este fic lo escribí antes que el de Enemigos Eternos pero no me convencía mucho además de que llegué a un punto en que me bloquee pero me dije: bueno lo publico de una vez :D. No sé ustedes pero yo noté como que al Mayor le gustó Integra, sobre todo en el manga es más notorio, o por lo menos esa fue mi percepción. He visto muchos fanarts de Integra x el Mayor y de Integra x Maxwell, curiosamente son más con Maxwell que con el Mayor y eso que la de Maxwell por Integra es una pareja que no me puedo imaginar porque es un odio a muerte a diferencia del AxI que es un amor-odio, y con el Mayor pues hay más indirectas de que le simpatizó Integra (aunque naturalmente sería algo no correspondido).
De los fanarts que he visto de IxMayor la mayoría son de comedia, donde Integra no le corresponde o sale Alucard celoso a defenderla, pocos son donde Integra le corresponde y son serios (o sea que no son de comedia) como la imagen de portada que no se ustedes pero a mi se me hace muy desconcertante, esa imagen es de deviantart de Svirko_Draculina. Hay una imagen que no se de quien sea pero ponen al mayor guapo: es alto y delgado y había pensado que para este fic el mayor fuese guapo (y de hecho esa sería la imagen de portada) pero dije nah! que sea como es él, porque después de todo lo único que lo hace feo es que es gordo y bajito y pensé que si lo hacía "guapo" no sería el mismo mayor que todos conocemos.
Es de acción, aventuras y con algo de comedia, además la historia va cambiando de escena separado por una línea, como sucesos que ocurren al mismo tiempo pero en distintos lugares. Integra tiene 20 años y no 22. En esta historia no salen ni Pip ni Seras ni la sección XIII. Y por supuesto es un AxI, bueno ya me de demoré con las explicaciones, ahora sí los dejo para que lean.
El Ataque de Millennium
—Alucard no puede cruzar el mar por sí solo, esa es su debilidad, aunque puede transformarse en murciélago; de cualquier modo llegar a tierra firme le tomará cierto tiempo. ¿Ya todo está preparado?—. Hablaba el Mayor con el Doc.
—Sí Mayor, en unos minutos ella tendrá el reporte.
—Bien, enciende el monitor.
Integra había recibido la noticia de que un barco militar había sido atacado por un vampiro, de inmediato envió a Alucard en un jet. La joven veinteañera seguía a su sirviente a través de un monitor.
—Alucard, elimina al vampiro, evita destruir el barco, hay personas ahí, debes de salvar a la mayor cantidad de personas posible—. Le había ordenado antes de que partiera.
—Sí mi ama.
Alucard aterrizó en el barco saltando desde el jet. Mató a todos los ghouls que encontró mientras recorría el barco tranquilamente buscando al vampiro ese. Hasta que llegó a la proa y vio ahí a un tipejo devorando a un humano.
—Así que eres tú quien ha hecho todo este alboroto, por tu culpa me he perdido la cena—. Sacó su pistola y lo mató. Sonrió satisfecho de que ahora podría volver a casa y poder cenar a gusto; miró el mar, se veía tan negro como la obsidiana, un abismo de oscuridad, tal y como era su vida, nunca terminaría de descender. Le encantaba el mar a pesar de que no podía estar en él.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una molesta sensación: no estaba solo. Bajó hasta llegar al camarote del capitán y no pudo evitar la sorpresa al verlo. El hombre lobo de Varsovia de 1944.
—Al fin nuestro hombre ha encontrado a su presa. Pongan en marcha la fase 2 del plan.
—Sí señor—. El Doc, sacó un radio comunicador y habló. —A todas las unidades, está en marcha la fase 2.
Hans Günsche empezó a pelear con Alucard, el vampiro sabía que sus balas no servirían de nada, estas eran para vampiros no para hombres lobo y pelearon a puño cerrado. Alucard le asestó un puñetazo en la cara, haciendo que el otro cayera al suelo pero de inmediato se incorporó pateando en la cara al vampiro.
La puerta que daba al exterior del barco se rompió estrepitosamente cuando el cuerpo de Alucard salió volando chocando con la puerta. Nunca le había agradado este sujeto, los hombres lobo no eran su especialidad, sin embargo era divertido.
Hans salió transformado en lobo, esto se estaba complicando. Alucard se transformó en Baskerville, sin embargo su perro del infierno no se comparaba con el gigantesco lobo blanco que tenía delante. Y como si fuera pelea de perros intercambiaron dentelladas y zarpazos. El hombre lobo mordió en el cuello a Baskerville pero no lo mordió lo suficientemente fuerte para romperle el cuello y Alucard notó que había controlado la fuerza con la que ejercía tal acto.
—Integra dame la orden, libera mis sellos—. Habló a través de la boca del perro sabiendo que su ama lo veía por un monitor. —¡Integra!—. Algo no estaba bien.
—¿Qué pasa? He perdido la señal de las cámaras de seguridad—. Decía Integra. Todos los monitores mostraban una vista borrosa de puntos blancos y negros. —Walter envíame una imagen satelital. Infórmale a la marina que he perdido la señal y muéstrame una imagen en el radar.
—Sí señora.
Integra se quedó en su oficina checando los cables y las conexiones para luego golpear los monitores esperando que respondieran. Levantó la bocina del teléfono, no tenía señal.
—Walter algo va mal—. Salió de su oficina y corrió al balcón que daba al vestíbulo. Se quedó paralizada en su sitio; Walter estaba de pie en mitad de las escaleras. En ese momento entraban soldados con la esvástica nazi en sus uniformes y pasamontañas rompiendo puertas y ventanas. Salían de todas partes y parecían no terminar.
—Sir Integra póngase a salvo, yo trataré de contener a los enemigos.
—¡Walter!
—¡Váyase!
—Walter te ordeno que regreses con vida.
—Sí señora.
Integra corrió hacia su oficina y se llevó sus dos pistolas y una espada, salió por un pasillo secreto que era una ruta de emergencia en caso de incendio que daba al jardín trasero.
—Qué comience la cacería—. Sonreía el mayor.
—Integra está sola, ha salido al jardín, repito ha salido al jardín—. Decía un soldado a través de su radio.
Integra corría con toda su alma, debía de resistir hasta el regreso de Alucard, había enviado a sus soldados para atacar a los enemigos que estaban invadiendo su mansión y ayudaran a Walter.
—¡Alucard regresa!
Repentinamente Hans se detuvo, tenía a Alucard debajo de sí, se incorporó y corrió hacia la borda del barco y saltó al mar.
Alucard se quedó desconcertado un momento, pero luego entendió. —¡Mierda!—. El barco explotó.
Cada vez más soldados salían de la mansión, eso significaba que sus tropas estaban perdiendo… y también Walter. Integra disparó a todos los soldados que se acercaban a ella, y a pesar de no estar concentrada como en la sala de tiro, sus disparos eran precisos y les daba a todos en la cabeza.
Se acabó un cargador y sacó su otra pistola. El número de soldados iba en aumento. —Mierda ¿de dónde salen?—. Se decía a sí misma.
Se acabó el cargador de la segunda pistola, sacó su espada y de un tajo decapitó a uno y a otro y a otro. Un francotirador estaba apostado en el techo de la mansión y le dio un certero tiro en el pecho de la chica rubia.
Integra sintió un pinchazo en el pecho y se quitó el dardo con plumas amarillas. Sus movimientos se volvían cada vez más torpes, a uno sólo le cortó el brazo, después el peso de la espada se volvió demasiado y no la podía ni alzar. Trastabilló, pero puso un pie adelante para no caerse y juntando sus pocas fuerzas levantó su espada y decapitó a uno.
—¿Que esta mujer no se rinde?—. Decían los soldados.
—Dispara otro dardo.
—No, no tardará en hacer efecto.
Todo se volvió borroso, apenas si distinguía las siluetas, se cerraron sus ojos, entonces cayó al suelo sosteniendo su espada todavía.
—¡Por fin!—. Exclamó uno de ellos, le quitó la espada con fuerza y la cargó sobre su hombro como si fuera un bulto.
—Déjala estúpido, yo me la llevo—. Walter se abría paso entre los soldados y le quitó a Integra de su hombro, llevándola él en brazos. —Vámonos.
Alucard había alcanzado a transformarse en niebla. Avanzaba lo más rápido que podía ya que el estar en el mar limitaba sus poderes. —Integra—. Podía sentir que estaba en peligro.
Un barco rescatista se acercaba a la zona tras recibir la señal de S.O.S que había sido enviada por los tripulantes del barco antes de ser convertidos en ghouls. —Qué rápidos—. Ironizó. Se movió hacia ellos.
—Capitán esa niebla se acerca a nosotros.
—Eso no es posible.
La niebla gris envolvió el barco, ahora que estaba en algo firme sobre el mar podía moverse más rápido e hizo girar el barco en U.
—Capitán, nos estamos yendo de regreso, volvemos a tierra firme.
—¿Qué le pasa a esta cosa?
—No puedo controlar el timón, ¡nada responde!
—¡Maldición!
En poco tiempo el barco se estrelló contra un muelle. La niebla abandonó el barco y se fue volando serpenteando en el cielo negro hacia la mansión Hellsing.
Agentes de la MI6 estaba en la mansión Hellsing evaluando los desastres de la masacre: los soldados de Hellsing muertos brutalmente, las ventanas rotas, la puerta destrozada, sangre por todas partes y cenizas en el jardín trasero que eran los restos de los enemigos caídos.
—Se llevaron a Integra y a Walter—. Decía sir Islands.
—No, sólo a Integra, Walter se fue con ellos por su propia voluntad, él la traicionó—. Tomó el dardo tranquilizante y lamió los restos de sangre que quedaban en él.
Sir Islands hizo un gesto de asco.
—Las alarmas de seguridad fueron desactivadas y eso sólo se puede hacer desde la oficina de Walter. Por eso Integra no pudo reaccionar hasta que los tenía encima—. Levantó la espada mostrándosela a sir Islands como prueba de lo que decía. —Y peleó hasta que sus fuerzas se lo permitieron.
—Bueno los agentes se encargarán de encontrarla.
—No lo harán, sólo son humanos, a decir verdad no sé para diablos los llamaste.
—Porque esto es lo que se hace en casos de secuestro.
—En casos normales de secuestro, pero esto es distinto, no son simples mafiosos, se trata del grupo de Millennium, ¿los recuerdas?
—El grupo de aquel mayor loco—. Sir Islands estaba desconcertado.
—Así es y estos humanos serán presa fácil para ellos, por su propio bien diles que aborten la misión. Ahora, si te llame fue porque en algún momento necesitaré que alguien libere mis sellos de restricción. Sólo mi amo puede hacerlo pero ella está secuestrada; sin embargo van Hellsing dejó una cláusula en la que estipula que si el amo en turno está incapacitado para ejercer su control sobre mí, se debería de buscar un amo temporal para que me controle. Esto es en caso de que el líder actual este muy enfermo, comatoso o muerto, y el nuevo amo sea un recién nacido o un niño pequeño. Integra ya tenía doce años cuando se hizo cargo de mí así que no se aplicó esta cláusula, pero ahora te pido que seas mi amo temporal, sólo temporal.
—Por supuesto que sería sólo por un tiempo, quien querría tenerte a ti como mascota—. Se indignó.
El vampiro sonrió. —Lo siento pero ya no confío en nadie, aunque a pesar de todo eres el candidato más viable.
—Está bien, me haré cargo de ti, seré tu amo temporal.
—Bien, tengo entendido que estás versado en el conocimiento oculto así que no te costará trabajo aprender los sellos de restricción y las palabras para liberarlos. Ahora necesito una gota de tu sangre.
—¿Para qué?—. Se escandalizó.
—Todos mis amos deben de darme un poco de su sangre para crear un vínculo con ellos así sean permanentes o no. Créeme que esto no es agradable para mí tampoco.
Bufó y de mala gana se desprendió de su broche y con el alfiler de este se pinchó el dedo índice, haciendo un gesto de dolor y Alucard rodó los ojos. —Espero que eso sea suficiente.
—Sí, lo es—. Con la misma mala gana que su interlocutor, se hincó sobre su rodilla, tomó la mano del hombre delante de él y le dio un rápido lengüetazo a su dedo sangrante. —Tu sangre sabe rancia—. Se quejó.
—Cierra la boca insolente—. Se molestó, pero luego recobró la compostura. —Mi primera orden para ti es descubrir dónde está Integra y qué es lo que traman nuestros enemigos.
—Sí mi amo.
Bueno esto ha sido todo por ahora, espero que les haya gustado esta historia, nos vemos en el próximo capítulo, espero sus comentarios :3
