La novia de la rosa

- ¿Por qué yo? ¿Por qué yo soy la novia de la rosa?- Me pregunte entre suspiros, mientras adormilada observaba a Chuchu, dominado por el sueño, sus grandes orejotas me sonsacaban una sonrisa de vez en cuando, como ahora. Sonreí para mí, pese a la tristeza de mis pensamientos; para la mayoría de las personas yo solo era un trofeo, un premio, pero al menos le tenia a él, a mi mascota. Me gustaba imaginar que yo le importaba a alguien, pero no importar como La novia de la rosa... sino importar como Anthy Himemiya...



- Algún día... - dije en voz alta, creyéndome mi soledad

- ¿Algún día, qué?- Pregunto una voz tras de mí, despertándome de mis pensamientos, la voz era dulce, suave, reconfortante; como la personalidad de aquella chica que estaba conmigo. Utena, mi protectora, la persona que luchaba por mí, y yo, no sabia porque lo hacia, ¿lo haría por ella, por parecerse a su príncipe, por sus sueños, o... O lo haría por mí? ¿¡Por mi!? ... no, no debo ser tan ingenua... - ¿Anthy?- Pregunto Utena con una sonrisa ladeada, mientras se acomodaba a mi lado, me miro fijamente, con esos ojos azules que tanto se parecen al producto de la unión entre el cielo y el mar- ¿Estas bien?- Pregunto con un tono serio - Lo estoy Utena-sama- Respondí veloz, antes de que sospechara de mis dudas, de mis pensamientos... de mí- N..no te preocupes- tartamudee ligeramente, ni si quiera sé el porque, pero lo hice, en el fondo tenia miedo, miedo de que me conociera... y me dejara - Mira a Chuchu- Me indico mientras le señalaba con el dedo- Se le ve tan pacifico- aclaro mientras me dirigía una sonrisa encantadora - Tienes razón Utena-sama- Respondí calladamente, esta vez ni si quiera las orejas de mi mascota me arrebataron una sonrisa, no podía sonreír, la tristeza que llevo dentro me lo impide, noto la mirada de Utena, esta fija en mi, y cuando yo se la devuelvo, noto algo extraño en sus ojos... ¿preocupación? No lo sé, trato de decir algo, pero no puedo, entonces siento su tibio tacto en mi mejilla, nuestros ojos se encuentran, y en mi interior, algo quiere surgir, aun así, yo intento evitarlo - Dime que te pasa- Su voz no es más que un susurro, un susurro que traspasa mi cuerpo, que recorre mis venas, mi alma, mi esencia. Su mano sigue fija en mi rostro, a lo que yo me inclino levemente, pretendiendo explotar más esas sensaciones que me están embriagando- ¿Himemiya? - Cuestiona ella con suavidad, mientras yo cierro los ojos - No... no quiero perderte Utena- Digo casi sin voz, ella sonríe, pese a que no puedo verlo, lo sé - Anthy... no me perderás, estaré contigo pase lo que pase- Esas palabras fueron como un tónico para mi tristeza, que pareció desvanecerse como la niebla, forzadamente sonreí, para autoconvencerla de que estaba mejor, aun así, ella no apartó su mano, me sorprendió, por lo que lentamente abrí mis ojos, Utena me miraba con ternura, como solo ella sabia hacerlo. Fuera de la razón, mis brazos rodearon su cuello, mientras que mi mirada se poso en sus rosados labios, poco a poco, fui acortando esa distancia que nos separaba, hasta que logre besar sus labios, y lo hice, pero no bese a mi protegido, ni a mi dueño, bese a Utena Tenjo'u - Me importas Utena-sama- Dije tras terminar ese leve contacto - Y tú a mí también Himemiya... y tú a mí también- Respondió a la vez que sus fuertes brazos me tomaban por la cintura, envolviéndome en un hermosos abrazo.

FIN