Disclaimer : Beyblade no me pertenece. Es propiedad y creación del maestro Takao Aoki.


¿Qué pasaba por la cabeza de Kai? ¿Acaso habían hecho algo malo? Es decir, eran un equipo, eran algo muy parecido a una familia. ¿Por qué entonces Kai los había abandonado así como así? ¿Sería que lo que había pasado entre ellos estaba mal? La mente de Rei Kon no podía con la frustración. Era como si las ideas llegaran solas, violentas e invasivas hasta convertirse en algo similar a la ansiedad o al pánico, podría incluso ser impotencia o culpa.

Y es que la noche anterior a que Hiwatari desapareciera, ambos compartían habitación. No era un secreto que él se llevaba bien con el chico bicolor, o por lo menos parecía comprenderlo un poco más que el resto, así que había sido utilizado como sacrificio. No le parecía mal, de hecho, estaba bastante cómodo con ello, quizás estaba demasiado cómodo y ése había sido el problema. No era un adulto aún, sus emociones permanecían como un misterio para sí mismo, pero comenzaba a explorar las posibilidades. No estaba del todo seguro de si era por la edad o por no haber hallado a la persona adecuada pero era la primera vez que se sentía atraído por alguien.

Sí, es correcto, aquel feroz tigre sentía una afinidad enérgica por el joven dueño de Dranzer. Sabía que no era mera admiración porque, vamos, era un adolescente y su cuerpo reaccionaba ante la presencia de éste, y ése, entre todos, había sido uno de los más grandes conflictos al compartir un cuarto con él: No logró ocultar lo que su anatomía quería gritar.

De una o de otra manera, Kai lo notó y por muy extraño que le pareciera a Rei, era correspondido. Sin embargo, si él no hubiera estado en esa situación, ¿aún le habría dicho que era mutuo? El cuerpo humano a veces nos hace decir cosas en momentos inapropiados y pro las razones equivocadas. Bien, no pasó a mayores, nada más allá de un simple beso fugaz, el primero de ambos, o al menos el primero con consciencia de que existía una atracción real entre ellos, un magnetismo que los impulsaba a querer estar al lado del otro.

¿Qué se suponía que pasaba después? Un silencio los envolvió y no hubo más. ¿Así se suponía que fuera el primer beso? Ambos se miraron abochornados y se alejaron a sus respectivas camas. Rei apagó la luz y le deseó buenas noches al otro.

A la mañana siguiente, Kai despertó alterado, había tenido sueños difíciles; Rei, no había podido conciliar el sueño como era debido. El temor del chino era claro: ¿Habría sido el causante de que ahora Dranzer fuera reemplazado por Black Dranzer y robara las bestias de sus amigos? La culpa lo carcomía.

Un suspiro.

Todo era su culpa.