Haruka: ¡Hola a todos los que pasan a leer esta historia! De verdad me siento muy emocionada por subir la segunda temporada de SEPV, pensé que no podría avanzar más pero al final vi que había muchas cosas inconclusas y pensé que era buena idea hacer este fic para responderlas.
Rin: Esperamos que la disfruten tanto como nosotras disfrutamos escribiéndola.
Luka: Para las personas que no han leído la primera temporada, le recomendamos leerla para estar al tanto de lo que pasó ya que usaremos muchas referencias del pasado.
Mokoa: Aunque los primeros capítulos no están editados y por eso tienen muchas fallas ortográficas, espero que no se molesten por ello. Era en nuestra época de novatas.
Haruka: Esto sólo significa que seguiré aquí un largo tiempo, espero que me hayan extrañado -okno-
¡Sin más demora: A leer!
Prólogo:
La Esperada Reunión
Rin P.O.V
Miré a mi alrededor buscando a cierta persona, pero el montón de gente y mi baja estatura no me ayudaron mucho que digamos en mi búsqueda. ¿Por qué rayos Len y Nero no vinieron a acompañarme? Ah verdad, estaban muy ocupados con sus cosas de hombres; que pena que no pude quedarme a acompañarlos. Tampoco Neru pudo venir, al parecer Naru vino de imprevisto y se la llevó de compras, me alegra que haya arreglado su relación con su hermana después de tantos problemas que tuvo que pasar.
—Esto es inútil— murmuré con desaliento mientras me sentaba en una banca, tal vez si me quedaba la encontraría después; usualmente ahí solían ser los puntos de encuentro.
¿Por qué no llega? Cada vez comenzaba a impacientarme más mientras comenzaba a sentirme cada vez más ansiosa por no ver a mi amiga peli turquesa por ningún lado. ¡Ya habían pasado 10 minutos! ¿Qué tanto se supone que voy a esperar? Saqué mi celular para ver mejor la hora y para tener claro de que Miku estaba llegando más tarde de lo planeado, aunque gran fue mi sorpresa al ver que había llegado una hora antes... ¡Juro que mataré a Len! Según él ya estaba llegando tarde, creo que se debe estar riendo de mí justo en este momento. Tal vez debería estar menos distraída la próxima vez para así evitar que Len me haga este tipo de bromas. Oh genial, ahora no puedo volver porque ahora si estaría tarde, lo peor de todo es casi no tenía nada con lo cual distraerme, mi celular era nuevo y por eso no había descargado muchos juegos que digamos; cuando vuelva me aseguraré de descargar los más que pueda para estar lista en este tipo de situaciones.
Hurgué un poco más en mi pequeño bolso con la pequeña esperanza de poder tener algo entretenido ─aunque lo dudaba mucho─. Espera, creo que encontré algo ¡Sí! ¡Están mis audífonos! Al menos no estaría tan aburrida, aunque creo que hay algo más así que seguí buscando. Creo que sentí algo cuadrado, pequeño y tiene una superficie algo desgastada: ¡Mi GameBoy! Pensé que había perdido hace tiempo, al menos lo encontré en esta situación; ahora tengo algo que hacer por lo menos la siguiente media hora. Creo que no debí levantarlo como si fuera un trofeo, ahora todas las personas creerán que soy la rara del lugar, mejor dicho, ya lo creen ya que comenzaron a alejarse disimuladamente de mi; definitivamente aplanaré a Len el día de hoy. Aunque eso no me importa, tenía mi sagrada consola aquí, ya nada podría ponerme triste o enojada.
Me puse los audífonos y encendí la consola, una gran sensación de satisfacción inundó mi pecho al ver la pantalla encendida con el típico logo que la caracterizaba. Esperen ¿para qué vine aquí? Oh verdad, estaba esperando a Miku-nee, bueno, no me importaría esperarla otro rato. Con mi juego de Pokémon Mundo Misterioso y mi música era más que feliz. Ni siquiera noté cuando alguien se sentó justo a mi lado en ese momento.
Sentí como ese extraño tocaba mi hombro, intentando llamar mi atención, me quité el audífono de una oreja y pausé unos momentos el juego para prestarle atención a ese chico de cabello negro. Su vestimenta constaba de una camiseta blanca y un chaleco algo elegante sin mangas de color morado, llevaba un gorro de color blanco y unos pantalones de color café claro. A simple vista sólo parecía un turista con esa vestimenta, y también podía deducir que era alguien inocente, con esa mirada azulada que se podía describir como alguien que sólo iba feliz por la vida sin tener alguna idea de las cosas crueles que contenía este mundo. Tal vez podría tomar del pelo a esa inocente criatura.
—¿Qué pasa?— pregunté fingiendo no estar formulando un plan con mi genial y brillante mente.
—S-Siento haberte distraído, pero no puedo ignorar a alguien que conozca Pokémon, especialmente el Mundo Misterioso— me dijo mientras señalaba la consola. Su sonrisa de felicidad y esos ojos de color azul hizo que me fuera casi imposible hacerle algún tipo de broma. Es que era tan raro conocer a personas con tus mismos gustos en un día.
—No te preocupes— hice un ademán de desinterés. —Para mí ya es raro que alguien hable conmigo sobre este tipo de juegos— pude notar una extraña mirada sobre el chico el cual no conocía su nombre, bueno me daba igual, con el hecho de que pareciese alguien que tenía los mismos gustos que yo era más que suficiente para que me agradara.
Nos quedamos un gran rato hablando de varias cosas, animes de la temporada y nuestras quejas sobre estos, diversos videojuegos, mayormente los clásicos y sobre nuestra música favorita que resultó ser casi la misma. Si no estuviera cuerda, diría que es mi hermano de otra madre, ¿por qué no lo conocía antes?
—Disculpa por no presentarme antes, soy Zhiyu Moke— se presentó educadamente como si hubiera olvidado que estábamos hablando como unos buenos amigos minutos atrás.
—Un gusto, soy Rin Kagamine— le extendí mi mano, la cual él aceptó con gusto. Cuando nuestras manos se separaron de mí cuenta de algo. —No eres de Japón ¿cierto?—
—No, soy de China, vine aquí porque próximamente me mudaré aquí. Quería visitar el país para no estar tan perdido cuando me mude— me respondió con una pequeña sonrisa.
—Pues si no tienes conocidos por aquí, puedes venir a buscarme— le dije amablemente. Espero que nadie malentienda esta situación ahora, aunque no hay nadie aquí así que no hay nada que malpensar ¿cierto? Aunque si Nero hubiera estado aquí, las cosas se hubieran puesto un poco más incómodas a decir verdad.
—Me encantaría— por unos momentos puso una mirada pensativa, justo cuando le iba a preguntar que le pasaba, me dijo. —Oye ¿no eres la misma Rin Kagamine qué está en la Súper Escuela Preparatoria Vocaloid?—
Bueno, eso fue una gran sorpresa para mí, no sabía que alguien pudiera reconocerme. Todos sabíamos que Meiko solía subir nuestros vídeos en línea para darnos a conocer poco a poco, pero jamás pensé que fuera popular o que alguien pudiera reconocerme por todas las canciones que alguna vez canté cuando estaba ahí. De verdad fue una gran época. Recuerdo cuando nos anunciaban el perdedor de la semana, o cuando nos decían el tema de la canción y todos nos emocionábamos enormemente, o también aquellas cosas raras que solía hacer Meiko para aumentar nuestros ánimos; debo admitir que ha sido la mejor directora que he tenido en mi vida. ¡Rayos! No puedo ponerme sentimental ahora, además, se supone que ya había pasado casi un año desde eso, y por eso me alegre mucho al oír a Miku-nee decir que ya vendría a Japón. Por suerte Meiko también está terminando su gira mundial de un año, que al parecer fue más que un éxito.
¿Cómo rayos puedo perderme en mis recuerdos de esta manera? No puedo quedarme callada por tanto tiempo ya que eso sería grosero. Bueno, no era mi culpa, no podía evitar ponerme a recordar cuando mencionaban a SEPV.
—Corrección: Graduada de la Escuela Vocaloid— para mí no era necesidad decir todo ese largo nombre ya que era alguien perezosa de por sí. —Y sí, frente a ti tienes a una ex-estudiante de ahí— afirmé con orgullo.
—¡Whoa! Eso es increíble. Adoro tu voz, y todas tus canciones— exclamó impresionado y con un brillo en sus ojos, creo que ese mismo brillo lo tenía yo cuando conocí por primera vez a Meiko. Sin previo aviso, tomó ambas manos y su sonrisa se ensanchó aún más. —Déjame decirte que eres increíble. Gracias a ti quería entrar a SEPV, pero me decepcioné mucho al saber que ya habían terminado las audiciones para entrar— dijo un poco desanimado, pero luego continuó. —Es algo vergonzoso de decir, pero eres un ejemplo a seguir, Rin-senpai. Todas tus canciones me hacían el día—
Lo único que pude hacer era asentir ante sus palabras algo avergonzada. Zhiyu era una gran persona, y creo que ambos podríamos llegar a ser grandes amigos. Sólo espero que Nero no se ponga celoso de que me haya hecho amiga de un desconocido en un aeropuerto. Pero bueno, Nero era muy amable de seguro no le preocuparía algo como esto.
Fin Rin P.O.V
En el apartamento de los Kagamine...
—Oye, Nero. ¿Está bien que hayas dejado a Rin ir sola?— preguntó Len sin quitar su vista de la pantalla, intentando no desconcentrarse del juego.
—Creo que sí, no creo que nada malo pueda pasar ¿o sí?— a pesar de estar de igual que concentrado que Len, se pudo notar algo de preocupación en su voz.
—Quien sabe...— se encogió de hombros mientras continuaba con su videojuego.
—No es posible que Rin conozca a un chico mientras espera a Miku ¿o sí?—
—Es posible...
—Y qué ese chico y ella tengan muchas cosas en común y ambos planeen empezar a salir como "amigos" ¿cierto?— la inseguridad era cada vez más notoria en Nero, al pensar que su novia posiblemente estuviera hablando con un chico lindo y extranjero, con el cual tuvieran muchas cosas en común y que por tratar de enseñarle la ciudad a ese chico, lo empiece a dejar cada vez más de lado y que al final ella empiece a sentir algo por él. Pero, eso no era posible ¿cierto?
—Hola chicos...— saludó Neru al entrar al apartamento, pero sus palabras quedaron en el aire al ver a un Nero con un ambiente oscura a su alrededor mientras Len intentaba calmarlo de alguna forma, y lo más impresionante de todo: tenían un juego pausado. ¿Qué rayos le había pasado a su hermano? —¿Qué le pasó a Nero?— decidió preguntar mientras se acercaba a ellos.
Claro, ella sólo quería un descanso después de que Naru la obligara a visitar todas las tiendas y al final no compraran nada porque a su querida hermanita no le convencía nada, y ahora tener que encargarse de la repentina depresión de Nero ¿por qué era tan difícil ser la hermana mayor?
—Nada malo, sólo está pensando que Rin estaría conociendo a un chico lindo en el aeropuerto— respondió como si se tratara de la cosa más simple del mundo.
—¿Y por qué no acompañaste a tu novia?— se cruzó de brazos mientras lo miraba con desaprobación.
—Soy el peor novio del mundo...—
—¿Por qué mejor no la llamas para darte cuenta de que no está con nadie en estos momentos? De seguro ahora estará esperando a Miku mientras juega algo— recomendó sabiamente Neru, cansada de la actitud tan deprimente de su hermano.
—Es una buena idea— la apoyó Len, notando como Nero recuperaba la compostura para poder sacar su celular de su bolsillo y marcar al número de su rubia.
Mientras tanto, Zhiyu seguía sosteniendo las manos de Rin mientras la miraba como si fuera su mayor ejemplo a seguir; por no decir que la miraba como si fuera una deidad o algo por el estilo. A pesar de estar así, la Kagamine no se sentía en lo más mínimo incómoda, bueno, tal vez era por el hecho de que el peli negro la alababa por como cantaba y se auto declaraba su mayor fan, provocaba que sólo aumentara su orgullo. Al escuchar el tono de llamada de su celular, apartó las manos de Zhiyu para poder contestar.
—Espera unos segundos...— le pidió mientras buscaba en su pequeño bolso, el peli negro sólo asintió. —Diga— contestó cuando ya pudo encontrarlo.
—H-Hola, Rin— pudo escuchar la voz de su novio al otro lado de la línea y con ello una sonrisa se dibujó en su rostro.
—No pensé que me llamarías ahora, Nero.
—Bueno, sólo quería saber cómo estabas— río torpemente sin tener una mejor excusa, Rin notó algo raro en él, pero decidió preguntárselo cuando llegara a casa, estaba segura de que él no se lo diría por teléfono.
—Estoy bien, por suerte Zhiyu está haciéndome compañía mientras espero a Miku-nee—
—¿Quién es "Zhiyu"?— preguntó con desconfianza mientras rezaba internamente con que se tratara de un nombre de chica.
—Un chico de China que conocí en el aeropuerto— respondió con simpleza. Al no oír nada de la otra línea se extrañó. —¿Nero? ¿Sigues ahí?—
—Sí, aquí estoy— habló después de unos minutos. —Espero verte pronto, y siento no haberte acompañado—
—No te preocupes, sé que tú y Mikuo todavía no se llevan muy bien. Así que nos vemos en casa— cuando iba a decir algo más, en la otra línea, Nero ya había colgado. —Que extraño...— comentó mientras miraba su celular, pero luego lo volvió a guardar en su bolso.
—Disculpa, pero ¿con quién hablabas?— preguntó algo curioso al ver que la chica ya había dejado de hablar.
—Con mi novio, al parecer estaba algo raro— suspiró con pesadez. —Aunque bueno, no creo que ese tipo de cosas te interesen— río torpemente.
—No sabía que tenías novio— comentó algo impresionado. —N-No te preocupes, es mi culpa ser algo entrometido— se disculpó algo avergonzado.
—No te preocupes—le respondió con una pequeña sonrisa. Los ojos azules de Zhiyu se dirigieron a su reloj y demostró una gran sorpresa.
—L-Lo siento, pero ya tengo que irme. Mi hermana debe estar esperándome— dijo él levantándose de repente e hizo una reverencia delante de la Kagamine. ─¡Fue un gusto conocerte!—
—El gusto es mío, me ayudaste a que no terminara aburrida mientras esperaba a mi amiga— le dijo la rubia sintiéndose levemente decepcionada de no poder seguir hablando con su hermano de otra nación. De un momento a otro, el peli negro se dirigió hacia ella y le dio un beso en la mejilla en forma de despedida.
—Espero verte otra vez— formó una sonrisa que Rin no pudo descifrar y antes de que ella dijera algo, él ya se había marchado perdiéndose en la multitud.
—Pobre Nero, sufriendo este tipo de infidelidad— Rin volteó rápidamente al oír esa voz, y al ver de quien se trataba una gran sonrisa se formó en su cara.
—¡Miku-nee!— se abalanzó hacia la mencionada, olvidando totalmente a Kaito y a Mikuo quienes se encontraban al lado; y más que todo a Kaito quien había hecho el comentario anterior.
—¡Rin-chan! Sentimos la demora— le correspondió al abrazo la peli aqua con una gran sonrisa por ver a su mejor amiga después de casi un año.
—¡Oye! No nos ignores— replicó Mikuo sintiéndose fuera de lugar, la rubia lo miró a la vez que se separaba de Miku.
—¿Acaso no puedes soportar que mi gran presencia te ignore?— cuestionó con soberbia y esa típica sonrisa que te hacía saber que nada saldría bien.
—Claro que no— suspiró con cansancio el peli aqua. —Sólo pienso que es descortés tratar así a tus invitados— para hacerle claro que no le había molestado su comentario, la golpeó en la frente levemente.
—Eres cruel— se quejó ella mientras se sobaba la frente. Luego recordó el comentario de Kaito y se giró hacia este. —¡Yo no estaba engañando a Nero!— contradijo ella sonrojándose levemente.
—Entonces ¿quién era ese chico quién te dio un beso?— preguntó Kaito con sospecha. Nunca desaprovecharía ningún momento en molestar a la Kagamine, después de todo él quería su merecida venganza por todo el tiempo que la chica de ojos azules lo molestaba; ya fuera con Miku o que lo tratara de idiota.
—S-Sólo es un chico que conocí aquí mientras los esperaba. Es mi fan— dijo orgullosa sintiéndose como una estrella famosa.
—Eres muy mala dando excusas— se burló Kaito de la chica de baja estatura.
—Miku-nee. ¿Cómo puedes estar con un idiota como este?— le preguntó "indiscretamente" a su casi hermana.
—¡No digas ese tipo de cosas!— exclamó el peli azul. Sabía que Rin tenía una gran influencia en Miku, así que era posible que la rubia la hiciera cambiar de opinión con respecto a lo que sentía por él. Aunque eso era casi improbable ¿cierto?
—Creo que tienes razón...—murmuró la chica con una mirada pensativa, dejando en blanco al amante de los helados quien creyó que su corazón dejó de latir.
—P-Pero Miku...— reaccionó rápidamente y tomó de las manos a la peli aqua para ver si sus palabras eran ciertas.
—Era una broma— dio una respuesta algo torpe con una sonrisa inocente y Kaito sólo atinó a caerse de espaldas ante eso. Le habían dado el susto de su vida, después de todo Miku era todo para él, sin ella él sólo sería un idiota y nada más. Tal vez tuviera muchas pretendientes y fuera muy popular casi siendo impensable que él no sería capaz de conseguir a alguien, pero su querida e inocente Miku era única, y no dejaría que un demonio rubio lo alejara de él.
—Por cierto ¿dónde están Nero y Len?— preguntó con interés Mikuo mirando disimuladamente los alrededores por si los encontraba.
Desde que había pasado ese problema con Galaco, él de cierta manera se había vuelto más protector con Rin, como si se tratara de Miku. Además de que sigue creyendo que Nero es un maldito que jugó con los sentimientos de Rin, así que se podía deducir que su relación no era la mejor; también sumemos el hecho de que Nero todavía tiene la leve sospecha de que Mikuo todavía quiere algo con Rin, a pesar de que ahora él esté con Mei.
—Oh, ellos no vinieron, al parecer Nero trajo un nuevo juego y pues no pude quedarme por esperarlos a ustedes— los culpó indirectamente y a los tres chicos se les formó una gota en la sien por esto.
─¿Por qué no llegan?─ se preguntaba Nero ansioso mirando de reojo la puerta cada 10 segundos; se podría decir que Len y Neru estaban a punto de cansarse por ese comportamiento.
─Sólo conoció un chico en un aeropuerto, la gente se conoce cada día ¿no?─ dijo ella ya cansada de su hermano.
─No lo entiendes, si Rin conoce a alguien que le cae bien al instante y con quien puede tener una conversación decente, es algo muy raro─ comenzó a decir. ─Tomando en cuenta que Rin es un asco en la interacción social─
─Sólo es algo tonto, que Rin se lleve bien con alguien es normal….─ esa confianza en las palabras de Len fue desapareciendo poco a poco. ─Aunque con la única persona con la cual se llevó bien casi al instante, fuiste tú─ murmuró esto último.
─Espera….pero ella también hablaba conmigo─ replicó Neru cruzándose de brazos.
─Bueno, es que contigo fue diferente porque ambas hablaban de nosotros y fue por mí que ustedes son tan unidas ahora─ Si no hubiera sido por Len, Neru jamás hubiera sido capaz de hablarle directamente a Rin. ─Pero con Nero fue diferente, ya que ellos, ya de por sí tenían mucho en común y eso ayudó a que su relación se volviera más cercana hasta parecer los mejores amigos del mundo─
─No sé si intentas ayudarme o no─ se preguntó Nero escuchando con atención lo que Len decía.
─Sólo digo que ella te ama a ti y creo que ya debes ser feliz con eso─ sentenció él con un tono que daba a entender que no soportaría más preguntas.
─No tienes que preocuparte, hay gente que se hace amiga casi al instante, nada malo puede pasar de eso─ dijo Neru viendo que la ayuda de Len había sido casi inútil.
─Pero ¿qué tal si empiezan a pasar más tiempo juntos?─
─Sólo será mientras se conocen mejor─ ella sacó su celular y comenzó a teclear con la misma velocidad de siempre.
─¿Y si lo empieza a preferir a él?─
─No pasará─ una vena comenzaba a asomarse por la sien de Neru.
─¿Pero si pasa?─
─¡Cállate de una jodida vez!─ exclamó ella levantándose del sofá para encararlo. Nero retrocedió por instinto. ─Ya te dije que nada podría hacer que Rin prefiera a ese extranjero que a ti─ Nero asintió asustado notando como su hermana se calmaba y se volvía a sentar normalmente.
─Oh, pero parece que su relación ya se volvió mucho más cercana en sólo una hora─ aquella voz grave que provenía de la puerta hizo que los tres presentes giraran su mirada rápidamente hacia los nuevos visitantes. ¿Cuándo carajos habían llegado? Nadie lo sabía, pero era claro que el apartamento de los Kagamines debía tener más seguridad. Rin golpeó con su codo a Kaito mientras formaba una sonrisa nerviosa.
─¡H-Hola a todos!─ saludó Miku con una sonrisa igual a la de Rin.
─Traemos presentes─ dijo Mikuo levantando una gran bolsa de regalo.
─Hola chicos─ correspondieron al saludo Neru y Len intentando ignorar lo que dijo Kaito anteriormente.
─N-Nero, te juro que no pasó nada─ negó Rin con ambas manos mientras se acercaba a él. ─Simplemente Bakaito quiere molestarme─ le lanzó una rápida mirada furtiva al peli azul (quien por unos momentos sintió como su alma era absorbida).
─D-De acuerdo─ dijo él mientras rascaba su nuca algo nervioso.
Definitivamente no estaba nada bien.
─¿Alguien tiene hambre?─ preguntó Len para acabar con el silencio incómodo.
─Yo quiero helado─ pidió Kaito como un niño mientras se sentaba en el suelo.
─Pero siempre comes eso─ masculló Len con un leve tic en el ojo.
─Pues, en el avión no pudimos traer mucha comida y mucho menos helado ya que no permitieron que Kaito guardara su helado ya que se derretiría y arruinaría el equipaje de los demás─ respondió Miku.
─De acuerdo, te daré tu helado─ dijo Len mientras iba la cocina y escuchaba un grito de victoria por parte del peli azul.
─¿Te divertiste mucho con él?─ preguntó Nero con disimulo mientras jugaba con Rin algo rápido mientras estaba la cena.
─¿Quién?─ por estar tan concentrada en ese videojuego olvidó por unos momentos a Zhiyu. ─¿Hablas de Zhiyu? Pues él y yo compartimos mucho en común, además parece ser un buen chico─ comentó sin darle mucha importancia, pero eso fue un golpe duro para Nero.
─Ya veo….─ murmuró y se quedó quieto por unos minutos, intentando analizar la situación; al parecer todas las cosas que pensaba se volverían ciertas si esos dos compartían mucho en común.
─¿Nero?─ lo llamó la rubia al ver que había dejado de jugar, así que pauso el juego. ─¿Estás bien?─ preguntó con preocupación acercándose un poco.
─Definitivamente está celoso─ comentó Mikuo entrando a la sala junto a Miku.
─No tienes que preocuparte Nero, aún si Zhiyu-kun le dio un beso en la mejilla, no significa que pase algo entre ellos dos─ mencionó Miku junto a su hermano intentando arreglar la situación, pero al momento de ella decir eso, sintió como el ambiente se ponía más pesado de lo normal. Tal vez no debió decir eso…
─¿Te besó?─ reafirmó con duda algo impactado por esta declaración de la chica de coletas.
─Sólo fue un beso en la mejilla de despedida, muchas personas se despiden así ¿no?─ la dorada mirada de Nero demostraba algo de perplejidad y ella sintió como había metido la pata.
─De acuerdo─ bufó por lo bajo mientras volvía su vista a la pantalla.
─En serio Nero, nada pasó entre nosotros. Además, sólo lo conocí hoy─ afirmó ella algo insegura de la respuesta del chico.
─Está bien Rin-chan, no tienes que sentirte culpable─ dijo él mientras le lanzaba una sonrisa y acariciaba gentil su cabeza.
─¡Chicos! Ya está lista la cena─ avisó Neru entrando a la sala, notando una extraña aura rosa emanar del lugar, mejor no preguntaba que pasó ahí.
─Kaito, ya deja en paz ese helado─ regañó Len al peli azul al ver su nevera invadida por él mencionado.
En otra parte del mundo:
─¿Por qué se estará demorando tanto?─ se preguntaba Luka mientras daba vueltas en aquella cama mientras abrazaba con fuerza el peluche con forma de berenjena que le había regalado Gakupo hace un año atrás.
Desde que se habían graduado de SEPV, ella se fue a estudiar a la universidad que se encontraba en Norteamérica debido a sus notas de universidad en Japón, pero claro, tuvo que posponer sus estudios ahí debido a su entrada en aquella escuela que le trajo tantas cosas nuevas. Gakupo se había ido con ella, alegando que no podía dejar a su hermosa novia sola; no fuera que se enamorara de un lindo extranjero y que lo abandonara. Así que ambos decidieron vivir juntos, ya que Luka no podía estudiar y trabajar al mismo tiempo; su novio jamás dejaría que se esforzara tanto. Por eso él consiguió un trabajo para poder mantener ese apartamento para los dos, es algo que Luka le agradecía mucho, pero a veces se sentía sola cuando él llegaba tarde.
No es que desconfiara de él es que algunas veces en ese trabajo, el jefe decidía invitar a todos sus empleados a ir a un bar, ella sabía que esto era malo, ya sabía cómo era Gakupo con el alcohol y digamos que eso sólo la hacía sentir más intranquila. El simple hecho de pensar que una chica del trabajo estuviera aprovechándose del desorientado de su novio le aterraba; incluso en otro país él era muy popular con las chicas. Simplemente a veces no se acostumbraba a que él fuera tan popular con las mujeres y que cada una de esas arpías aprovecharan cada oportunidad para intentar quitarle a Gakupo.
─De verdad es tarde─ murmuró para sí misma mientras revisaba su teléfono. Volvió a poner el aparato en su sitio y volvió a su rutina de dar vueltas en la cama.
Miró su mano en la cual estaba aquel anillo que él le había regalado demostrando así el lazo que los unía. Todavía recordaba con una sonrisa aquellas palabras que le había dicho mientras se lo ponía:
─"Este anillo representa mi lealtad hacia ti, cada vez que lo veas quiero que pienses que te pertenezco y que jamás te seré infiel"─ de verdad habían sido unas palabras muy hermosas y llenas de un significado especial. Tal vez ahora debería dejar de preocuparte tanto y ser tan desconfiada, simplemente ya debía estar segura de que Gakupo sólo estaría con ella.
─Ya llegué a casa─ escuchó su voz junto al sonido de la puerta abrirse, evitando poder formar una pequeña sonrisa.
Al final sólo debía ser paciente.
─Onee-sama, ¿qué estás pensando?─ preguntó con inocencia Mei mientras entraba a la oficina de su hermana y la veía con una expresión algo pensativa; esto no podía ser nada bueno.
A veces era normal ver así a Meiko por estos últimos días, después de todo, ya sólo les faltaba un país y ya era el fin de la primera generación de Vocaloid. Todos los integrantes eran conscientes de que ese momento llegaría, sólo que algunos les costaba afrontarlos más que otros.
La castaña comenzaba a pensar en todas las cosas que pasaron, en todos los problemas en los que se vieron envueltos antes de ser contratados por una disquera. Recordaba con una sonrisa todas las veces que alguna disquera prefería trabajar solo con uno que con todo un grupo, pero de todas formas ninguno aceptó trabajar sin los demás.
Recordó cuando se conocieron en secundaria y cuando un día ella llegó con la brillante idea de formar una banda súper genial, por ese mismo motivo ellos habían sido líderes esos últimos tres años del club de música de su escuela.
Habían pasado tantas cosas juntas y pensar en que este sería el fin la llenaba de nostalgia. Aunque era tiempo de pasar ese sueño a otras personas, estaba segura de que ellos serían capaz de lograr lo mismo que ellos e incluso más. Tenía la esperanza que ellos juntos formaran la banda que tanto deseaba ver en escenario: personas unidas por su amor al canto, que tuvieran gran química entre ellos y que eso fuera lo único que les importara.
Salió de aquellos pensamientos al escuchar la dulce voz de su hermana, quien la miraba confundida por verla tan pensativa.
─Mei, creo que ya pronto podremos regresar a casa─
─¿En serio? Me encantaría ver a todos de nuevo ─ formó una dulce sonrisa mientras sus ojos adquirían un brillo de emoción.
─Además de querer ver a tu lindo novio, ¿eh?─ con ese comentario hizo que su pequeña hermana se sonrojara a grandes niveles y empezara a balbucear incoherencias.
─Meiko, ya deja de avergonzar a tu hermana─ regañó Hiyama mientras entraba al camerino.
─Pero es divertido verla así─ dijo con un tono infantil. ─Además, me recuerda mucho a ti cuando comenzamos a salir─ añadió con una sonrisa divertida al notar el leve sonrojo en su novio.
─No digas eso, por favor─ pidió mientras se acomodaba las gafas.
─Kiyo-san ¿era tímido antes?─ preguntó con inocencia Mei mientras lo miraba con curiosidad.
─Yo no era…─
─Era un total asocial, tímido y nerd─ interrumpió Meiko. ─Le costaba mucho hablar con los demás, y siempre tenía esa cara de "odio a todo el mundo"─ hizo una imitación de esa cara, ─pero ignoramos todo eso al escucharlo cantar un día en el solitario salón de música. Todavía recuerdo que su cara era todo un chiste cuando él supo que lo oímos, jamás olvidaré esa huida que dio al instante─ narraba con añoro haciendo avergonzar aún más al castaño.
─Ya veo, así que él era así antes….─ murmuró con una cara que Hiyama interpretó como "decepción".
─Y si no fuera por nosotros, seguiría siendo un maldito amargado solitario que no aceptaba a nadie─
─Creo que hubiera cambiado ese aspecto aún sin haberte conocido─ aclaró él con una gota en la sien.
─Ahora que lo pienso, ¿cómo era Onee-sama en la escuela?─ interrogó interesada en saber más del pasado de ellos. No es que su hermana fuera muy reservada en esos temas, es que simplemente nunca llegaron a esa conversación, además de que en casa ella actuaba casi igual que siempre, como la hermana mayor extrovertida de siempre.
Algo que tenemos que recalcar aquí, es que la familia Sakine era de militares y su madre había muerto cuando apenas Mei era una niña de 5 años, así que Meiko había tomado esa responsabilidad de madre cuando su padre se tenía que ir por prolongados tiempos debido a su trabajo. Por eso, ella se preguntaba si su gran hermana actuaba así en la escuela también.
─Era la persona más desastrosa, siempre le llevaba la contraria a los profesores, y si no me hubiera conocido, de seguro hubiera perdido el año─ soltó un pesado suspiro el castaño mientras narraba esto. Esta Meiko que estaba ahora era mucho más "tranquila" que la joven. ─Aún así, tenía esa actitud de liderazgo que la distingue ahora─ añadió con una leve sonrisa.
─Oh, eso me lo imaginaba un poco de ella─ comentó por la bajo Mei con una gota en la sien. Pensaba que su hermana sería mucho más responsable en los estudios debido a su rol de madre sustituta, pero al parecer esta regla no se aplicaba en ella.
Miró con curiosidad como su hermana y el novio de esta peleaban por lo que él decía. Ahora que lo pensaba, no sabía como una persona tan organizada y perfeccionista podía salir con alguien tan desastrosa como Meiko, no es que pensara que su hermana fuera alguien mala para Hiyama, sólo que no veía un escenario donde ambos pudieran enamorarse. Sólo recordaba que Meiko llevaba todo su grupo a casa para los ensayos o para pasar el rato, y que gracias a ello, toda la primera generación de Vocaloid fuera considerada como su nueva familia. Pero con Kiyoteru era diferente, él actuaba de una forma más paternal con ella de alguna manera que no podía explicar, y junto a su hermana, pudieron ser el reemplazo perfecto para sus padres.
─Por cierto, ¿quién dio el primer paso?─ volvió a preguntar esta vez causando que la discusión verbal entre los castaños acabaran.
─¡Definitivamente fui yo!─ contestaron al mismo tiempo con orgullo.
Al parecer ahora no podría obtener todas sus respuestas.
En un pequeño pueblo en el cual se podía apreciar una tranquilidad que jamás verías en una ciudad, exactamente en una pequeña casa, se encontraban dos jóvenes que se encontraban en un jardín cuidando de las plantas. Había todo tipo de flores también, las cuales eran muy hermosas y claro, no podía faltar para ese ambiente romántico que se daba ahora mismo.
─Oye, Yuma─ lo llamó dulcemente la peli verde mientras tenía su mirada fija en una margarita frente a ella.
─¿Qué pasa?─
─¿Era necesario qué te pusieras eso?─ preguntó ella señalándolo con cierta repulsión.
No es que pensara que su querido novio se viera mal, es que simplemente, jamás pensó ver a Yuma con ropas de campesino.
─¿Qué tiene de malo? Pienso que así será una buena forma de ganarme a tus padres─ contestó con cierto brillo de determinación.
Después de la despedida, Gumi tuvo que esperar mucho tiempo antes de poder ir donde sus padres como era debido y Yuma no había podido acompañarla ya que él tenía una hermana a la cual mantener; aún así ella y Gumiya regresaron a su pueblo de origen. Sólo hace un mes ellos dos se habían podido reencontrar como es debido, pero para que Yuma fuera aceptado al menos por sus queridos suegros el peli rosa más escéptico del grupo tuvo que hacer algo que jamás pensó hacer en toda su vida: convertirse totalmente en un campesino. Digamos que a él no le iba muy bien plantar verduras, cuidar animales y demás, pero al menos debía intentarlo. Al menos obtuvo buenos resultados y se ganó la aprobación de los más importantes de la familia: los padres
─De todas formas, me sorprende que un año haya pasado tan rápido─ comentó ella con una mirada algo melancólica.
─Sí, con todo el problema que tú y Gumiya tuvieron para poder venir aquí, hace que no seamos tan conscientes del lapso del tiempo─ mencionó él. ─Algo así como la teoría de la relatividad─ dijo con un tono algo intelectual.
─Oí que Miku-chan y Kaito ya vendrían a Japón, eso significa que posiblemente ya sea hora de la reunión ¿no crees?
─De seguro estás muy ansiosa por eso.
─Como ni te imaginas─ le lanzó una dulce sonrisa y antes de que pudieran decir algo más, escucharon un agudo grito.
─¡Yuma-chi!─ entró Gakuko a escena mientras llegaba hacia ellos dos. La hermana menor de Gakupo lucía casi como su hermano mayor, pero tenía facciones mucho más femeninas y su cabello era un poco más largo y solía recogerse la mitad de este. Ella tenía 14 años, así que era algo normal su actitud infantil. La razón por la que odiaba a su querido hermano era por el hecho de que había preferido a Gumi; aunque esto había sido un gran malentendido que nunca se pudo solucionar. ─Mis padres quieren que los ayudes a limpiar los cuartos─ avisó.
─Ya voy─ dijo perezoso mientras se levantaba.
─Ya veo porque se lleva tan bien con mis padres─ comentó por lo bajo Gumi.
─Se ha vuelto el sirviente de la familia─ completó la peli lila con una sonrisa algo malvada.
─Ahora que lo pienso…─ comenzó a decir Rin cuando ya todos estaban en la mesa comiendo. ─Mikuo ¿cómo ha sido sobrellevar una relación a distancia? ─ preguntó con curiosidad mientras se llevaba una cucharada a la boca.
—Eh….— fue lo único que pudo pronunciar por esos cortos segundos, debido a que la pregunta lo tomó por sorpresa. —Pues las cosas están bastante bien, cuando fue a Londres pudimos vernos en persona— respondió él intentando ocultar su sonrojo.
—Y en ningún momento…..¿te has sentido celoso?— ahora sí Mikuo se atragantó con su comida por unos momentos. ¡¿Acaso no podía tener una comida en paz?! Aunque, se extrañaría mucho si ella no le hubiera hecho esa pregunta, después de todo es Rin.
—No responderé a eso— declaró recuperando rápidamente la compostura.
—Sólo no quiere admitir que estuvo preocupado todo un mes porque Mei lo dejara por otro tipo— mencionó Kaito "sin pensarlo". Por si lo han olvidado, estos dos han tenido una especie de rivalidad que comenzó cuando se conocieron en Londres; aunque ya supongo que todos saben el motivo de esto.
—¡No fue así!— gruñó él ya hartándose de la situación.
—Pero si estuviste todo ese mes de mal humor— ayudó Miku inútilmente a su hermano.
—Pensé que Mikuo siempre estaba de mal humor— comentó Kaito.
—Aunque es normal ponerse aún más furioso cuando se trata de la persona que te gusta— dijo Neru indiferente a la conversación.
—¿Cómo tú, hermana?— y así fue como Nero recibió el primer golpe del día.
—Los celos son algo típico en las relaciones—
—Entonces Len debe amar demasiado a Neru~— canturreó Rin con una sonrisa burlona ganándose una mirada de "cállate" por parte de Len.
Así es como todos comenzaron a lanzar aquellos comentarios indirectamente directos que provocaban sonrojos y vergüenzas en algunos del grupo, los más afectados eran Len y Mikuo, por no decir que eran los únicos que estaban siendo molestados por sus "queridos" amigos.
—Por última vez ¡no estaba celoso!— refunfuño el peliaqua con una gran vena a punto de explotar en su sien.
—Entonces ¿cómo les fue en Londres?— la Kagamine cambió rápidamente el tema. —Además de los celos de Mikuo, claro—
Sólo cabe decir que Kaito y Nero tuvieron que detenerlo para que no cometiera algún asesinato.
La castaña más tierna de todas se encontraba en la habitación del hotel, revisando los mensajes de sus amigos mientras escuchaba un poco de música. Gumi le mandaba muchas imágenes graciosas de Yuma haciendo el quehacer en la casa, de verdad le sorprendía que tan lejos había llegado para ser el preferido de sus suegros y por fin pudo ver una foto de la hermana de Gakuko, de verdad eran demasiado parecidos. Rin solía preguntarle mucho sobre como avanzaba su relación con Mikuo, y si ella tenía alguna duda con respecto a su novio la rubia le decía cosas que la hacían sentir menos inseguras, por fin le sensación de celos se fue y eso le dio una gran tranquilidad. En cambio Len, era un poco más normal con respecto a las conversaciones y de cierta manera ambos se habían vuelto más unidos con la distancia, algo muy irónico a decir verdad. Con Gakupo y Luka era algo difícil poder hablar con ellos debido a las ocupaciones de ambos, pero al menos lograban tener algunas conversaciones con ambos.
Neru y Nero tuvieron la brillante idea de hacer un grupo de chat, en ese lugar se podían apreciar las conversaciones más raras que jamás había visto, todas las imágenes que Miku tomaba en los lugares de Londres y otras cosas más que no diré porque son cosas demasiado difíciles de explicar debido a la rareza de estas. Aun así fue una buena idea para que Mei no se sintiera tan sola en el año.
—¡Mei!— entró Meiko entrando dando una fuerte patada a la puerta dándole un gran susto a la chica ojos rojos.
—¿Q-Qué pasa?—
—¿Estás lista para ver a todos de nuevo?—
Ya habían pasado tres días desde la llegada de los hermanos Hatsune y Kaito, las cosas pasaban con normalidad aunque debían admitir que era algo aburrido sin todo el grupo presente. Los Akita estaban en una salida con su hermana ya que estaban intentando recuperar todo el tiempo perdido con ella, especialmente Neru, aunque era algo cansador para la hermana mayor ya que su hermanita era muy hiperactiva, incluso Len comparo su energía con la de Rin hace tres años. Una época muy alocada para los Kagamine.
—Oye, ¿no te parece extraño el mensaje que Mei mandó ayer?— preguntó Rin mientras revisaba su celular.
—Un poco, aunque ¿qué más esperabas de un mensaje que simplemente dice "prepárense para una gran sorpresa"?— cuestionó Len con una expresión algo escéptica.
—Sólo lo sabremos cuando sea el tiempo— dijo sabiamente la rubia.
De un momento a otro ambos Kagamines oyen como tocan la puerta, así que se miran intentando decidir quien va a ir a abrirla. Comienza una guerra sin palabras, sólo de miradas, ninguno de los dos chicos tiene intenciones de parpadear y sus miradas se vuelven cada vez más penetrantes para intentar a incomodar al otro, pero esto no funciona, años de conocerse hacía que se acostumbraran a estas cosas.
—Saben que es de muy mala educación dejar a las visitas afuera ¿no?— una conocida voz hizo que aquella batalla terminara. Ambos miraron sorprendidos hacia la puerta encontrándose con una Gumi muy sonriente y detrás de ella se encontraba Yuma y Gumiya con una sonrisa.
Los rubios se mostraron primero sorprendidos, era lógico que se sintieran así, después de todo no esperaban verlos; especialmente a Yuma con un traje de campesino, eso fue lo más impactante.
—¿C-Chicos?— Rin parpadeó varias veces para estar segura de que no era una ilusión.
—La única e irrepetible Gumi— respondió la peli verde con una gran sonrisa. —Es un gusto verlos de nuevo, veo que las cosas no han cambiado mucho por aquí— comentó ella mirando alrededor mientras se acercaba a los gemelos.
—¿Por qué Yuma tiene ese traje de granjero?— señaló Len al peli rosa, deseando por unos momentos de que no se tratara del Yuma serio que tanto conocía.
—Simple: quería agradarle a nuestros padres— contestó Gumiya sin dejarlo hablar. —Creo que estaba tan cansado del rechazo de los dos hermanos mayores que decidió ganarse a la máxima autoridad— añadió con una falsa sonrisa; sus padres le habían dicho que no podía prohibirle a Gumi nada de su relación y que simplemente debía apoyarla. Entonces ¿su cinturón negro en karate qué? El único motivo por el que lo había ganado había sido para asustar a los novios de sus hermanas (sí, también consideraba a Gakuko su hermanita a pesar de que ésta supiera el arte de los samuráis).
—No era por eso, también era para acostumbrarme a otros métodos de vida fuera de la ciudad— se excusó él mientras miraba a otro lado.
—Tranquilo Yuma, todos podemos llegar a situaciones extremas para agradarles a nuestros suegros— se encogió de hombros Rin soltando un suspiro.
—Los extrañe tanto a todos— dijo Gumi mientras se dirigía a abrazar a la rubia.
—Yo también te extrañe, mi mano derecha en los planes cupido— lloró falsamente de alegría mientras abrazaba con fuerza a su amiga, a la vez que esta también lloraba exageradamente.
El drama nunca faltaba en la vida de los miembros de Vocaloid.
—No puedo creer que hayan hecho este reencuentro sin nosotros— de nuevo todos fijaron su atención en la puerta y de nuevo, todos se mostraron sorprendidos al ver en ese lugar a Luka y a Gakupo.
—¡¿Ustedes también?!— exclamaron todos impresionados.
—Acaso ¿creían qué no vendríamos a esta reunión?— preguntó retóricamente Luka.
—No era eso, simplemente, no esperábamos verlos hoy— dijo Len.
—En realidad, ni nosotros pensábamos estar aquí— suspiró Gakupo y todos miraron confundidos a la pareja.
Flashback:
—Gakupo— llamó la peli rosa a su novio mientras se encontraba en la cocina haciendo el desayuno.
—¿Qué pasa?— preguntó el peli morado mientras llegaba a la cocina.
—Sólo me preguntaba si hoy tenías trabajo— comentó "casualmente" Luka intentando no demostrar mucho interés.
—No— respondió normalmente pero luego se dio cuenta de la situación. —¿Acaso quieres ir a una cita?— la abrazó de sorpresa por la espalda.
—Bueno….— a pesar de que su relación ya había durado mucho, ella seguía sintiéndose algo nerviosa ante los actos de cariño de su novio. Le parecía algo patético ponerse nerviosa aun sabiendo que Gakupo solía hacer ese tipo de cosas muchas veces.
—Creo que hay un lindo restaurant algo lujoso, creo que podríamos ir ahí— completó él mientras acariciaba su cabello.
—Entonces….— antes de poder decir alguna otra palabra, el sonido de la puerta hace que aquel momento entre ellos sea interrumpido.
Gakupo suelta un pesado suspiro y decide ir a ver quien osaba interrumpir su preciado momento con su amada peli rosa, si era alguien que conocía, de seguro le haría pasar un mal rato de alguna manera; los samuráis podían llegar a ser muy rencorosos.
Justo cuando abrió la puerta, una horda de hombres de negro comenzaron a entrar al apartamento como si se tratara de alguna misión muy importante del gobierno.
—¡Esperen un momento! ¿Qué hacen ustedes aquí?— ahora sí que estaba confundido, no recordaba en ningún momento haber hecho algo de peligro nacional. Bueno, tal vez si trajo muchas de sus armas de Japón, pero ¡eso no significaba que era un terrorista!
—Necesitamos que usted y la señorita Megurine vengan con nosotros— avisó lo que al parecer era el jefe del grupo.
—¿Qué pasa aquí?— entró Luka a la sala y frunció el ceño al ver esa cantidad de gente rara en su sala.
—Deben venir con nosotros— uno de los hombres tomó el brazo de la chica, pero nunca imaginó que ella usaría para defenderse un cuchillo, el cual casi clava sin remordimiento alguno en el brazo de ese hombre, el cual pudo evitar el golpe por poco. Nunca, pero nunca, debes invadir el espacio personal de una ninja que tiene un arma en la mano.
—Oigan, no vamos a ir con unos extraños— demandó Gakupo. —¿Acaso creen que eso no me lo enseñó mi madre?—
—Chicos, hay que llevárnoslo a la fuerza— ordenó el líder y todos los 10 hombres que estaban ahí intentaron atrapar a ambos chicos.
Sólo que jamás pensaron que se enfrentarían a un samurái experimentado que estaba dispuesto a proteger al amor de su vida a toda costa. Tampoco imaginaron que una universitaria tuviera movimientos tan agiles y que supiera usar un cuchillo con tanta precisión. Mejor dicho, la persona que los había contratado jamás les contó que esos dos eran personas muy peligrosas. Por suerte Luka no uso el lado filoso del cuchillo, al menos ella sí se preocupaba por la limpieza de la sala.
—Ahora ¿qué haremos con estas personas?— preguntó Luka ya viendo a todos esos diez hombres tirados en el suelo. Al ver que uno se movía cerca de ella, rápidamente la pisó fuertemente la espalda.
—Habrá que llamar a la policía— respondió.
—¡¿Qué hicieron con mi servicio de guardas?!— el grito de una mujer, hizo que ambos voltearan rápidamente a ver la puerta.
—¡¿Meiko?!
Ahí se encontraba ni más ni menos la castaña que podía soportar más alcohol que cualquier otro. Usaba un traje de oficina formal de color rojo y tenía una cara de tragedia al ver sus hombres casi muertos.
—¡Maldita berenjena!— se dirigió rápidamente a Gakupo y lo tomó del cuello de la camisa. —¿Por qué carajos dejaste así a mi equipo?— lo empezó a zarandear totalmente enojada.
—Espera. ¿Acaso tú los mandaste para qué nos secuestraran?— alegó Luka sintiendo como la vena en su frente comenzaba a crecer.
—No era un secuestro como tal— respondió ella mientras soltaba a Gakupo. —Simplemente los envíe para que los llevaran a Japón— soltó un suspiro mientras se cruzaba de brazos.
—Meiko, cuando vas a llevar a alguien a un lugar, primero se le avisa o sino pensará que es un secuestro, especialmente si envías hombres tan extraños como esos— Luka masajeó su sien intentando calmarse.
—Oh, lo siento, es que pensé que sería algo genial— se encogió de hombros. De verdad no había cambiado mucho que digamos.
—En fin ¿para qué quieres que vayamos a Japón?— indagó curioso Gakupo ya recuperado.
Meiko los dejó con la palabra en la boca y se dirigió a la puerta, pero antes de irse totalmente dijo:
—Ya es hora—
Fin Flashback.
—Y así es como llegamos aquí— terminó de narrar Gakupo.
—Me lo esperaba de Meiko-san— murmuraron por lo bajo todos.
—Pero ¿a qué se refiere con qué ya es hora?— preguntó Rin algo curiosa.
—No estoy muy segura, pero no creo que se trate de eso, después de todo, todavía no terminan la gira— meditó Luka la situación.
—Oh, esperen— interrumpió Gumi quien revisaba su celular. —Mei me mandó un mensaje diciendo que vayamos a la escuela— todos se miraron entre sí algo confundidos por ese mensaje.
—Le avisaré a Neru y a Nero— dijo Len mientras sacaba su celular para disponerse a mandar el mensaje.
—Y yo a Miku— ahora fue Rin quien sacó su celular.
—¿Qué se supone que hacemos aquí?— bufó Neru por lo bajo en la entrada de aquella gran escuela que la había acogido hace un año atrás.
—No lo sé, pero debe ser muy importante como para que todos tengamos que estar aquí— comentó Nero mirando a su alrededor buscando indicio de alguno de sus compañeros.
—¿Dónde estarán Len-kun y Rin-chan? Tengo tantas ganas de verlos el día de hoy que por eso he aceptado venir con ustedes— comentó Naru con un puchero.
—Se supone que tú te auto-agregaste para venir aquí— masculló Neru con enojo.
—No te enojes onee-sama, es bueno ver a mis queridos cuñados de vez en cuando—
—¡Pero los viste hace tres días!—
—¿En serio? El tiempo pasa tan lento cuando estoy sin ellos— soltó un pesado suspiro con su usual dramatismo de siempre.
—Por favor dime que no la volverás a dejar participar en esto—
—Vamos hermana, deberías dejarla divertirse— dijo Nero por fin participando en la discusión.
Antes de que la mayor pudiera replicar algo, un alboroto más cercano hace que sea captada la atención de los tres Akitas.
—¡Chicos!— saludó energética Rin mientras se acercaba a ella.
—¡Rin-chan!— los tres casi al instante se dieron cuenta de que el grupo en el cual venía era mucho más grande de lo esperado, era como si todos se hubieran reunido de nuevo.
—Ya decía yo que las cosas eran más ruidosas de lo normal— comentó ella con cierta sonrisa de felicidad. —Bienvenidos de vuelta, chicos— saludó mientras se acercaba más a ellos.
—Ya veo porque era tan urgente que viniéramos hoy—dijo Nero acercándose igualmente al grupo.
—Oh vaya, vaya. Sí que fue una gran idea venir aquí~— canturreó la peli verde.
—Es bueno verlos de nuevo chicos— saludó Luka con una pequeña sonrisa.
—Lo mismo digo, faltabas tú para poner el orden— dijo Neru.
—No lo creo, de seguro ellos podrían sobrevivir sin mí— intentó usar la modestia un poco. Acto seguido, ambas chicas voltean al ver como Nero era cargado por Kaito y Gakupo por sus hombros, mientras que Gumiya y Yuma hacían lo mismo con Len.
—¡Pelea!— exclamó Rin alentando el acto estúpido que se iba a llevar a cabo.
—Esto no es un poco peligroso— mencionó Miku con cierta preocupación.
—¡Vamos Yuma! ¡Tu puedes onii-sama!— animaba de igual forma Gumi al grupo.
—Retracto lo dicho— murmuró con una tranquilidad que daba miedo.
—Oni-chan parece ser un idiota también— se burló por lo bajo Naru.
—De verdad que mi hermana sale con un idiota— mencionó sin sentimiento alguno Mikuo; el único motivo por el cual había venido había sido por Mei, pero claro, jamás lo admitiría abiertamente.
—¡Oigan ustedes!— Luka se interpuso entre los dos bandos extendiendo ambas manos. —Tenemos que ir arriba para ver de qué se trata todo esto— les recordó con la firmeza que la caracterizaba.
—¿Ni siquiera puede ser una ronda?— pidió con temor el novio de esta, aunque más que su novio parecía su hijo.
—No—
—Que bueno que Luka-san está aquí de nuevo— agradeció mentalmente Len mientras era bajado por los chicos.
Todos entraron al colegio sintiéndose como unos completos extraños, era como si de nuevo estuvieran en el primer día de clases, la única diferencia es que toda la escuela estaba desierta, no se podía ver a nadie más que ellos ahí y eso de cierta forma los desanimó.
—Ha sido un largo tiempo ¿eh?— rompió el silencio Rin mientras comenzaba a caminar por los pasillos.
—Ni que lo digas— bufó por lo bajo Nero.
—Esta escuela si es grande— comentó sin pudor alguno Gumiya.
—Pensé que ya habías entrado aquí— le dijo Luka algo sorprendida.
—Bueno, ese día tomé más de lo normal así que no recuerdo mucho— soltó una sonrisa nerviosa ante esto.
—¿Uh?— Len notó como Neru se había quedado a una distancia considerable del grupo. —¿Estás bien?— decidió preguntarle como todo buen novio preocupado haría.
—Sí…— respondió en un tono algo bajo. —Sólo que pensar que esto no es un sueño, me hace muy feliz, por fin después de tanto tiempo podemos estar todos juntos de nuevo, aunque sólo falta Mei—
El rubio se mostró sorprendido al escucharla decir tales palabras, al final ella se había terminado encariñándose tanto con ellos que ya ni podía negarlo.
—Suenas tan linda diciendo esas cosas— comentó con una pequeña sonrisa sabiendo que ese sería el motivo de su muerte.
—¿Eh?—
—N-No es nada—
—Más te vale, sé que comenzarán a molestarme por decir ese tipo de cosas— farfulló con vergüenza.
—Entonces ¿no te importa que yo sea quién las oiga?— la miró de reojo mientras seguían caminando haciendo entrar en razón a Neru.
—¡E-Es diferente!— exclamó por lo bajo. —Y-Ya que….tu eres mi novio, así que, sé que ya debo tener más confianza contigo— admitió intentando aguantarse toda la vergüenza que sentía.
Len se quedó sorprendido, a pesar de haberlo sabido hace ya algún tiempo atrás, lo hacía extremadamente feliz escucharla decir eso. Era normal que se sintiera así, después de todo por ese mismo objetivo era por el cual se había enamorado de ella, y saber que había tenido que pasar tanto para ganarse su confianza total era algo digno por lo cual celebrar; en su mente claro.
—Por fin lo dices— murmuró él con una pequeña sonrisa.
—S-Sólo…no digas nada— masculló mirando para otro lado.
—Aún así, gracias por confiar en mí, Neru— la chica simplemente apartó su mirada para ocultar su sonrojo y aceleró el paso, no debía caer ante la tierna imagen del Kagamine en ese momento.
Todos dejando atrás la nostalgia de estar en ese lugar que los acogió por un año entero, decidieron ir directamente a la azotea, aquel lugar donde todos se habían separado y el lugar que de seguro pondría sentimental a más de uno. Casi todos se sentían de cierta forma ansiosos de llegar ya querían ver de una buena vez a Mei y poder decir: "Ya estamos todos juntos de nuevo" y que mejor lugar que la azotea, donde habían pasado tantos momentos memorables para todos.
Cuando llegaron a la puerta, Rin se detuvo unos momentos antes de abrirla totalmente.
—Bueno chicos, parece que este será el comienzo de una nueva historia— luego de haber dicho esto, tomó un suspiro y abrió la gran puerta de metal. Los últimos rayos del sol hicieron que todos cerraran sus ojos por un momento, pero cuando se acostumbraron a la luz se sorprendieron al ver lo que había ahí: Nada.
—¿Pero qué….?— se preguntó Rin en un estado de shock al igual que todos.
—No me digan que esto fue una simple broma— musitó Gumi sintiéndose decepcionada al instante de no poder ver a su querida mejor amiga.
—Parece que tendremos que volver, aquí no hay nada— dijo Nero decepcionado.
—Era demasiado bueno para ser verdad— Len soltó un suspiro mientras daba una media vuelta.
—Vaya, y yo que tenía ganas de ver a Mei-chan— comentó Gumiya mirando de reojo a Mikuo esperando a que este dijera algo, aunque el peli aqua no dijo nada era obvio que se sentía mal por no poder ver a la castaña el día de hoy.
—Adiós reunión que se supone que plasmaría con un vídeo— lloró dramáticamente Naru.
—Mejor volvamos— sugirió Luka quien a pesar de lucir seria como siempre, se podía notar su voz un poco más apagada, después de todo fue un golpe muy bajo para todos no ver a Mei.
Cada uno de los chicos comenzaron a caminar hacia la salida, pero Rin se quedó en su lugar apretando fuertemente sus puños, parecía que estaba recia a aceptar marcharse así como así.
—Rin-chan— la llamó dulcemente Nero. —Vamos a casa, tal vez hoy no es ese día— intentó consolarla inútilmente.
—¡No me jodan!— exclamó de repente deteniendo el paso de todos. —Se supone que aquí debemos esperar a Mei-chan, se supone que aquí sería por fin nuestra gran reunión— comenzó a decir se podía apreciar notablemente la frustración en su voz. —Así que no aceptaré que esto sea una jodida broma, no se puede jugar así con los sentimientos de todos— se detuvo unos momentos a la vez que alzaba la mirada. —Aún si se demora días, yo me quedaré aquí esperando a que el día en que todos estemos juntos llegué— sentenció con una voz firme.
Cada uno de los ex-estudiantes de Vocaloid se mostró sorprendido por la actitud de Rin, la cual no sabían si tachar como infantil o simplemente que tenía razón, después de todo Mei no era ese tipo de personas que hacía promesas en vano.
De repente, el sonido de las hélices de un helicóptero se escuchó cerca de ahí.
—Muy bien dicho pequeña— para sorpresa de todos esa había sido la voz de Meiko. Miraron a su alrededor pero ella no se encontraba, ahora lo único que podían esperar era una entrada muy loca por parte de su ex directora.
Y así fue, lentamente un helicóptero comenzaba a aparecer frente a la azotea como si de una película de acción se tratara. Todos miraron impresionados aquel gran vehículo frente a ellos. El fuerte viento obligó a más de una chica a sostenerse su cabello o la falda de su vestido, como era el caso de Miku y Naru. Ahí en ese innecesario helicóptero se veía en su interior a las dos castañas y también a Hiyama. Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de todos al ver a Mei saludándolos con su típica timidez de siempre.
—¡Mei-chan!— exclamaron todos en un coro.
—Onee-sama, ¿ahora cómo nos bajamos de aquí?— preguntó la menor con una pequeña gota en la sien.
—Espero que estés lista para saltar— respondió con una pequeña sonrisa traviesa.
—¡¿Eh?!
—El helicóptero está lo suficientemente cerca para dar un salto. ¡Vamos!— tomó la mano de su hermana obligándola a estar en el borde del vehículo. A pesar de estar cerca Mei no creía ser capaz de dar un salto tan alto.
—Mikuo, creo que van a saltar— comentó por lo bajo Rin cerca del peli aqua.
—Espera ¿qué?— el más serio de ahí (además de Luka) se exaltó y rápidamente se acercó al helicóptero a pesar del fuerte viento que evitaba que viera muy bien.
—Naru, comienza a grabar esto— ordenó Rin con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Ahora!— Meiko empujó a su querida hermana sabiendo que Mikuo la atraparía. Mei simplemente atinó a gritar como si estuviera a punto de morir, pero unos segundos después sintió como era envuelta en unos fuertes brazos.
—¿Qué hubiera pasado si él no la hubiera atrapado?— cuestionó Hiyama con un tono de reproche.
—Lo bueno es que la atrapo y sólo debemos enfocarnos en eso— dijo ella con un tono algo altanero. —¡Chicos! Nosotros iremos a dejar este bebé en un lugar seguro. ¡Disfruten su reunión!— avisó ella a través de un megáfono que sacó de la nada.
—¿Acaso no saltarás?— preguntó Mei mientras se levantaba algo avergonzada.
—No, es algo muy peligroso y yo estoy algo vieja para hacer eso— mintió dejando plasmada a su hermana. —Nos vemos después— se despidió dejando a todos los chicos de ahí plasmados.
—De verdad…— comenzó a decir Nero.
—Ella— continuó Kaito.
—No ha cambiado— concluyó Len mientras miraba como el helicóptero desaparecía de su vista.
—¿Estás bien?— le preguntó Mikuo mientras se levantaba y quedaba frente a ella.
—S-Sí, gracias— musitó bajando la mirada.
Mei no tenía idea alguna de qué decir o cómo reaccionar, era la primera vez que estaba en una reunión tan importante como esa y simplemente no tenía nada que decir, bueno, después de una llegada tan espontanea junto a un encuentro muy vergonzoso con su novio cualquiera se quedaría sin habla.
—¡Por fin te veo de nuevo!— exclamó Gumi abalanzándose hacía ella dándole un fuerte abrazo.
—Que bueno que llegaste, pensamos que era una broma— comentó Kaito.
—O que simplemente te confundiste de día— añadió Nero.
—Aunque tampoco esperábamos una llegada como esa….— mencionó Len con una gota en la sien.
—Es que onee-sama dijo que debía llegar de una manera especial, aunque jamás imaginé que planeaba algo como eso— soltó un suspiro de cansancio mientras correspondía el abrazo de Gumi.
—Sabía que Mei-chan llegaría— la rubia palmeó su espalda con una gran sonrisa.
—Si no hubiera llegado te hubieras quedado aquí un largo tiempo— bromeó el gemelo de esta.
—Pero llegó y eso es lo que importa— le sacó la lengua mientras abrazaba por el cuello a la castaña formando un abrazo grupal.
—Yo también quiero estar ahí— dijo Miku en un tono infantil mientras se unía al abrazo.
—Onee-sama, veo en tus ojos que también quieres formar parte de ese abrazo grupal— murmuró Naru en su oído exaltando un poco a la rubia.
—C-Claro que no— bufó ella por lo bajo.
—Vamos Neru, debes hacer parte de este gratificante momento en nuestras vidas— la alentó Rin extendiendo uno de sus brazos invitándola.
—Lo haré sólo por Mei…— se excusó mientras se acercaba al grupo.
—Parece que valió la pena volver así de repente— comentó Gakupo mientras abrazaba a Luka por los hombros.
—Sí— respondió ella mientras veía la escena de todos riendo siendo contagiada por esa felicidad que emanaba el grupo. —Aunque ahora debo hablar con la universidad y decirles porqué me fui tan de repente— añadió convirtiendo su sonrisa en una nerviosa.
—Falta algo— dijo de repente Rin rompiendo el abrazo y llamando la atención de todos.
—¿Qué?— preguntó con curiosidad Mei. La Kagamine miró a Mikuo y luego a Mei, así sucesivamente hasta que formó una sonrisa al más estilo Cheshire.
—Todavía no se han dado el beso de reunión— comentó provocando uno de los silencios más tensos que se ha visto en el grupo. Casi todos en sus mentes pensaban en lo mismo pero no lo decían porque no querían incomodar más a Mei, pero de por sí ya sus miradas decían todos, mientras que Mei y Mikuo cruzaron miradas sonrojándose casi al instante, después de todo no estaban acostumbrados a los afectos cariñosos en público.
—¡Exijo un beso!— exclamó Naru poniendo en una situación más incómoda a la pareja.
—Siento que no encajo aquí— murmuró Gumiya.
—No eres el único— lo apoyó Yuma hablando por primera vez en mucho tiempo.
Así es como se dio a cabo la tan esperada reunión para la nueva generación de Vocaloid. Al final Mei y Mikuo no se besaron frente a todos haciendo una estúpida excusa y gracias a la intervención de Luka, quien se apiadó de ellos ya que sabía lo vergonzoso que era. Al final todos terminaron en la casa de los Kagamine, haciendo una improvisada fiesta de bienvenida para todos, haciendo karaoke sintiéndose felices de poder cantar todos juntos de nuevo; aunque esta actividad se vio interrumpida debido a que muchos vecinos se quejaban del ruido y por ello llamaron a la policía, por suerte lograron librarse de eso gracias a las técnicas de Luka, esos policías seguirán vivos, pero no recordarían la razón por la cual despertaron en un callejón abandonado.
Siguieron la fiesta con una película de acción ya que no volverían a repetir el hecho que ocurrió el año pasado cuando se quedaron por primera vez en la casa de los Kagamine. Luego de eso y ya faltando pocas horas antes del amanecer, decidieron dormir en la sala para que todos pudieran hablar un poco más antes de dormir.
Todos durmieron con una sonrisa en sus rostros, después de todo ya estaban juntos de nuevo después de todo un año. Esto significaba que ya pronto comenzaría una nueva etapa en sus vidas, vendrían más locuras y más momentos que recordar.
Esta sería la era de la nueva generación de Vocaloid. Más le valía a Japón prepararse para ese extraño grupo que pronto llegaría al escenario.
Continuara….
Haruka: Si han leído hasta aquí...les pido amablemente un review.
Rin: Es nuestra motivación para escribir más rápido.
Luka: Esperamos que les haya gustado el capítulo, perdonen las fallas ortográficas y espero que sigan la historia.
Mokoa: Avisamos que publicaremos los capítulos cada mes. Después de todo Haruka-san está en la escuela y no va a tener mucho tiempo para escribir.
Haruka: Sólo sean pacientes queridos lectores, recuerden que la paciencia es una virtud que ustedes poseen muy bien *recuerda todos los meses que se demoraba en publicar*
Mokoa: Si quieren estar informados sobre SEPV o cualquier Fanfic no olviden visitar la página con el mismo nombre -Haruka Hagaren- así les avisaremos si nos demoramos más en publicar por ciertos motivos sin necesidad de tener que subir un capítulo para avisarlo.
Haruka-sama se despide...
Aunque antes, usaré mi última opción para que comenten:
A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."
