DISCLAIMER: Esta historia está basada en personajes y situaciones creadas por JK Rowling y de su propiedad y de la de varias editoriales incluidas pero no limitadas a Bloomsburry Books, Scholastic Books, Raincoast Books y Warner Bros Inc. No se gana dinero con ello y no se tiene la intención de violar los derechos de autor y marcas registradas.
Introducción.
Marcus Flint el entrenador de las Appleby Arrows, llegaba a su departamento después de la una agotadora temporada. Su equipo había salido segundo, así que el competitivo ex-slytherin no estaba muy contento que digamos. Perder la final de la copa Europea, era un golpe duro para cualquiera, más si la perdías contra las Holyhead Harpies. Por lo menos para él que prácticamente no lo tenía ni como equipo.
Entró a su departamento violentamente, cerró la puerta de un portazo, tiro su equipo contra el suelo y se arrojó en su sofá favorito aquel que miraba a las estanterías de trofeos que había ganado, como jugador y como entrenador.
Había sido brillante en su pasado, todos sus trofeos lo demostraban. Todos ellos eran importantes para él pero habían algunos que eran más especial que otros. Los premios al mejor jugador, lo había ganado 2 años seguidos cuando recién iniciaba su carrera y era el cazador estrella. Otro era la copa que había ganado hacia 3 años como entrenador. Los chicos del equipo se la había dado, eso si que había sido una sorpesa.
Hacia tiempo que no jugaba, pero eso no evitaba que fuera más o menos competitivo, le exigía a su equipo lo mismo que se exigía a si mismo. Pero aprendió con el tiempo a respetar a sus jugadores, le costo muchos años respetar a otras personas después de su secundaria. Pero lo había logrado ahora era respetado el también, no como en un principio que más miedo que respeto le tenían todos.
Se sentía orgulloso por sus logros, y ahora que lo pensaba segundo lugar no estaba tan mal. Se relajo un poco, mientras miraba su departamento muy minimalista, todo en blanco y negro. No que él lo hubiera decorado, venía así cuando lo compro. Él no era de eso que le tomaran atencion a la decoración y esas cosas de 'chicas'.
El silencio invandio el lugar. Él vivía solo, aunque pasaba muy poco tiempo en ese lugar que se suponía era su hogar, se podá sentir la soledad cuando estabá. Era un hogar sin nadie con quien compartirlo, y la depresión ataco de nuevo. Aunque muchas veces antes se sintió solo, ya tenía 49 años y no había pasado más que de relaciones pasajeras. Amigos en su vida eran pocos. Por eso trataba de ocupar con trabajo su vida pero ya casi no alcanzaba. Se levanto y fue hasta sus trofeos, su glorioso pasado.
En eso miro uno en especial. Y tomo su pequeño tesoro, y su mejor recuerdo, una hermosa snitch plateada. No había sido por ninguna competencia, ningún premio, era un recuerdo o un símbolo de amistad, de un compañerismo que nunca creyó que podría existir. Pero así fue.
Sonrió para si mismo, ya era un buen momento para reencontrarse, habían pasado varios años. Si un buen momento, y en una de esas ella también estaría allí. Tal vez, solo tal vez no terminaría solo sus días. Y con la pequeña snitch en sus manos se alejo y fue a buscar su usual vaso de whisky. Se sirvió la copa
- Por un reencuentro- celebro con el aire, mañana los llamaría. Organizarían una parrillada o algo así, hacia tantos años que no se veían. Seguro Oliver estaria encantando, él era siempre el que se emocionaba. Y aunque costara, él tambien lo hacía, debía admitir que los extrañaba.
A la mañana siguiente a eso de las 8 AM, uno de los encargados de del edificio le llevo la correspondencia al señor Flint. Tocaron la puerta varias veces pero nadie contestaba. Así que la pasaron bajo la puerta, tal vez estaba dormido.
Marcus tampoco se apareció en la rueda de prensa que tenia ese día a las 9 de la mañana, ni al entrenamiento de la tarde. Ya a las 6 PM cuando ni chimenea, ni celular había atendido. La secretaria del equipo se preocupo y mando al asistente de entrenador al departamento. Tuvieron que abrir la puerta de golpe junto con el intendente del edificio. Lo que se encontraron no fue nada de su agrado la habitación estaba destrozada. Todo estaba tirado, pero no como un robo sino con furia un trofeo había dejado en miles de pedazos a un espejo. Había rabia en el desorden.
-¡Señor Flint! – le llamo Alan, el asistente. Pero al no haya respuesta entro al dormitorio rezando que este se encontrara allí borracho, no seria la primera vez. Pero lo que hallo no era ni cercano a lo que se pudo imaginar.
Colgando del ventilador, con el rostro calmado, se hallaba el cuerpo inerte de Marcus Flint.
Todo parecía indicar que se había suicidado. Alan salio de allí aterrorizado y se choco con el intendente del departamento pidió que se avisara a los auror. Porque el entrenador de los se había suicidado. Esas fueron sus exactas palabras. Marcus Flint se suicido. Al parecer no había aguantado vivir solo, pero era esa la verdad?
Continuara…
Notas de autora: es una historia policial, esto es solo la introducción a la misma. El protagonista será Scorpius. Si se preguntan que hace un ventilador en un departamento de un mago, pues aun no se me ocurrió el porque.
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