Tras una noche de insomnio
Ese día se levantó con malhumor y un tremendo dolor de cabeza. Era increíble como la conciencia de uno podía afectar el comportamiento normal en una simple noche. ¿Era tan complicado actuar sin sentir remordimiento? se preguntó levantándose de la cama con disgusto.
Comenzó a dar vueltas por su habitación arreglándose para salir. Sabía que un poco de aire fresco podría hacerle sentir mejor. Cuando cometes una estupidez, enseguida todos te bloquean de su camino¿cuándo aprenderé la lección?, continuó pensando mientras salía a la calle a refrescar sus ideas y emociones.
Aquella mañana estaba nublosa, demasiado triste para su gusto. Los terrenos del castillo nunca antes le habían parecido tan deprimentes como en aquél momento. El invierno era la estación que más odiaba del año. El frío y el mal tiempo no ayudaba a mejorar su ánimo.
Severus: Y menos cuando te encuentras con personas no deseadas...- murmuró con convicción observando junto al lago a la causante de su desasosiego.
Durante un largo segundo se convenció de que lo mejor era pasar de largo y olvidar aquél asunto de una vez. Pero al recordar la pesadilla que había tenido pocos minutos antes supo que le iba a resultar imposible lograrlo. Sin ningún tipo de ganas caminó hasta llegar a su lado y sin necesidad de pedirle permiso se sentó a su lado.
Severus: Por tu culpa me he ganado muchos enemigos...- acusó directamente
Ella: Si no querías haberlo hecho, haberte echado atrás
Severus: No era tan sencillo
Ella: Nada en la vida es sencillo- musitó con frialdad taladrándole con la mirada
Se quedó mirándola incrédulo sin saber cómo reaccionar, ni qué decirle para explicarse. Nunca antes en su vida se había parado a reflexionar sobre si los actos que llevaba a cabo estaban bien o mal. Esas cosas no le interesaban. Ahora sin embargo, había algo dentro de él que le frenaba. En el fondo reconocía que aún estaba a tiempo de echarse para atrás. Aquella había sido su primera intervención en ese asunto. Quizá podría reconsiderar mejor su postura, y pedir ayuda y una segunda oportunidad.
Ella: No te lo aconsejo- le advirtió la bruja levantándose lentamente- Nadie que nos haya abandonado ha salido bien parado
Severus: No sé de que me hablas
Ella: Más te vale que sea al revés, Snape. Este año salimos de aquí. Fuera de Hogwarts las cosas cambian, nunca lo olvides
Se recostó sobre la hierba una vez se hubo quedado solo. Durante un segundo se había sentido aliviado. Pensar que aún podría tener elección y cambiar lo que ya había hecho, le había hecho sentir bien, pero como todo lo bueno, esa posibilidad se le había escapado de las manos como si de humo se tratase.
Oyó unos ruidos a su espalda. Giró su vista para vislumbrar quién se paseaba por las noches a aquellas horas. Sintió el ya reconocido retortijón en el estómago al contemplar a la chica de sus sueños junto al engreído león que más odiaba en el mundo riendo, acariciándose y charlando ánimadamente en dirección al castillo.
Severus: No hay segundas oportunidades
No podía haberlas. Él ya había elegido. Puede que al principio solo siguiera órdenes, pero el asunto había cambiado. Nadie ahora le abriría de nuevo las puertas, no después de que se las hubieran cerrado sin darle tiempo a redimirse, ni a empezar de cero. A fin de cuentas, él era una serpiente, estaba en su naturaleza seguir actuando de ese modo, aunque en su interior supiera que estaba mal. Era su vida, su oscura y deprimimente existencia. Y por mucho que le pesase, jamás podría llegar a obtener ningún tipo de perdón. Había quedado demostrado.
