Disclaimer: Para todos los capítulos de esta historia: ningún derecho es mío. Sólo el derecho a vivir y a imaginarme los personajes en las situaciones que YO estime conveniente. :)
Spoilers: todos
N.A: Éste es el fic del concurso del foro gsr-spain punto foro punto st. Por si acaso, la idea de Bleach, no es mía ¿ok? sólo que me pareció que en algún momento iba a salir.
Las bases son:
Temática: GSR
Trama: Podeís usar la trama que querais, todo está permitido.
Extensión máxima: vuestra imaginación.
Requisito: tomar como punto de partida el final de la séptima, esto es, el capi completo de Living Doll o el final del mismo, cómo comienzo del fic.
LOOSE CANNON
por K. A. Mendelsohn
Grissom tomó a Natalie por los hombros y la zarandeó.
¡Detén esto! – subió el tono de voz hasta gritar - ¡Dime dónde está Sara!
Pero ella seguía cantando para sí misma. Una angustia opresora se apoderó del CSI: no iba a sacar nada de la asesina. Natalie estaba completamente loca y Sara estaba bajo un automóvil en el cualquier parte del desierto de Nevada.
De golpe, se abrió la puerta de la sala de interrogatorios. Con paso ágil entró Brass seguido de dos policías fornidos.
- Llévensela – gritó molesto para hacerse oír por sobre el cántico infernal. Dirigiéndose a Grissom añadió – Gil, tenemos que hablar… – indicó de reojo al espejo falso al tiempo que agregó- … fuera de aquí. Vamos a tu oficina.
Grissom se levantó con la mirada perdida. Parecía como si no escuchara a nadie.
Entró a su despacho y Brass le siguió. Cerró la puerta tras ambos.
- Gil, no puedes comportarte así. Yo sé que Sara es alguien muy querida por todos, especialmente por ti, pero los sospechosos no pueden ser interrogados de esa forma. No puedes perder el control…
Unos golpes en la puerta hicieron que Brass se interrumpiese para abrir. Era Ecklie. Su rostro nunca había denotado mayor furia que ahora. Sin mirar a Grissom preguntó a Brass
- ¿Alguien me puede explicar qué sucede¿Brass¿Por qué Grissom tiene privilegios especiales y de pronto puede hacer lo que se le da la gana en la sala de interrogatorios?
Grissom intervino
- No fue culpa de Jim. Yo le pedí hablar a solas con Natalie, pero no conseguí nada.
- ¡Obviamente que si maltratas a los sospechosos no obtendrás nada! – vociferó Ecklie – Brass, déjanos solos.
El detective cerró la puerta no sin antes dedicar una mirada compasiva a su amigo.
- Grissom, creo que sabes por qué he venido – él no contestó. Con un gesto de cansancio se sentó en su sillón. Ecklie continuó – Esta situación es muy delicada. Involucra a uno de los nuestros. A dos, en realidad. Personalmente a ti ¡Esto dejó de ser un juego, Grissom¿Te das cuenta del lío en que nos has metido a todos por una de tus aventurillas? Ya no voy a poder cubrirte el trasero…
Ecklie no alcanzó a terminar, porque Grissom se había levantado y lo había tomado por el cuello de la chaqueta, enfurecido. Lo empujó fuertemente contra la pared y lo mantuvo en esa posición por algunos segundos. Luego lo soltó y se marchó a paso raudo, con la sangre hirviendo de rabia e impotencia. Ecklie corrió tras él por el pasillo, pero no le alcanzó, lo que le obligó a gritarle frente a todo el equipo.
- Estás fuera, Grissom ¿me oyes¡Fuera de la investigación!
Grissom se subió a la SUV negra y condujo en dirección a su casa. Nunca le había sucedido que sus sentimientos empañaran su razón, pero ahora le parecía imposible separar a ambos ¡Era Sara¡Su Sara la que estaba en peligro de morir! Si no lograba pensar con claridad, la perdería. Justo lo que más temía en la vida. Tenía que luchar contra su deseo de salir a buscarla por todo el desierto gritando su nombre. Tenía que concentrarse. Tenía que descubrirlo. Tenía que salvarla. La lluvia contra el parabrisa. La noche. Luz roja. Los frenos ¡Dios!
Quedó detenido en el semáforo. Casi había atropellado a un gato. Respiró profundamente.
Llegó a casa y se sentó en el escritorio de trabajo. No sabía qué más hacer. Sabía exactamente cuán preciado era cada segundo que transcurría, pero no era capaz de evitar la sensación de desesperación que le producía la ausencia de ella. De pronto, escuchó un ladrido y vio al boxer aparecer por el umbral de la puerta, meneando la cola.
- ¡Hey! – Bruno era el único capaz de arrancarle una sonrisa en un momento como ése – Ven acá – el perro se quedó donde estaba. Grissom tuvo que levantarse para ir a su encuentro. Una vez en el dormitorio, le acarició la cabeza. Cuando levantó la mirada, vio la cama donde dormía cada noche junto a Sara. Sobre el velador de ella había un crucigrama sin terminar lo que le trajo a la memoria la noche recién pasada.
- Capital de Kirguistán, tiene 7 letr…
- Bishkek
- ¡Dios, Grissom¿hay ALGO que no sepas? – dijo mientras sonreía y anotaba el nombre en el crucigrama.
Grissom, quien se encontraba acostado a su lado leyendo un libro, se sacó los anteojos y la miró. Se veía tan bella cuando no estaba preocupada por el trabajo. Todo en Sara le parecía hermoso y natural. Cerró su libro, y lo dejó junto con los lentes, sobre la mesa de noche. Se giró para abrazarla. Ella se acomodó, dándole la espalda, pero jamás soltó su puzzle. Él apoyó su barbilla en el hombro suave para poder ver lo que ella escribía. Pasó un brazo alrededor de su cintura y comenzó a acariciar su vientre.
- Hay algo que no sé, Sara.
- ¿Qué? – dijo ella distraída, todavía rellenando cuadros.
- No sé si voy a poder dormir esta noche – le dijo al oído con la voz más grave que pudo.
Sara rió – ¡No empieces! Que mañana nos toca turno doble. Recuerda que los del turno de día nos cubrieron la semana pasada.
- ¡Ooooh! – exclamó Grissom con desilusión - Entonces… - agregó mientras le quitaba la revista y la dejaba en la mesa, haciendo caso omiso a las protestas de ella - … vamos a tener que utilizar el tiempo de los crucigramas – la besó con pasión. Ella le besó de vuelta y tiró el lápiz lejos.
Grissom tomó el crucigrama y lo miró por largo tiempo. De pronto, una luz asomó a sus ojos. Tomó un lápiz de su bolsillo y escribió las siguientes letras hacia abajo. B-L-E-A-C-H. Hacia el lado escribió Blunt force trauma, Liquid nicotine, Electrocution, Asphyxiation, Car accident, H…
La expresión de extrañeza en su rostro se transformó en sorpresa y luego en angustia. Buscaba frenético su celular. Cuando lo encontró, llamó directamente a Brass.
- Aquí Brass
- Jim¡tienes que vigilarla!
- Gil, lo siento. Ecklie nos ha prohibido contactarnos contigo…
- Jim, escucha, por favor ¡Natalie se va a suicidar!
- ¿Qué?
- ¡Se va a colgar¡Jim, por favor!
- Está bien, iré a verla ahora mismo ¿Y esto lo sabes porque…?
- No importa, lo único que importa ahora es que ella es la única persona que sabe donde está Sara – y cortó.
Pasaron un par de minutos que se le hicieron eternos. Su celular sonó.
- ¿Jim?
- Está viva, Gil, pero la mantendremos observada.
- ¡Gracias a Dios! … gracias, Jim. Adiós.
- Adiós.
Ya con la mente más despejada y los objetivos claros, se despidió de Bruno y se metió a la SUV. Condujo en dirección al centro de Las Vegas.
TBC
