Y como siempre se tiene que decir sí o si: Nada de esto me pertenece todo es propiedad de R.J Rowling.
Hola! Espero que anden bien. Se nos ocurrió esta historia a una amiga y a mí. Ella tenía ganas de hacer un fic y yo otro, entonces para hacer uno juntas lo combinamos y salió esto, que ojala les guste. Es más que nada la introducción, un adelanto, para que sepan más o menos de que trata el Fic, que esta medio basado en la serie "Mi vida con Derek". O sea, solamente sacamos la idea principal, pero igual no copiamos los capítulos de la serie, ni nada parecido. Todo esto son ideas nuestras ( los capítulos).
Bueno, ojala lo disfruten y en lo posible mándenos Rr, para saber si les gustó o hay que arreglar alguna cosa. Saludos :) un besoo.
Dai - Flor :)
Capítulo I:
El secreto de Papá.
Realmente, era un día bastante caluroso como para salir a la calle y no sufrir del intenso calor. Hermione no tenía la más mínima idea porqué había decidido salir a pasear ese día, que justamente el sofocante calor provocaba mucho malestar, y sudor, especialmente.
En parte creyó que, como hacía mucho que no salía de su casa, le vendría bien caminar por las calles de la ciudad un rato y además, aprovechaba para prestarle los últimos apuntes de la semana a Kate, que tanto los precisaba.
La castaña ya estudiaba para ser Medimaga, una profesión bastante difícil y compleja, pero como no había perdido sus dotes de inteligencia y responsabilidad, aprenderse cada uno de los temas y prestarle atención a sus maestros no era complicado para ella, pero un poco para sus compañeros que a menudo le suplicaban ayuda.
Mientras caminaba con paso rápido por las calles, intentaba esfumar un poco el calor abanicándose con la mano. Pero el esfuerzo era en vano, porque aún transpiraba demasiado.
Por las calles no había un alma, y se sentía una estúpida por haber salido justo cuando todos estaban en sus casas junto a un ventilador con toda la potencia.
Apretó los dientes embroncada, y apresuró el paso… mientras más se apuraba más rápido llegaría a casa. Lo peor era que no podía usar magia, ya que no tenía dudas que alguna persona se cruzara allí, o echara un vistazo por las ventanas de los edificios, o tan solo los vendedores, que compartían el mismo agotamiento que ella, la llegaran a ver.
Odiaba mucho el calor, la transpiración que le inundaba el cuerpo, la desolación en las calles y sobre todo… esos incómodos tacones que no sabía porque se los había puesto.
En un intento de distraerse con las vidrieras de un local de joyas, se paró a ver los múltiples anillos de oro y los variantes modelos de cadenitas de plata, era una tienda muy hermosa… y no dudaba que cara también. Hermione se lamentó por no tener el dinero necesario para comprarse algunas de esas joyas.
La chica se atrevió a mirar adentro de la tienda, y descubrió que después de todo no estaba tan sola en las calles; un hombre alto compraba algo ahí dentro ya que le estaba pagando a la vendedora. Tenía mucha suerte la mujer que recibiría el obsequio, seguramente sería algo bellísimo.
Se detuvo a ver al sujeto que compraba una vez más, se quedo dura… no podía ser. ¡Era su papá! Espió más de cerca, a través del vidrio de la puerta. No cabía duda, era él.
¿Para quién se supone que compraba ese obsequio? Su madre murió hacía dos años en un accidente de autos, y su papá no había considerado volver a tener pareja (Algo que ella le agradecía enormemente, no soportaba tener una madrastra).
Entonces, si de ninguna forma podía ser de su madre, quizá sería un regalo para… ¡Ella! Hermione sonrió como una tonta. Estaba muy segura que su papá querría hacerle un lindo regalo por lo bien que estaba sobrellevando su carrera de Medimaga.
Hace no mucho, lo había oído decirle que le tenía una sorpresa que descubriría en unas semanas… pues tendría que ser esta. La castaña dio unos brincos de alegría como si fuera una nena de cuatro años en Navidad.
Escuchó que su papá saludaba a la vendedora y tomaba la bolsa con el paquete. Hermione se apuró a salir rápido de allí: si era una sorpresa no podía arruinarla. Se giró para salir a las zancadas de allí, pero apoyó mal el tacón, y cayó en el piso con un fuerte golpe en la rodilla.
-Señorita¿Se encuentra bien?...- oyó la voz de su padre de tras de si. Y maldijo para sus adentros.
-Si, si… no se preocupe…- murmuró ella intenta ocultar su rostro con el pelo. Pero, sin éxito, su papá la ayudó a levantarse y en cuanto ella se levantó le pudo ver bien la cara.
-¡Hermione!- exclamó contento, a decir verdad, la castaña creyó que se asustaría… pues habría descubierto la sorpresa, de alguna forma. Eso la extrañó:-¿¡Qué haces aquí¿No deberías estar en casa?
-¿Y tú no tendrías que estar en el trabajo?- contraatacó Hermione pero solo para incomodarlo a propósito, y que le soltara la verdad ya. Deseaba mucho saber que le había comprado.
- Este,… si. Pero decidí venir a caminar por aquí unos segundos, No tenía tantos pacientes, muchos cancelaron citas por el calor,… así que aproveché para venir a caminar y descansar…-contestó él. La castaña notó que empezó a ponerse algo inquieto, ella sonrió.
-Te observé salir de esa tienda. ¿Compraste algo?- interrogó la chica todavía sonriente. El momento iba a llegar…
El padre abrió la boca como si estuviera a punto de decir algo, pero Luego la cerró para a continuación abrirla nuevamente:
-No, solo quería curiosear…
-Aah. Entonces¿Qué es ese paquete que tienes ahí?- preguntó Hermione, poniéndolo en serios aprietos.
El hombre tragó saliva visiblemente.
-Bueno,… yo… Si compré algo realmente,.. Lo que sucede, es que…- balbuceó el papá de Hermione escondiendo su cara entre sus manos.
La castaña no pudo soportarlo más, abrazó fuertemente a su padre mientras sonreía muy alegre.
-¡No te apenes, papá¡Ya lo se todo¡Lo supuse!- chilló ella feliz.
- ¿Enserio?- preguntó este perplejo. Separando suavemente a la castaña de él.
-¡Claro¡Te lo agradezco mucho¡Me hace muy feliz!
-Pe-pero… ¿No estás enojada?...
-¡No¿¡Por qué iba a estar enojada!? No creas que porque me lo escondiste yo me iba a poner furiosa, creo que fue un gran plan el que tuviste… No conocía eso de ti…
-Pero,… ¿Cómo te enteraste?-
- Lo supuse. No se porqué, pero cuando te vi allí dentro con esa vendedora… me di cuenta que porqué comprabas ese obsequio… y para quién era,… Lamento arruinar la sorpresa…-
- … Supongo que era muy evidente¿No?...- dijo con voz apenada él.
La castaña río y asintió con la cabeza sonriente.
-¡Me alegra mucho que lo entendieras hija¡Y qué te parezca bueno! Tenía miedo de que no lo aprobaras…- dijo el papá de Hermione con un evidente alivio en la cara.
-¡Ay, papá! A mí me gustan las sorpresas, se que no doy el aspecto de que me agraden… Pero me divierten. No tienes porqué tener miedo cuándo me haces una. Gracias, enserio.- la castaña alzó las manos a modo de pedir su regalo, para verlo ya.
-¿Qué haces hija?- inquirió el hombre incrédulo.
Hermione lo miró con las cejas alzadas y terminó sonriendo media impaciente.
-De acuerdo, de acuerdo… lo veré cuando tú decidas. Creo que tendrás un momento indicado…-
-Estás hablando de este regado¿no es cierto?
- ¡Si¡Al final nos entendemos!- chilló ansiosa la castaña.
-Pues tú no tienes que esperar para verlo, puedes echarle un vistazo. Obviamente- dijo el padre de Hermione con una mueca de gusto. Abrió el paquete el mismo y le entregó una cajita de anillo forrada en felpa roja.
La castaña comprendió que debía ser un anillo, amaba los anillos de esa tienda, así que tendría que ser precioso el que estaba a punto de ver. Abrió la pequeña cajita y se tocó con un anillo de oro bellísimo, lleno de hermosos diamantes que brillaban. Le encantaba.
- ¡Papá! Es hermoso, me encanta… quiero decir… ¡Adorable!- exclamó Hermione al borde de la emoción extrema.
-¿Té crees? No crees que sea demasiado…
-¡Papá¡Es increíble¡Te lo aseguro!-
-¿Y crees que le gustará a ella?...
Hermione quedó muda y miró a su padre con la boca abierta, al igual que unos ojos exageradamente abiertos.
- ...¿Quién es ella?...
- ¡Hermione¡Ella¡La mujer con la que me casaré¿¡Crees que le gustará?!- preguntó con una sonrisa de pura felicidad su padre.
- ¿¡¡QUÉEEEE?!!
El padre se extrañó por la reacción de su hija, puesto que … hacía dos segundos moría de la felicidad y del gusto.
-Hermione, estoy hablando de…
-¿Qué "mujer con la que te casarás"¿De qué hablas¡Creí que el anillo era un regalo para mí!- se lamentó Hermione con una cara de pocos amigos. Sentía sus mejillas al rojo vivo. ¿¡Cómo podía ser que su propio papá le escondiera que tenía una pareja a ella, su hija… su cielo, su vida, su amor, su bebe… SUU HERMIOOOONEEEEEEE?!
-Oh,… no…- murmuró el padre de la castaña restregándose la palma de la mano por toda la cara. El hombre estaba al borde de la locura. – Escucha, cielo… Creí que tú me decías que… sabías lo de mi relación con esta mujer, y que lo aprobabas y estabas feliz. No que pensabas, que era un regalo para ti.
- ¿Porqué no me dijiste nada?- Hermione estaba de brazos cruzados, por su expresión esperaba buenas respuestas.
- Porqué, creí que el momento indicado era esta noche,… te lo juro, iba a planearlo todo para decírtelo. Sabía que no te agradaría demasiado la idea, entonces,… te lo oculté por un tiempo, porque fui muy cobarde… realmente tenía miedo de tú reacción y se que estuve pésimo. Pero, te juro… que pensaba decírtelo. Lo juro… estoy arrepentido…
-Papá. Se que nunca mostré señas de gustarme la idea de que te vuelvas a casar. Pero soy tu hija y supongo que yo tuve que ser la primera en enterarme… ¿No crees? Me merezco que me digas la verdad,... Yo no estoy feliz con esto papá…
-Ya se que estuve mal y te daré todo el tiempo que necesites para que consideres perdonarme… yo enserio, no te presionaré. Pero, solo quiero decirte, que esto está decidido… yo amo mucho a esta mujer, y me llevo bien con sus hijos además…
- ¿¡Encima, tiene hijos?!- Estalló Hermione aún más enojada. - ¡¡Papá!!
- ¿¡Qué cielo?! No tiene nada de malo, que rehaga mi vida. Hermione, creí que me entenderías…
-Papá, tú puedes hacer lo que quieras con tu vida, yo no voy a meterme, Pero hubiera sido realmente lindo que me lo dijeras¿Sabes?
- Lo se y estoy arrepentido… Te juro que lo estoy. Fui un mal padre en ese sentido, Lo siento Hermione. Lo siento, por favor perdóname…
La castaña bajó la vista y quitó de su cara esa expresión de amargada. No podía creer todavía, que su propio papá le hubiera ocultado algo tan importante como aquello. Incluso, los hijos de la mujer esa lo sabían y ella no. Era la única que no se había enterado de nada.
- ¿Y se van a casar?- preguntó la castaña mirándolo con frialdad.
- Eeh,… si. Ambos estamos de acuerdo, así que vine hoy a la tienda para comprar el anillo de compromiso. Igualmente, no vamos a hacer ninguna fiesta… solo nos casaremos por civil, y… solo eso. No queremos que se entere mucha gente, además, que no queremos celebrar con enormes fiestas.
- Comprendo.
-Y… otra cosa,… este…- el padre empezó a tartamudear y la chica entendió que había más secretos. Apenas podía tolerarlo.
-¿Qué¿Es travesti? A esta altura nada me extraña…- dijo tosca la chica.
-¡Hermione!- saltó el hombre ofendido por primera vez- Es solo que, una vez que nos casemos, ella y su familia vendrá a vivir a casa. Así que, te guste o no tendrás que comportarte y tolerarlo bien.
-¿¡Qué¡Papá¡Noo eso si que no lo tolero¡Suficiente tuve ya como para que metas en mi casa a personas que ni conozco!- estalló Hermione, con ganas de golpear a su padre de una vez.
- Ya esta decidido, Hermione. Así que más de vale, que no te comportes. Yo lo decidí así, con el tiempo te acostumbrarás…
- ¡No, papá¡Yo no…!
- ¡Dije que ya está decidido!- protestó su papá medio ofendido por el infantil comportamiento de su hija.
La castaña se cruzó de brazos y, patio el piso con ira acumulada. Ya no sentía el horripilante calor que había sentido hace un momento atrás, ahora solo sentía el enojo que rebalsaba en su cuerpo.
- ¿Cuándo la conoceré?- inquirió la chica con voz agria.
- En el registro civil, no hay tiempo para que lo hagas antes…
Hermione asintió con la cabeza seria. Le daba lo mismo.
-¿Cómo se llama?- quiso saber por simple curiosidad la castaña.
- Molly… Molly Prewett.
La castaña se quedó media dura por un minuto creyendo tener un feo presentimiento. Creyó transpirar mucho más de lo que había transpirado anteriormente con todo ese calor.
- ¿Ese,... es el apellido... de soltera?
- Si¿Cómo sabes?- su papá la miró en busca de respuesta.
-¡¿Y cuál es su apellido de casada!?- preguntó con más elevada la chica, haciendo caso omiso a los pedidos del papá.
- Wilson...
Hermione respiró de alivio otra vez.
-No, espera. Me equivoqué.- se apresuró a arreglar el hombre- Su apellido de casada es Weasly…
La chica no supo como reaccionar: si gritar, llorar, desmayarse, o morirse ahí mismo…
FIN DEL CAPII
