POR EL MOMENTO

No es la primera vez que lo ve, pero aún así no puede evitar el sonrojarse.

No es tampoco la primera vez que le habla, pero no puede evitar el enredo de su lengua al saludarlo.

Y es que él lleva tanto tiempo sin ir a Japón, que no puede evitar el sentirse nerviosa, estrujarse las manos,

al saber que estará cerca de su diminuto cuerpo todo el tiempo en la fiesta de bienvenida. Porque conoce a sus sempais,

y ellos no podrán evitar el tenerlos juntos durante toda la reunión. Diversión.

Porque conoce a su mejor amiga, Tomoka, y ella tampoco ayudará mucho a evitar esa situación, Complicidad.

Pero les agradece, porque ella sola nunca tendrá el valor suficiente para decirle lo que siente, o siquiera. Demostrarle.


Sus cuerpos se rozaron por enésima vez en aquel pequeño cubículo donde estaban metidos,

después de un rato de estar sentados mirándose,silenciosamente caminaron hasta salir del salón, Aburrimiento.

En un arranque de completo coraje, aquel chico de ojos ámbar la acorralo, en uno de los tantos armarios-(inservibles)- que tenía la inmensa Seigaku,

y con el rostro en la más insólita confusión, fundió sus labios en el pequeño escote de ese vestido rosa, ese que le quedaba tan bien, Sensualidad.

Ése que le recordaba el día de su partida, ese que lo provocaba a la más pecaminosa de las situaciones, Deseo.

Ese que quería abrir para poder saborear lo que escondía. Curiosidad.

Pero se contenía, porque ella no merecía el afán. Porque ella lo provocaba, sí, pero con ella debía ir lento.

No hacía más de dos horas la había vuelto a ver después de 3 años, como para hacer algo tan precoz como eso. Paciencia.

Y ya que la situación lo ameritaba, la besaría, pero solo por el momento. Amor...Reencuentro…Tranquilidad.

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