No lo pude evitar. Piano Man: canción demasiado buena. Así que de ahí salió gran parte de la inspiración para este fic, pero traté de ponerle mis propios elementos. A ver qué tal les parece esta mi ópera prima Severusiana... y también viene un pairing que nunca antes exploré.
Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fanfic pertenecen enteramente a J.K. Rowling. No recibo ninguna paga económica a cambio de esto.
Dedicado al que me recordó que el pasado, pasó.
Nota de piano
La oscuridad de la habitación poco a poco fue vencida por una débil llama. La vela, recién encendida, tiritó peligrosamente frente al hombre, pero éste estuvo demasiado ocupado limpiando meticulosamente el instrumento con un trapo como para prestar atención. Después se posó en su asiento olvidado y suspiró.
Aquel grupo de delgados y pálidos dedos hicieron amago de tocar. Primero una tecla al azar, después otra y la última aislada. Con miedo al principio, el piano comenzó a sonar.
Tórridas imágenes invadieron sus recuerdos. Niño prodigio solían llamarle al escucharlo tocar. Mueca amarga; demasiado tiempo transcurrido.
Cambio de tonada, esta vez mucho más rápida.
Luego apareció su madre en el portal; llevaba sangre en la cara y sin embargo no quiso que la viera llorar. Él siempre supo que fue la culpa de su padre, ese bastardo. Mujer santa que sufrió un trato bestial.
Sus manos se convirtieron en sombras que devoraban ávidamente cada centímetro del teclado.
Años en Hogwarts. Llegó con muchas ilusiones, ilusiones que no tardaron en perecer por la injusta crueldad infantil. Siempre lo relegaron, humillaron, jugaron a hacerlo sentir mal. Sólo por el placer de conseguir que un par de oscuros ojos se empañaran.
Sintió cómo las venas comenzaban a hervirle. Eterna canción.
Cortó abruptamente para apurar un vaso de agua. Apretó los párpados, tratando de mitigar el dolor interno, y se incorporó de nuevo al ritmo con dificultad.
Esta vez llegó una melodía armónica.
Suave aroma que inundó la estancia. Era ella.
Cabello dorado bajo la luz de la luna enamorada. El oscuro hombre hizo un severo esfuerzo por no sonreír: su primer y único amor.
Pero un dedo equivocado en el lugar equivocado y la memoria dio un vuelco total. El eco de risas amargas resonó en su cabeza, igual que ayer. La vio claramente vestida en su traje de novia, la vio pasar soberbia ante él sin dirigirle siquiera una azul, gélida, vacía mirada.
Narcissa, señora de Malfoy.
Malfoy, no Snape.
Ni siquiera se detuvo a pensarlo. El rencor inundó todo su ser y se llevó la música a otro extremo. Dramatismo, tragedia y muerte en cada nota.
Inevitable fue. Lágrimas amargas, silenciosas, que desaparecieron para siempre en medio de un frenético movimiento. Golpeó con furia el piano hasta que no pudo más.
La vela se apagó y dejó su vida en penumbras, eternamente.
Porque enterró la cabeza en aquellas cansadas manos, suspiró una vez más. Triste noche con sabor a derrota, a hiel.
Corto. Siempre me salen cortos estos malditos escritos.
