Hola chicas, aquí vuelvo con una historia que ha estado en cola bastantes meses. Es una historia diferente a lo acostumbrado, ambientada en un lejano oeste con salones y mujeres con esos vestidos que hemos visto en películas. La historia es una historia de venganzas, secretos de familia escondidos y algo de misterio. Su autora es TLsMorgenstern , se titula Holding out for a hero (como la estupenda canción de Bonnie Tyler), y está en portugués. Por supuesto tiene algo de drama, pero nada que no se pueda llevar. El fic es cortito, tiene solo 19 capítulos. Creo que os gustara. El próximo que traduciré ya nos hará sufrir más.
Sinopsis: ¿Y si en medio de tus planes de venganza encontraras a tu gran amor? ¿Y si esa persona hace que dejes todos tus miedos de lado, mostrando que todo lo que has conocido hasta ese momento puede ser diferente? ¿Y si encuentras al "héroe" que tanto soñaste de la forma más inusitada posible? Amor y odio forman una línea muy tenue. Una vez sobrepasada, ¿es posible volver atrás?
La forastera
Emma estaba sentada en su mesa en la pequeña comisaría de la ciudad de La Vega, en Texas, esperando a Ruby que había ido a buscar el almuerzo de las dos, cuando un muchacho de aproximadamente 12 años entró jadeante atravesando las puertas de madera, atrayendo la atención de la sheriff.
«¡Sheriff Swan! ¡Sheriff Swan! ¡Hay una persona acercándose a la entrada de la ciudad!» dijo apoyando las manos en las rodillas, recuperando el aliente.
La rubia se recolocó en la silla y miró atentamente al muchacho que tenía delante. Su rostro estaba rojo y el sudor hacía que aquellos mechones de cabello se le pegasen a la cabeza.
«Calma muchacho. ¿Por qué tanto alboroto? Esa persona, ¿conseguiste ver si era hombre o mujer?» preguntó colocando su sombrero en la esquina de la mesa
«No pude ver, sheriff. La persona está usando una capa parecida a la suya, un sombrero y una tela cubriéndole parte del rostro» dijo mientras recorría el local con la mirada
«Está bien, chico. Déjalo así por ahora, dentro de un rato lo comprobaré» Emma dijo cruzando las piernas por encima de la mesa
Con un asentimiento ella dispensó al muchacho que casi chocó con Ruby mientras salía. La morena miró al muchacho, que ahora corría hacia fuera de la comisaría y después a la sheriff con curiosidad, mientras colocaba encima de la mesa las bolsas con el almuerzo.
«¿Qué le pasó al chico?» preguntó Ruby mientras ponía la pequeña mesa que tenían en una esquina para las comidas.
«Ha venido a decirme que una persona se está acercando a la entrada de la ciudad» Emma respondió caminando hasta la pequeña mesa
«¿Y qué vas a hacer al respecto?» la morena preguntó dándole una mordida a su pollo
«Por ahora, nada. No puedo prohibir que nadie entre o salga de la ciudad» La sheriff respondió para después tomar un trago de su jugo.
«Eso es verdad. ¿El niño dijo al menos si era hombre o mujer?» preguntó mientras se lamía los dedos
«Dijo que no pudo verlo porque la persona tenía una capa, sombrero y un paño en el rostro. Probablemente protegiéndose del clima» respondió la rubia mientras comía.
Ruby solo asintió con la cabeza. Tras finalizar el almuerzo, la sheriff le dijo a la morena que iba a dar una vuelta por la ciudad e intentar identificar al tal forastero. Se colocó su cartuchera, encajando dos revólveres, cogió su abrigo y su sombrero. Swan cogió a Andromeda y anduvo lentamente por las calles de la ciudad. Enseguida identificó al forastero descrito momentos antes por el muchacho, hizo una señal para que la persona desmontase de su caballo, gesto que fue imitado por la sheriff, que se acercó lentamente, percibiendo que no se trataba de un forastero, y sí de una forastera.
«¿Algún problema, sheriff?» dijo la mujer, retirándose el paño que cubría parte de su rostro, dejándolo prendido al cuello.
«Espero que no. ¿Qué hace por estas tierras?» Emma miraba atentamente a la forastera que tenía delante
«Solo busco un lugar para descansar unos días antes de continuar viaje» dijo la morena esbozando una leve sonrisa.
«¿Y cómo puedo saber si no me traerá problemas, señorita…?» la sheriff extendió la mano, saludando a la forastera
«Basta con que nadie intente meterse conmigo. Solo quiero que mi caballo y yo podamos descansar unos días. Mills, Regina Mills» dijo la morena apretando la mano extendida de la sheriff.
«Bien, siendo así, creo que puede quedarse en la posada Rise of Wolfs» Emma dijo señalando a un establecimiento que quedaba al final de la calle «Al llegar, pregunte por Mary, ella la acomodará. También encontrara abrigo y comida para su caballo»
«Gracias, ¿sheriff…?» Regina repitió el gesto de momentos atrás hecho por la rubia
«¡Qué error el mío! Perdóneme. Sheriff Emma Swan» respondió la rubia enrojeciéndose ligeramente
Regina abrió una sonrisa y asintió con la cabeza brevemente, montando de nuevo en su caballo y tomando la dirección que la rubia le había indicado, hacia la posada; mientras, la sheriff tomaba el camino contrario.
Posada Rise of Wolfs. El nombre grabado en la placa de madera indicaba que Regina estaba en el lugar correcto. Al descender de su caballo, un muchacho pelirrojo, con gafas redondas, se acercó cautelosamente a la forastera. Era raro que alguien pasara por la ciudad, mucho menos una mujer sola, algo que ya estaba causando algún alboroto en los habitante del lugar.
«¡Buenas tardes, sea bienvenida! Soy Archie Hopper, ¿puedo ayudarla?» dijo él extendiendo la mano y saludando a la morena
«Buenas tardes, señor Hopper. La sheriff Swan me dijo que buscara a Mary cuando llegara aquí» Regina respondió sonriendo y cogiendo su pequeña bolsa que estaba sujeta al animal, colocándosela al hombro
«La señora Mary está ahí, en la recepción. Yo me encargaré de su caballo, señorita. Quédese tranquila» respondió él señalando las puertas de vidrio y cogiendo las riendas del animal.
«Gracias. Hasta luego, señor Hopper» Regina asintió brevemente para el hombre y se dirigió a la entrada del hostal.
Al pasar por la puerta, se quitó el sombrero y miró alrededor con cierta curiosidad. Aunque pequeño, el local era extremadamente acogedor; había dos sillones cerca de un pequeña chimenea, con una alfombra en tonos oscuros entre ellos, una pequeña estantería con algunos libros y algunos cuadros en la parte superior de la chimenea, probablemente fotos de familia y de gente importante de la ciudad. Una foto en especial llamó la atención de la morena. Era la sheriff con una muchacha de cabellos oscuros y una señora; estaban apoyadas en una cerca, la morena abrazaba a la rubia de lado y ambas tenían una enrome sonrisa y la señora las miraba con orgullo. Regina fue sacada de sus pensamientos cuando escuchó una voz cerca de ella.
«Hola, ¿puedo ayudarla, señorita?» dijo Mary acercándose a la morena
«Discúlpeme, no la vi a cercarse. Debe ser usted Mary, ¿verdad?» Regina dijo sonriendo amablemente a la mujer que estaba a su frente
La morena de cabellos cortos le devolvió la sonrisa y afirmó con la cabeza.
«La sheriff Swan me dijo que la buscase. Estoy buscando un lugar para poder descansar algunos días antes de seguir viaje» la morena dijo mirando alrededor
«Claro, ¿señorita…?» Mary dijo arqueando una ceja
«Regina Mills» la forastera respondió extendiendo la mano hacia la mujer
«Mary Margareth Nolan. Será un placer tenerla con nosotros. ¿Cuántos días se quedará?» la morena de cabellos cortos preguntó mientras se dirigía al pequeño mostrador que había en la recepción.
«Aún no lo he decidió. Mi caballo está muy cansado y lo quiero completamente restablecido para continuar el camino» respondió Regina
«Creo que tenemos un cuarto ideal para usted, venga conmigo, por favor» dijo Mary caminando hacia las escaleras.
Subieron un pequeño tramo de escalones, entrando en un pasillo con algunas puertas a ambos lados. Las paredes tenían un tono azul claro y las puertas eran blancas con números en dorado. Mary caminó hasta el final del pasillo, y abrió la puerta del último cuarto. La estancia no era muy grande, pero probablemente era mayor que las otras. Poseía una cama de matrimonio en el centro, con una mesilla a cada lado y encima de una de ellas había una sencilla lámpara. Había un armario en la esquina izquierda y una amplia ventana a la derecha, con un pequeño balcón. La vista daba hacia las montañas al norte, en esa época del año estas dejaban a muestra su fuerza, cubiertas de tonos marrones y verdes a causa de la vegetación. También se podía ver un riachuelo que daba a una bella cascada, y si se miraba a la ciudad, el balcón daba directamente hacia la comisaría. Las paredes del cuarto eran blancas y el suelo de madera. Frente a la cama había un pequeño tocador, al lado una puerta, tras la cual la morena descubrió un baño con una cómoda bañera, espejo y una ducha para un baño más rápido.
Regina dijo que se quedaría con el cuarto y bajaron para firmar los papeles. Mary le mostró a la morena dónde quedaba la cocina, le comentó los horarios de las comidas y dijo que si necesitaba algo que simplemente llamara.
Tras terminar el trabajo, Emma y Ruby se dirigieron al Jolly Rogers para tomarse algunas copas, como era costumbre, principalmente los fines de semana. Llevaron a Amarok y Andromeda al establo y siguieron al bar, al entrar fueron directamente al mostrador donde Killian ya les estaba sirviendo una dosis de whisky a cada una trayéndoles enseguida una ración de papás fritas con queso y cerveza, el whisky era siempre la entrada, pasaban a las cervezas inmediatamente. La música resonaba por el local y por las mesas esparcidas por el salón había algunos hombres y mujeres bebiendo y conversando animadamente, mientras, las dos conversaban entre cerveza y cerveza. Emma miraba alrededor, observando a las mujeres del salón, vestidas con sus faldas llenas de volantes y los corsés, desatancando sus pechos, los tacones, el fuerte maquillaje, la risa alta, los gestos provocativos. En una esquina, un muchacho tocaba alegremente un viejo piano mientras otro estaba con un banjo y un tercero, una gaita. Tocaban una alegre melodía que envolvía las conversaciones del salón.
«Entonces, ¿conseguiste descubrir algo del forastero del que habló el chico antes?» preguntó Ruby llevándose el vaso a los labios
«Forastera. Es una mujer» dijo Emma mientras se llevaba algunas papas fritas a la boca «Dijo que solo ha venido a pasar unos días antes de continuar viaje, quiere que su caballo descanse antes de retomar su camino»
«¿Es bonita?» preguntó la morena con una sonrisa maliciosa
«No reparé» la sheriff respondió desviando su mirada hacia la barra y pidiendo a Smee una ración más de papas con queso.
«¡Claro que no! ¡Qué idea la mía creer que habías reparado en la forastera!» dijo Ruby en un falso tono de pique, llevándose la mano al pecho
Emma solo reviró los ojos y continuó bebiendo su cerveza y conversando con la morena sobre otros asuntos. Escucharon algunos comentarios sobre la tal forastera, pero nada que fuera preocupante. Algunos hombres comentaron que era una mujer muy guapa y que se quedaría por un tiempo indeterminado en el hostal de Mary Margareth, las mujeres estaban algo incómodas con el hecho de que una mujer de fuera estuviera en la ciudad y atrayendo la atención de los hombres. Emma estaba distraída conversando con Ruby cuando Ingrid se detuvo detrás de ella, abrazándola por la cintura. Ese gesto hizo que la sheriff llevara la mano directamente a su cartuchera, siendo detenida por la rubia que la rodeaba.
«Calma querida, solo soy yo» la mujer habló con los labios rozando el cuello de Swan
«Ingrid, no hagas eso de nuevo. Podría haberte herido» Emma respondió cerrando los ojos mientras la mujer besaba su cuello.
«Vamos, ya has bebido mucho por hoy y aún tenemos mucho que hacer» dijo Ingrid llevando las manos a la cintura de la sheriff y apretando ligeramente mientras mordía su cuello, haciéndola suspirar.
Sin que se dieran cuenta, Regina entró en el local, mirando automáticamente aquella escena, inusitada tratándose de una ciudad pequeña y en medio de la nada. Emma estaba con la cabeza reclinada en el hombro de la rubia y los ojos cerrados, mientras la morena a su lado tenía una sonrisa divertida en los labios. Ella se acercó a las tres lentamente, sus ojos clavados en la sheriff que parecía muy a gusto con aquellas caricias. Algo la estaba incomodando y no supo exactamente qué. No era de su incumbencia. Solo estaba de paso, tenía asuntos muchos más importantes por delante y cuando se dio cuenta, estaba en la barra, al lado de ellas.
Con un breve asentimiento pidió al muchacho que estaba tras la barra un trago de whisky y se sentó al lado de las mujeres. Su sombrero ligeramente inclinado, cubriendo parcialmente su rostro, unos pantalones de cuero, la camisa negra con algunos botones abiertos y las botas. Por encima de la camisa, vestía un abrigo de cuero que le llegaba a mitad de sus muslos. Ruby movió sus ojos en dirección a la morena y no pudo evitar una sonrisa de canto. "Entonces, esta es la tal forastera…Emma piensa que me engaña diciéndome que no había reparado en ella. Me voy a divertir un poco" Pensó mirando a la morena, que le devolvió la sonrisa, alzando un poco su vaso hacia ella. Ruby sonrió abiertamente, cogiendo su vaso y devolviéndole el gesto, acto que llamó la atención de su amiga, cuya mirada siguió la de su asistente, posándose enseguida en Regina. Emma casi perdió el equilibrio, siendo sujetada por Ingrid que aún mantenía sus manos en su cintura, al percibir en la mirada de la morena una mezcla de rabia y alguna otra cosa que no consiguió identificar.
«Buenas noches, sheriff» dijo Regina en un tono que hizo estremecerse a Emma «Buenas noches señorita. Señora» dijo mirando de Ruby a Ingrid.
«Buenas noches señorita Mills» respondió Emma alternando su mirada entre las mujeres que la rodeaban.
«Un placer, señorita Mills. Ruby Lucas» la morena dijo acercándose a Regina y dándole un beso en la mejilla.
Un beso que duró demasiado para el gusto de Emma. Ingrid percibió algo extraño y solo empujó a Emma en dirección a las escaleras del local, diciéndole a Killian que pusiera lo que había consumido la muchacha en su cuenta, que más tarde lo arreglaría. Al llegar al piso de arriba, Ingrid abrió la puerta de su cuarto, empujando a la sheriff adentro y atacando sus labios con fuerza. Sin delicadeza alguna, prensó el cuerpo de la más joven contra la pared, descendiendo mordidas y chupones por su cuello, abriendo los botones de su camisa, trazando un camino hasta los pechos de la sheriff, llevándose uno a la boca mientras masajeaba el otro. Emma jadeó al sentir la boca de la más vieja en su pecho y no consiguió evitar un gemido quedo que escapó de sus labios. Ella, entonces, le tiró de los pelos, haciendo que parara para a continuación empujarla hacia el pequeño tocador que había en el cuarto. La sentó en él con un impulso, metiendo sus manos entre las capas del vestido de la mujer hasta llegar a su sexo, ambas gimiendo con tal acto y enseguida la sheriff deslizó dos dedos por los húmedos pliegues de la otra mujer.
Ruby y Regina habían comenzado una animada conversación en el bar mientras las dos subían en dirección a los cuartos. Regina no pudo impedir acompañarlas con la mirada, y a la asistente de la sheriff no le pasó desapercibido. Rió francamente y balanceó la cabeza.
«No es nada serio. Es solo sexo» dijo Ruby tras meterse un buche de cerveza
«¿Qué?» dijo Regina centrando su atención de nuevo en la morena que tenía delante
«Vi el modo en que mira a Emma y el modo en que las estaba mirando a las dos ahora, estoy diciendo que entre ellas solo existe sexo, nada de sentimientos. Así que, vaya al fondo» dijo la más joven mientras posaba su vaso en la barra para que Smee se lo rellenase.
«Yo no…yo…» Regina estaba boquiabierta ante la osadía de la morena «No sé lo que está pensando, señorita, pero le puedo garantizar que no tengo ese tipo de interés en la sheriff»
Regina dejó unos billetes sobre la barra y se marchó enseguida, regresando al hostal y subiendo a su cuarto, donde tiró sus ropas en una esquina y se dejó caer en la cama. Algunos minutos después, Mary llamó a su puerta avisando de que se serviría la cena en breve. El clima de la cena fue ligero, había pocas personas en el hostal y la morena fue presentada a David Nolan, el marido de Mary, y a Tinker, su hija. Tras la cena, la morena subió a su cuarto, se tomó un largo baño y cayó enseguida en la cama, durmiéndose casi inmediatamente.
