Nota: Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen a mi si no a Masami Kurumada, esto es sin ningún fin de lucro.

Fragmentos en cursiva: actualidad.

Capitulo 1:Los tios favoritos

Esa mañana radiante, un par de viejecitos reían uno al otro bajo la sombra de un árbol, ellos dos sentados en una banca común del parque acostumbrado en la ruidosa ciudad japonesa. Ambos con sus pantalones arrugados y camisas desgastadas pero con chistosos sombreros que les regalaba una sonrisa a cada persona que les paseaba por enfrente; mirando sus últimos años de vida pasar.

Amigo, ya no puedo caminar hasta mi casa, tendrás que llevarme cargando—decía uno al sobarse las rodillas.

Lo lamento Shun, pero la artritis no me deja ni mover las piernas así que mejor busquemos un taxi.

De pronto, mientras los ancianos miraban hacia el final de las rejas de ese parque natural esperando divisar en esa banca un taxi; una chiquilla muy parecida a la hermana de uno de los ancianos, derramó su helado cerca de ellos y se puso a llorar de una manera que les conmovió a los dos ancianitos. Minutos mas tarde, la madre de esa pequeña le tomó entre sus brazos y se la llevó de las miradas inquietas, sin embargo, a esos dos personajes les removió recuerdos.

Shun ¿te acuerdas la vez que sucedió lo del helado?—pregunto el arcaico caballero del pegaso a su amigo con un mohín que se tornaba divertido entre sus marcas del tiempo.

Mmm...si como olvidarlo—rió Andrómeda y le devolvió la mirada— Han pasado los años y no puedo dejar de reír de ello. Recuerdo que todo comenzó así:

Aquella mañana eterna, esa pequeñita esperaba inquieta bajando una y otra vez las escaleras de su preciosa casa a escasos minutos de que su madre había partido. Y es que no era que fuese de familia acaudalada, pero debido al buen trabajo que tenia su padre en la fundación Graude, la pequeña vivía con mas de lo necesario. Esa casa tenia el toque hogareño de la madre contrastante con el minimalista de su padre. Se podía ver por el pasillo diversas pinturas clásicas en la blanca pared, vastos retratos de amigos y uno que otro abundante de un personaje en especial. Lo más curioso de toda esa casa, era la exclusiva e "intocable" colección de ositos de felpa del padre.

La chiquilla estaba ansiosa desde días atrás debido a que sus tíos favoritos le habían prometido que en su cumpleaños la llevarían a una heladería y podría subir a los juegos mecánicos que quisiese. Esa cita con sus tíos era todo un secreto, ya que su padre era más que sobreprotector cuando de su pequeña Esmeralda se trataba. Así que con complicidad de la madre, esa tarde podrían hacer su santa voluntad hasta que el atardecer se aproximara.

De pronto, un carro azulado dejo observarse tras los ventanales y la pequeña castañita corrió hacia la puerta.

Un hombre bastante risueño seguido de otro que le comenzaba a fastidiar, bajó del auto con singular alegría. La pequeña salió disparada hacia los brazos de su familiar, que al verla aproximarse, la tomó entre sus brazos con ternura.

— ¡Tío Shun! te extrañe—vociferaba con única alegría la pequeña Esmeralda hacia un hombre de aspecto impecable.

—Hola Esmeralda, yo también—decía el caballero de las cadenas con una enorme sonrisa, cargando de la cintura a su pequeña sobrina. Fue entonces que otra figura que se empezaba a quitar la corbata y que combinaba sus tenis favoritos rojos con un particular traje formal, le estiraba los brazos y miraba con reproche:

—Eres muy mala Esmeralda, ¿qué acaso a tío Seiya no te da gusto verle como a tío Shun?

La pequeñita al volver al suelo, le regalo una mirada tierna hacia su tío pegaso y se aproximo de inmediato a sus brazos.

—Perdón tío Seiya, también te extrañe—decía la niña mientras se agazapaba en los brazos de su familiar y este le revolvía los cabellos.

—Eres un celoso, nunca cambias—bromeó Andrómeda mientras miraba el mohín divertido de su amigo castaño—Bien, tenemos poco tiempo antes de que regrese mi hermano a casa con un gran pastel.

— ¿Entonces si me llevaran por helados como prometieron?—sonrió la pequeña de cabello candela con singular emoción.

—Claro, por eso estamos aquí. ¡Así que sube al carro y vámonos a la gran heladería!—gritó con cierta voz chistosa el japonés y a la orden, la niña obedeció en compañía del joven de cabellos verdes.

Tras recorrer algunos kilómetros en el auto desde la casa de Ikki, por fin llegaron a un iluminado parque infantil con enormes diversiones y atracciones, haciendo que la niña no pudiera de emoción. Caminaron entre la gente, internandose en un pequeño restaurante exclusivo para niños y consecutivamente, pidieron la mayoría de los platillos divertidos con postre que había en el menú, a excepción del pollo que le prohibía comer el fénix a su hija.

—Señorita, cómase todo su helado o si no vendrá el grillo maldito por usted—decía el pegaso mientras se atragantaba con dos cucharadas del enorme helado con galletas y chispas de chocolate que había pedido.

— ¡Seiya! —corrigió Shun con preocupación, lamiendo su cuchara de helado—no le digas esas cosas a Esmeralda. Si Ikki se entera que la asustaste, nos matara por alimentar su imaginación.

— ¿Quién es el grillo maldito, tío?—indago con cierta curiosidad la castaña. El pegaso observo que nadie lo mirara a su alrededor y con ciertos ademanes terroríficos, le narraba a la niña:

—Es un monstruo terrible que viene por los niños en las noches y les come los sesos. Hace ruidos muy extraños, jadeantes; vivía en la mansión de tu tía Saory cuando éramos pequeños pero ahora anda suelto por todas las calles en busca de sus victimas.

La niña se quedo pasmada un par de segundos y luego le refutó a su mayor:

—Tengo dos preguntas, ¿es enserio eso del grillo maldito?

El mayor puso una cara estrictamente grave y le afirmó:

—Si, muy enserio Esmeralda, así que debes portarte bien y comerte tu helado.

—Entonces creo que lo escuche anoche; estaba en el cuarto de mis papas porque se oían ruidos extraños así como dices tío—dijo la pequeña mientras desviaba sus ojos al techo, pensando, tanto sus parientes la atendían intrigados— Si creo que si, porque mi mami al otro día en el desayuno le susurro feliz a mi papi que esa noche había aparecido un monstruo fiero en la cama que no le conocía.

—Bueno... —contestó de lo más sonrojado Seiya, que junto con Shun, solo se miraban avergonzados ante aquellas comprometedoras revelaciones por parte de la pequeña. Definitivamente Ikki no debía enterarse jamás que sus secretos nocturnos llegaron hasta sus oídos o los haría añicos, por lo que de inmediato Seiya cambio el tema— Y... ¿y cual era tu otra pregunta, bonita?

— ¿Qué si ya es como dice mi papá, "oficialmente mi tía", la señorita Saory?—pregunto la pequeña mientras Seiya tomaba un poco de soda intentando calmarse en vano.

El pegaso al escuchar la pregunta, se comenzó a atragantar con su bebida y de inmediato se coloco una servilleta para escupir aquello con lo que se estaba ahogando, haciendo reír a sus sobrina y a Shun con su actitud.

—Pues eso... aun no lo se—contestó decepcionado el pegaso recargándose en la su silla.

—Vamos Sei, ¿llevas casi diez años viviendo con Saory y no te has casado?—cuestionó Andrómeda.

—Shun, tu sabes porque no lo he hecho; ella siempre se la pasa viajando, ya sabes porque es Athen...—el santo se dio cuenta de la mirada de su sobrina y cambió su conversación—atea y anda de Grecia y Japón todo el año, nunca tiene tiempo para mi.

—Mi papa dice que es pecado vivir con alguien y no casarse; por eso se caso con mi mamita Seika cuando yo naci y por eso a mi tío Shun no lo deja tener novia y vive solo.

Al terminar de decir esto, Andrómeda fue ahora el atragantado, sonrojándole por completo y haciendo que Seiya soltara una carcajada.

—Si claro, tu inocente tío Shun no sabe de amor—comento Seiya hacia la pequeña— ¡Ah! pero habría que preguntarle a tu papi si recuerda a una tal Ju...

— ¡Seiya!—gritó Shun de lo más apenado, llamando la atención de toda la gente. —Esta bien, ya me calló.

En otra parte de la gran ciudad, Seika había raptado a su esposo Ikki después de salir de la oficina a regañadientes, llevándolo hasta a una cafetería, en complicidad con su hermano y cuñado.

—No entiendo porque estamos aquí Seika, deberíamos estar con...—el fénix se acerco al oído de su esposa y le susurro con cierta pena—"con mi ratoncita" —continuo el santo retomando su seriedad—festejando su cumpleaños.

—Ya te dije que Shun quiso darle una sorpresa y por eso me la pidió hasta las cinco de la tarde—comento nerviosa la castaña mientras veía la mirada de reproche del hombre al tomar "relajada "su café tanto ella pensaba: "solo que probablemente Seiya se les unirá y todo termine como la ultima vez".

Algo no esta bien, lo presiento—especuló el fénix observando detenidamente a su esposa.

— Disfruta de tu café, Ikki. Ya en unas horas más la festejaras como siempre.

Y si, Ikki era de lo mas flexible al prestar a su pequeña cuando de Shun se trataba, y claro, depositaba una ciega confianza en el responsable y tranquilo muchacho, pero cuando su otro tío caótico se les unía, podrían destrozar todo Japón y él siempre terminaría aguantando las vergüenzas y pagando cosas sin sentido debido a las grandes ideas del pegaso.

Como la vez que intento robarse una dona gigante de un restaurante profesando que era un gran salvavidas para la playa y al pretender hacerlo, romper el gran ventanal principal del restaurante. No podía olvidar la llamada de su hermano diciendo que necesitaba su ayuda debido a que el pegaso y él estaban encerrados en prisión por intentar robarse una gran dona y su pequeña hija estaba afuera esperándolos. Casi muere de un infarto al enterarse; su calmado hermano y su dulce hijita en prisión por su adorado cuñado. Por aquella y otras razones mas, siempre que escuchaba el nombre de Seiya, venían unos duros dolores de cabeza, sin embargo, era su familia y solo le quedaba aguantar.

Por otra parte, extrañamente aquella tarde había salido sin contratiempo. Shun, Seiya y Esmeralda ya habían comido helado hasta reventar; luego habían subido a los juegos mecánicos sin que el pegaso se mareara ni volviera el helado sobre una de las chicas a las que por lo regular coqueteaba. Incluso habían tenido tiempo para fotografiarse con las botargas de peluche del parque sin que el pegaso insistiera en pagar para que lucharan entre ellas o le prestaran su disfraz. Todo estaba bien, todo, hasta ahora.

— ¡Ya me desepere, vamonos a la casa, Seika!, ya falta media hora para las cinco—reclamó el santo del fénix al mirar su reloj, que como orgulloso papá, solo deseaba estar con su pequeña.

—No, pero si estábamos pasando muy bien—respondió Seika tomándole de la mano para que no se levantara.

—Es el cumpleaños de mi Esmeralda y no pienso perdérmelo. Y si no nos vamos ahora, tú te quedas.

—Esta bien, solo déjame ir al baño y nos vamos—objetó resignada la castaña al ver la determinación de su amado y tan pronto la joven madre llegó al sanitario, sacó su teléfono móvil y le hablo desesperada a su hermano:

—Seiya, que bueno que contestas; Ikki ya va a la casa. Apresúrense y lleguen primero, ahora.

—Shun, debemos irnos, ya es tarde—vociferó Seiya comenzando a sentir una ligera adrenalina al colgar el teléfono.

—Tío no quiero irme, todavía falta ir a comer pizza.

—Lo siento Esmeralda, pero sabes como es tu padre, así que será en otra ocasión—contestó el pegaso, sosteniendo de los hombros a la pequeña de ojos tristes. Sera una misión imposible llegar antes que Ikki.

Conforme a la situación, Seiya, Shun y Esmeralda salieron corriendo rumbo al estacionamiento y justo al encontrar su coche, el pegaso tomó las llaves del auto y manejo a toda prisa el carro, mientras Shun se aferraba a su cinturón de seguridad y la pequeña se divertía ante la velocidad con la cual se movía el carro. Por un momento al conducir, Seiya se giró hacia su pasmado amigo y le regalo una sonrisa confiada:

—Tranquilo Shun, antier le revise las bolsas de aire al carro, así que no te preocupes si chocamos, no morirás—afirmó el pegaso al observar la cara pálida de su compañero copiloto, quien se aferraba al asiento ante la inercia del vehículo.

Mientras tanto, Ikki abrió su casa alterado buscando a su pequeña hija por el interior de la casa.

—No están, aun no están...

Y justo a escasos metros por llegar, Seiya observó que el carro de Ikki ya estaba en la puerta, así que metió el acelerador hasta el fondo, sin embargo, no tomó una distancia razonable entre su carro y el de Ikki , cuando solo vio como su carro y el del fénix colapsaban provocando un ruido estruendoso por toda la calle.

El alumno de la Isla muerte al escuchar tal desatre, observó incrédulo desde la puerta los restos del festejo.

— ¡Mi carro, mi carro!—gritaba histérico el santo del fénix en el portal de su casa.

Mientras tanto, Seiya y Shun se mantenían en silencio en el interior del carro, pues ver a Ikki encolerizado les daba escalofríos.

—Tío Seiya no te preocupes, empeñaré mis muñecas y le pagaremos a papa—termino la niña al observar como apenas se comenzaba a abrir la bolsa de aire sobre el rostro de Shun.

Como olvidar la cara de susto de Ikki al ver su automóvil destrozado, por poco y lo perdemos—añadió el anciano Shun, incorporándose con su bastón para irse, despues de percibir el nublar del cielo.

Que bueno que me perdono y no cancele el seguro un día antes, si no aun le estaría pagando.

Sonrió el otro con inocencia y le estiro la mano para partir.

En fin amigo, ¿entonces qué pedimos, un taxi para que nos lleve a casa o una ambulancia?

Continuara...

Sorpresa amigs lectores, se preguntaran el porque de este fic y lo cierto es que es resultado de tener la voluntad suficiente para escribir y divertirme en un momento trascendental en mi vida y como hay demasiado drama aquí, prefiero hacer un fic humorístico. Quizá tarde mas tiempo del normal en actualizar en todos mis fics que como lo hacia antes, pero no es un abandono, solo un poquito mas de paciencia en la sala de espera y prometo que no se arrepentirán.

Este fic esta muy relacionado con " sueños sin color" y quizá encuentren varias respuestas que se quedaron el aire aquí.

Así que bienvenidos a un capitulo mas "del asilo del Zodiaco" y gracias por volver a confiar en mi! (la próxima aventura vendrá tío dragón y tío pato,wi!)