Prólogo

Corre...

Corre y no te detengas...

¡demonios!

¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?

Un rubio corría, tratando de huir de varios hombres que pedían su cabeza, ¿Por qué? No tenía ni idea, sin embargo la carta de su padre que dijo que se iría a buscar a su madre lo dejo desconcertado, un simple viaje de vacaciones a China terminó en tragedia.

Su madre desapareció hace una semana, su padre apenas en la mañana.

Su padre decidió dejarlo atrás, pensando que así podría protegerlo, que gran error.

Precisamente ahora se encontraba corriendo por su vida, había salido a ver si podía hacer algo para encontrar a su padre, sin embargo unos hombres lo interceptaron diciendo que debían matar al heredero Agreste, empezó a correr al azar llegando a adentrarse en el bosque.

En su carrera de repente se tropezo con la raíz de un árbol que sobresalía de la tierra, maldijo su suerte una vez más mientras intentaba levantarse y volver a correr, de repente alguien lo levantó del suelo, era un hombre con pasamontañas, vestido completamente de negro.

-¿qué quieren conmigo y con mi familia?- pregunto mientras el hombre que lo atrapó lo mantenía abrazado del cuello amenazandole con una daga.

Ni el hombre que lo apresaba, ni el que se acercó con otra daga, respondieron, en su lugar ambos amenazaron con sus dagas en cortarle el cuello. Sus ojos enfocaron algo brillante que se acercaba a gran velocidad hacía ellos, sólo atinó a gritar e intentar safarse del agarre de esos tipos, de repente aquello brillante reveló ser una daga, que se clavó en la frente del que lo sostenía haciendo que el agarre se aflojara, el otro hombre miró a sus alrededores asustado.

-¿qué...?- iba a preguntar, cuando un fuerte grito femenino resono entre los árboles.

No supo reaccionar y para cuando se dio cuenta su cara fue manchada con la sangre del otro tipo que lo perseguía, una lanza se enterró desde su espalda, atravezandole el corazón y sobresaliendo de su cuerpo, haciendo que la punta afilada de la lanza casi tocará su nariz .

Lo último que vio antes de desmayarse, fue una celeste mirada salvaje, una cabellera negra azulada y un niveo rostro manchado de sangre...