-¡Hermione por favor!- Suplico el muchacho, pero con una última mirada rabiosa y vengativa, ella abrió la puerta de un tirón y salió al pasillo.

A Harry le pareció oír un sollozo antes de que la puerta se cerrara. Sin pensarlo, miro a Ron como pidiendo disculpas, y siguió a la joven.

-¡Hermione!- Al escucharlo, la chica acelero el paso. – ¡Hermione!- De espaldas a él, y secándose las lagrimas intentando evitar que no la viera, se detuvo.

-¿Qué quieres Harry?- Sonó seca y triste a la vez.

-Yo…- El miro nervioso alrededor, definitivamente no servía para consolar a las mujeres. –Ósea, Ron es un idiota, ya va a recapacitar-

-No, Harry. Vos mismo los viste, felices, yo soy solo su amiga. Yo soy la idiota por creer que algún día me podría querer como algo más- Ella avanzo unos pasos, hasta que sintió como él la tomaba de la cintura y la volteaba, la abrazo fuerte como queriéndola proteger de todo.

Solo ese gesto de parte de él sirvió para que ella se derrumbara. La chica empezó a llorar como si el mundo se acabara, casi no podía sostenerse en pie, asique Harry logro apoyarlos contra una pared. Estuvieron así cerca de una hora, ella llorando desconsoladamente, él acariciándole el cabello, calmándola de a poco.

-Lo siento. Tú no tienes nada que ver y yo te utilizo como paño de lágrimas-

-Soy tu mejor amigo, tú hermano, claro que tengo que ver. Tengo que estar a tu lado en estos momentos, así como tú también lo estuviste y lo estas cuando te necesito. Ahora me toca a mí-

-Gracias- Ella volvió a secarse los rastros de llanto y le sonrió compungida –Gracias, Harry-