la luna y tiene que hacer un esfuerzo sobrehumano para no acercarse a él, por no…

Sacude la cabeza para aclarar sus pensamientos. Camina hacia la puerta del apartamento y lo mira por última vez antes de irse.

"Adiós… Yamato".

Matt siente un sobresalto justo en el momento que la puerta es cerrada detrás de él. Sólo ella lo ha llamado así. Recuerda ese primer día en el Digimundo, la recuerda sonriéndole mientras lo llama por su nombre. Se sintió hipnotizado por esos ojos verdes desde entonces y eso no cambió jamás. Eso no ha cambiado.

Saori regresa a la realidad sólo para darse cuenta de que ha estado tarareando la canción de hace rato todo este tiempo, inconscientemente. Respira hondo y se repite que esa fue la última vez.

Al terminar de tocar, Matt está guardando sus cosas detrás del escenario, inusualmente callado. Los chicos de su banda ven a Sora acercarse y deciden dejarlos solos. Matt no se percata de nada hasta que la escucha llamarlo.

"Matt"

Se sobresalta unos segundos.

"Oh, no te escuché entrar. ¿Qué te pareció el show?"

"Estuvo bien…" – responde, mientras Matt se levanta y le planta un beso en los labios.

"Me alegro. Tienes hambre? Podemos ir a cenar algo"

"No tengo hambre…" – le dice ella – "Sabes que… Saori estuvo aquí esta noche".

Por un momento, Matt se congela y Sora lo nota.

"Ya veo… hace mucho que no hablo con ella. Lástima que no tuve oportunidad de saludarla" – le responde Matt – "Cómo está?"

"Está… bien" – le dice ella, sin saber realmente.

"Ya veo…" – responde con un tono indiferente – "¿Nos vamos?"

"Sí…"

Ambos salen del lugar y Matt lleva a Sora a su edificio de departamentos. Camino al suyo, toma una ruta distinta y se detiene frente a casa de Saori. Ve las luces de todas las habitaciones en penumbras, incluyendo la de ella. No se decide entre irse o tocar. No se decide entre dejarla o buscarla. Saca su celular y marca su número.

El silencio es roto en la habitación de Saori, voltea y ve la luz parpadeante sobre su cama. Se levanta y ve la palabra "Yamato" en la pantalla, parpadeando al unísono con el timbre. Titubea, pero al final vuelve a lanzar el aparato sobre su cama, esperando que deje de sonar.

Matt lo deja sonar hasta que la llamada se corta por sí sola. Levanta la vista de nuevo hacia su ventana, con esperanzas de verla. Sabe que está ahí, pues las puertas del balcón están abiertas, pero no hay señales de ella. Se rinde y vuelve a su auto. Saori puede escuchar el ruido del motor al encenderse y alejarse a toda velocidad. Un suspiro hecho de alivio y decepción escapa de sus labios.

Notas : Well… primer capítulo off. Espero les haya gustado.

Song: Zoé – Paula.