Pensar que…

"Pensar que en su infancia, él había sido su único amigo, aún cuando eran rivales, aún cuando se peleaban en cada oportunidad, aún cuando ni se llamaban por sus nombres, pensar que casi nunca le dijo Naruto, que aun cuando sabía que él le dio la oportunidad de ser amigos, él se la negó, cuantas veces quiso contarle su verdad a alguien, la tragedia de su infancia, el peso que llevaba encima le suplicaba que lo compartiera, quien mejor persona que Naruto, el chico de cabello rubio y ojos cerúleos, el que lograba arrancar sonrisas y el único al que podía llamar amigo. Las lágrimas que derramó en su infancia solo fueron oídas por el mismo, nunca hubo nadie que lo consolara, y sólo se refugiaba en sus pensamientos, ante todos se mostraba frío y distante, pero eso no fue pare para él… quien se le acercó y le habló como si nada. Pensar que él sufrió tanto o más que él mismo, de haberse dado cuenta antes quizás… sólo quizás le hubiera mostrado simpatía. Pensar que en todos estos años él le persiguió con esmero, y trato de que no se hundiera solo en la oscuridad, trato de salvarle, pero él egoístamente lo empujó aparte y le apuñalo por la espalda. Pensar que pudo quedarse, que pudo aceptar esa mano amiga y ser… feliz, sí, efectivamente, él pudo ser feliz, él pudo tener amigos, cambiar su vida y pudo… pudo tener otra nueva junto a ellos, su verdadera familia. Pensar que ahora ya no puede volver en el tiempo, que ahora ya no le puede ver sonreír, que ya nunca más va a volver a ver sus ojos, ni nunca más va a tener que rechazarlo cuando le diga para regresar a Konoha, pesar que ahora le extrañaba y que se siente triste, siente que esta muerto en vida, porque él.... Naruto, el chico de cabello rubio y ojos cerúleos… está muerto."